Doña Tomasa, o La Comedia Humana
Un tercio del tríptico
Josep Escobar i Saliente fue un creador polifacético. Casi, casi, el hombre renacentista de Bruguera. Tal afirmación se basa en que su inquietud creativa no se limitó a desarrollarse sobre una mesa de dibujo, como historietista, pues estrenó comedias y realizó películas de dibujos animados, desarrolló métodos de enseñanza del dibujo de tebeos y caricaturas y, además, ideó y patentó diversos inventos y juguetes. Dentro del terreno de las viñetas, su obra es de tal magnitud que permite encontrar en sus confines muestras de muy variadas temáticas y características. Algunas series tuvieron una existencia efímera (como la tuvo “Julito, un terrible gamberrito”-El Campeón de las historietas, Tio Vivo y DDT-, o “Don Juan Verdades”-Suplemento de Historietas del DDT y DDT) o efimerísima, (como “Noemí, Clarita y su amiguita”, DDT 1963), y otras tuvieron una vida tan larga como las de los popularísimos Carpanta y los gemelos Zipi y Zape, que empezaron a galopar a finales de los años cuarenta y todavía no se han detenido. Dentro de tan ingente y variada producción, hay tres series que forman lo que podríamos denominar el “Tríptico femenino de costumbrismo vecinal” (nombre feísimo, lo reconozco) en el que se agruparían “Blasa, portera de su casa” –Tio Vivo,1957-, “Doña Tomasa con fruición, va y alquila su mansión” –DDT,1959- y “Doña Trini y sus animalitos” –Tio Vivo, 1960-. En estas tres series coinciden una serie de elementos fundamentales que las caracterizan y relacionan.
Primera característica: EL PROTAGONISMO CORRESPONDE A UNA MUJER (lo que ya constituye , en cierto sentido, una especialidad más que notable dentro del panorama tebeísitico nacional) que, o bien tiene un marido inepto o incapaz (de la Blasa, la portera) , o no tiene pareja en absoluto. Es decir, que hablamos de mujeres independientes que ostentan algún cargo o responsabilidad (aunque, en el tercer caso, el protagonismo se desplace hacia la realquilada, ésta asume ocuparse de cuanta bestia se cruce en su camino, introduciéndolos en el inmueble e ingeniándolas para burlar la vigilancia de la “superioridad”). Escobar añade a estas tres series otras con protagonistas femeninas, siendo la más popular Petra y la más controvertida “Doña Tula, suegra”, lo que lo convierte en un especialista consumado en la materia. Su visión de las mujeres como dueñas de su destino es patente y se opone al estereotipo más extendido. Su colega Peñarroya es un apasionado de las mujeres y sabe reflejar su mundo muy agudamente, pero su visión del mundo femenino se limita a dos facetas básicas: la mujer como ama de casa y como objeto de deseo. Todos los esfuerzos de las mujeres de Peña se concentran en un único objetivo: vaciar la cartera de los maridos en el primer caso y burlarse de los pretendientes en el segundo (en tanto carezcan de recursos económicos). Por su parte, Escobar es capaz de concebir mujeres con inquietudes diversas, resueltas a acometer diferentes empresas y, sobre todo, a salir adelante por sí mismas, sin recurrir a ningún hombre.
Digresión ilustrada: En el caso de Doña Tula, suegra, nos hallaríamos ante un tipo de mujer excepcional. Dotada de un fortísimo (prácticamente criminal) carácter, la suegra por excelencia de los tebeos Bruguera mereció en su día un post en este weblog (o lo que sea) en el que se insistió mucho en su sadismo y en su masculinidad y en el cambio de parentesco que sufrió en su segunda etapa, tras habre sido engullida por la censura, y tal vez no lo bastante en el humor loco de Escobar. Como desagravio al genio de Granollers, colgamos aquí al lado la viñeta inaugural de la serie, extraída del mismísimo DDT número 1, en la que ella misma se presenta a los lectores y hace toda una declaración de principios . No menos mujer independiente es Petra, trabajadora que tiene a otra mujer por patrona de la que, no obstante su condición de empleada del hogar, no se siente subordinada.
Segunda característica: IMPORTANCIA DE LOS PERSONAJES SECUNDARIOS:
La galería de personajes, excéntricos y pintorescos, constituye el núcleo de las historias de que se nutren las tres series. En este sentido, señalemos que, en las antípodas de Escobar se movería, por ejemplo Vázquez, quien minimizaría siempre al máximo el número de personajes en la mayoría de sus series. Incluso en las más pobladas (las series familiares), el creador de Anacleto prescinde de personajes secundarios fijos y, por lo regular, tiende a urdir series en las que sus protagonistas, hablen lo menos posible y que, incluso, ni aparezcan . Si Vázquez derrocha ingenio para economizar esfuerzos, Escobar, por el contrario, hace lo propio desbordando al lector con una rica galería de personajes que, además, dialogan profusa y ágilmente, relatándonos múltiples detalles de su biografía y de sus circunstancias en general.
Tercera característica: ÁMBITO VECINAL. El retrato del escenario en que se desenvuelven los personajes, el marco de una casa de vecinos, con sus exactas concesiones a la vida cotidiana de las clases sencillas de la sociedad forma parte fundamental de las tres series, es el armazón sobre el que se formará el tapiz de las distintas historias. Un ámbito costumbrista en el que, como veremos, lo asombroso (o como mínimo, lo chocante) penetrará a menudo para provocar el desquicie del cotidiano orden establecido.
Un lustro de Tomasa
Desde enero de 1959 hasta diciembre de 1963 van cinco años, doscientas cincuenta semanas a través de las cuales Escobar fue desarrollando el microcosmos de Tomasa, sus realquilados y vecinos, lo que no es, desde luego, moco de pavo. A lo largo de estos dos centenares y medio de páginas vemos desarrollarse ante nuestros ojos un mundo fascinante, que permanece apegado a la cruda realidad y, al mismo tiempo, que pugna por elevarse hacia cimas de fantasía. Un mundo en el que los bebés roen hierro forjado, los serenos van a la cárcel por robar enfermedades, las pitonisas estudian para fakiras, un hombre elástico roba tortillas o un alienígena va al boxeo, y todo ello sin salirse de los estrechos márgenes de la España del franquismo. Por muchos conceptos, esta serie de Escobar es una Obra Mayor, un logro creativo de primer orden y una de las series de historietas más interesantes entre las muchas que son comúnmente ignoradas y que, seguramente, se perderán en la NADA.
Vía libre a la extravagancia
El registro cómico de Escobar, su visión personal de humorismo, consiste en conjugar la realidad diaria y tangible, de tinte costumbrista, con lo insólito y hasta lo bizarro. Mientras que la comicidad en Peñarroya radica en el absurdo que subyace en los usos sociales, en nuestros comportamientos y actitudes, Escobar permite que fluya una corriente de locura en sus historietas en vena de humor. El disparate y lo surreal habitan el universo de Escobar, enraizado, por otra parte, en hechos marcados por las realidades más concretas. Esta tendencia, apenas apuntada en la serie de “Blasa”, se hace patente en “Tomasa”.
En principio, el panorama que pinta Escobar, cargando las tintas en la extrema precariedad en la que se ven obligados a malvivir los realquilados de doña Tomasa, parece abonado la neorrealismo español (si es que tal cosa ha existido). Eloísa y Abelardo, con su bebé Rosauro, llegan a la “mansión” de doña Tomasa en el número 400 del DDT(de fecha 12 de enero de 1959), inaugurando el desfile de personajes en busca de un incómodo acomodo. A ellos les corresponde el cuarto de baño (haciendo las veces de cama de matrimonio, la bañera, y al bebé le sirve de cuna, el lavabo). Más adelante, en el número 409 (de fecha 16 de marzo de 1959) veremos que consiguen requete-realquilar una parte de un armario a un nuevo requete-realquilado. Don Salustiano, el sereno enfermizo, se aloja en un baúl. Los problemas surgen debido a tan estrecha convivencia (en los dos sentidos de la expresión: proximidad y escasez de medios económicos) se reflejan, por ejemplo, en la historieta del número 404 (de fecha 9 de febrero de 1959), en la que doña Tomasa y doña Eloísa pelean a brazo partido acusándose mutuamente de la erosión de sus respectivas y míseras propiedades. A saber: una barra de pan duro y un hueso. Detrás de la merma no hay otro que Rosauro, el asombroso bebé-trituradora. En otra historieta (DDT 417, de 11 de mayo de 1959) también se sacuden de lo lindo cuando se dan cuenta de que mientras se pelean, el cobrador del recibo del gas, por no interrumpir, se marcha sin cobrar. Ni que decir tiene que terminan molidas y pagando...
Con el transcurso de los números, esta incidencia en la penuria económica de los personajes como excusa argumental irá cediendo paso a una mayor participación de elementos fantásticos. Aunque en ningún momento se eludirá la humilde condición de los habitantes de la casa, de la que ellos mismos siempre serán plenamente conscientes, su naturaleza estrambótica y la de las cosas que suceden trascenderá finalmente hacia terrenos alejados de la realidad. Vean si no, estas polillas gigantes de la historieta del DDT 574 (14 de mayo de 1962), las cuales, tras haber ingerido un muestrario de vitaminas, ofrecen un aspecto tal que parecen salidas de algún grabado de la serie de Los Caprichos, de Goya.
La vida en la mansión Tomasa
Las existencias de los personajes escobareños de esta serie, de acuerdo con sus modestas economías, son bastante achuchadas, pero no desgraciadas. Los personajes de Escobar no se limitan a interaccionar con la finalidad funcional de sacar adelante un gag tras otro o para concluir felizmente una historieta con un chiste final. Aunque la política de doña Tomasa la lleva a preferir que entre sus inquilinos haya “poco trato”, es esta una declaración de principios que no se sustenta en los hechos, que, bien al contrario, se suceden en muy otro sentido, pues si bien los inquilinos se turnan para utilizar la cocina o el cuarto de baño y doña Tomasa es bastante egoísta con los bienes materiales que consigue (pretende ocultar la adquisición de una televisión en el DDT 566, por ejemplo), el ambiente es familiar y los inquilinos tienen una convivencia cálida y fraterna. Su autor los dota de una humanidad tal que les permite algo tan simple y tan mágico como “hacerse compañía”. Pocos autores de historietas como Escobar son capaces de crear la sensación de natural camaradería que se puede encontrar en su obra. Así, por ejemplo, asistimos a las sesiones de radio-serial que comparten doña Tomas y doña Eloísa en diversas historietas. En el transcurso de una de esas sesiones, en la relatada en el número 477 (de fecha 4 de julio de 1960), por ejemplo, queda constancia de la fragilidad de la instalación eléctrica del edificio, muestra de lo lejos que estaba España en general, de ser una sociedad del confort. Las dos mujeres se ven obligadas a saltar constante y alternativamente para conseguir que se haga el contacto y nos se interrumpa la emisión del capítulo.
Las dificultades de los inquilinos para pagar el alquiler, para alimentarse y hasta para mantenerse calientes son distintos temas recurrentes de esta serie y que revelan su carácter de magistral retrato social. Valga como ejemplo la historieta del número 525 (de fecha 1 de junio de 1961), en la que , para conseguir carbón, doña Eloísa deja un capazo lleno de piedras de buen tamaño, pintadas de negro, en el pasillo. Tal como ella tenía previsto, los vecinos le van cambiando subrepticiamente esas piedras grandes por piezas más pequeñas de carbón auténtico y la suministran así del combustible preciso para usar la cocina comunitaria. Espléndida argucia de pícaro.
Galería de personajes
La serie de doña Tomasa no es, ni de lejos, de las más populares del maestro Escobar, quizá a causa de la falta de tirón de su protagonista, una mujer entrada en años, sin atractivo evidente. Y es que , realmente, el protagonismo de la serie es para el colectivo en su conjunto. Es el grupo de personajes, estupenda galería de disparatados sujetos, quien reúne el máximo interés, sin dejar, por otra parte, que el lector pueda identificarse especialmente con ninguno de ellos. Tal condición dificulta bastante que una serie de historietas alcance la deseada popularidad. No obstante, su existencia se prolongó, como ya hemos dicho a lo largo de cinco años, desde enero de 1959 hasta diciembre de 1963, en unas doscientas cincuenta magníficas historietas. Una de las claves que explicarían su prolongada permanencia es sin duda, su singularísimo elenco de personajes, al alcance tan sólo de la fértil imaginación de un creador nato, como era Escobar.
Doña Tomasa, la titular de la serie, es viuda de un cazador de fieras africanas, hecho este que se revela en la historieta del DDT 406 (23 de febrero de 1959), en su séptima comparecencia en las páginas del semanario. Su soledad, para bien o para mal, se ve paliada por la compañía de sus inquilinos y también por su afición al coñac, que toma, en cambio, en solitario, sin convidar a nadie, sirviéndose de su propio barril, tal como vemos en la historieta del DDT 410 (23 de marzo de 1959). Su egoísmo, por cierto, se verá burlado por una estratagema de su realquilado Abelardo, digna del Lazarillo (y es que la picaresca será una constante a lo largo de las diversas anécdotas narradas en la serie).
Eloísa y Abelardo, cuyos nombres entroncan nada menos que con la tradición romántica (que se remontaba a su vez a los hechos de la pareja de amantes franceses –maestro filósofo él, de la escuela catedralicia de París y adolescente alumna ella, sobrina del canónigo de la Catedral, Fulberto- que en el siglo XII protagonizaron su mítica y trágica historia de amor y separación en la capital gala y cuyo sepulcro en el cementerio parisino de Père Lachaise es todavía hoy visitado por enamorados de todo el mundo), son los primeros inquilinos de doña Tomasa a quienes conocemos y su mérito fundamental consiste en haber concebido al extraordinario bebé Rosauro (quien, por cierto, de haber seguido la analogía con la historia medieval, debería haberse llamado Astrolabio).
Rosauro, el terrible retoño, vástago de Eloísa y Abelardo, dotado de una dentadura formidable (producto de haberse criado en Alicante, a base de turrón), es un desastre natural capaz de reducir a cenizas los más disparatados objetos, a cual de mayor dureza. Es la estrella de la mayor parte de los episodios de la serie. Sus hazañas no tienen fin: desarma a los cacos en diversas historietas, afeita a los toros, cuando asiste a una corrida (DDT 438, 5 de octubre de 1959); en la aventura playera del Extra de Verano de 1961, deja reducido a la raspa al tiburón que comete la temeridad de atacarle. También reduce a un fino polvillo las pesas de un forzudo de circo, deja sin manivela a unos organilleros pelmazos o hace enmudecer las campanas de una iglesia con la sola ayuda de sus dientes. Su fama se extiende más allá de las fronteras y en la historieta del número 445 (23 de noviembre de 1959), unos gendarmes franceses devuelven a España doña Tomasa, doña Eloísa y al propio Rosauro (que estaban disfrutando el premio de un concurso de una marca de sopas consistente en un viaje a la ciudad del Sena) para proteger la integridad de la Torre Eiffel. Emparentado lejanamente con Cocoliso, tuvo algunos primos cercanos en los bebés vazqueños: el de la familia Churumbel, que afanaba encaramado a la espalda de su madre, o el más afamado Angelito. Sus proezas dentales siembran el estupor y sus incisivos asolan las viñetas royéndolo todo a su paso. Él es el responsable de la mayoría de las resoluciones de las historietas de la serie, con intervenciones decisivas, en los cinco años de su andadura.
En su atrayente mixtura de costumbrismo y disparate, Escobar no duda en incluir un extraterrestre en las peripecias de la serie. K3Q se presenta por las buenas ante la puerta de doña Tomasa, en el número 537 (14 de agosto de 1961), con la misma modestia que un cobrador de recibitos y su presencia es aceptada con toda naturalidad, por lo que doña Tomasa lo toma como inquilino y le alquila ni más ni menos que una sencilla silla de anea. Es este de Escobar un extraterrestre de aspecto encantador, como pensado para ser una mascota perfecta para los niños. El tierno cariño con el que los personajes de Escobar caminan de la mano (de forma análoga a como sabe dibujarles saludándose gozosos en plena calle –como vimos en una entrada anterior-) puede comprobarse de manera enternecedora en esta estrambótica viñeta de la historieta del número 544 (de 23 de octubre de 1961), en la que doña Tomasa conduce al pequeño alien como haría con un niño pequeño. Este ser de lejanas galaxias, que hace verdaderos esfuerzos por entendernos a los humanos, topa en esta ocasión con nuestra incongruente relación de atracción-repulsión por la violencia al presenciar una velada de boxeo, su incomprensión ante la situación le cuesta pagar con una estancia en el calabozo. La imagen del alienígena, diseñada con gusto por la fantasía y con certera mirada de niño recuerda a este burgomaestre a los esbirros de la Bruja Malvada del Norte del Mago de Oz, por ser el resultado también de una mezcla en la que el componente simiesco es el más abundante (más algo de insecto, por las antenitas y algo de loro, por el pico. En todo caso, se trata de un mamífero, porque Escobar le dibuja ombligo y no carece de pudor, pues viste pantaloncitos, ni de coquetería, pues luce capita).
Doña Sibilina, una pitonisa con aspecto de vampiresa (o mejor aún, de vampira, según los cánones góticos de Tod Browning), aporta, con su esbelta figura y larga melena, un toque sensual a la serie. Su rostro, francamente feo en sus primeras apariciones, dotado de una descollante napia que rivaliza en tamaño con la de su casera, se dulcifica y embellece notablemente con el paso de las semanas. Sus dotes de adivinación son innegables y sus pronósticos, certeros. A ellos suma también su habilidad hipnótica, que consigue hacer levitar a doña Tomasa y hacerle creer que hace frío en plena canícula, en el Extra de Verano del DDT de 1959. Su llegada se relata en el número 420 (de 1 de junio de 1959), cuando ya la habíamos visto en varias historietas, pero Escobar se preocupa de dar las oportunas explicaciones en un ejercicio de responsabilidad narrativa. En la narración de la llegada de Sibilina a su nueva morada nos enteramos del precio del alquiler: 500 pesetas mensuales por adelantado, precio que la pitonisa paga con un billete falso que recupera ofreciéndole una sesión de adivinación a su nueva casera al mismo precio. Su conciencia le obliga a adelantar que futuras sesiones serán más baratas, a cinco duros (veinticinco pesetas, unos quince céntimos de euro). También en esta esclarecedora historieta nos enteramos de que puesto que el cuarto de baño lo tienen realquilado Eloísa y Abelardo, los demás inquilinos sólo pueden usarlo el sábado por la noche, que es cuando ellos van al cine. A partir del DDT 472 (30 de mayo de 1960) vemos que se pone a estudiar para “fakira”, lo que la permite lucir un aparatoso turbante, modelo B-52. En la historieta del número 651 (de 4 de noviembre de 1963) se vale de su poder (y de su sabio manejo de una información sensible) para lograr el máximo objetivo de la mujer de estos años: casarse con un buen partido.
Don Chicle, un misterioso personaje con acento extranjero, proporciona a Escobar la oportunidad de ofrecer una serie de brillantes imágenes insólitas, que nos recuerdan algunos trabajos del gran Opisso para el TBO. La incorporación de un hombre elástico, u hombre de goma, es una audacia notable por parte de Escobar, especialmente, porque la base de su obra es realista (como, en general lo es la línea editorial), como realistas son las motivaciones del mismo don Chicle, totalmente prosaicas, como alcanzarle a doña Tomasa un mortero que está sobre un armario. Por otro lado, Escobar se permite una ligera insinuación, a través de boca de sus personajes, un tanto subida de tono, cuando la viuda, sonriente, comenta “me parece que le llamaré a menudo” a lo que el hombre capaz de estirarse asombrosamente añade con aplomo “Un hombre de goma servir para muchas cosas”. Las perentorias necesidades más comunes se imponen sobre el vuelo de la fantasía. En la historieta del número 503 (de 2 de enero de 1961), por ejemplo, sus inverosímiles poderes se ponen al servicio de obtener una humilde tortilla de la no menos humilde cocina de doña Tomasa.
Doña Cotorrez, un sensacional hallazgo cómico, es una ególatra egotista fantasioso-delirante que padece incontinencia verbal. NO puede dejar de hablar de sí misma, alabándose constantemente, relatando las más insospechadas y disparatadas maravillas de su propia biografía. En las historietas en las que aparece, a partir de su debut, en el DDT 506 (de 23 de enero de 1961), donde se llama doña Gonzala (el cambio de nombre tal vez lo motivó la existencia de alguna Gonzala real, que pudiera haberse sentido aludida), todo intento de hacerla callar por medios de persuasión o puramente mecánicos se ve condenado al fracaso. Taparle la boca se revela inútil, pues es ventrílocua (DDT 535,14 de agosto de 1961), hacerla dormir tampoco sirve, pues habla en sueños (DDT 544, 16 de octubre de 1961), y mandarla a la calle arrojándola por la ventana sólo provoca que se pertreche de un vehículo con megafonía para continuar su perorata desde la vía pública (DDT 555, 1 de enero de 1962). Hasta la intervención de Rosauro, en la historieta de debut resulta ineficaz, pues el agujero que excava con su boca prodigiosa se traga a la charlatana, sin acallarla. La actitud de tranquila complacencia con la que doña Cotorrez desgrana su torrente de despropósitos produce un efecto de irresistible comicidad, en contraste con el pánico que desata en su audiencia. Comicidad equiparable a la ya de por sí desternillante que atesoran los desatinos biográficos que manan de su voz inagotable, delirios de grandeza tan desaforados como irresistibles.
Don Salustiano, un hombre de salud en extremo frágil, de consecuente aspecto tristón y escuchimizado, vive en un baúl y es sereno de profesión, aunque sólo puede ejercer a las horas de pleno sol por prescripción facultativa, tal como se nos cuenta en el DDT 442 (de 2 de noviembre de 1959). Una semana antes a don Salustiano le habíamos visto en la prisión, pues su médico le había denunciado por “robar enfermedades”, dado el incesante contagio que practica. Como enfermo contumaz, don Salustiano mantiene una relación intensiva con el médico, quien prueba de administrarle todos los medicamentos en una sola gragea de pantagruélicas dimensiones en el DDT 520 (de 1 de mayo de 1961).
Uno de los últimos inquilinos de doña Tomasa es, lo que podríamos llamar, el inquilino explosivo. Tan audaz, por lo menos, como para meter un alien en una casa de vecinos de la España de finales de los cincuenta, había que serlo para incluir una figura tan subversiva como la de un dinamitero. Así sucede en el DDT 653 (de 18 de noviembre de 1963) y Escobar lo hace con remarcable dedicación, otorgándole al personaje la casi total integridad de la página y caracterizándolo con mimo, casi como si tuviera a alguien concreto “in mente”. En efecto, su físico espigado y el vestuario seleccionado (boina, pañuelo al cuello, camiseta a rayas y traje con remiendos en codos y rodillas) dan qué pensar. En cualquier caso, es otra excelente caracterización para un personaje episódico, que en este caso representa muy bien a la figura de un revolucionario popular. Rosauro, claro está, impide la deflagración, porque le asiste la fuerza desatada de su naturaleza indómita, a la postre más poderosa que el más potente de los explosivos (incluidas la cloratita, la dinamita y el ácido bórico).
Otros personajes que se pueden encontrar en esta sensacional serie son, por ejemplo, el artista multidisciplinar don Aristóteles (que viene a ocupar el lugar de otro artista que le precedió, el escultor don Marmolete que vimos en el DDT 493 de 24 de octubre de 1960), precedente claro de “Aniceto, artista completo” (DDT,1970); el vecino aristócrata don Sigerico, caballero de noble cuna con armaduras en casa listas para ser roídas por Rosauro; el forzudo de circo, don Bíceps, que tira descaradamente los tejos a doña Sibilina en una viñeta llena de intención de la historieta del DDT 491 (10 de octubre de 1960). También, por supuesto, muy diversos clientes de la pitonisa, uno de los cuales, al estar la bola con la que doña Sibilina hace sus predicciones, rota por causa de una acción del incontrolable Rosauro, recibe un aviso fragmentado, que le lleva a ser víctima de la explosión de una granada alemana, de las que desgraciadamente sembraron las tierras españolas durante la Guerra Civil (apunte en verdad atrevido del gran Escobar).
La cuña:
Como curiosidad, anotemos que en las historietas de doña Tomasa ( en torno a finales de 1961) podemos encontrar algunos anuncios insertos en la acción. De forma más habitual, tanto “Chicles Duglas”, como “Bálsamo Orietal. Callicida infalible” eran reclamos que aparecían aquí y allá , en forma de carteles, en las viñetas de las historietas de los primeros años sesenta. De manera más curiosa (y a la vez, más desconcertante), se pueden hallar en algunas historietas de doña Tomasa anuncios de “Balsamín” colocados en algún momento de la accion, en boca de algún personaje.
Dos extravagancias añadidas a modo de apéndice.
Como la entrada ha quedado corta (¡Je!) y al hilo de la muy loable costumbre de Escobar de dislocar el orden establecido insertando retazos de superrealidad, y también por el indudable interés que por sí solas atesoran, traigo aquí dos momentos extravagantes de entre los muchos que el maestro imaginó y dibujó, a lo largo de sus muchas décadas de trabajo incansable.
Petra visita a Toby
Saliendo de las páginas de su domicilio habitual, la revista Pulgarcito, Petra se cuela en el DDT. Deja un mundo amarillo y se introduce en el mundo verde donde habita su hermano de tinta, el perro de don Anito. El encuentro nos proporciona un momento peculiar, extraño, cálido y enormemente tierno, en el que intuimos que Escobar realmente debía sentir un cariño especial por los perros. Si no hubiera creado a Toby, ni a Manduca (el perro que fue mascota de Carpanta durante varias semanas en 1959), haber dibujado esta viñeta tan sólo habría bastado para comprender esto. La pregunta de Petra “¿Te gusta que te acunen, eh?” tiene la cualidad de sonar en la mente del lector y de quedar en su memoria.
Elefantes en el hogar
Puestos a imaginar disparates caseros, Escobar era el rey. Como prueba irrefutable, esta página extraída del DDT número 406 (de 23 de febrero de 1959), en la que preludia muchos momentos de “Doña Trini y sus animalitos” (Tio Vivo,1960). La extraña (e innegable) belleza gráfica de los paquidermos dibujados por Escobar se distribuye generosamente a lo largo y ancho de una página espectacular e irrepetible (de la cual aportamos aquí una muestra), valiosa como obra de creación por sí misma. Y además, es muy divertida.
Un apunte final
Ya hemos dicho, en alguna ocasión anterior, que el estilo gráfico de Escobar evolucionó (como el de todos sus compañeros) de unos comienzos más o menos homogéneos, basados en líneas redondeadas, suaves y muy fluidas, para derivar después hacia su propio estilo personal, algo más mecánico y menos plástico. La serie de Doña Tomasa duró lo bastante para que podamos comprobar, sin salirnos de ella, algunos de los pasos intermedios que el artista dio en su camino estilístico. Las figuras de las primeras entregas son claramente más “realistas”, mientras que los rasgos característicos de los personajes se fueron acentuando con el transcurso del tiempo, hasta consolidarse, definitivamente, con un aspecto más caricaturesco. Basta observar, en esta doble exposición de dos doña Tomasas (una de 1959 y la otra de 1962) la forma de su peinado para entender, mejor que a través de mis torpes palabras, lo que intento explicar. La primera doña Tomasa se ha hecho un moño de proporciones razonables. La segunda, en cambio, rivaliza con Wilma Picapiedra.
En cuanto a la técnica narrativa de Escobar, valga decir que sus historietas tienen mucho que ver con el teatro por la enorme importancia de los diálogos, que son tan divertidos que pueden leerse solos y también porque el punto de vista preferido es el frontal, como si estuviéramos frente a un pequeño escenario en el que los actores (o las marionetas) representan una función. No obstante esta afirmación general, Escobar intercala con acierto primeros planos y alterna puntos de vista en ocasiones, como en la viñeta de muestra, extraída del DDT 560 (de 5 de febrero de 1962) en la que se prueba, sin dejar espacio a las dudas, que Escobar era un maestro que dominaba a su antojo la técnica de contar historias mediante el lenguaje del cómic.
NOTA: la fotografía del gran Josep Escobar está escaneada de la portada del "Selecciones de humor del DDT" número 123, de 2 de febrero de 1959.
37 Comments:
¡Soberbio post y soberbios personajes! Como dijo el Garci, ¡qué grande es el tebeo español! ¡Felicidades, amigo y compañero burgomaestre!
Qué pedazo de artículo, muchas cosas a comentar:
1- Una gran sonrisa con la conversación del pollo y Doña Tomasa.
2- Siempre había pensado en Escobar como un retratista de costumbres ¡qué bueno era cuando le daba al suuuuurrealismo!
3-"Un hombre de goma servir para muchas cosas" conozco a un amigo que tenía una mujer de goma en el armario, fruto de una borrachera en una despedida de soltero, pero creo que él sólo lo usaba para una cosa (un tío sin imaginación)
4- La cara del segundo elefante es hilarante...
5- Me he enamorado perdidamente de la fakira que se casa con un ricachón de nariz verrugosa.
6- ¿Vazquez podría haber sacado su Gugú del niño unicejo de Escobar?
7- ¿Por qué los burgos tienen que tener una notaria? ¿Por qué no se dedican sólo a esto?
8- ¿Para cuando una buena edición de todas estas maravillas semi desconocidas para los más jóvenes?
Lobo: Para el mes que viene si Dios quiere.
(Hoy tampoco me he tomado la medicación)
Remarco lo que dice Choko en último lugar: ¿Para cuando una buena edición de todas estas maravillas?.
Para cuando, señores de Ediciones B. ¡Ustedes tienen los derechos de todas estas maravillas!. Por favor, escúchenme: ¡¡Publiquen las grandes obras de la casa Bruguera!!.
Por gritar que no sea...
Me uno a la petición de Mortadelón.
Reediciones de todas las grandes obras de Bruguera ya!!!
Incluido personajes no tan conocidos como Benito Boniato y tal...
La verdad, leído el retrato de los secundarios de esta serie, dan unas ganas tremendas de leerla, ¿no es así?
Muchas gracias a todos,amigos. Os aseguro que celebro especialmente que os haya gustado el post porque (aparte de sentirme recompensado por el esfuerzo realizado) realmente tenía la impresión de estar mostrando algo que valía la pena mostrar. Una serie que, por el momento en que se publicó, un periodo algo gris e indefinido de la editorial, había quedado bastante olvidada y en forma bien injusta. Al revisarle, he tenido la sensación de estar ante una Obra Mayor, como digo en el post. Y he intentado comunicar esta idea. Parece que lo he conseguido porque os veo deseosos de leerla. Bien, de eso se trataba, más que nada. Así que me uno a las peticiones y, como suelo decir, mientras nuestras solicitudes no se vean satisfechas, conformémonos con Lady Filstrup, que desde aquí haremos lo que podamos... Pues eso, gracias a todos por vuestros amables comentarios. Ha sido un placer, como siempre.
Me añado a las peticiones de publicación. ¡Es una absoluta vergüenza que este patrimonio permanezca escondido! En otros países sería una gloria nacional, siempre al alcance del público, con tesis doctorales que lo estudiarían, etc.
Siempre he pensado que una biblioteca de "imprescindibles" debería empezar por Vázquez, Coll (¡hablad de él y su trágica trayectoria!) y Raf, pero visto el post añado inmediatamente Escobar a la lista...
Pues mire, amigo anónimo, su comentario me hace caer en la cuenta de que Escobar, semi-oculto tras el merecido éxito de sus criaturas más célebres, Zipi y Zape, ha permanecido como un iceberg ignorado en sus cuatro quintas partes y no lo suficientemente valorado. Y este burgomaestre, responsable del post, ha sido el primero en incurrir en el error. Por otra parte, a la lista que usted comienza con Vázquez y sigue con Coll y Raf, uno no puede dejar de añadir con vehemencia a Cifré, Jorge, Conti y al gran Peñarroya. En lo que se refiere al admirado maestro Coll, en principio, queda fuera de la órbita de este weblog (o lo que sea) porque, como ya hemos dicho alguna vez, tenemos que ponernos limitaciones para no dispersarnos en exceso. Aunque claro, luego nunca se sabe...
Coll no pertenece a la escuela Bruguera, pero merece todos los reconocimientos. ¡Y lo suyo fue de vergüenza! Uno de los dibujantes más originales y reconocibles, obligado a renunciar a su arte y a trabajar de albañil por problemas económicos. Y su trágico final años después.
De acuerdo con su propuesta de lista, creo que coincidimos en que hay que empezar con el gran Vázquez. Pero quien se dedique a la hipotética compilación tendrá unos problemas enormes, para separar originales de obras de "negros", aportar unos parámetros de calidad... trabajo, repito, para una tesis doctoral (que no creo que la universidad española se atreva a financiar).
Saludos.
Que sí, que sí, que sobre Coll habría mucho que contar y mucho que admirar, estamos de acuerdo. Pero de momento, no en este weblog. En cuanto a lo otro, modestamente, en este weblog hemos ido poniendo lo que se ha podido. Ya llevamos más de 220 entradas y tratamos de poner el mayor cuidado en que se nos cuelen los menos gazapos posibles para que, lo poco que ponemos al menos esté medianamente correcto. Que juntándolo todo se obtenga una tesis doctoral o tan sólo un lío morrocotudo no es cosa que preocupe especialmente a estos burgomaestres. Como trabajo de aficionado es, como corresponde a todo esfuerzo "amateur", una cuestión de amor a la causa y eso está por encima de la denominación que se le quiera dar. Gracias por animarnos a seguir en la brecha.
A veces he intentado explicarles a mis hijos el fenómeno de masas de las radionovelas. No es nada fácil. Me he reencontrado aquí con él gracias a vosotros. En mi pueblo las mujeres se llevaban las radios portátiles (¡qué invento revolucionario!) al campo (es decir, a los trabajos agrícolas) y cuando empezaba "la novela" (¿alguien se acuerda de "Simplemente María"?) aparcaban todo y se dedicaban a ese ejercicio de ascetismo emocional. Entonces el mundo circundante se les desvanecía. No tenían hijos, ni maridos, ni obligaciones, y experimentaban durante media hora la libertad posible.
¡Soys grandes, muchachos!
Sapristi, menudo articulazo. Es de los que se leen y se releen con gusto recreándose en la minuciosidad del maestro para retratar la vida en la calle, en las pensiones, el fenómeno del "realquilismo"... Joyas como ésta son las que hacen ver que hubo un Escobar más allá de Zipi y Zape, con una genialidad y unas series plenas de escenografía y teatralidad. (¿No sería esta Doña Tomasa perfectamente trasladable a la pequeña pantalla?)
En fin, yo también sueño ya por las noches con poder leer la Antología de la Pensión de Doña Tomasa. Cuando despierto doy gracias por tener a estos Burgomaestres que tantas alegrías nos hacen llegar a través del ordenador. Y digo como Choko: dejen la notaría y hagan ya una gira por el mundo contando estas maravillosas historias que Bruguera nos dejó y ustedes tan bien reflejan, cáspita.
No se pierdan:
"Simplemente María y su repercusión en las clases trabajadoras"
Manuel J. Campo
Avance: Serie Popular, núm.1
Barcelona, 1975
De un autor que pareciera pocos tebeos…
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Burgos:
al final no nos contaron si encontraron el dividí con cosas de Escobar...
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¡Envidia! ¡Pura y dura envidia! Igual que Peloto respecto a los hermanos Zipi y Zape, envidia cochina es lo que tengo cuando entro en este post y leo, sin casi pestañear, cada una de las entradas que regularmente nos ofrecen los Burgomaestres. ¡Cuando sea mayor, quiero escribir como ellos!
Las peripecias de doña Tomasa y sus realquilados me recordar siempre que el propio Josep Escobar también vivió este ambiente, pues mientras residía en Madrid preparando las oposiciones para entrar en Correos, vivió en una pensión. Él mismo pudo comprobar en sus carnes la miseria, como el hecho de dormir con un edredón que eran ni más ni menos que trapos viejos anudados o bien inventarse las mil y una para poder comer y no gastar un duro.
Felicidades de nuevo y... ¡Aquí va un voto para la publicación en papel de una antología de Lady Flistrup!
Gracias, amigos rosaspage, gregorio, gordito y Don Jesús por sus amables palabras. Efectivamente, rosaspage, se nota que Escobar sabía lo que hacía cuando retrataba el ambiente de una casa de realquilados, aunque no sea exactamente lo mismo que una pensión. Al conocimiento del ambiente sumaba un talento sobresaliente para la narración y una imaginación de similar nivel para la creación de personajes y para el humorismo.
Amigo gregorio, este burgomaestre vivió el ambiente devoto de estas sesiones de radionovelas cuando, durante la infancia, escuchó, casi sin querer, bastantes capítulos de "Simplemente María" y de "Lucecita" en la modesta peluquería que su madre atendía en su propio domicilio. Lo de los culebrones de hoy en día, que cada teleespectadora sigue desde la soledad de su saloncito es parecido, mas no lo mismo, desde luego.
Amigo Gordito, su entusiasmo nos llena de energía. Amigo rosaspage, anotamos su voto y hacemos votos para que nos siga honrando con sus visitas.
Maestro Don Jesús, gracias por seguir visitándonos. Y no, no hemos conseguido aún el DVD de Maese Escobar. Estamos en ello, pero... en fin, el stress de la vida moderna, las prisas... Lo perseguiremos. Pero díganos, por favor ¿le ha gustado el post? No sea así, hombre, díganos su opinión!! Anotamos lo del libro de "Simplemente María", que seguro que siendo una recomendación suya, será una joya.
Hola, éste es mi primer comentario, no sabeis la de recuerdos! Todos aquellos dibujantes eran mis ídolos, y sobre todo Escobar! No solo es este post, vuestro trabajo no tiene precio, de verdad!
Por cierto, me acabo de vender mis últimos tbos bruguera que me han acompañado durante casi 30 años, estoy un poco de luto y triste. Dejad que me refugie en vuestro blog.
¡Pues claro que sí! Refúgiese usted, amigo Protasio, pero sepa que nos entristece que haya tenido que vender sus tebeos tanto como nos alegra que nos haya dado la oportunidad de conocerle al hacer su primer comentario.
Como consiguen estas imagenes?
Amigo ichbi chuchuju, me avergüenza confesarle que estas imágenes las obtiene este burgomaestre de ...¡los tebeos originales!! ¿Pues cómo cree usted que pueden obtenerse, si no? Por desgracia, hay muchas series de Bruguera que no han conocido reedición alguna.
Amigo jaumejoan, gracias, como siempre, por visitarnos. Tu reflexión a propósito de lo que pasó con el tebeo español a partir de ... digamos, 1974, que constituye una historia apasionante y de final decididamente triste, es muy oportuna, justa y, por tratarse de un testimonio directo, rigurosa. Ah, y una exhibición de sana modestia, también, me atrevo a añadir.
y donde consigues los tebeos?
Amigo ichbi, los tebeos de estos años se pueden encontrar en mercadillos y tiendas de libros de viejo y anticuarios. En Barcelona (ciudad de residencia de los burgomaestres) hay dos mercados: el de Sant Antoni, especializado en libros de segunda mano, tebeos y material nostálgico en general, preferentemente editorial y el de Els Encants, en el que se vende absolutamente de todo. Además hay tiendas diversas en casi todos los barrios en los que se puede encontrar de vez en cuando alguna pieza de coleccionismo (como en "La Bola" o "El set peus"). Además, también se pueden encontrar tebeos viejos en traperías, comercios que venden material procedente de pisos que se han vaciado y también diferentes locales en el que recogen donaciones con fines benéficos en el que la gente se desprende de trastos viejos que ya no quiere (aquí se encuentran a veces tebeos a precio de ganga). Se trata de rastrear todo esto con dedicación e interés y se acaba acumulando una razonable porción de tesoros.
Gracias por la informacion, algun dia me pasare por Barcelona y gracias por el comennt que me has hecho en mi blog
>>>y donde consigues los tebeos?>>>
>>>Juventud, divino tesoro,
¡ya te vas para no volver!>>>
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Con "Simplemente María"
se dislocaron muchas chavalas
y comentando "to" el día
muchas habían que ni fregaban.
A cinco duros vendían
los folletines cada semana
y duró más la novela
que las mil y una noches, que nunca acababan.
Que si el pobre Esteban,
que si con Alberto,
que si el joven Tony
se quedó viudo, y no sé qué cuento.
Empezó María con sus dieciocho
y acabó María
cuando ya tenía
canas en el pelo.
Yo no recuerdo aquel serial radiofónico, porque no viví aquella época, pero sí que lo conocía a través de esta copla que con tanta guasa cantara la comparsa de Paco Alba "Estampas Goyescas" en las Fiestas Típicas Gaditanas (lo del Carnaval estaba prohibido, ya saben) de 1973. Una manifestación cultural esta, la de las coplas de Carnaval, tema al que soy aficionado, que siempre se me ha antojado de un incalculable valor como documento histórico, exactamente del mismo modo que estos tebeos de Bruguera que tan amablemente comparten ustedes con nosotros también lo son sin lugar a dudas.
Un saludo.
Pues muchas gracias, amigo Alfred, por compartir sus conocimientos sobre tan interesante materia. Una fuente de información verdaderamente peculiar, esta de las chirigotas.
¿Lo dicen ustedes por el muñecote del manchego Bono?
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Don Jesús, es usted la monda...:-)
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Gracias, amigo Miguel, por el comentario. No dude de que si encontramos algún tesorazo de esos que usted propone, nos apresuraremos a compartirlo con todos los amigos de Lady Filstrup. Claro que, como habrá podido advertir por la tardanza en contestarle, no estamos para muchas prisas. En cuanto al sainete por la alcaldía de Madrid que habéis comentado, amigos Don Jesús y Gordito... pues, ¿qué queréis que os digamos? Que nos "abonamos" a que continúe, que al menos, reímos.
Hacen bien en definirlo como sainete...
... porque a veces más parece, la cosa ésta, un peligroso auto sacramental...
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¿Lo del auto lo dice porque todo esto le parece un atropello, don Jesús? Por feas que se pongan las cosas, en tema político, este burgomaestre se anima con la convicción de que han estado mucho peor antes. Y no hace tantos años como para habernos olvidado, así que... no perdamos la calma, que se avecina temporal.
No, si la calma no la pierdo.
No me queda.
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¡Qué cosas! Releyendo este post de hace casi cuatro años veo con alegría que todos los que soñábamos con una reedición de esta serie hemos cumplido nuestro deseo gracias a Ediciones B y su número 2 de la colección Maestros del Cómic. Me niego a pensar que sin esta entrada de ladyfilstrup esto hubiera sido posible. Gracias de nuevo con carácter retroactivo y todo.
Amigo Gordito, me pones contento y algo engreído, porque en mi fuero interno quiero pensar que tienes razón. Muchas gracias por tu incondicional apoyo.
Muchas gracias!!! siempre he estado contando la historia de Rosauro y nadie me creía, hoy he encontrado una prueba, jajaja. Un saludo des.d'Alacant!!
Acabo de encontrar este post. Enhorabuena y buenísimo!!! He recordado mis tebeos de niño!!
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