Tarde de fútbol
Hoy, cuando volvía del trabajo, he visto a muchos aficionados acudir en peregrinación al Camp Nou para asistir al que promete ser un partido de los que hacen época. Veremos como vuelven. Yo, solidarizándome con ellos, les cuelgo aquí esta portada de un extra del DDT de 1961, obra de Peñarroya, la cual, como todo aquello que alguna vez ha ilustrado la irracionalidad del hombre, mantiene toda su vigencia tantos años después.
7 Comments:
Sabias palabras, compañero burgomaestre. Y deliciosa elección.
¡Y tanto! A la salida, unos cafres ingleses han destrozado un bar y golpeado a sus ocupantes. Nada que ver con las cómicas disputas de Pepe el hincha con sus rivales del Menisco.
Bueno, bueno, en esto del descalabro existe una especie de Hermandad Internacional Balompédica que ya, ya...
¡Memorable!
En el entonces... pasaban buses abarrotados por las calles principales hacia el estadio y gritaban lo de "¡Al fútbol", al partido!
Iban abarrotados; y siempre cabía alguien más (mi papá se codeaba, o sea, daba codazos a todo pasto para que no me aplastaran los mayores. Me buscaba un hueco junto al conductor, pegado al cambio de marchas -aquella palanca gigante que salía de un vientre caluroso y ballenal donde iba el motor interno-, y yo dejaba el bastón apoyado en el sillón del conductor y me agarraba al respaldo en un equilibrio imposible. Olía a rayos y a diésel).
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Vaya amigo anónimo, ha dejado usted marivollsamente enccuadrado este post con su evocador comentario.
Discúlpenme: era yo.
(Algo hice mal)-
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Ah, ¡por eso nos había parecido el comentario tan maravillosamente enccuadrado! Jesús, ud. no hace mal ¡nada!
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