Pugilato
En otros tiempos, sin duda más primitivos, pero quizá más sanos, resolver los conflictos usando los puños no tenía la carga negativa que hoy tiene. Somos más civilizados, lo que se traduce en que condenamos y penamos más las reacciones violentas de lo que se solía hacer, aunque no hayamos sido capaces de evitarlas. El caso es que, por ejemplo, el probo y pacífico Don Pío se lía a bofetadas con gran facilidad, casi con tanta asiduidad como el irascible Don Berrinche. En las historietas de Jorge (por citar otro ejemplo), independientemente del personaje elegido, la violencia más explosiva se produce libérrimamente, por no mencionar a Conti y a sus Apolino Tarúguez y su secretario Celedonio. En general, en las historietas Bruguera de finales de los cuarenta y de los años cincuenta, los garrotazos, los puntapiés y los directos a la nariz están a la orden del día. Escobar, que no se queda atrás en este terreno (aunque quizá no sea la violencia una de sus características más propias), hizo de su Petra una chica rústica y natural, muy dispuesta a hace valer sus argumentos empleando las armas de su puños. Prueba de ello es la historieta del Pulgarcito 1291 (publicado en 1956). Al encontrarse con una fresca que trata de colársele le pone en su sitio (valga la expresión) a tortazos. Su habilidad y su pegada le valen el apelativo de “La Galiana del servicio doméstico”. El boxeo, una práctica deportiva que repele a la razón, pero que en su tiempo subyugó a las masas, ha dado lugar a manifestaciones artísticas de primer orden, especialmente en el terreno cinematográfico, con ejemplos tan espléndidos como “Nadie puede vencerme” (The set up, Robert Wise, 1949), tan vigorosos como “El ídolo de barro” (The champion, Mark Robson, 1949), melodramáticos “El campeón (The champ, King Vidor, 1931), punzantes “Más dura será la caída” (The harder they fall, Mark Robson, 1956) o deslumbrantes, como “Toro salvaje” (The raging bull, Martin Scorsese, 1980). Más modestamente, el boxeo procuró alguna que otra inspiración a nuestros justamente idolatrados Peñarroya, Cifré, Escobar, Raf…
Fred Galiana, un campeón de Europa
En similares términos a los empleados para hablar de la lucha libre en una entrada anterior, la titulada “¡A la lucha!”, podemos afirmar igualmente que el boxeo ha recorrido un triste camino desde el centro de la atención pública hacia la marginalidad y el olvido. Testigos como fueron los dibujantes de Bruguera de la sociedad española, sus chistes, portadas e historietas reflejaban el preponderante lugar que ocupaba la disciplina boxística. Buscando excusas para divertir al lector, las encontraron también entre las doce cuerdas. Peñarroya colocó en numerosas ocasiones a su Olimpio (nacido en el Tio Vivo independiente, en 1957. Visto aquí en la contraportada del Tio Vivo 36, de fecha 9 de marzo de 1958) y a su Quinielo Futbolínez (del DDT, a partir de 1959. Aquí mostrado tal como se le vió en el DDT 454, de fecha 21 de enero de 1960) subidos a un ring, calzando los guantes de diez onzas. El citado en segundo lugar, fue a sustituir a otro deportista multidisciplinar, al Campeonio de Raf (llegado dos años antes a la misma revista y siendo noqueado aquí al lado, tal como aparecía en el DDT 420, de fecha 1 de junio de 1959). Cifré nos regaló una portada estupenda, de ambiente boxístico, que le permitió a mi compañero y amigo escribir una sensacional entrada el año pasado, la titulada “Observando al graderío” y Peñarroya dibujó la que aporta este burgomaestre hoy, para el DDT 464, de fecha 4 de abril de 1960. En este semanario, Peñarroya inicia, a finales de 1954, las entregas de su página “Brrr! ¡Cómo está el deporte! por Don Berrinche, reporter diplomado y malhumorado” (aunque en sus primeras entregas el gruñido era más bestial, “Grrrr!”, en lugar de “Brrr!”), que más adelante se sustituiría por “Cosas del deporte”, sección de muy similares características habitualmente dibujada por Escobar, con puntuales apariciones de García Lorente y, más tarde, de Jorge. Peñarroya volvió también a dibujarla con ese título y, por último, también, recuperando el original formato, con don Berrinche interviniendo como presentador. Son chistes de ambiente deportivo, en los que nos es dado distinguir las sutiles diferencias que definen a cada artista al ocuparse todos ellos del mismo tema. En todos los casos, el boxeo ocupa un lugar preferente, pero es notable la especialización en el deporte de las doce cuerdas del creador de Gordito Relleno (el chiste “con plumas” está tomado del DDT 289, de fecha 29 de noviembre de 1956 y los chistes en color son de la contraportada del DDT 447, de fecha 7 de diciembre de 1959).
Por si las aportaciones bruguerianas fueran insuficientes para atestiguar el peso del boxeo en el conjunto de la sociedad española, sin abandonar la obra de sus dibujantes más significados, hay que decir que, tanto Peñarroya como Cifré colaboraron activamente en la revista “Boxeo”, patrocinada por la correspondiente Real Federación. Y como muestra de su trabajo, valgan los chistes extraídos del número 4 de la citada publicación (de mayo de 1959). Ejemplar en el que, casualmente, se daba noticia de Fred Galiana , por aquel entonces a punto de contraer matrimonio en tierras argentinas.Tanto José Peñarroya, como Guillem Cifré, que formaban una especie de pareja atípica del humor y del amor a la vida, hermanos en el optimismo y en la sonrisa, colaboraron también en el semanario “Dicen…” con secciones fijas, incluyendo en ellas la creación, por parte del padre de Cucufato Pi, del personaje de Don Césped, un árbitro de fútbol el cual, como vemos en la viñeta que encabeza esta entrada (tomada del “dicen…” número 140, de fecha 21 de mayo de 1955) era capaz de conectar un contundente directo cuando era menester. En la portada de otro “Dicen…” (el de fecha 16 de julio de 1955), encontramos nuevamente al púgil Fred Galiana, por aquel entonces campeón de España de los pesos ligeros, tras haber vencido a Carmelo Beraza en combate disputado el día 11 de mayo de aquel mismo año. En ese momento se especulaba con su inminente disputa del título continental del peso pluma frente a Ray Famechon, combate que se terminó disputando unos meses más tarde, el 3 de noviembre, y que le permitió acceder a la corona europea cuando su contrincante no fue capaz de acudir al toque de campana del séptimo asalto. A este palmarés unió Exuperancio Díaz –Fred- Galiana, el título de campeón de España de los pesos ligeros tras derrotar a Bobby Ros el 21 de agosto de 1957. La carrera del púgil nacido en Quintanar de la Orden (Toledo) en 1931 y criado y formado entre Mataró y Barcelona, se prolongó durante quince años como profesional, entre 1950 y 1965, en los que disputó la friolera de 189 combates, de los cuales ganó 154 (90 de ellos por KO), perdió 22 e hizo 13 combates nulos. Un récord más que respetable y que explicaba de sobras (con el añadido del paisanaje) la admiración de Escobar que se puede adivinar en la viñeta de Petra que hemos puesto al principio de esta entrada. El fallecimiento del púgil se produjo en el 2005, por causa de la enfermedad de Alzheimer.
El gran “Peliche”
El 3 de febrero de 1958, en el cine Gran Vía de Madrid, se estrenó “El tigre de Chamberí”, una muestra más de que el boxeo se inscribía en el discurrir cotidiano hasta el extremo de fecundar obras humorísticas ya fuera sobre el papel o en la proyección del celuloide. Dirigida por Pedro Luis Ramírez, fue una de las comedias de mayor éxito en la carrera de su protagonista, el recordado y añorado José Luis Ozores, “Peliche”.
José Luis Ozores, el cómico que encarnó la entereza de la fragilidad, la dignidad del desvalimiento, la inseguridad del hombre insignificante que, dotado de un corazón sensible, se halla inmerso en una sociedad feroz a la que debe sobrevivir, por encima de sus fuerzas, apoyándose en los valores de la amistad, del amor y del cariño fue uno de los más grandes actores cómicos que ha dado el cine español. La especial sensibilidad que transmite su arte interpretativo a sus personajes es semejante a la que un Cifré era capaz de hacer que, valiéndose del pincel, en cada viñeta, floreciera en los suyos.
El éxito de “El tigre de Chamberí” supuso un espaldarazo decisivo en la ascensión del cómico Tony Leblanc, un ex boxeador poseedor del título de campeón de Castilla, y que abandonó la práctica del noble arte del pugilismo decidiéndose por el fútbol en primer lugar y por la interpretación posteriormente, campo en el que desarrolló su carrera profesional hasta el día presente, cuando muy próximo a cumplir los ochenta y cinco años (nació un 7 de mayo de 1922) consigue con su colaboración en la serie “Cuéntame” participar del mayor éxito de la televisión hecha en España de la última década . Compatibilizándolo con otras actividades empresariales y artísticas (siempre relacionadas con las artes escénicas) Tony Leblanc llegó a alcanzar el estatus de promotor de veladas de boxeo, faceta en la que incluso tuvo la posibilidad de montar un doble enfrentamiento (es decir, con revancha incluida) entre nada menos que Urtain y Cassius Clay, que por falta de liquidez no llegó a concretarse, tal como recuerda el propio Leblanc en sus memorias (“Esta es mi vida”, ediciones Temas de Hoy, 1999). De la misma fuente hemos sabido que Tony Leblanc aborreció el boxeo por dos causas: una, el robo deportivo de que fue objeto su amigo el boxeador español de origen cubano José Legrá en un combate contra Johnny Famechon (casualmente, el mismo apellido de aquel púgil a quien Fred Galiana despojó del título europeo. Este burgo desconoce si les unía algún parentesco) y otra, un especialmente descarnado enfrentamiento entre Pedro Carrasco y Miguel Velázquez, un crudo intercambio de golpes que, por lo visto, debió removerle la sensibilidad que el gran Tony Leblanc demostró siempre en toda su carrera, por más que se ocultara a menudo tras papeles de caradura.
La historia de “El tigre de Chamberí” nos remite al mito del boxeador aficionado que noquea inesperadamente a un campeón, tal como vimos que hacía Harold Lloyd en “La vía láctea” (Leo McCarey, 1936) y a Danny Kaye en “El asombro de Brooklyn” (Norman Z. McLeod, 1946), con la especialísima circunstancia de tener por representante al sinvergüenza genuinamente madrileño Tony Leblanc y por manager al socarrón por antonomasia, el aragonés Antonio Garisa. La realidad española impregna la película de Pedro Luis Ramírez con la autenticidad que sólo el buen cine atesora. Y si bien algunos lances cómicos son de eficacia y gusto discutibles (en especial, el combate final –celebrado, por cierto, nada menos que en el Santiago Bernabéu, cosa impensable en estos tiempos en los que los combates son punto menos que clandestinos y que, en lugar de tigres de Chamberí tenemos linces de Parla- le parece a este burgomaestre más patético que cómico). el film contiene, por momentos, aciertos espléndidos y curiosidades que incrementan su valor intrínseco. La imagen de Peliche ataviado con un disfraz de alienígena o de “hombre del espacio” , repartiendo propaganda es sensacional. Antonio Garisa pronunciando con su mejor tono bajo-rasposo y su mayor cachaza el término “científico” para referirse al heterodoxo estilo boxístico de su inexperto pupilo es también, sin duda, memorable. De entre las curiosidades destacamos la presencia de dos grandes figuras de la radio española: Matías Prats y Juana Ginzo.
La radio de los cincuenta
Ya nos ocupamos un tanto en este modesto weblog de cómo los tebeos de los años cincuenta reflejaron el auge de la radio como medio masivo de entretenimiento en las entradas: “Series Lady Filstrup: 50 años de televisión: Primero fue la radio ” y en las continuaciones dedicadas a Pepe Iglesias el Zorro y a los seriales. Y, desde luego, el tema quedó apenas iniciado. Hoy que nos hemos topado con algunos destellos del pasado esplendor radiofónico, no queremos perder la ocasión de volver a recordarlo. Fueron aquellos los Años Dorados de la radiodifusión en España. El país se distraía, fundamentalmente, gracias a la radio, con sus concursos, seriales y programas de variedades. Una especie de muestrario de las luminarias de las ondas hispánicas se reunían en el Tio Vivo número 95, especial dedicado a “La Radio y su prima, la Tele”. En aquel mes de abril de 1959, todavía la televisión estaba en España en una fase de implantación muy primaria, sin poder tener apenas repercusión en el vivir cotidiano de la sociedad española. En comparación, la radio se erigía en líder indiscutible del ocio y sus figuras, tales como José Luis Pécker, Joaquín Soler Serrano, Ángel Echenique, etc… caricaturizados en el Tio Vivo cuya portada aquí reproducimos, por Muntañola (suyo es el Deglané de ahí al lado, que fue crudamente objeto de sátira), Enrich (quien dibujó la de Soler Serrano aquí reproducida), Joso, Beltrán, etc… no tenían, en cuanto a popularidad, competencia posible. Curiosamente, Matias Prats, una de las voces más escuchadas por los españoles a lo largo de las cuatro décadas en las que desarrolló su actividad profesional, constituye una ausencia destacada en este número especial.
Estigmatizado gloriosa y profesionalmente por haber narrado el mítico gol de Zarra a la “Pérfida Albión” en Maracaná, en el Mundial de 1950, Matías Prats Cañete (1913-2004) inició su labor profesional en la década de los cuarenta, en Radio Nacional y fue la estrella de “ La Voz de Madrid”, emisora principal de la Red de Emisoras del Movimiento, cadena que inició su andadura en 1955, dirigiendo su primer programa en cadena, “Domingo deportivo español”. Sus retransmisiones deportivas, especialmente de los partidos de la selección nacional, o taurinas, convirtieron a Matías Prats en una referencia obligada para todo el país, hasta tal punto que, a pesar de compartir con otros compañeros (como David Cubedo o José Hernández Franch) los menesteres de locución del No Do, en la memoria colectiva ha quedado la suya como “la Voz” del noticiario cinematográfico del franquismo. La culminación profesional “oficial” del locutor de Villa del Río (Córdoba) se produjo, en plena actividad, con la concesión en diciembre de 1964, de la Medalla al Mérito Deportivo y, ya en la ancianidad, con la del Mérito al Trabajo, de 1998, cuando ya llevaba (en el primer caso) más de veinte años de experiencia y ya había sido galardonado con un premio Ondas (el de 1955) y (en el segundo) había reunido dos premios Ondas más (de los años 1965 y 1996) y el Micrófono de Oro, concedido por la Asociación de Prensa de Madrid, de 1989. Y todo eso, sin saber pronunciar correctamente el sonido de la letra zeta.
En cuanto a Juana Ginzo, una de esas excelentes “actrices sonoras” que dio la radio española (junto con Matilde Conesa o Matilde Vilariño, que daban réplica a primeros actores como Pedro Pablo Ayuso, Juan Manuel Soriano o Eduardo Lacueva) no se prodigó excesivamente en tareas cinematográficas. Por eso, esta intervención en “El tigre de Chamberí” bien merece ser remarcada aquí, colocando una fotografía en la que, además, tiene la fortuna de compartir plano con la enorme Julia Caba Alba, actriz fundamental del imaginario español, que parece salida de la pluma de Jorge (es igualita a una de las “tías” –lo del entrecomillado es porque estas tres hermanas se inspiraban en las tías auténticas del dibujante- que forman el trío de “Doña Filo y sus hermanas, señoras bastante llanas”) y que con su presencia realzó y dignificó toda película en la que participó y que, y a título meramente anecdótico, además de parecerse a las tías del creador de Doña Urraca era tía “de verdad” de los hermanos Irene, Julia y Emilio Gutiérrez Caba.
José Luis Ozores, además de triunfar en la pantalla cinematográfica, en los escenarios teatrales y de protagonizar en 1964 una serie en Televisión Española basada en relatos de Wenceslao Fernández Florez (“Tragedias de la vida vulgar”. Trece episodios dirigidos por su hermano Mariano), vivió una experiencia radiofónica excepcional al ser propuesto, por su amigo Tony Leblanc, como centro de una de las entregas de “Ustedes son formidables”, el programa de Alberto Oliveras, que se emitió en directo el 30 de noviembre de 1967. En aquel momento, la situación económica del actor, por causa de la esclerosis múltiple que padecía, que le apartó de la vida profesional, era crítica. Las donaciones populares, que incluían un automóvil que, al día siguiente, por intervención oficial, se convirtió en un taxi que permitiría unos ingresos regulares para la familia de José Luis, así como el espontáneo homenaje de los compañeros de profesión, marcaron uno de los momentos más emotivos de la radiodifusión española y de la pequeña historia de los cómicos que en este país han sido.
También en el capítulo de las curiosidades incluidas en la cinta, destacamos que los títulos de la película contienen unos dibujos fácilmente identificables con los que el propio José Luis Ozores en colaboración con sus hermanos Mariano y Antonio publicó en el semanario de humor “La Codorniz”. Como de los tres es el único vinculado a la película de Pedro Luis Ramírez, le atribuimos a él (por añadidura, pintor y fotógrafo estimable), en exclusiva, la autoría de estas ilustraciones, de las que colocamos aquí una muestra y al mismo tiempo, esa libertad para especular que nos tomamos, nos hace suponer que de lo publicado en “La Codorniz”, suyos debían ser los “monos” y de sus hermanos, probablemente, los guiones de los chistes que firmaban, de manera algo taurina “3ozores3”.
Pasen y vean, el videoclíp de "El tigre de Chamberí"
Prueba incontestable de la preeminencia de la radio y el boxeo de aquellos años son, de un lado, la relevancia alcanzada por un hecho que hoy se presenta tan nimio como el noqueo fortuito de un campeón de España, suceso que, en la película, ocupa portadas de periódicos y provoca entrevistas radiadas con el púgil novel. La presencia de las radios, tanto en el domicilio del protagonista como en el bar de la chica son fundamentales por ser la fuente de información principal.
El mundo “Lady Filstrup”, un lío morrocotudo
Tebeos sobre boxeo, boxeadores actores, actores dibujantes, locutores actores, tebeos sobre la radio, actrices de radio en cine, actores de cine en radio. Reflexiones más o menos pedestres y un puñado de hechos confusamente recopilados. Es lo que hay. Pero, entre todo este caos, los amigos de Lady Filstrup pueden sonreír viendo los chistes de Peña, o de Cifré o viendo el clip que este burgomaestre ha colgado en Youtube como homenaje a Peliche, el actor más parecido a un personaje Bruguera (especialmente, de Cifré) de todos los que alguna vez nos regalaron su arte desde una pantalla.
17 Comments:
Señores burgos,
Gracias por esta entrada que gana por K.O y por puntos.
Muchísimas gracias también por el video de Peliche que les pedí, son ustedes rápidos en su afán por agradar, en el caso de que uno le hiciera un homenaje en los "Payasos en la oscuridad" les pido permiso para usar ese video como ilustración (citando al autor, claro)
Sólo un dato más que seguro que conocen... Juana Ginzo apareció también en "Los ladrones somos gente honrada" en esta versión también junto a Peliche y el estupendo Pepe Isbert, en el papel de "enamorada" de Jose Luis Ozores. Hacían muy buena pareja, uno se pregunta cómo no se le ocurrió a algún productor juntarlos en más ocasiones...
Y perdonen que siempre que hablo de Peliche me lío.
Un abrazo!
Por favor, las gracias se las damos a usted por estar ahí, tan atento. Y, verdaderamente, nuestro afán no es tanto por agradar como por complacerles. Los amigos de Lady Filstrup se merecen que los burgos se desvivan y usted es de los destacados. Además, que hizo usted muy requetebién en hacernos notar lo inconveniente y desafortunado que era que en toda la red de internet no hubiera ni un video pequeñito de Peliche. En la medida de nuestras posibilidades, había que ponerle remedio al entuerto.
Lo que dice de Juana Ginzo es muy oportuno y si este burgo no fuera tan perezoso habría puesto enlaces con IMDB para que se pudieran comprobar, al momento, las filmografías de todos los mencionados (el lector deberá mirarlas, si tiene interés, en dos clics, en lugar de uno). Sólo le ha faltado decir que tanto "El Tigre..." como "Los ladrones..." son sendas pelis dirigidas por el mismo director, Pedro L. Ramírez, uno de los más injustamente olvidados cineastas (bueno, como una buena docena más) de este país.
Por supuesto, será un honor que utilice usted lo que quiera de este weblog en su sensacional "Payasos en la oscuridad".
Y perdone usted, que siempre que hablo (de lo que seaa) me lío. Ahí está la jeringonza de entrada que les he enjaretado, como prueba.
Amigo y compañero burgomaestre, es muy acertada, como todos tus comentarios,la relación que estableces entre el honbre representado por Peliche y el que dibujaba Cifré.
Sí, bueno, supongo que también es un poco el modelo por el que pretendemos pasar los que somos poca cosa. O sea, uno que es así, insignificante, se puede hacer la ilusión que, en el fondo, tiene su parte deslumbrante, como José Luis Ozores o Cucufato Pí, y que lo que pasa es que no se le aprecia a simple vista. ¡¡No todos podemos ser Fred Galiana!! Campeones, hay muy pocos.
La conexión entre los personajes de Bruguera y los actores, en especial los secundarios, del viejo cine español, era algo que tenía que aparecer de nuevo por aquí y que han hecho con el cariño e inteligencia habituales, amigos burgomaestres; ¡Viva Antonio Garisa!
"O sea, uno que es así, insignificante, se puede hacer la ilusión que, en el fondo, tiene su parte deslumbrante" (Un burgomaestre)
Y eso queda bien ilustrado en el chiste de Peñarroya del boxeador pequeñito que le dice al grande que por mil pesetas se deja ganar ¿no?
Brutal entrada señores. En esta esquina la conexión entre tebeo y boxeo y en la otra homenaje al cine y la radio. No se puede ofrecer más. Es una delicia leerles lo bien complementado que está todo. Me ha encantado la portentosa derecha de Petra, con un puño más veloz que su lengua, lo cual no es difícil. Y también disfruté mucho con las perlas peñarroyianas y cifrerianas. Además "El tigre de Chamberí" me gustó mucho cuando la ví en la tele siendo un crío y aconsejado por mi madre, siempre atenta a lo que pudiese divertir a sus vástagos. Permítame, ya que ayer fue el día de las madres, terminar este "k.ó.tico" comentario homenajeándolas así "de golpe y porrazo".
Amigo C. rancio, hay conexiones que uno no tiene más remedio que hacer porque forman parte de uno. Lo del cariño e inteligencia habituales se lo agradecemos vivamente, pero sólo estamos de acuerdo en la primera mitad (si este burgo parece inteligente debe ser por casualidad, que conste). Ah, y nos unimos a usted en su:"¡Viva Garisa !", no faltaba más.
Ah, sí, sí, amigo Choko, bien visto. Yo me dejo ganar hasta por la mitad, al cambio del siglo XXI: 3 euros.
Muy bien traído, amigo Gordito, el homenaje a las madres y, especialmente, nos alegramos por usted, por tener una que tan bien le aconsejaba. Celebro mucho que le haya gustado la entrada. Uno, cuando empieza a derivar teme perder el rumbo... pero bueno, también puede ser divertido si, los distintos puertos en que se atraca tienen el suficiente atractivo, ¿no?.
Muchas gracias, a todos, por los comentarios.
FANTASTICO!!! He tenido una suerte enorme de encontrar este blog que estoy devorando de cabo a rabo.
Muchas gracias este es un trabajo formidable!!!
Las gracias se las damos a usted, amigo j ngmt, por la atención que ha tenido con nosotros de participarnos su interés. Nos alegra mucho que le satisfaga nuestro trabajo.
Acaso colateralmente… pudieran servir:
“Con un montón de años. La pasión de vivir”
Juana Ginzo
Temas de Hoy
Madrid, 2000
“Mis días de Radio. La España de los cincuenta a través de las ondas”
Juana Ginzo / Luis Rodríguez Olivares
Temas de Hoy
Madrid, 2004
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Y más colateralmente:
“Parejas: el amor y otras libertades”
Juana Ginzo / Luis Rodríguez Olivares
Temas de Hoy: Tiempo de Encuentro
Madrid, 2002
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Agradecemos, como es de justicia, las "colateralidades" con que nos ilustra, maestro Cuadrado, cuya lectura se intuye apasionante (especialmente, parece, el segundo título).
Querida "Lady" al escribir sobre el púgil Fred Galiana dices que ha nacido en Quintanar de la Orden, eso es cierto, pero Quintanar es un pueblo de la provincia de TOLEDO, no de Ciudad Real. Toma nota. Un saludo.Toledana.
Amiga toledana, la plancha ha sido de campeonato (de todos los pesos). La geografía nunca ha sido mi fuerte y, en este caso, me ha dejado fuera de combate. Gracias por la corrección, que más vale que haya llegado tarde que nunca. Corregido queda.
PD: no es que tenga importancia, pero "Lady" no soy, que sí burgomaestre ("Lady Filstrup" es el nombre del weblog).
A Urtain lo vi "boxear" contra un boxeador americano que una noche antes estuvo en
un tablao flamenco muy típico de la noche madrileña, un amigo mio que trabajaba de
camarero en ese tablao me dijo : "VICENTE AL NEGRO ESE QUE VINO DE ESTADOS UNIDOS
PARA PELEAR CONTRA URTAIN LO VI DE JUERGA EN EL TABLAO DONDE TRABAJO ,BAILÓ FLAMENCO,BEBIÓ MUCHO FINO COQUETEÓ Y FLIRTEÓ CON LAS GITANITAS QUE TRABAJAN DE BAILAORAS
Y DESPUES DE CABEZA CONTRA URTAIN".
Dos buenos boxeadores buenos que vi boxear fueron Pepe Legrá y Pepe Durán dos boxeadores
muy elegantes y dos buenos campeones de Europa y campeones del mundo ,nada que ver
con el polémico Urtain .
URTAIN FUE SIEMPRE UN BLUFF TODO LO CONTRARIO DE PEPE LEGRÁ Y PEPE DURÁN
Pues que echo en falta a Chaplin en la relación de pelis sobre boxeo: El Campeón (1915 si no me equivoco) y ese fragmento de Luces de ciudad (1931). Al fin y al cabo puede ser un precedente del personaje de José Luis Ozores ¿no
Carlos San Miguel
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