¡Haga Agapitos, hombre!
En el Almanaque de Pulgarcito para 1970 se pueden encontrar varias muestras de historietas en las que se da carta de naturaleza al concepto “Universo Bruguera”. En ellas, personajes diversos aparecen en páginas de colegas y no tan sólo como estrella invitadas, sino participando decisivamente de la acción. En futuras entradas nos ocuparemos de otras, pero hoy quiero detenerme en la comparación entre el Agapito de su creador Sanchís y la versión que de él nos ofrece Raf en las páginas de su Olegario.
El Agapito de Sanchís es el arquetípico personaje deudor del cine cómico y, más concretamente de Charlot, personaje a quien recuerda inevitablemente, si bien presenta como aditamentos, el puro, el bigote y, en cierta medida, las cejas de Groucho Marx.
Blas Sanchís es un buen dibujante, formado en la escuela Bruguera, que llegó a interiorizar el estilo de Vázquez de tal modo que dibujó muchas páginas de Anacleto, llegando a firmarlas. Pero Sanchís nunca alcanzó el nivel de las primeras figuras de la casa. Ninguno de sus personajes tuvo la magia ni el encanto suficientes para perdurar en el recuerdo del lector, ni para arrastrarle, desde la portada (aunque dibujara portadas con personajes prestados ) a comprar tebeos. Alguna de las claves de que su trabajo no provoque emoción en el lector tal vez la desvelemos aquí observando las diferencias entre las dos versiones de un mismo personaje que podemos encontrar en el Almanaque seleccionado.
El Agapito genuino
Como ya ha quedado dicho, está claramente inspirado por la figura universal del vagabundo de Chaplin, Charlot ( con el aditamento piloso del bigote y puro grouchianos) con una cabeza predesarrollada de forma esférica, algo achatada por los polos. Su mirada es estática, inexpresiva, siempre frontal. A este desperdicio de la mirada, hay que añadir que la boca de Agapito se encuentra desaparecida tras un puro que jamás desprende humo y que da la sensación de ser más bien un chupete o un tapón. Así tenemos como resultado al típico hombrecillo metomentodo sin oficio ni beneficio que deambula sin rumbo por las viñetas en busca de una excusa argumental que llevarse a ... (iba a escribir “boca”, pero ya hemos convenido que no tiene, así que...)
El Agapito de Raf, en cambio
Lo primero que hace Raf es colocar a Agapito una bufanda, no se vaya a constipar, dado que se trata de una historieta navideña. A Raf le encantaba dibujar bujandas y les sacaba un extraordinario partido, convirtiéndolas en el recurso perfecto para dotar de movimiento a la atmósfera en la que se movían sus personajes. Por otra parte, el bastón se hace más fino en manos de Raf y el sombrerito con el que corona su cabezón Agapito adquiera mucha mayor viveza. No parece pegado al cuero cabelludo de su propietario y salta de su alojamiento cuando se produce laguna agitación. El gusto por el detalle funcional le obliga a Raf a dibujar zapatos dotados de tacón y suela bien diferenciados, en lugar del calzado, mucho más esquemático dibujado por Sanchís. Esta vez el puro humea, al menos en una viñeta y además, el bigote, en lugar de pintado, parece estar formado por auténticos pelos de bigote.
Pero dejemos el atrezzo y vayamos al personaje en sí. En primer lugar, la mirada del Agapito rafiano mira hacia un lado y hacia atrás, mira al frente con determinación cuando emprende la marcha y hasta para llamar a alguien tiene una mirada determinada. Además, con todo y tener el puro característico, este Agapito dispone de una boca para expresar a las mil maravillas sus distintos estados de ánimo. En los tebeos uno dispone de bocas distintas según le venga bien y le sea conveniente: con o sin labios, con o sin dientes, en un, en otra o en ambas mejillas, alargada hasta las orejas o reducida a un mero puntito, o , si eres un personaje de Segura, puedes tener una boca convertida en zona catastrófica si te sorprende un oso o un lobo u otra fiera corrupia.
En definitiva
No se trata tan sólo de dibujar bien. Insisto en que Sanchís, a estas alturas, realizaba un trabajo más que digno. Tampoco es cuestión únicamente de diseñar con la suficiente gracia el aspecto y la personalidad de los personajes. También eso lo hacía bastante bien, Sanchís. Pero para obtener el resultado de un tebeo memorable, realmente logrado, es preciso añadir a estas dos condiciones el cumplimiento de una tercera: poseer la capacidad de saber dar vida a los personajes empleando todos los recursos posibles. Raf estaba en posesión de esa capacidad profesional. Sus muñecos están vivos porque todos los rasgos que los componen y configuran lo están. Y dicho esto, en una categoría aparte, nos encontramos, claro está, con el caso de Vázquez, que se saca del tintero un Don Polillo que no tiene ojos ni boca y consigue otra creación genial, llena de vida. Pero bueno, hablamos del gran Vázquez....
NOTA: hoy me voy a tomar la licencia en esta nota de apartarme del tema del weblog (o lo que sea). Mi hermano mayor cumple cincuenta años (sí, sí, como el Capitán Trueno, o TVE) y quiero felicitarle desde aquí (abusando de la comprensión y de la amistad de mi compañero burgomaestre) y agradecerle tantas cosas que me enseñó. De entre todas ellas, le agradezco especialmente que me abriera la puerta mágica del mundo de los libros, poniéndome en las manos maravillas tales como las deliciosas aventuras de Guillermo Brown , de las cuales reproduzco aquí una de sus portadas. Gracias hermano, y muchas felicidades.
14 Comments:
Compa, me tomo la libertad de felicitar a su hermano. Y si fuese invierno yo le regalaría una bufanda como las que dibujaba Raf para que pareciera que va corriendo o semivolando cuando anda, pero como es primavera le regalaré unos cordones de los zapatos, también como los de Raf, que tanto le fascinan a ud. y que ahora me parece que son la simetría de sus bufandas. ¡Abrazos!
Pues muchas gracias, en su nombre. Y sí, con los cordones de los zapatos de Raf habría para hacer algún monográfico o una tesis doctoral, a elegir.
Yo también saludo a su hermano. Y le felicito a usted por tener un hermano mayor.
(Siempre quise ser un hermano menor... para que me descubriera las mitologías que abrazar..., pero siempre fui, ay, hermano mayor, es decir, el explorador; el que asume los riesgos guillerminos).
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Ya que estoy aquí, aunque sólo como curiosidad les comento que:
.... Adolfo García (ahora "de moda" por haber coloreado con tanto esfuerzo al planetoide Píncipe Valiente) también tuvo un Don Agapito (en 1984; en "La Nueva España".
Nada que ver, por supus, con los nuestros, pero por si el dato interesara.
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Muchas gracias, don Jesús, por los saludos. La verdad es que ser hermano menor te facilita mucho la vida, he de reconocerlo. Por otra parte, el dato de Adolfo García en relación a su Don Agapito es interesante, pero para este burgomaestre lo es aún más el de que sea el coloreador del "nuevo" Príncipe Valiente, porque...entre nosotros, a este burgomaestre tan esforzado trabajo no se ha visto coronado con el éxito, sino más bien todo lo contrario. A este burgomaestre no le ha gustado nada esa "corbenización" (el término es del otro burgomaestre) de la obra de Hal Foster. Dicho en mis propias palabras: el coloreador ha "redibujado desde dentro" muchas viñetas al dibujante y esa no es su labor, creo que se ha extralimitado. (Hace días que tenía esto en el "papo", usted dispense).
Pues sí, me reafirmo en lo dicho por mi compañero, eso de la corbenización, que lo ha sabido explicar mejor que un servidor. Desde luego... ¡Corberó! ¡Digo, Corben!
De nada les dispenso.
Yo no dije que me interese.
Mi opinión sobre las reediciones de clásicos planetoides ya está en la red internal.
Mi opinión sobre cómo se reedita un clásico ya está en los papeles.
O sea.
Sólo lo apunté coo dato curisoo.
Y ya digo, y que abundo: yo entiendo el amor que todos tenemos por Foster. Pero hay, ay, amores que matan.
Ysanseacabó.
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Pues dispense otra vez, que no me disculpaba por haber creído que a usted le interesara la mentada reedición, sino por haber utilizado su comentario (aportación de un dato interesante, como siempre)para lanzar otro un poco gratuitamente, concretamente, para emitir una opinión que, como todas las mías, nadie me había pedido. Por eso pedí que me dispensara, don Jesús, no por otra cosa. Y sanseacabó también (por ahora, claro).
Hola, soy el otro (y por tanto no soy aquél). Al ver que estas reediciones, o estas cosas, esta manera de hacer, tiene tanto predicamento y tiene tanto éxito, tengo la certidumbra de haber perdido comba, si es que alguna vez la he llevado...
No es cosa de éxito: es que ha sido la cmidilla en los dos últimos meses en los foros.
Se ha llegado a la violencia.
La verbal, claro (que la frente a frente no se practica: van de espaldas).
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Leí muy poco, un par de blogs. Y lo celebraban mucho, de ahí que supuese que era un éxito. Pero dice ud., don Jesús, que ha habido controversia. Menos mal. Sí..., esto de la violencia virtual ya la he leído en más de un foro... Me repugna tanto como la física; pero es más mezquina todavía.
No sólo mezquina...
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Opino que el "Robin Robot" se Sanchis no es esquemático para nada, menudos decorados siderales se gastaba el tio. Un saludo.
Amigo petiso, aquí no hemos hablado para nada del Sanchís autor de "Robín Robot" (y de Pumby), sino de Blas Sanchís, el creador de Agapito y de Don Tacañete, por ejemplo, que hizo multitud de portadas e historietas de Anacleto para "Superpulgarcito" . Saludos.
Don Olegario Somoza, buen juez
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