Lady Filstrup (3ª época)

Dedicado a la música ligera, actores españoles y tebeos de Bruguera (porque sí, porque rima).

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viernes, mayo 09, 2008

Estanis González. Un todo-terreno poderoso y feo

Una voz profunda y educada, un físico de rasgos rotundos, marcados, en un rostro de frente estrecha y algo huidiza, mandíbula y barbilla, escasas, de labios gruesos y nariz prominente, que recuerda un tanto al prototipo del hombre de Neandertal, adornado con una peca en el pómulo derecho y un bigote, en principio recto y negro, con los años variable y unido, a menudo, a grandes patillas decimonónicas. Hablamos de Estanislao González León (Madrid, 8 de mayo de 1925, 16 de diciembre de 1992), un actor que imprimió su huella en la Edad de Oro de la radio en España y que, cuando el nuevo medio, la televisión, tomó el relevo en el favor popular del que disfrutaba aquella, se hizo imprescindible para completar, con garantías y efectividad, los repartos de las innumerables producciones de espacios dramáticos que en los años sesenta y setenta realizó Televisión Española.

Estanis González se desenvolvió en todos los terrenos

En la profesión de actor suele darse el fenómeno de la compartimentación de cada uno de sus representantes en un medio u otro, dándose, con mucha frecuencia, el hecho de que los actores se especialicen en desarrollar su tarea, casi con exclusividad, en un medio, siendo ignorados por los demás. Así, es muy frecuente considerar a unos actores “de teatro”, otros “televisivos”, aquellos de allá, “de doblaje”, al lado de éstos, encontramos a los actores “de radio” y, los de acullá, con más brillo y menos exigencias de destrezas profesionales, los “cinematográficos”. Si bien es esta una clasificación muy discutible, no puede negarse que se da constantemente. Por razones diversas, casi todos los actores desarrollan su labor con mucha más frecuencia para un medio que para el resto. Equivocadamente se considera que las características de cada profesional de la interpretación son más idóneas para los escenarios, por ejemplo, que para ponerse ante las cámaras, y viceversa, actores a los que el objetivo de la cámara “adora”, no son capaces de salir al tablado a actuar ante el público a recitar largos parlamentos. En opinión de este burgomaestre, el buen actor lo es siempre, independientemente de las distintas exigencias que cada medio requiera. Esta afirmación no es en absoluto incompatible con la realidad que supone el hecho de que el éxito (o el fracaso) le llega a cada actor ante el público respectivo de cada medio, cosa que será, consecuentemente, lo que marque el desarrollo de su carrera.

Por lo anteriormente expuesto, pocas veces se da el caso de que un actor efectúe, a lo largo de su carrera, incursiones en todos los distintos medios en los que es posible ejercer su profesión, cual es el de nuestro protagonista de hoy, un actor excelente de la radio, el cine, la televisión, el doblaje y el teatro: Estanis González.

La radio

Cuando, en los años cuarenta y cincuenta, la radio era en España quien poseía el liderazgo indiscutible en la labor de procurar distracción y entretenimiento a las masas populares. Su oferta de programación contaba con la baza imbatible de los programas de raíz dramática, cuales eran los seriales y los espacios de teatro radiado, llamados “teatro del aire” o “teatro hablado”. Con una especial capacidad para provocar en el oyente algo semejante a un efecto mágico, el medio radiofónico aplicado a la ficción narrativa o dramática conseguía cautivar al público independientemente del género temático abordado. Los actores que contribuían con su voz a transmitir subyugantes emociones a todos los sectores de población que formaban su público, consiguieron alcanzaran la correspondiente cota de popularidad, tan elevada como lo es hoy el nivel de olvido en que han caído. Y sin embargo, el eco de su éxito permanece, tan legendario como neblinoso. Estanis González formó parte de aquel momento mítico de la radio española, al ser integrante del cuadro de actores de Radio Barcelona, bajo la dirección de Armando Blanch y al lado de actores como Adolfo Marsillach (que se inició en el medio “enchufado” por su padre, crítico teatral, y que dio comienzo en él a su provechosa carrera de actor), Ricardo Palmerola, Isidro Sola, Encarna Sánchez o Esperanza Navarro. Con esta última, y con guiones de Rosa Alavedra, protagonizó la versión de Radio Barcelona de “Música para el aperitivo” (un espacio que se radiaba también desde Madrid, con Mercedes Sierra y Eduardo Lacueva y desde Radio Valencia, con Maruja Villalba y Vicent Garrido). Se trataba de una serie de corte costumbrista que ilustraba con un humor agradable los problemas cotidianos de los hogares españoles a través de los diálogos de un matrimonio. De parecido contenido y creada al alimón por Armando Blanch y el irrepetible y stajanovista Armando Matías Guiu, era la serie “La familia Valdés”, una vez más, humor costumbrista servido por las andanzas de un matrimonio (con las voces de Encarna Sánchez y Estanis González) y sus dos hijos ( Gloria Roig e Isidro Sola). También durante su relación profesional con la emisora de la Ciudad Condal, Estanis González participa en los programas de la mítica serie infantil “Tambor”, creación del ya citado Armando Matías Guiu, que acompañó a los niños españoles a lo largo de casi veinte años (entre 1955 y 1972), en espacios de quince minutos, todos los mediodías. En ella, nuestro protagonista de hoy daba voz al papel de “El Rey”, y compartía reparto nuevamente con Esperanza Navarro (en el papel de El Enano Gruñón), Encarna Sánchez (que hacía el papel de El Gatito), y Gloria Roig (a quien le repartieron los papeles de La Ranita y la Ratita). También intervenían regularmente, Isabel Monasterio (La Bruja), Santiago Cortés y Jaume Picas (ambos fueron El Ciempiés), Joaquín Díaz (quien hizo de El Príncipe y los Sabios), Rosario Cavallé (El Gusano) y los narradores Mario Beut, Manuel Cano, Isidro Sola, José Luis Sansalvador y Joaquín Díaz.

Un triunfo personal en la carrera radiofónica de Estanis González, que continuó, de manera intermitente, a lo largo de los años, lo constituyó su creación del personaje del general Mieh Yang en el serial “La mano izquierda de Dios”, en 1960, cuando había dejado la Cadena Ser y había pasado a Radio Nacional de Barcelona. Ese mismo año, Estanis González debutaba en la pequeña pantalla, en aquel invento que por fin, con mucho retraso, iba asentándose, lentamente, en los hogares españoles.

El teatro

Tanto Adolfo Marsillach, como Estanis González, que habían coincidido, como hemos visto, en el cuadro de actores de Radio Barcelona, son convocados por Alejandro Ulloa para incorporarse a su compañía en 1946. El primero con carácter de urgencia, pues fueron solicitados sus servicios hallándose la compañía, de gira por provincias, en Sevilla, para sustituir al galán joven, que había caído enfermo. Cuenta Marsillach en sus memorias (“Tan lejos, tan cerca”, Tusquets Editores, 1998) cómo, tras un prolongadísimo viaje en tren (más de treinta horas) plantó la carrera de derecho en su Barcelona natal para, tras obtener el permiso paterno, presentarse en la capital andaluza, donde fue recibido por su compañero, Estanis González, quien le esperaba montado en un carro de caballos. Nuestro protagonista de hoy – a quien, por cierto, Marsillach retrata con la frase “siempre supuestamente enfadado”- acompañó al recién llegado a la pensión donde se encontraba instalado y en la que se alojarían ambos, que funcionaba, indistintamente, como burdel, en el barrio de la Alameda de Hércules. En aquel peculiar lugar, habitado a partes iguales por profesionales del espectáculo y de los negocios carnales, los dos jóvenes diéronse la gran vida, recibiendo de muy buen grado los favores (culinarios y de los otros) de patrona y pupilas. Un estimulante modo de iniciarse en los escenarios y un recuerdo de juventud, como se puede constatar, imborrable. La obra que estaban representando los dos jóvenes, debió ser “Reinar después de morir”, de Luis Vélez de Guevara, un clásico del Siglo de Oro, que no fue, por descontado, el último clásico en el que Estanis González actuó sobre un escenario. Otros títulos que jalonan su carrera en las tablas son “Mariana Pineda”, de Federico García Lorca, , El concierto de San Ovidio, de Antonio Buero Vallejo, el clásico de Lope de Vega, Fuenteovejuna (1981) que, como veremos, también hizo para el cine y la televisión, o Medea (1983), de Eurípides.

Estanis González trabajó en los Teatros Nacionales, en la Compañía del Teatro Español, estrenando, entre 1970 y 1971, tres obras. Las dos primeras, con dirección de Alberto González Vergel, habitual realizador-adaptador del teatro televisivo, con quien sin duda había coincidido en las tablas catódicas, fueron “La estrella de Sevilla” (estrenada en octubre de 1970), de Lope de Vega, con Carlos Ballesteros, Enrique Cerro, Antonio Iranzo, Carlos Canut, José Luis Pellicena, Marisa Paredes y Francisco Cecilio, entre otros, en el reparto; y “Medea” (estrenada en enero de 1971), de Lucio Anneo Séneca, en versión de Miguel de Unamuno, con Nati Mistral, Guillermo Marín, José Segura, y Cándida Losada (por citar algunos miembros de un numerosísimo reparto). La tercera, que dirigió José María Loperena, fue “Proceso de un régimen”, de Luis Emilio Calvo Sotelo, con Guillermo Marín, Lola Cardona, Lola Lemos y Cándida Losada, entre otros, y se estrenó en abril del mismo año 1971. A juzgar por los titulares de las crónicas consultados, de los tres estrenos, destaca, de manera notable, el de la “Medea” unamuniana, que se saldó con un “éxito clamoroso”.

El cine

Los primeros contactos de Estanis González con el cine vienen marcados por Ignacio Ferrés Iquino, en calidad de productor y por Antonio Santillán, como director más habitual. Participa en una película por año entre 1955 y 1959, excepto en 1956 y 1958, en los que interviene en dos títulos: “El ceniciento” ( IFI, Juan Lladó, 1955) “Pasaje a Venezuela” (IFI,Rafael J. Salvia,1956) “Hospital de urgencia” (IFI, Antonio Santillán,1956) “Cuatro en la frontera” (IFI, Antonio Santillán, 1957) “Cita imposible” (OSETE FILMS, Antonio Santillán,1958) “Los cobardes” (IFI, Juan Carlos Thorry,1958) “Llama un tal Esteban” (IFI, Pedro L Ramírez, 1959). Los directores que le tienen a sus órdenes son Antonio Santillán en tres ocasiones, Pedro L. Ramírez, en una, y Juan Carlos Thorry (el primer marido de Analía Gade, a la que dirigió en su primera película, antes de que cambiara de pareja y de dirección a favor de Fernando Fernán Gómez) , Juan Lladó y Rafael J. Salvia, una vez cada uno. De todas ellas, sólo una película está producida por una empresa distinta de la de Ignacio F. Iquino, “Cita imposible”, producida por Fidel Osete Sanz y distribuida por Cire Films de forma algo deficiente, pues se estrenó en el cine Windsor de Barcelona en septiembre de 1958 y hubo de esperar a febrero de 1961 para llegar a una pantalla madrileña, la del cine Aragón. Con la excepción de la película de su debut, protagonizada y escrita por el genial humorista (en todas sus facetas, incluída la gráfica, con presencia en nuestra querida Editorial Bruguera) Miguel Gila, todas las películas en que intervino Estanis González pueden inscribirse en el género de cine de intriga o acción criminal y rodadas, preferentemente, en las calles de la ciudad de Barcelona.

Ignacio Ferrés Iquino ocupa un lugar destacado en la historia del cine español. Por la tendencia de críticos y estudiosos a tratar el cine exclusivamente desde el punto de vista artístico, se descuida con frecuencia considerar debidamente la relevancia de la figura del productor. En el caso de Iquino, ésta se halla fuera de toda duda. Su amor al medio cinematográfico, su dedicación sin desmayo, merecerían mejores tratadistas que este pobre burgomaestre. Visto el colapso de CIFESA (productora para la que trabajó, en sus comienzos), que certificó la imposibilidad de hacer en España cine “a lo grande”, Iquino, como productor independiente, se empeñó en demostrar que era posible hacer un cine digno, comercial, rentable y popular, para lo que empleó, como principales activos, su audacia, su esfuerzo y la astuta apuesta por profesionales que se encontraban tanto entre los más entusiastas jóvenes valores (como Isasi Isasmendi o De la Loma) como entre veteranos como Antonio Santillán. Años antes de que Roger Corman, en California (USA) iniciara la andadura de su luego célebre “Factoría Corman”, Ignacio F. Iquino producía regularmente con presupuestos mínimos una buena cantidad de cintas en las que se afanaban profesionales debutantes, aprendices del oficio de cineasta, que alcanzarían, más adelante, justa fama como creadores de films. En labores de ayudantes de dirección, producción, montadores o guionistas, encontramos en el seno de “IFI producciones” a José Antonio de la Loma, Javier Setó, Julio Coll, Julio Salvador, Antonio Isasi-Isasmendi, Amando d’Ossorio y José María Forn.

En “Hospital de urgencia”, Estanis González interpreta el papel de Pablo, un buen hombre que anda en malos pasos, negativamente influido por un sorprendentemente sombrío José Sazatornil, que llega, en compañía de un tercer socio, a cometer un atraco (frustrado por la policía) en la administración de la Plaza Monumental, uno de los dos cosos taurinos que tenía Barcelona en 1956, (el otro era Las Arenas. A ambos se unía, anteriormente, un tercero, situado en el barrio de la Barceloneta), en tiempos previos a la comprensible y razonable “taurinitis” actual. La difícil situación personal que vive Pablo es la que le ha impulsado a esta solución desesperada. Adela, su compañera (por la oposición de la familia de ella, no ha habido matrimonio) está en avanzado estado de embarazo y la pareja carece de medios económicos. Lo que desconoce Pablo (y le comunica amablemente Miguel Fleta, el policía que le interroga tras la detención) es que ella ha sido víctima de un atropello y que el hijo de ambos ha nacido en el hospital del título, donde también ha ido a parar él, herido por las balas de los agentes de la ley. Finalmente, Pablo y Adela podrán rehacer su vida, incluido el trámite del matrimonio en el penal, y criar al bebé, saldada la deuda con la sociedad. El malvado Sazatornil, un verdadero malhechor (mal afeitado, además) paga sus culpas con un precio más elevado. Inserto en una historia melodramática de tintes sentimentales, de mucho menor interés, el segmento “criminal” de la película es el más valioso que contiene, con la adición, quizá, de algún interludio de la típica comicidad de caradura de Tony Leblanc, cuyo personaje (un estudiante de medicina que obtiene el título durante el metraje de la película) define a Estanis González con una frase que repite, con ligeras variantes, cada vez que le ve: “¿Quién es este tío tan feo?”, pregunta al ver la foto que tenía la interna parturienta (convaleciente de un atropello) en su bolso, por toda documentación. Cuando, algún tiempo después, tiene que extraerle una bala a su primer paciente, descubre el mismo rostro de la foto y exclama: “¡Qué tío más feo!”. El espectador, a quien no le ha sido mostrada la fotografía en el momento anterior, comprende que se trata de la misma persona.

Tanto en “Cita imposible”, como en “Cuatro en la frontera”, a Estanis González le toca en suerte un papel secundario con final fatal y violento. En la segunda, de la que ya hemos hablado en una entrada anterior (y mencionado en otra más), actúa como sicario de los contrabandistas, dispuesto a dar el “pasaporte” al metomentodo agente de la ley encarnado por Armando Moreno, tan sólo para encontrar la muerte. En la primera, un enrevesado film ambientado en un teatro, en el que, como en el anterior, se duplican las parejas de protagonistas, Estanis González es un detective que sigue a la viuda del empresario Luis Induni y que descubre que no es trigo limpio. Es suprimido cuando espera, asomado en la ventanilla de un tren, el fruto de su chantaje, siendo disparado desde un compartimiento de un tren que está arrancando en la vía de enfrente. La película, que contaba con las actuaciones estelares de Arturo Fernández, como el policía Fermín (en sus años de especialización en cine de temática criminal), Philippe Lemaire, como el abogado Raimundo, Josefina Güell (Rosario, la protagonista inocente), Luz Márquez (Pilar, la novia del abogado), Mercedes Monterrey (como Mercedes, la viuda adúltera) y Francisco Piquer, en una colaboración especial como el clown amante de la anterior, resulta todavía hoy entretenida y perfectamente digna. Antonio Santillán, el director de éste último y de los dos títulos previamente comentados, era un profesional experimentado cuando Iquino le dio la oportunidad de dirigir para su productora. Procedente del campo de la distribución y el doblaje (para la MGM y para la empresa de sonorización y doblaje de Iquino, Parlo Films) tenía acumulada experiencia en 160 títulos como director de doblaje ya en 1953 (según cuenta “Primer Plano” en su número 687, de diciembre de aquel año). Ese mismo año, valga como dato de la eficacia de la maquinaria productiva de Iquino, un año (uno más) de crisis en el cine español, él produce siete películas, de géneros variados (una táctica, la alternancia temática, que el productor-directo siempre practicó, en busca del éxito).

En el engranaje de IFI, S. A., que incluía la producción de películas, con sus propios estudios (con 3 platós) y sus propios profesionales técnicos y artísticos, la distribución de films de la 20 Century Fox en España, una empresa de sonorización y doblaje (Parlo Films) y una distribuidora de sus propias producciones (creada en 1957, al no encontrar distribución para su película “El Judas”), Estanis González tan sólo representaba una pieza más, pero tan eficiente como la mejor de todas.

Tras estos años de relación profesional con la productora IFI, Estanis González se dedica, preferentemente, a la televisión, y regresa a la pantalla grande tan sólo de manera esporádica. Son contados los filmes en los que participa en las décadas siguientes. De especial relevancia son sus películas estrenadas en 1973. Una de ellas, “El espíritu de la colmena” (Víctor Erice), pasa por ser una de las mejores de la historia del Cine Español, cuestión que este burgomaestre no siente la necesidad de discutir. La otra, “Ceremonia sangrienta”(Jorge Grau), cuenta con la garantía contra el olvido de pertenecer a un género, el de terror, que disfruta de un solidísimo respaldo de sus aficionados y con los atractivos de incluir a algunos actores secundarios interesantes y poco pródigos, como la gran Lola Gaos o el repelente (con todos los respetos) Antonio Puga (de lo más parecido a Strother Martin que ha dado el cine patrio). En el film de Erice, Estanis González encarna a un sargento de la guardia civil, en una secuencia en la que, aparte de limpiarse la cara del jabón de afeitado parsimoniosamente, se limita a decir una corta frase y a hacer unos pocos y pausados gestos para indicar al personaje de Fernando Fernán Gómez que han sido hallados efectos personales suyos en posesión de un maquis fugitivo que ha caído bajo la acción policial. Hay que decir que pocas veces un actor ha sido tan identificable con su personaje, hasta el punto que se puede afirmar que o bien todos los guardia civiles se parecían, en tiempos de Franco, a Estanis González, o bien el actor se parecía a todos los guardia civiles de aquel tiempo. En la película de Grau, sobre el mito de la condesa Bathory (Lucía Bosé), Estanis González se limita a cumplir con su papel de posadero, recibiendo humildemente la visita del siniestro aristócrata encarnado por el venezolano Espartaco Santoni y del magistrado al que da vida Ángel Menéndez. Curiosamente, en esta cinta, actúa con la voz doblada, él que, por aquel entonces, era presidente de la Asociación de Actores de Doblaje de Madrid (APADEMA).

Un punto y aparte: el doblaje

Una voz tan bien timbrada, tan disciplinada, tan torneada, con esa ruda gravedad varonil, no tenía bastante con las ondas hertzianas para difundirse. Desde 1953, Estanis González se inicia en el campo del doblaje en Barcelona y, tal como puede comprobarse en este enlace a eldoblaje.com, ejerce esta actividad de manera continuada y contumaz hasta el momento de su fallecimiento, casi 40 años después. Más de 400 fichas de participaciones suyas se contabilizan en la base de datos de la web del doblaje español. Una cifra impresionante, que, si bien se refiere, en su mayor parte, a papeles no principales, habla bien a las claras de la excelencia y eficacia de su labor. Algo que, como venimos de decir, le llevó a la presidencia de la asociación de sus compañeros de trabajo en la ciudad que lo adoptó a principios de los años sesenta, Madrid.

Años sesenta y primeros setenta : La televisión

Cuando Estanis González desembarca en Televisión Española, las emisiones se limitan a una franja horaria muy limitada, sólo existe un canal y, por supuesto, los programas son en directo, sin posibilidad de enmienda y en riguroso blanco y negro. El parque de aparatos televisores es reducido y los programas que se emiten sugieren algo así como una “radio visible”. Se inicia en este campo haciendo labores de presentador en programas concurso como “Adivine su vida” o “X-O da dinero” y “Ayer noticia, hoy dinero”. Pronto comienza a participar en espacios dramáticos como “Ficciones”, “Novela”, “Historias para no dormir” o los hoy míticos “Estudio uno”. Su presencia se hace familiar y su rostro, inscrito en obras inmortales, frecuenta los hogares españoles cotidianamente, tal como dijimos en su día de José María Escuer, Carlos Lemos o Tomás Blanco y tal como habremos de repetir cuando nos refiramos a otros colegas suyos de aquellos años gloriosos, como Pablo Sanz, Luis Varela, Tina Sainz, Ana María Vidal, Amparo Baró, Luisa Sala, Manuel Dicenta, Jesús Puente, Ismael Merlo, José Bódalo, Rafael Arcos, Amparo Pamplona y tantos otros. Son años en los que se produce de manera continuada y eficaz, tanto adaptaciones de obras de la literatura consagradas, llevadas a imagen por realizadores como Pedro Amalio López, Pilar Miró, Gustavo Pérez Puig, Domingo Almendros, Francisco Abad o Alberto González Vergel, que hicieron familiares para el espectador los argumentos y personajes de gigantes como Dickens, Tolstoi, Chejov, Dumas, Óscar Wilde o Víctor Hugo, como series específicamente creadas para la televisión, debidas a la imaginación de autores capaces y fecundos tales como el muy prolífico Jaime de Armiñán, un verdadero prodigio de inventiva, de visión humanista y sensible, y de capacidad de trabajo, o como el personalísimo Adolfo Marsillach, el hábil Antonio Mercero o el genialoide Narciso Ibáñez Serrador, amén de incursiones de algunos creadores en boga en aquellas décadas, como Alfonso Paso, Alvaro de la Iglesia o Noel Clarasó. Toda esa creatividad, malbaratada al fin por la desmemoria o por vacuos y malintencionados revisionismos, alcanzó su máximo esplendor en los mismos años en los que Estanis González unió su destino profesional con el de Televisión Española.

De la ingente cantidad de títulos en los que participó, podemos comentar, a título de ejemplos, la híbrida (se trata de una película de cine hecha para televisión, aunque se estrenó en salas) “Fuenteovejuna” (1972, Juan Guerrero Zamora), básicamente, por reunir un excepcional reparto, en el que destacan el protagonismo del gran Manuel Dicenta y de Núria Torray (musa y principal activo de la creatividad de su pareja, el director-adaptador) y la aportación, en personajes secundarios, de Rosa María Salgado, Ricardo Tundidor (como los Reyes Católicos), Eduardo Fajardo (como el Comendador), Eusebio Poncela, Fernando Cebrián, Antonio Puga, Miguel Ángel, o Vicente Vega además de, naturalmente, el propio Estanis González. La labor de estos excelentes intérpretes se sobrepone, por momentos, a una realización nefasta, que parece empeñada en destrozar tanto sus actuaciones como cualquier noción de ritmo narrativo.

“Opera en Marineda”, emitida en 1975, formaba parte de la serie de TVE, “Cuentos y leyendas”. Fue dirigida por Pilar Miró y adaptaba una narración de Emilia Pardo Bazán. En ella, Estanislao González encarna a Ortigueira, el empresario del teatro de la localidad gallega del título, “El Coliseo de Marineda”, a la que llega, trasladado, el señor Estévez (Leo Anchóriz), que se siente un desterrado de su abono del Teatro Real de Madrid, donde seguía, con devoción, la temporada de ópera. Asistimos, mediante un ritmo ramplón y complaciente, al revuelo que la llegada del forastero (soltero y sin compromiso) provoca en la población femenina de la pequeña ciudad (entre quien distinguimos a Carmen Maura, Concha Goyanes, Consuelo Vivares, Chus Lampreave o Blanca Sendino) y cómo se relaciona con las fuerzas vivas (el militar Manolo Zarzo, el comerciante Alfonso del Real, el periodista Emilio Laguna o el médico Pedro del Río), creándose un prestigio de experto musical que acaba destruyendo al caer prendado de los encantos de una mala soprano, la italiana Duchesini (Charo López). En resumidas cuentas, se trata de un muestrario de excelentes actores entregados a una empresa que se resuelve con saldo negativo. El mediometraje no cabe incluirlo entre las mejores producciones de su directora, excesivamente lastrado por los irrisorios “playbacks” de la muy hermosa Charo López y por un tono general que se contagia de la fatuidad de su personaje protagonista.

Tres años posterior a “Ópera en Marineda” es la emisión de “Adios, señorita Ruth”, adaptación para televisión de la obra de Emlyn Watson, realizada por Francisco Montolio, con Irene Gutiérrez Caba y Pedro Mari Sánchez como protagonistas, con Imma de Santis, Blanca Sendino y Miguel Ángel, como actores secundarios, en la que Estanis González incorpora el papel de desagradable y pomposo terrateniente Míster Treverby, cerrilmente enfrentado a la protagonista, la cual pretende llevar la educación para los explotados mineros del lugar (algún condado del País de Gales). Con la pausa que le caracteriza, Estanis González brinda una actuación impecable, dando el tipo de propietario cruel y estúpido a la perfección. Enfrente, doña Irene Gutiérrez Caba opone uno de sus habituales festines de (sobre)actuación, no aptos para paladares delicados, quizá, pero que a los simples aficionados, naturalmente, siempre nos satisface hasta el deleite.

Mención aparte merece la reiterada relación profesional de Estanis González con Narciso Ibáñez Serrador, quien reclama los servicios del actor con insistencia, a lo largo de los años, demostrando así plena confianza en su eficacia. Cuenta con él para un elevado porcentaje de episodios de la serie de “Historias para no dormir”, desde “La sonrisa”, emitido en 1966, basado en un relato de Ray Bradbury, con Emilio Gutiérrez Caba y Tota Alba, hasta “El caso del señor Valdemar”, emitido en 1982, en la “rentrée” de la serie, pasando por algunos de sus títulos más reconocidos y galardonados, como “El trasplante” (1968; premiado en el Festival de Praga de aquel año) y “El televisor” (1974), donde interviene para recapitular, sosegadamente, el macabro y desconcertante final, en el papel del policía que descubre los cuerpos sin vida de los protagonistas, interpretados por dos inmensos Narciso Ibáñez Menta y María Fernanda D’Ocón.

Precisamente, como muestra del arte interpretativo de nuestro protagonista de hoy, hemos seleccionado un fragmento de “La sonrisa”, un telefilm que quizá vieron Antonio Mercero y José Luis Garci (declarado fan de Ray Bradbury, autor del relato en que se basa) antes de escribir el guión de “La Gioconda está triste” (1977), pues en ambas historias el famoso lienzo de Leonardo tiene un protagonismo decisivo en un futuro pesimista. En “La sonrisa” se muestra un mundo post-apocalíptico en el que el progreso ha sido proscrito, se ha regresado al oscurantismo medieval y se celebran ritos de purificación en los que se destruyen vestigios de pasados logros en los campos artísticos o científicos. En la secuencia elegida, Estanis González tiene el difícil compromiso de soltar un auténtico “ladrillo” en el que Chicho Ibáñez Serrador ha incluido la “teórica” del relato. El bueno de Estanis se arma de paciencia y, sin alterarse lo más mínimo, echando mano de una serenidad ganada en largos años de locución profesional, “larga” el discurso explicando, pausadamente, el argumento del cuento. La delirante proclama habría noqueado a actores más reconocidos, pero él consigue hacerse oír, que no es poco mérito. Le dan la réplica el actor y director Ricardo Palacios y un veinteañero Emilio Gutiérrez Caba.


Bibliografía consultada y no citada en el texto (además de la siempre generosa entrada dedicada al actor en la Wikipedia)

“En Antena” 75 anys de Ràdio a Espanya”: (Promotora Gral de Revistas SA” para la cadena SER)

“La radio en España” Lorenzo Díaz (1992, Alianza Editorial)

“Cine negro y policíaco español de los años cincuenta” (Elena Medina, Editorial Laertes, 2000)

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26 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Empieza este blog, o lo que sea, a formar parte de la ineludible consulta diaria a horas tardías. Uno ya no puede dormir tranquilo sin saber si Estanis, Francisco o María, a los cuales disfruté en su día en un "Estudio 1", aparecen desmenuzados en las frases con que nos deleita en sus entradas ... Siga así, amigo burgo. De nuevo, felicidades.

domingo, mayo 11, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Y el colmo de la dicha...:

¡¡¡Se cita a la divina Luz Márquez!!!

JC
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domingo, mayo 11, 2008  
Blogger Los Burgomaestres said...

Amigo Trabucaire, le agradezco muchísimo su amable comentario y le aseguro que me sirve de acicate para continuar en mi voluntariosa labor. Esta gente (los cómicos que nos han acompañado toda la vida) se merece mucho más, pero uno hace lo que puede...
Maestro don Jesús, conozco muy poco a Luz Márquez, pero en lo poco que la conozco, coincido con usted. Y añadiría algo más: tiene la rara virtud de ser, a la vez, divina (como usted dice) y natural (que ya es paradójico,¿no?). O así. Anoto su nombre para profundizar y ver si le puedo dedicar una entrada mínimamente digna de ella.

domingo, mayo 11, 2008  
Anonymous Anónimo said...

¡Ay, la civilización! ¡Ladrillosos, pero por lo menos eran incoformistas! Ahora en la tele han cambiado el ladrillo por el chillido.
Otra cosa, amigo Juan Carlos,la Fuenteovejuna que citas me dio un miedo pánico cuando la vi... Estuve pegado al sillón, que ni con las Historias para no dormir.
Creo que no hay ningín blog en toda España como el tuyo. ¡Felicidades de corazón"

domingo, mayo 11, 2008  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias, amigo Javier, por el comentario, con felicitación incluída... En España tal vez no haya otro blog como este porque, por suerte para el país, no hay otro pesado tan pesado como yo. (Me extrañaría, vaya...¡y no lo digo por presumir!)
En cuanto a lo del "ladrillo", no quería con ese calificativo descalificar el episodio, ni el relato, ni la serie, sino sólo el hecho de que el pobre Estanis tenía que explicar todo el argumento, prácticamente, en un largo parlamento, algo achacable a un guión muy mediatizado por la duración del programa. Pero, vamos, que entre esta televisión y la de ahora...¡¡ni por un instante dudes que ... en fin, que no las puedo ni comparar!!
En cuanto a esa "Fuenteovejuna", del dúo Zamora-Torray, pues sí, da mucho miedo por tremendista y por extraña... y por torpe, también (la realización, digo).
Gracias otra vez, amigote.

domingo, mayo 11, 2008  
Blogger Gordito Relleno said...

Ha sido terminar de leer el post y lanzarme como un poseso a por mi colección de deuvedés de "Historias para no dormir". Es increible la facilidad que tiene usted querido burgomaestre para despertar el interés por revisionar o descubrir títulos de nuestro cine y televisión. Yo ya tengo claro que esta noche "reveré" "El televisor" por segunda o tercera vez, siempre que la "reinecilla de la casa" no se empeñe en trasnochar con el cuento de Cenicienta.
Pd.- ¿Acábaremos por encima de ustedes? (supongo que ya sabe a lo que me refiero...)

lunes, mayo 12, 2008  
Blogger Los Burgomaestres said...

Si las Matemáticas lo permiten, amigo Gordito, no dude que nuestros jugadores no harán nada para impedirlo...(SNIF)
En cuanto a lo de revisar "El televisor", pues hará usted muy requetebién. Más allá de la historia, que hoy podría versionarse cambiando la tele por internet, se dará un festín de interpretaciones "a la antigua" (o sea, donde se entiende lo que dicen los actores y donde,además, queda impreso en la memoria), que son las que a este burgo, le gustan.

lunes, mayo 12, 2008  
Anonymous Anónimo said...

>>>la "Fuenteovejuna" que citas me dio un miedo pánico cuando la vi>>> (Jav)

Y a mí, más: que me la tragué vía cine.

Colateral: cuando el menda estaba por "Cine en 7 días" entrevisté a Guerrero Zamora: era insufrible (que me perdoné Núria... a quien tengo cariño; sobre todo por lo que tuvo que soportar ante las lenguas moralistas del medio). Ahora bien, su volumen en cuatro tomos de "Historia del Teatro contemporáneo en Juan Flors Editor, de 1961, es un trabajo de chinos... al que aún aplaudo).

JC

lunes, mayo 12, 2008  
Blogger Los Burgomaestres said...

Pues este burgo, que no ha conocido nunca a Guerrero Zamora, va reafirmándose en su impresión como espectador, con los datos que va conociendo. Por lo que dice de él Marsillach en sus memorias (se nota que las he leído recientemente, ¿no?)y lo que explica el maestro Cuadrado, más las sensaciones que, como espectador ha ido sumando... El resultado es que se trata de alguien con mejor gusto que resultados, con mejores intenciones que logros y emparejado con alguien con un talento natural que quizá habría llegado más lejos sin estar tan "dirigida"... Pero claro, todo son conjeturas... de burgo.

lunes, mayo 12, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Por el buen camino va.

En las sus conjeturas, digo.

(Núria, además -o así parecióme-, tenía esa mirada de la mujer "vigilada"... por un poner. Muy distinta a la de otra divina, la inmensa Faltoyano, que andaba por allá cuando la entrevista a José Luis Tafur).

JC
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martes, mayo 13, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Luz Márquez, María Martín.......

martes, mayo 13, 2008  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias, maestro don Jesús, por guiar mis azarosos pasos (en lo actoral, porque en lo futbolístico, como se comprenderá, voy decididamente a la deriva -blaugrana-)
Gracias, amigo Filomeno, por la visita y por hacerme saber su presencia con su comentario (que no por escueto es menos apreciado).

martes, mayo 13, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Amigo Burgomaestre: creo recordar que Parada entrevistó a Luz Márquez en "Cine de Barrio"....¡Qué Señora! ¡Qué Belleza! ¡Qué Clase!
También me causó muy buena impresión Nieves Navarro......
Un abrazo.

martes, mayo 13, 2008  
Anonymous Anónimo said...

En lo relativo al Barça.......¿No "atraería la buena suerte" para el equipo "culé" un reconciliación con el portugués Figo?
Ab.

martes, mayo 13, 2008  
Anonymous Anónimo said...

¡Hey, Burgo, amigo: ese ánimo arriba!

(... que dicen los de la Cuatro... que el Guardiola va a hacer una limpieza que ni Mister Proper...).

JC
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martes, mayo 13, 2008  
Blogger Los Burgomaestres said...

Ah, Nieves Navarro!! Amigo Filomeno, me ha mencionado usted una de mis más fuertes debilidades. Por supuesto, le dedicaré un "post" de admirador.
Del "luso que pisoteó los colores y el escudo del Barça, que escupió a la cara de la afición que lo encumbró y le dio su cariño", prefiero no decir palabra. Olvido imposible, reconciliación imposible. Otros se fueron del equipo e hicieron carrera en otros lares, incluido el Real Madrid. Eso no supone ningún problema. Lo que es imperdonable es el engaño. Que disfrute de su retiro, pero por aquí nunca se va a olvidar, no que se marchara (total, todos lo hacen,antes o después) sino cómo lo hizo. Y para no querer hablar, ya he dicho demasiado. Es un poco lo que está pasando con Eto'o. Nadie le culpa de que no metiera goles en los partidos en que más lo necesitaba el equipo. Lo que se recrimina (con toda razón) es que se borrara descaradamente de la convocatoria contra el Madrid. Eso, tratándose, además, de un futbolista tan locuaz (por no decir bocazas) es lo que no se puede aceptar. En fin, en fin...amigo Filomeno, teniendo en cuenta todas la injusticias que el público es capaz de cometer, lo cierto es que, muchas veces, cada cual recoge lo que siembra.

martes, mayo 13, 2008  
Anonymous Anónimo said...

Amigo Burgomaestre: también fue traumática la salida de Alfredo di Stéfano del Real Madrid, en 1964, para irse al Español de Barcelona y , sin embargo, fue posible la reconciliación y ahora es Presidente de Honor...........
Ab.

martes, mayo 13, 2008  
Blogger Los Burgomaestres said...

Con todos los respetos para la afición perica (ejem), ir al Español debió ser para "La Saeta Rubia" como ir a pre-jubilarse a una finca de unos amigos. Lo del trauma lo pongo en perspectiva. Muy distinto es el caso de Luis Figo...
Además, amigo Filomeno, que para reconciliarse hace falta interés de ambas partes y el del portugués nos se ve por ningún lado. Ocasiones ha tenido para explicarse y nunca ha querido hacerlo. Es usted mejor persona que este burgo, amigo Filomeno, pues cree en cosas tan fantásticas y hermosas como las reconciliaciones. Yo, la verdad, no recuerdo haber asistido a una sola en toda mi vida. Sólo en películas.

martes, mayo 13, 2008  
Blogger BUDOKAN said...

Uno de los claros ejemplos de como un rostro feo puede consagrarse con su arte. Saludos!

martes, mayo 13, 2008  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias, amigo Budokan, por su visita y su amable comentario. Que conste que lo de la fealdad de don Estanis González este burgo lo entiende (aunque no se haya tomado la molestia de explicarlo, ya tendrá ocasión de ello) como un elogio para una época en la que prevalecía el talento y la calidad sobre la simple y llana apariencia, el único valor que hoy en día se tiene en cuenta, para vergüenza de todos nosotros que formamos eso que se ha dado en llamar "el respetable público".

martes, mayo 13, 2008  
Blogger oscar said...

Como siempre amigo burgo, ha estado impecable. Sigo ampliando mis pocos conocimientos sobre el cine español gracias a tí Burgo. Por cierto el cine Aragón, fué engullido hace pocos años por la moda, se abrió una tienda de (SFERA),mala noticia esa. Aprovechando la denominación de "Respetable Público",es el título de las memorias de Mariano Ozores, y explica como hizo casi cien películas. Os recomiendo el libro. Y del tema deportivo, que decirte pues......"no coment". No haré leña de árbol caído. Ya te comenté que corrían malos tiempos por la ciudad Condal.
Un abrazo.

miércoles, mayo 14, 2008  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias, amigo Óscar, por tu amable comentario. Conozco el libro de don Mariano y seguramente habrá que citarlo en algún momento, porque su obra forma una parte importante (como mínimo por su cuantiosa producción y por su seguimiento popular) de la historia del cine español. En cuanto a lo deportivo, no pierda la ocasión de hacer leña, que luego viene el invierno y va bien tener la leñera llena. A mí, por ejemplo, me sirve de consuelo recordar que hace pocos años tenía la despensa llena de leña galáctica. Ahora les toca a los merengues aprovisionarse. Esto va así.

miércoles, mayo 14, 2008  
Blogger Júlia said...

Hace unos días hablaba con alguien sobre Estanis González, por cierto, bastante olvidado hoy, de forma injusta, recordando un programa de entretenimiento que daban por radio Barcelona, compartía la presentación con una locutora que no sé como se apellidaba pero se llamaba Esperanza, siempre decían 'con Esperanza y Estanis'. Lo patrocinaba La Mallorquina, tienda de ropa de hogar todavía existente, cosa rara, y los locutores recuerdo que decían aquello de '¿qué me dices Josefina?, que para mantas y colchas La Mallorquina, ¿y ya sabes dónde está? en las galerías Maldá'. Luego la tienda se fue a plaza Universidad y cambiaron el final, pero a no existía ese programa. También he recordado muchas veces el concurso 'Ayer noticia, hoy dinero' que estaba muy bien, lo veía yo en casa del vecino de la escalera que tenía televisión, en aquellos tiempos de televisiones minoritarias.

Felicidades por la entrada.

miércoles, diciembre 16, 2009  
Anonymous Anónimo said...

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miércoles, diciembre 16, 2009  
Blogger Los Burgomaestres said...

Amiga Júlia, el programa a que se refiere podría ser "Música para el aperitivo", que se menciona en el texto. Al menos, lo presentaban Estanis y Esperanza...(?) Siento no poder ser más preciso. Gracias por el amable comentario.

miércoles, diciembre 16, 2009  
Blogger Júlia said...

Sí, debía ser éste, no recordaba el título, pues en mi casa siempre decían, 'vamos a poner a Esperanza y Estanis'.

miércoles, diciembre 16, 2009  

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