Un Melitón y medio
Nos ha advertido nuestro admirado Jesús Cuadrado de que ayer se celebraba la onomástica de los melitones y que en Bruguera pararon dos: uno escobareño y el otro figuereño. Este burgomaestre debe alegar que la costumbre de felicitar el santo a los personajes de bruguera no es tal, sino tan sólo el fruto de un par de casualidades (hasta ahora Rigoberto y Olegario). No obstante, una vez avisados, no podemos pasar por alto que ayer estábamos obligados a felicitar a Melitón, bombero de afición y también a Topolino, el último héroe , dado que su nombre, originalmente, era Melitón. Por pocas horas, no pudo ser en su día, pero con el retraso permisible a unos burgomaestres ocupadísimos en cosas de burgomaestres, hoy felicitamos a ambos personajes.
El Melitón de Escobar.
No hay muchos bomberos profesionales en las páginas de las revistas bruguera. Que este burgomaestre recuerde, además de éste, está el Pancracio Trapisonda (y eso sólo durante algún tiempo, ya que su profesión bomberil fue perdiendo presencia en seguida y olvidada por completo en poco más). Y casualmente, ambos coincidieron en la misma revista, el DDT, aunque por poco tiempo. Quizá tan benemérita profesión no sugiere suficientes situaciones para hacer historietas variadas. Sin duda es más práctico crear personajes desocupados, con mucho tiempo libre y total libertad de movimientos. Observando el panorama general, así parece.
El caso es que Escobar cogió a su señor entrado en carnes habitual (muy semejante a Don Minervo, a Don Óptimo, a Don Anito...) de carácter jovial y vitalista, al que se le nota que disfruta comiendo y viviendo (probablemente como todos los que padecieron escasez en la nefasta postguerra); lo cogió , digo, y lo vistió con un traje de bombero. Le encontró colocación en las páginas del DDT, allá por 1970, alternando su presencia con la de Aniceto, artista completo, (una patilludo artista multidisciplinar), otra aportación de Escobar a la revista . Ni Melitón ni Aniceto obtuvieron un éxito remarcable. Más bien, todo lo contrario. No son personajes que prolongaran su presencia mucho tiempo en las páginas del DDT. Digamos en beneficio de Escobar que producidas simultáneamente, en cambio, las historietas de Toby sí que consiguieron la distinción de protagonizar un OLÉ, lo que supone el marchamo del éxito en aquellos primero años setenta. Pero volvamos a nuestro primer homenajeado de hoy.
Don Melitón no es un bombero atlético. Dudamos mucho que pudiera pasar las pruebas de acceso a las que se les somete hoy a los aspirantes a ingresar a tan esforzado Cuerpo. Pero cuenta con nuestras simpatías, probablemente por eso mismo. Hoy que el culto al cuerpo tiene obsesionada a la sociedad de Occidente, la oronda presencia de este buen señor, al que se le imagina uno más diestro en el manejo de la cuchara que en el de la manguera, resulta edificante. Hermano mellizo de Don Óptimo, participa de su buena disposición para afrontar los reveses de la vida y eso, para un bombero, debe resultar muy práctico. De practicidad puede decirse que hace gala en la historieta del DDT 157 (datada el 20 de julio de 1970, es una de sus primeras apariciones). Montando guardia en un teatro, recrimina sin contemplaciones y despachurra la tagarnina a un señor diminuto que está fumando entre bastidores. Al tener que repetir la admonición a un señor de dimensiones colosales, cambia el tono y ante el desplante de que es objeto por parte del titán, opta por destruir el cartel con la prohibición de fumar. A eso llamo yo ser práctico, acomodar los hechos a las circunstancias y salir buenamente adelante.
En la otra historieta que aquí les traemos, Melitón va con su manguera a la playa, donde es objeto de las “atenciones” de un par de gamberros. En el transcurso de las dos páginas que dura la historieta, Melitón encaja los infortunios recuperándose instantáneamente y termina con una gracieta infantil, remojando a alguien que ha afirmado que los gamberros “le queman la sangre”. Lo hace para “sofocar el incendio", dice y añade: "¡Jo, jo! ¡Qué gracioso soy!”. Melitón era feliz consigo mismo, como lo era Don Óptimo, como lo eran todos los personajes de Escobar. Como lo era él, seguramente. (A propósito de los gamberros, decir que Escobar los tenía “in mente”, por cierto, y eran una presencia y un comportamiento que frecuentaba sus historietas. Habrá que hablar un día de estos de su “Julito, un terrible gamberrito”. Habrá.)
El medio Melitón
Topolino había de haberse llamado Melitón. De las razones que motivaron el cambio, este burgomaestre confiesa ignorar la totalidad y confía en que alguien que las conozca nos ilustre sobre ellas. De momento, y como el personaje ya ha sido tratado en este weblog (o lo que sea) en un admirable post que subió mi admirable compañero (el pasado 25 de enero), me limito a felicitarle subiendo aquí estas imágenes suyas tomadas de una de las contadas historietas en color (y no toda, sólo la segunda página) de su existencia de papel. Proceden del Extra de Verano de Gran Pulgarcito, publicado en 1970. En ella colabora como artista invitado el inefable Colodión, uno de los mejores “clowns” de la historieta española. La viñeta en la que podemos ver a Topolino convertido en un ángel (o un alma en la gloria) lo que la hace bastante apropiada para felicitar un santo, contiene una cita a un “tostón” del momento, una de esas canciones que han quedado para la posteridad esa, el “Gwendoline” de Julio Iglesias, que representó a TVE en el Festival de Eurovisión de aquel 1970.Y como en Barcelona hace ya un calor más que respetable, nos vamos con Melitón-Topolino a remojarnos los pies a la playa.
5 Comments:
Como se ha apuntado, este personaje pudo verse limitado por su profesión. En historietas de una página, un bombero...
En cambio, Toby si funcionó, tal vez porque Escobar siempre se desenvolvió mejor en el ámbito de lo doméstico.
Delciosa entrada, compañero burgomaestre. Y muy grata además para este lector, pues ya sabes que ando cada vez más amigo de Escobar... En fin.
Es cierto! Colodión es exactamente igual que un clown! jeje ¿Cómo no lo había pensado?
Las dos viñetas de Figueras son preciosas, te hacen recordar los dibujos de Segar, Herrimann, los cartoons de los Fleischer, pero de una manera muy sencilla, natural y original
Un genio este Figueras...
Gracias por hacer que lo redescubra señores burgos...
Don Melitón tenía tres gatos
y los hacía bailar en un plato
y por la noche les daba turrón
¡Que vivan los gatos de Don Melitón!
Pues que vivan!! Gracias a todos por los comentarios. Hoy a este burgomaestre se le ha ido el día sin darse cuenta, pero no por eso ha dejado de haber novedades para este weblog. Aunque no haya habido entrada, sí que ha habido una adquisición que esperamos compartir: un formidable (no podía ser de otra manera) Almanaque de Pulgarcito para 1950. Mañana lo cuelgo. Prometido. (Me ha costado una pequeña fortuna, pero bueno...)
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