Juan de Landa, el cantante que se parecía a Wallace Beery
En este mundo de presencias que es el cine, Juan de Landa representa al tipo que corresponde a su físico masivo, voluminoso, tosco. El de un gordo, en una palabra. Detrás de, o junto a, su gran barriga, Juan de Landa imponía su figura con contundencia, al lado, en el imaginario fílmico, de otros gordos ilustres como sus coetáneos Ángel Álvarez, Manolo Morán, Manuel Requena , Juan Espantaleón, José Franco, Luis Pérez de León, Juan Calvo, o los posteriores Alberto Fernández, Chris Huerta, Ricardo Palacios, Tito García. Actores todos ellos cuya labor interpretativa estaba fuertemente mediatizada por su sanchopancesco físico y que en los mentecatos tiempos actuales tendrían muchísima menor relevancia, abocados como estamos a estrecheces mentales que vetan gordos y calvos con ridículo tesón. De entre todos sus colegas de redondez, el rostro de Juan de Landa tenía algo de crueldad en sus vivaces y pequeños ojos, lo que, sin duda le permitió encarnar (muy carnalmente) a uno de los más logrados demonios de la historia del cine en "Faustina", la película de José Luis Sáenz de heredia que protagonizaron Fernando Fernán Gómez y la diva María Félix. Del libro dedicado al genial Fernán Gómez, con el subtítulo“El hombre que quiso ser Jackie Cooper” (edición a cargo de Jesús Angulo y Francisco Llinás, editado por el Patronato Municipal de Cultura de San Sebastián) hemos extraído una imagen del rodaje en la que podemos ver al director del film con los dos protagonistas (el de la película y el de la entrada de hoy, de “Lady Filstrup”). Para comprobar el impresionante aspecto que Juan de Landa mostraba en la cinta ya terminada, hemos incluido también, en lo alto de la entrada, un fotograma de la misma en la que poder admirar su caracterización mefistofélica, bien contrastada, en una tercera imagen, con la escuchimizada fisonomía del incombustible e insustituible Xan das Bolas, un demonio de categoría y peso muy inferiores.
Pero antes de rodar la fantasía fáustica de Sáenz de Heredia, Juan de Landa portaba a sus espaldas veintisiete años de carrera en el cine. Así lo recuerda Jerónimo Mihura en entrevista concedida a Augusto M. Torres y recogida en el libro “Cineastas insólitos. Conversiones con directores, productores y guionistas españoles”:
"Era muy gordo, muy fuerte, muy comilón y muy simpático. Era vasco, de Motrico. Alguna vez he estado en su casa invitado a pescar. Él pescaba mucho y yo también. Empezó cantando, fue a Hollywood a cantar, pero a pesar de que tenía muy buena voz tuvo poco éxito como cantante. Le dieron la oportunidad de hacer la versión castellana de “El presidio” (1930), el mismo papel que en inglés había hecho Wallace Beery y, a partir de ahí, trabajó mucho."
Juan Pisón Pagoaga y Landa nació en Motrico (Guipúzcoa) el 27 de enero de 1894 y falleció en la misma localidad el 17 de febrero de 1968. Entre su nacimiento y muerte en la misma localidad, el periplo vital de Juan de Landa se desarrolló por buena parte del globo terráqueo. Con tan sólo catorce años de edad deja su pueblo natal e inicia una carrera internacional como cantante que le lleva a recorrer Paraguay y Argentina , países que abandona sin lograr el menor reconocimiento. Pasa a continuación a probar fortuna en Europa, alcanzando tan sólo un cierto éxito en Italia y Alemania. Es el nacimiento del cine sonoro, que trae consigo “hambre de voces” lo que le impulsa a acudir a Hollywood donde, como apunta Jerónimo Mihura, no es la voz, sino el físico, lo que le coloca en la pantalla del cine. Contratado por la Metro Goldwyn Mayer, interviene en una serie de films rodados, en los míticos estudios de Culver City, para el público de habla hispana, en los tiempos previos a la invención del doblaje. Este periodo, que se prolonga durante cinco años, le pone en contacto con otros españoles que trabajan en la Meca del Cine, como el Edgar Neville o José López Rubio, entre los directores, y María Fernanda Ladrón de Guevara, o Rafael Ribelles, José Crespo o Conchita Montenegro, entre sus compañeros de reparto. En esas magníficas condiciones rueda entre 1931 y 1934 filmes tales como el citado “El presidio, “El proceso de Mary Dugan”,”El valiente”, o “En cada puerto, un amor”. Por cierto, que , como curiosidad, mencionaremos que el mismo Luis Buñuel, una especie de alien calandino en aquella Babel, será uno de los integrantes del elenco actoral de uno de estos títulos, ”La fruta amarga” (Min and Hill, 1931), nominalmente dirigida por Arthur Gregor y realmente filmada por José López Rubio, con nuestro protagonista de hoy incorporando al Bill del título y con Virginia Fábregas y María Luz Callejo, Elvira Morla y Julio Peña como actores principales, encargándose de representar un papelito de “barman”. Algo que, según López Rubio representa “lo único que Buñuel hizo en Hollywood”.
Concluido su contrato con la productora del león, Juan de Landa torna efímeramente a España y protagoniza “Se ha fugado un preso”(1934), con argumento de Enrique Jardiel Poncela y guión y dirección de Benito Perojo. Un año después, inicia su relación profesional con Ignacio F. Iquino, uno de los personajes más notables e influyentes del cine español, protagonizando “Al margen de la ley” (1935), reconstrucción del asalto al expreso de Andalucía, ocurrido en 1923. El estallido de la Guerra Civil propicia la salida de España de Juan de Landa, que fija su destino profesional en Italia donde trabaja hasta el final de la Segunda Guerra Mundial. Es en ese periodo cuando rueda a las órdenes de Luchino Visconti uno de los títulos más destacados y universales de su filmografía, la excelente “Ossessione”(1943), versión no confesada de “El cartero siempre llama dos veces”, en la que Juan de Landa encaja a la perfección con el papel del marido asesinado por la pareja de amantes y tiene, además, la oportunidad de dar salida a su vocación original al interpretar “Di provenza il mar, il suol”, un fragmento de “La Traviata” con motivo de un concurso de cantantes aficionados. De este título proceden los fotogramas adyacentes a estas líneas, Juan de Landa comparte encuadre en ambos con la italiana Clara Calamai.
Entre 1947 y 1950, Juan de Landa retorna a España y trabaja en títulos de Emisora Films, la productora de Iquino, dirigidos por el mismo productor, tales como la éxótica “Noche sin cielo” (1947), con Ana Mariscal y Fernando Fernán Gómez, cuya acción transcurre en un campo de prisioneros en Japón, o la muy barcelonesa “La familia Vila”(1949), con el gran José Isbert, o bien dirigidos por Jerónimo Mihura, como la turística “En un rincón de España” o la muy interesante “Mi adorado Juan”, un título cuya autoría cabe endosar con más rigor a Miguel Mihura (responsable de argumento, guión y dirección de actores) que a su hermano, director técnico del film. Se trata de una comedia de aliento libertario (o, por mejor decir, anti-convencional) protagonizada por Conrado Sanmartín y Conchita Montes. En ella, Juan de Landa ofrece su oronda presencia al papel de Sebastián, un ingeniero que se dedica a investigaciones diversas sin más fin que el de satisfacer su propia curiosidad, lo que le lleva a concluir, por ejemplo, que “El hígado no existe”. Uno de los principales activos de esta película es su espléndido elenco de actores secundarios que incluye al sempiterno Pepe Isbert y la hilarante Julia Lajos, y a los no menos grandiosos Alberto Romea, Luis Pérez de León, y a un juvenil Rafael Navarro, tal como podemos verles, reunidos en una mesa en torno a Juan de Landa en el fotograma adjunto.
De vuelta nuevamente a Italia, donde trabaja prioritariamente en películas de aventuras, Juan de Landa amplía su currículum con otra nota de prestigio. Si diez años antes había trabajado con Luchino Visconti (cuando, es verdad, todavía no tenía el reconocimiento internacional que habría de alcanzar), en 1953 se pone a las órdenes de John Huston. No muchos actores españoles pueden presumir de otro tanto. Lástima que la película “La burla del diablo” (Beat the devil) no pasa de ser una comedia sin gracia, lo que resulta ser una de las cosas más tristes que una película puede ser. Los compañeros de reparto (donde Juan de Landa incorpora un papel muy menor, que ni siquiera tiene nombre) son míticos: Humphrey Bogart, Gina Lollobrigida, Jennifer Jones, Robert Morley y Peter Lorre.
La última etapa profesional de Juan de Landa le sitúa nuevamente en España, en contacto, nuevamente, con viejos conocidos como Pepe Isbert o Ignacio F. Iquino. Si con el primero comparte cartel en la ya citada a”Faustina” y en “Un ángel pasó por Brooklyn” (Ladislao Vajda, 1957), a las órdenes del segundo rueda “Los ángeles del volante”(dirigida por el propio productor) y“Cuatro en la frontera” (dirigida por Antonio Santillán) y estrenada en mayo de 1958.
“Un ángel pasó por Brooklyn” es una fantasía, una fábula poético-social que volvía a reunir, por tercera vez, a Ladislao Vajda con el niño Pablito Calvo. El protagonismo, no obstante, le corresponde a Peter Ustinov y al perro en que su personaje, un arrendador abogado usurero y despiadado, se convierte, víctima de una maldición. Pablito Calvo, que había cosechado un gran éxito alimentando a una imagen de Jesucristo en la archi-famosa “Marcelino Pan y Vino” (1955), no obtuvo el mismo respaldo popular dándole huesos a un can. Juan de Landa es el carnicero encargado de proveer al niño de los tales viandas a cambio de oírle tocar la armónica, si bien va disminuyendo el tamaño de las donaciones conforme la repetición de la melodía despierta en él un entusiasmo menor. La película, como decíamos de “Mi adorado Juan”, se beneficia de un plantel extraordinario, en el que destacamos (además del ya mencionado Pepe Isbert) a Isabel de Pomés, Julia Caba Alba, José Marco Davó, Enrique Diosdado o a Carlos Casaravilla, el sensacional actor, tan bardemniano, que hace un “solo” interpretativo exquisito, como indigente que come, sentado en plena calle, en los escalones de unas escaleras, ante la hambrienta mirada del abogado transformado en perro. No queremos pasar por alto la presencia de la genial pareja de humoristas, Tip y Top, que aparecen por separado y en papeles incidentales, Top como vendedor de helados y Tip como sastre. En definitiva, se trata, en todo caso, de una película singular en la historia del cine español y muy estimable. Magníficamente rodada, como corresponde al director magiar responsable de la magnífica “Mi tío Jacinto”(1956), la otra experiencia con el pequeño Pablito Calvo y un genial Antonio Vico, o la sombría y excelente “El cebo” (1958), “Un ángel pasó por Brooklyn” merece, a juicio de este burgomaestre, un mejor lugar en la memoria del aficionado.
Etiquetas: Monografía
28 Comments:
Magnífica reivindicación de Juan de Landa. Cierro filas junto a ti y también las cierro en tu defensa de Un ángel pasó por Brooklyn, pues comparto tu impresión de que ha sido una película denostada en la carrera de Vajda y del cine español en general. Respecto a Mi tío Jacinto... lo que cierro son mis ojos llenos de lágrimas. Abrazos, Juan Carlos.
Ah, y que bueno leer alguna alusión a López Rubio.
Burgo Juan:
Excelnete rastreo, sí señor.
Y excelentes avisos.
(O sea, como siempre).
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Este nuestro Juan debía ser un "bont vivant" de tomo y, sobre todo, de lomo. Uno de esos vascos a los que tanto se quiere... cuando se dejan querer.
Si se le mira despacio... hasta tiene una aire un algo descreído. Lo que le engrandece (aún más).
JC
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Casi fuera de contexto...:
"Los Ángeles del Volante"... ¿no es un peliculón?
¿O es que me dejo llevar por el amor al mi Madriz del aquel entonces, por así decir?
JC
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Gracias, mis amigos, por leer estas entradillas y regalar(a mí y a los posibles visitantes)vuestros comentarios. A propósito de "Los ángeles del volante", debo decir que será comentada en otra entrada, con motivo de dedicarnos a algún otro de sus intérpretes. Que no es falta de cariño, vaya...
Uno, hablando de los actores, casi sin querer, va mostrando que existe un cine español muy reivindicable, más que digno y hasta genial... más allá de los dos o tres nombres de siempre. Va saliendo así. No es intencionado, claro.
Yo cada día estoy más sorprendido por su buenhacer, don Burgo. Se respiran en todas las entradas pedacitos de poesía camuflados en una prosa con unas cadencias interiores, delicadas pero firmes a la vez, que hacen de este "blog" o lo que sea, un adagio coherente y sin arista alguna. Una vez más, mi más sincera enhorabuena.
Con permiso, y de forma tangencial, aviso:
ya salió el núm.5 de "Barsoom" (La Revista del Pulp y la Literatura Popular)
JC
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¿Este actor pudiera ser, trasladado al tebeo, una especie de cruce entre Gordito Relleno y Josechu el vasco?
Gracias por darnos a conocer datos de la vida de estos actores tan olvidados. Este lo tenía yo bastante olvidado, la verdad...
Amigo Trabucaire, le agradezco sobremanera tan generosas palabras, vertidas en acendrada prosa, pero que conste que aquí, el único mérito de este burgo consiste en sacudir un poco dos o tres librotes, cuatro o cinco películas y mostrar retazos de la vida de nuestros actores. Si ello resulta bonito o interesante, el mérito es todo de los protagonistas de tales vidas.
Anotado queda su aldabonazo, maestro Cuadrado, siempre oportuno y siempre bien recibido.
Amigo Gordito, su mixtura tebeística para definir a Juan de Landa es tan acertada como pertinente. Gracias por seguir estas entradillas, que aspiran, sobre todo, a entretener recurriendo a mostrar ejemplos genuinos de los intérpretes de este país. Si esto sirve para refrescar la memoria o para descubrir algo que se había pasado por alto o, drectamente, ignorado, pues mejor que mejor ¿no? De entrada, en confianza, les cuento que este burgo es el primero que se divierte muchísimo rastreando ... Uno es medio sabueso (por la parte de la nariz, más que nada).
Qué impronta la del personaje, enorme, que nos traes en este hermoso post. Saludos!
Gracias por el comentario, amigo Budokan... La verdad es que no abundan los casos, tan variopintos, tan "viajados" comparables al del "enorme" Juan de Landa. La mayoría de las entradas versarán sobre actores que iniciaron y terminaron su carrera en España (sin dejarla más que para acudir a algún festival, en contadas ocasiones)y que, normalmente, empezaron y acabaron como actores, sin soltar gorgorito alguno. Pero, en fin, la intención de este burgo es ir sacándolos todos a esta palestra, los más curiosos y también a aquellos que hayan sido, ni más ni menos que, simples cómicos.
Ha muerto Raymond Leblanc
Juan Carlos no sé si este es el sitio, pero seguro que es un buen sitio y por eso abuso de tu generosidad y también sé que no te importará... el caso es que acabo de leer en Internet que ha muerto Raymond Leblanc, y me imagino que es una noticia pequeña no muy relevante en nuestro país, pero para algunos lectores de tebeos Leblanc, el fundador de las ediciones Lombard, el combatiente de la resitencia belga, el amigo de Hergé, el creador de la revista Tintin..., sí que nos resulta una figura trascendental.
Ahí va el enlace:
http://www.rtbf.be/info/societe/ARTICLE_169354
Y saludos y gracias.
Pues sí; una gracia más de este 2008.
Por si hay suerte en la busca... recomiendo:
“Más allá del séptimo arte” (Historia de los cómics belgas)
Danny De Laet / Yves Varende
Ministerio de Asuntos Exteriores del Comercio Exterior y de la Cooperación al Desarrollo
Crónicas Belgas, núm.177 / Noticias de Bélgica
Bruxelles, 1979
(versiones en alemán, español, francés, inglés, italiano y neerlandés)
JC
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Amigo Javier,naturalmente que este es el sitio, porque estás en él, principalmente, de lo cual me alegro muchísimo. También está el maestro Cuadrado, como prueba él mismo, con su certero apunte. Gracias a los dos y un recuerdo respeturoso para el que nos dejó.
...Perdón: "respetuoso"
Sigo abusando de tu hospitalidad, Juan Carlos, pero es que hoy ¡ha muerto John Balan!
(Creo que hay algún vídeo suyo en el tube)
Pues si que...
JC
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Sí, sí... Visto, amigo Javier. Mala racha.
Pues también se nos ha ido Rafael Azcona, el guionista de algunas de mis pelis favoritas como Plácido, El verdugo o El pisito...D.E.P.
Efectivamente, amigo Gordito, nos ha dejado un poco huérfanos el gran Azcona, la mente germinadora que estaba detrás de tantas películas geniales, como las que citas. En el otro post había dejado aviso el amigo Javier (el otro burgo fundador). En fin, una gran pérdida para todos los que nos emocionábamos con el humorismo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Amigo filomeno, tengo que agradecerle muy especialmente todos los comentarios que ha dejado usted en este su weblog y muy especialmente el hecho de haberme dedicado gran parte de este domingo. Me alegra mucho haberle provocado tantos comentarios, algunos de ellos, si bien breves, hasta informativos. Espero poder seguir contando con su compañía.
PD: ¿No será usted gallego, por casualidad? Intuitivo, que es uno...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
¡Caramba, amigo Filomeno, me deja usted sin habla!! No sé cómo expresarle mi gratitud. Celebro muchísimo que le guste el weblog y sólo confío en la magnanimidad de sus corresponsales. Soy admirador incondicional de Carlos Aguilar y me llenaría de orgullo merecer su atención. En cuanto a la señora (o señorita) productora, no tengo conocimiento de su ejecutoria pero, sin duda, es persona merecedora de la más alta consideración. Muchísimas gracias, amigo Filomeno.
¡Estos híbridos del primer sonoro hispano!
El sistema de versiones idiomáticas múltiples también fue múltiple. Mientras Paramount trasladaba sus estudios a Joinville, en las afueras de París, MGM, Fox y Universal optan por rodar en California sus versiones hispanas. Todos recurren indistintamente a chilenos, mexicanos, cubanos, argentinos y… españoles. Neville asegura que en sus rodajes se presentó hasta algún indio navajo que decía “hola” y que el responsable de figuración había dado como bueno, por moreno, para una película de ambiente español.
A lo que iba. Por su modo de citar, parece que La fruta amarga y Min and Bill son una misma cosa. Lo son y no lo son. La fruta amarga se rueda varios meses después que Min and Bill. La mexicana Virginia Fábregas retoma el papel de madre abnegadísima que le valiera el Oscar a Marie Dressler en 1931 y Juan de Landa se calza una vez más la piel de Wallace Beery, como ya hiciera en El presidio. La película se rueda con una moviola en el plató, repitiendo acciones y encuadres casi plano por plano. Lógicamente el ritmo de interpretación es otro. Los planos más espectaculares –como la alocada carrera de la lancha descontrolada y la llegada del pesquero de Bill al puerto- se aprovechan de Min and Bill, con la curiosidad de que en alguna toma
concreta en que se relacionaban estas acciones mediante una panorámica con los actores norteamericanos, se recurre al hacha y se inserta el plano de Juan de Landa en mitad del movimiento.
Por otro lado, dicho sea sin desdoro del de Motrico, Wallace Beery hace una composición mucho más matizada. Lo que no empezca para que el actor norteamericano nunca hubiera igualado a Juan de Landa a la hora de encarnar al ingeniero que ha dejado todo por realizar estudios sobre el hígado en Mi adorado Juan:
—¿Por qué no voy a poder ser ingeniero? Lo que pasa es que he dejado la carrera para hacer estudios sobre el hígado. Y he llegado a la conclusión de que el hígado no existe. Los indios no tienen hígado.
—¿Qué es eso de que los indios no tienen hígado?
—Sí, señor. Los indios no tienen hígado y se lo puedo demostrar científicamente. Tengo en casa los documentos que lo prueban. ¿Quiere usted un puro?
—No, muchas gracias. ¿Cómo voy a fumarme un puro a estas horas?
–Pero, señor mío, ¿es que existen horas para fumar puros? ¿En qué clase de país se cree usted que vive?
Sr. Feliú
Muchísimas gracias, estimado sr. Feliu, por su magnífico comentario que amplía y mejora la modesta entrada de este burgomaestre, tocando con precisión temas que uno se limita a "tocar de oído" (de estas películas de los balbuceos del sonoro, uno reconoce no haber visto apenas nada). En cuanto al fragmento de "Mi adorado Juan" que ha tenido la gentileza de transcribir, decirle que coincido con usted en que es una pieza de humor absolutamente genial. (Ya apunté algo de ella, en el texto, sí, pero debí haber puesto el diálogo completo, como usted ha hecho). De nuevo, gracias.
wallace beery tenía avión con nevera......
Ha sido interesante hacer un recorrido por la vida artistica de Juan De Landa.
Mi niñez y juventud transcurrieron en Motrico y recuerdo a este hombre, ya que siendo amigo de mi padre, frecuentaba nuestra casa a menudo. No cabe duda que era una persona de mundo, mas bien de apariencia seria y observadora, pero al mismo tiempo cercano y con un punto de humor que hacia notarse.
Mis recuerdos se ciernen a los ultimos 5 o 6 previos a su desaparicion, en cuya epoca yo tenia entre 7 a 13 años. Me resultaba muy interesante, a pesar de que entonces yo no conocia de su trayectoia artistica mas alla de que habia sido actor profesional. De hecho, el nunca alardeaba de ello, y por eso creo que poseia la cualidad humana mas importante "la humildad de los grandes".
No recuerdo que tuviera hijos, pero si que su mujer todas las navidades nos enviaba un dulce riquisimo a base de frutos secos que ha quedado grabado en mi memoria, asi como el enigma de todas las historias que Juan De Landa no contaba y sin embargo me hubiera encantado escuchar.
Tal vez por ello lo sigo considerando un personaje fabuloso que tras una vida plena de aventuras, regreso a su maravilloso y precioso pueblo de Motrico a recrearse en aquella estampa de belleza natural que a pesar de sus viajes por el mundo siempre llevo consigo. Jamas olvido su cuna y a ella regreso para quedarse... Mi sincero reconocimiento.
Silvia Legarda
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