La risa sale de paseo
En su número 484 de fecha 29 de junio de 1961, la revista Radiocinema publicaba un reportaje gráfico con el título del que ágilmente se ha apropiado este burgomaestre para esta entrada, motivada por el agrado fruto de la contemplación del mentado reportaje, el cual se apresura a compartir con todos los amigos de este weblog (o lo que sea).
Jugando como chiquillos, paseando cogidos del brazo, o aguardando, patibularios, apoyados en una pared, los actores cómicos protagonistas de este reportaje (a saber: José Isbert, Antonio Riquelme, Manolo Gómez Bur y Antonio Garisa) están haciendo un uso social de la calle que nos ha recordado el uso social que los personajes de los tebeos Bruguera hacen constantemente de ella. En la calle viven, anhelan, sueñan, se encuentran y se pelean Don Berrinche, Don Pelmazo, Carpanta, Doña Urraca y tantos otros actores cómicos de papel que encuentran en las aceras de la ciudad la excusa o el motivo para protagonizar una nueva aventura.
Parentesco
Los actores característicos ponen en juego su talento interpretativo para encarnar tipologías fuertemente marcadas por un físico muy determinado y unas personalidades acordes con él. Algo semejante a lo que sucede con los personajes de historieta, que obligados como están a ser fácilmente reconocibles e identificables, son verdaderos “característicos”. Además de los cuatro que aquí podemos ver, una verdadera pléyade de sensacionales actores secundarios (o de carácter, o característicos) poblaron los metros de celuloide hispano a lo largo de los mismos años en los que la mejor historieta brugueril se estaba produciendo. El terreno que preferentemente cultivaban los aquí presentes más varias decenas más como los Manolo Morán, José Luis y Antonio Ozores, Xan Das Bolas, Juanjo Menéndez, Cassen o Ángel de Andrés (por citar algunos) era el cómico, el mismo que los personajes creados por Escobar, Vázquez, Cifré, o Peñarroya.
Al igual que los actores, también los personajes de historieta dan lo mejor de sí mismos en función de quien los dirija. Y es fácil distinguir si el “director” de turno es el creador del personaje o un suplente. Como decía Vázquez con su justificada inmodestia habitual: “Si un personaje mío hace reír es que la historieta la he hecho yo, si no hace reír, entonces la ha hecho otro”. Del mismo modo que un buen personaje en manos de un dibujante mediocre resulta torpe y sin gracia, un excelente actor puede resultar insulso en manos de un mal director.
La calle, protagonista
Vivir la calle es lo que hacen muchos personajes Bruguera, que no es lo mismo que vivir en la calle, aunque también los hay que así lo hacen. Hay personajes que viven la calle porque así se encuentran con sus amigos.Entre estos, destaca Gordito Relleno que quizá sea el personaje de historieta con más amigos del mundo (cosa que, no podía ser de otro modo, dada la bondad natural del personaje), aunque hay otros que no le van a la zaga, como los ibañezcos Rompetechos o Don Pedrito, que también se cuentan a sus amigos por docenas (aunque sólo uno de ellos es capaz de distinguirlos de un buzón, naturalmente). Otros, como Don Óptimo y su amigo Don Pésimo, pasean por ella su amistad cotidianamente. El lector de Tio Vivo pudo asistir al nacimiento de esa amistad, que fue esporádica en las primeras historietas y que acabó convirtiéndose en una muestra de una casta pareja de hecho. Así, en los primeros tiempos, Don Óptimo protagonizaba las historietas en solitario, con el apoyo de una tía con la que vivía. Don Pésimo empezó a menudear sus apariciones en la página de su antagónico amigo y terminó compartiendo con él el protagonismo y enviando al olvido para siempre a la tía de Don Óptimo. En la plasmación gráfica de estos instantes de encuentro de amigos quiero destacar el talento de Escobar para transmitir la sana alegría de ese momento en que alguien reconoce un rostro amigo que le sale al paso. Estas viñetas en los que los personajes transpiran sincero afecto por todos sus poros resultan un espectáculo suculento para los ojos algo embrutecidos del lector actual.
En los casos anteriores, la calle, como en el reportaje gráfico de los cuatro compañeros actores que motivó esta entrada, es un entorno en el que escenificar la amistad. También, por otro lado, hay personajes que viven la calle porque por ella deambulan en busca de prójimos desconocidos en cuyas vidas poder entrometerse, para colocarles un rollo, como Don Pelmazo o para sacarles los cuartos, como Amapolo Nevera. No obstante no estar motivados por el afecto, estos encuentros no están en absoluto exentos de la más exquisita cortesía , la cual cosa constituye en los tiempos actuales un espectáculo no menos gratificante que las muestras de amistad anteriores. Hay está el garboso gesto de Don Pelmazo, más elocuente que las torpes palabras de este burgomaestre.
Los dos pendencieros por antonomasia de los tebeos Bruguera, el Don Berrinche de Peñarroya y la Doña Urraca de Jorge recorren las calles buscando una excusa para relacionarse a su manera con el prójimo, con la sociedad entera. Tienen muy claro lo que buscan, pero no obstante, y por distintas circunstancias, aquí les podemos ver en actitud amable departiendo con otros ciudadanos, en viñetas bañadas de cordialidad, especialmente seleccionadas para la ocasión.
Cuatro actores de verdad
Antonio Riquelme, Manolo Gómez Bur, José Isbert y Antonio Garisa dedicaron su vida profesional al nobilísimo oficio de hacer reír a los demás. Actores de verdad, de los que habían aprendido a hablar y a actuar antes de ponerse ante las cámaras (una práctica que parece abandonada hoy en día), que habían apuntalado sólidamente su oficio en el teatro (llegando, según los casos, a la categoría de primer actor o a ser titulares de su propia compañía) habían llegado juntos, en este año 1961, a esta Gran Vía madrileña partiendo desde distintos puntos.
Los dos mayores, Antonio Riquelme y José Isbert (nacido ambos en Madrid, en 1894 el primero y en 1886, don José) representan dos “status” bien distintos dentro de la profesión. Tanto Antonio Riquelme Salvador, como José Ysbert Alvarruiz iniciaron su labor actoral en el teatro, dedicándole a las tablas dos décadas de profesionalidad. A partir del final de la Guerra Civil es cuando ambos se prodigan más en el medio cinematográfico (aunque tanto uno como otro habían intervenido en títulos tan curiosos como olvidados; por ejemplo: “Las aventuras de Pollo Palomeque” y “Los sueños de Palomeque”, en las que intervino Antonio Riquelme en el lejano 1912, y “Asesinato y entierro de Canalejas”, que fue la primera intervención de José Isbert ante las cámaras, también de 1912 y en una decena de títulos más antes del fatídico año 36).
Mientras Antonio Riquelme nunca superó la consideración de actor de carácter (o secundario), a José Isbert todo el mundo lo identifica con la historia con mayúsculas del Cine Español, dado que protagonizó algunos de sus mejores títulos e intervino en (en apariencia) casi todos los filmes rodados en los años cincuenta. Hasta las personas más proclives a despreciar el cine español (que lamentablemente las hay y, más lamentablemente aún, con algunos motivos) pueden citar sin equivocarse dos o tres títulos de películas con José Isbert en su reparto de entre las mejores jamás rodadas en España, como son “El verdugo”(1963) y “Bienvenido, mister Marshall”(1952), de Berlanga, o “Historias de la radio” (1955) de José Luis Sáenz de Heredia” o“El cochecito” (1960) de Ferreri.
Antonio Riquelme falleció en su Madrid natal en marzo de 1968, un año y medio después de que lo hubiera hecho José Isbert. Necesariamente, hubieron de coincidir en bastantes rodajes, de los que apuntamos a modo de muestra los correspondientes a los siguientes títulos: “Ella, él y sus millones”, de Juan de Orduña (1944); “Manolo, guardia urbano”, de Rafael J. Salvia (1956); “Los ángeles del volante” de Ignacio F. Iquino(1957) y “La pandilla de los once”, de Pedro Lazaga (1961)
Manolo Gómez Bur también aparecía este último título, “La pandilla de los once”, estrenada casualmente en aquel año 1961 en el que decidieron hacer este reportaje gráfico tan simpático en el que don José Isbert parece demostrar haberse aficionado a los vehículos ligeros de motor desde su intervención en “El cochecito” el año anterior. Un episodio, este reportaje, que no figuraría en sus memorias, editadas (¡¡cómo no!!) por Brugera en 1960 y tituladas llana y honestamente: “Mi vida artística” . Del mismo año 1961 y con Gómez Bur e Isbert en el reparto es también “Tú y yo somos tres” una de las muchas adaptaciones cinematográficas que de las obras de Jardiel Poncela se han realizado para el cine en España y en las que estos soberbios actores han participado con asiduidad. Así, el único componente del cuarteto no nacido en Madrid, el zaragozano Antonio Garisa (Antonio Garisa Colas: 1916-1989) compartió cartel con José Isbert en la versión de “Los ladrones somos gente honrada” de 1956 dirigida por Pedro L. Ramírez, mientras que Antonio Riquelme incorporó un personaje para la versión de la misma obra de 1944, dirigida por Ignacio F. Iquino y participó también en la adaptación de “Un marido de ida y vuelta” de Rafael Gil de 1957. Manolo Gómez Bur tuvo un papel, por su parte en la adaptación de “Un adulterio decente” de Rafael Gil de 1969.
Antonio Garisa y Manolo Gómez Bur, son los jóvenes del grupo. Su carrera, consecuentemente, presenta un perfil distinto al de los mayores. El primero se inicia en compañías de aficionados en su Zaragoza natal, debutando profesionalmente poco después del final de la Guerra Civil, en distintas compañías teatrales hasta alcanzar la consideración de primer actor cómico en 1948. Paralelamente, Manolo Gómez Bur se inicia también poco después de terminada la contienda española cultivando el género de la Revista durante dos décadas, produciéndose su primera incursión en el mundo del cine en 1951 (“Cuento de hadas”, de Edgar Neville, y “Habitación para tres” de Tono). Ese mismo año, Antonio Garisa se estrena para la gran pantalla en “Esa pareja feliz”, de García Berlanga. En los años siguientes, van afianzándose en el panorama fílmico nacional y participan del fenómeno de la comedia ye-yé de los sesenta. Coincidieron en bastantes títulos, como “El grano de mostaza” de José Luis Sáenz de Heredia (1962), “La batalla del domingo”, de Luis Marquina (1962), o “El arte de casarse”, de Jorge Feliu y José M. Font (1966).Lamentablemente, sus carreras tienen un final algo menos digno que sus compañeros mayores como consecuencia de los derroteros que la comedia cinematográfica española tomó en los años finales de su vida profesional. Su talento innegable terminó al servicio de proyectos infames, como las empecinadas adaptaciones de las novelas de Fernando Vizcaíno Casas que en los años últimos de la década de los setenta pergeñó Rafael Gil, en el caso de Antonio Garisa, y como las bufonadas con excusa histórica (a saber: “Cristóbal Colón, de oficio descubridor”, de Antonio Ozores (1982), “Juana la Loca, de vez en cuando”, de José Ramón Larraz (1983) y El Cid Cabreador”, de Angelino Fons (1983) )en el caso de Gómez Bur.
Todo está ahí
La mirada es soberana. La mirada lo puede mezclar todo y hacer que Carpanta le birle un pollo a Antonio Garisa, o que Antonio Riquelme salude a Rompetechos al girar una esquina. José Isbert es saludado efusivamente por Don Öptimo y Doña Urraca sonríe torcidamente al paso de Manolo Gómez Bur, que tragará saliva y se alejará muy digno, disimulando el acojone. Todo pasa en la calle, todo pasa para que lo miremos y disfrutemos con ello. Y a este burgomaestre sólo le queda intentar mostrar su gratitud sincera por todo lo que nos legaron estos artistas a los que hoy podemos ver otra vez, en la calle y a los que no vemos hoy, pero que también están ahí: a los directores Edgar Neville, Luis García Berlanga, Fernando Fernán Gómez, Pedro L. Ramírez, Juan de Orduña, Rafael Gil, José Luis Sáenz de Heredia y tantos otros que contribuyeron a que disfrutáramos del talento de estos actores y a los dibujantes Peñarroya, Escobar, Cifré, Ibáñez, Vázquez, Conti, y tantos otros más que dieron vida a estos personajes.
NOTA: en esta ocasión este burgomaestre no puede anotar las referencias correspondientes a las viñetas ilustrativas. Sencillamente: ¡¡Alquien me ha perdido las notas!!! Esta notaría es un desastre.
24 Comments:
Se superan, amigos. ¡Qué buena entrada! Me alegra que al homenaje constante a tanto personaje brugueriano, añadan homenajes ocasionales a personajes con tanto talento como los actores mencionados, entre otros (por muy mal vistos que estén por los "intelectuales").
Muy buenas las analogías con estos personajes que sacan nuestra risa de paseo mandando a "ídem" nuestras penas.
Por cierto, desconocía el dato de la paulatina incorporación de Don Pésimo,gracias por el mismo.
Guau. ¡Sensacional, compañero burgomaestre! Cada uno de ellos representa humilde y pulcramente al vapuleado, timido, heroico, soñador... hombre de la calle.
pd. adivina con qué foto de las que has puesto me voy a hacer un póster...
Difícil adivinanza, compañero!! Yo no sabría por cual decidirme (será porque soy Libra, lo que me convierte en un gran indeciso). La de la moto es brutal, pero esa otra en la que van cogidos del brazo es deliciosa. La primera es más divertida, pero la segunda eleva el espíritu, de bonita que es. No sé.
Amigo Chespiro, gracias a ti por pasarte por este blog, que es el tuyo (bueno, no lo es, pero como si lo fuera). Lo de Don Pésimo ya se ampliará en una entrada "ad hoc", que me alegro de que le haya resultado un dato novedoso, caramba.
Como dice la frase famosa;"¡¡Cogedlos,que son de Burgos!!",je,je.Felicidades,Amigos en el Día del Escla...ehh,Trabajador·a.¡Ozú,ozú!,¡que grandes actores los que comentais!,conllevaban un humor tebeístico en sus films,que los he visto varias veces los que se comentan.Recuerdos,de que si pasaban por los cines y por cincustancias te las perdias,a los pocos años las pasaban por tv.,luego no todo el mundo teniamos televisores,series de los 60,las veíamos en los bares y en los formados "Teleclubs",locales para ver la tv. acompañado en el mismo de lecturas,y sí amigos habian muchos tebeos Bruguera,se amenizaban las horas.Antes de la formación de éstos,veíamos,series en los bares del Llanero Solitario,Lariat Sam,mucho Félix el Gato,Charlot,Guardianes del Espacio,recuerdo que un tío mio,soltó la frase,cuando le disparan a un maloso de la serie,dijo:"¡Un muñeco menos!",je,je,de a principio de los 60 tambien ponian "Marilyn,la perrita mas lista del mundo",que aún conservo los tebeos Bruguera que les dedicaron.Años mas tarde ya vinieron series como "Los invasores" que sacaron pocos tebeos con cuatro viñetas por página,"El Rebelde","El hombre del maletín","Aventuras en Alaska","¿Es usted el asesino?","Pobre diablo","Diego de Acevedo",y tantas mas,famosas.Por cierto,se acuerdan que recordaba,¿una serie en imagen real de Carpanta?,pues sí, rebuscando tebeos Brugera un amigo,(imposible tenerlos todos),hemos encontrado las reseñas en el 5º tomo "Olé" dedicado a Escobar,éstos se recopilaron los cinco números homenaje en un libro tapa dura.Se ven varias fotos con Escobar junto a los actores que caracterizaron la serie,no los constan los nombres,comenta que quedó muy contento con la serie,¡y vaya,si están bien carácterizados!,Protasio y Carpanta,se hicieron en 1960 y fueron 13 episodios.En los años 60 uno ya se pierde,igual los vería de repase,no sé, pero sí que eran divertidos,a uno lo toman por lo que no es,parece,pero la verdad está "dentro y ahí fuera",monoestereofonía,vaya,por eso,"exigición a TVE,su edición de Carpanta en dvd,¡yá!".¡Hála,que os den!,Amigos Burgomaestres,montones de Artebeos Bruguera,claro.Nos leemos.Un Saludazo a todos·as.
Sobre Isbert, aparte de las memorias, hay un par de libros...
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Era yo; sorry.
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Gracias, amigo discómic por compartir sus recuerdos con nosotros. En este weblog (o lo que sea) ya habrá visto que tenemos cierta tendencia a mezclar las cosas un poco al capricho de la memoria y también porque, de hecho, las cosas nos llegan bastante mezcladas, en su momento. Por eso las referencias a las series de televisión son bastante frecuentes en este weblog, pero no son las únicas extra-tebeísticas que aparecen y aparecerán.
Gracias, don Jesús, por la información sobre los libros que hablan del señor Isbert. Dadas las dimensiones de su figura fílmica (que no física) es normal que haya provocado más de una obra escrita. De todos modos, díganos ¿es fácilmente encontrable el volumen de sus memorias? Por traicionera que sea, la memoria del propio protagonista siempre es más interesante y dice más de él que cualquier monografía que se le dedique o, al menos, en muchos casos así suele ser. Sea por esta razón o por pura mitomanía, a este burgomaestre, al menos, le interesaría adquirir este libro mucho más que los otros.
Un diez, amigotes. A mí siempre me ha parecido que los tebeos reflejaban en muchas ocasiones personajes y situaciones de película española. Ahí quedan esos actorazos que bien parecían trasladados al papel por Peñarroya o Cifré. ¿O acaso los grandiosos Xan das Bolas o José Orjas no pareciesen sacados del lápiz de Escobar, por ejemplo?
Pues en efecto, amigo Gordito, ese era el espíritu que animaba esta entrada. Primero, la emoción ante las imágenes de estos insignes actores, luego, el reconocimiento de algo familiar entre esas imágenes y las de nuestros queridos tebeos. Y, aún más, la calle como medio en el que se encontraban unos y otros. Gracias por el atinado y oportuno comentario, como siempre, amigo Gordito.
Y eso que la calle, por aquel entonces, no era tan de todos como lo es ahora, o eso se imagina uno, sin haber vivido aquella época.
Yo, que he visto poco cine antiguo español (y poco cine en general, de hecho; para qué nos vamos a engañar), recuerdo al bueno de don José Isbert en esa deliciosa película del maestro Luis García Berlanga que es "Calabuch" interpretando al simpático farero del pueblecito pesquero que da título a la cinta; aquel que mataba las horas muertas jugando al ajedrez con el cura a través de la radio o haciendo sus pinitos en cuestiones de astronomía.
A ver si un día de estos le hinco el diente a "El Verdugo" y compruebo si tiene merecida su fama, que ya me imagino que sí.
Un saludo.
Sí la tiene, amigo, sí la tiene.
Me encanta releer este tema y remirar sus viñetas.
Tengo muy buenos amigos, pero quiero que Escobar me dibuje uno para que me salude con tanta cordialidad cuando me vea por esas calles de tebeo que pateamos todos los días.
Me van ustedes a perdonar que ponga tres comentarios seguidos, pero ahí dejo un aviso para los seguidores de Pepe Isbert:
El lunes 8, a las 22.45 en La 2, "El cochecito", de Marco Ferreri.
Para los que quieran verla o re-verla.
Celebro especialmente que la entrada le provoque estas reflexiones tan gratas, amigo Chespiro. Este burgomaestre se dejó en el scanner algunas viñetas más en las que Escobar reflejaba de manera deliciosa la alegría del amigo que se encuentra con otro. Su contemplación resulta inspiradora y reveladora a la vez. Se siente uno muy bien y, como usted dice, con ganas de que le dibujen a uno así de feliz y de ilusionado. En fin... si eso no es prueba del talento de un artista, no sé qué lo pueda ser.
Ah, y gracias por el aviso del pase de "El cochecito". Gran película. Ah, y, amigo Alfred, ya está tardando más de la cuenta en ver "El verdugo". No se trata de hincarle el diente, sino los ojos, el corazón y el cerebro.
El Verdugo es una excelente película para una España de Doñas Urracas.
El Verdugo es buenísima, pero mi predilecta siempre ha sido Plácido. La recomiendo para ver en Nochebuena antes de la cena y tras haber pasado la tarde releyendo almanaques brugueriles.
Como en "Plácido", también alguna que otra familia escobariana ha sentado a Carpanta en su mesa en algunas historietas navideñas...por puro exotismo, eso sí.
Greets to the webmaster of this wonderful site! Keep up the good work. Thanks.
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Muy interesante post.
Por favor, ¿alguien tiene conocimiento de algún libro en el que se hable sobre Antonio Garisa?
Estoy muy interesado en conocer su biografía personal.
Muchas gracias a quien pueda aportarme alguna pista al respecto.
Un saludo.
Estos catalanes qué gallego tan raro hablan (Frase genial de Xan das Bolas en "Amor a todo gas", 1968)
Xan das Bolas (Cristobal)
Heriberto Carrasquilla
La cafetería de la gasolinera (¿lugar romántico para heriberto carrasquilla?)
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