Sucumbe Don Berrinche o "La bella y el bestia"
En 1963 Don Berrinche ya había repartido muchos garrotazos. Había demostrado su profundo desdén, su enraizado odio por la raza humana y que nada le hacía más feliz que causar dolor a sus semejantes a través de las páginas de El Campeón primero, del Pulgarcito a continuación, y del DDT, después. Esta rabia furiosa exhibida indistintamente en las distintas publicaciones Bruguera, (que merecerá más post en el futuro, no lo duden) y mantenida ciegamente contra todo bípedo humano tenía, no obstante su sólida cimentación en la personalidad del personaje, su punto flaco, su talón de Aquiles, su Némesis... Es en el DDT número 598 , de 15 de abril de 1963 donde Don Berrinche tropieza con él.
Al principio de la historieta, Don Berrinche se ha jactado de que él sabe cómo hay que tratar a los vendedores a domicilio: con indomable indiferencia. Él posee una férrea voluntad, él es Don Berrinche, el terror de los pusilánimes, el azote de los débiles. Sí, pero Don Berrinche es un hombre al fin y como tal, un pelele, un muñeco de trapolene en las manos de la poseedora de una dulce carita dotada de rizadas pestañas. Eso es lo que podemos encontrar en las reveladoras viñetas que aquí les muestro.
Quizá se deba a que los años han pasado por él desde sus inicios, tres lustros atrás, y a que su garrote ya no es tan tremebundo, ni tan punzante. El caso es que Don Berrinche sucumbe, pierde el control como un mozalbete. Las piernas se le arremolinan, el puro le surge de entre los dientes espontáneamente erecto. Todo él se encabrita, se derrite y se abandona al fin al frenesí de su derrota, ofrendándose sumiso al objeto de su adoración., cayendo, literalmente, rendido a los pies de la beldad de verdad. Al final, por supuesto, nada de nada. Don Berrinche acaba chasqueado. La bella, que sólo buscaba el beneficio económico, ha derrotado al bestia, sacándole los cuartos y dejándole un mamarracho en el salón. El bestia, que ya no tiene motivo para jactarse, sino para lamerse las heridas en su cubil no le queda más que razonar para su coleto aquello tan socorrido de. “La vida es así” y disimular ante los amigotes.
Peñarroya se deja llevar dibujando con la libérrima intención de un auténtico fauno. Su retrato del macho en celo tiene una sinceridad desarmante, inhabitual para semejante tema en los tebeos de la Casa Bruguera (y de cualquier otra casa, en esos años). Una demostración de autenticidad tal sólo se produce en otros autores cuando, por ejemplo, Escobar dibuja comilonas a base de morcillas, chuletas a la brasa o canelones, o cuando Vázquez se ríe de los convencionalismos, o cuando Cifré nos muestra a un enamorado esperando a la novia alumbrado por una farola, o cuando Jorge perfila a un envidioso o a un iracundo, o cuando Conti diseñaba un chiste con trasfondo de curiosidad científica. Entiéndaseme, no hablo de lo que los dibujantes eran , sino de lo que mejor veían. Cosa que, ciertamente, quizá nos diga mucho de ellos, pero eso requeriría más reflexión y más sabiduría de la que dispone este burgomaestre.
PD (para que la lean sólo los Don Berrinches que entran en este weblog (o lo que sea): Uno puede ir haciéndose la imagen de uno mismo que más le plazca, pero todo salta por los aires si un día entra en su vida una carita como esta de aquí al lado y lo mira a uno entre dos aleteos de pestañas. ¡¡Ya no digamos, si le sonríe!!Nota: Me he tomado la libertad de hacer este montaje con una foto que tomé de Marisol directamente de la tele la otra noche que ponían un “Galas del Sábado” del año 1969 en el canal de los 50 Años de TVE. Que conste que las sendas esposas de los burgomaestres son aún más guapas. Palabra.
6 Comments:
¡Y más jóvenes!
Ah, y magnífico post, compañero.
Vaya gachí...Y eso que antes la censura suprimía curvas por doquier por lo que las féminas seductoras solían ir muy recatadas. Si llegan a pillar al Segura de la última época con aquellas macizorras semidespelotadas que dibujaba en el postrer TBO se ponen las botas.
"En 1963 Don Berrinche ya había repartido muchos garrotazos. Había demostrado su profundo desdén, su enraizado odio por la raza humana y que nada le hacía más feliz que causar dolor a sus semejantes"
¡Diantres! Según esta descripción, resulta que DON BERRINCHE ERA UN TROLL DE LOS 60 !! JAJAJAJA!!
A ver si va a ser verdad que no hay nada nuevo bajo el sol. Tantas cosas que parecen de actualidad, y gracias a ustedes estoy viendo que el cómic ya las reflejaba desde hacía décadas. ¡Será posible...!
Si el Sr. Peñarroya viviera en nuestros días, quién sabe si nos presentaría a un Don Berrinche que ha cambiado el bastón por el portátil, se ubica allá donde le pille cerca una red Wi-Fi y se pone a insultar a todo quisque por la red: Eres más tonto que una batería sulfatada, más inútil que un antibiótico contra la gripe y más feo que el Fary con estreñimiento...
Jejejejeee... ¿Os lo imagináis?
Larsen
Si Don Berrinche ha sucumbido...qué no haremos nosotros.
Sí, mi buen chespiro, sí...Los que no somos tan duros como Don Berrinche caemos como moscas. Y sí, señor Larsen, "Nada nuevo bajo el sol" es un lema con el que se puede transitar por el mundo sin temor a equivocarse. Y fíjese bien, que, este don Berrinche de este post es de los sesenta, pero ya llevaba desde 1948 con el mismo talante...y la misma crispación. Sólo que mucho más simpático que los de ahora, claro.
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