Anacleto en el espejo

Anacleto se mira en el espejo y ve a Olivia como Vázquez se veía en Segar. Más tarde, otros, por ejemplo Gallardo, van a admirar a Vázquez, pero al que van a copiar va ser a Segar, porque éste es un clásico desde su primera viñeta, y Vázquez va a ser un moderno hasta el fin de los tiempos. A Anacleto lo que le queda de Popeye son los tiburones. Anacleto es el antipopeye y por eso a quien se parece de verdad es a Olivia. Anacleto atraviesa el desierto con sus tiburones, y se ha aliado con Bluto, que ahora es su jefe y que las tortas se las da igual, y sin peligro de vuelta. Anacleto y su jefe representan, por otra parte, el triunfo del amor entre Olivia y Bluto. Si a Olivia la hubiesen pintado en hombre habría salido Anacleto: esto es lo que se aprende. Vázquez dibujaba en sarcástico y aquí lo que ha dicho, insistimos, es que Anacleto tiene más de Popeye que de James Bond. Vázquez está lleno de cine, por supuesto, pero es dibujante hasta la médula.
ps. Ayer en el diario “El Mundo” venía la necrológica de Norman Vaughan, el explorador de la Antártida que acompañó a Byrd y que dio su apellido al Monte Vaughan (y quizá una de las pocas personas que han oído el enloquecedor tekeli-li de esos montes de hielo).