Lady Filstrup (3ª época)

Dedicado a la música ligera, actores españoles y tebeos de Bruguera (porque sí, porque rima).

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martes, octubre 17, 2006

Un tipo con suerte


El padre de Feliciano

La extrema juventud de Vázquez cuando llegó a Bruguera en 1947 (diecisiete tiernos años) no le permitía, a diferencia de sus colegas de más edad, como Peñarroya, Jorge o Escobar, atesorar intensas experiencias vitales de esas que forman un carácter y conforman el espíritu. Por eso sus vivencias más relevantes se produjeron en medio de su producción artística (que se inició “profesionalmente” a la insólita edad de nueve años, momento en el que publicó su primer dibujo), interfiriendo a menudo en su trabajo como dibujante. Por lo poco que sabe este burgomaestre, el creador de la familia Cebolleta vivió una vida de una intensidad tal que su propia y proverbial capacidad expresiva habría resultado insuficiente para plasmarla en dibujos. Aunque nunca le hizo ascos a intentarlo. Como ya vimos en este weblog, ya en el Can Can número cinco se autodedicaba un episodio de la serie “La historia esa vista por Hollywood”, y en otro Can Can, el número 1 de su segunda etapa (octubre de 1963, casualmente mes y año de nacimiento de este burgomaestre), desgranaba un esclarecedor manual de su arte principal: la morosidad perpetua. De su desvergüenza natural dejó constancia en su serie “Los cuentos del tío Vázquez”, desenvoltura excesiva que le llevó a pasar más de una temporada entre rejas, tal como acaba, por cierto, en la fotonovela "Todo estaba previsto" publicada en el Extra de Verano de Tio Vivo de 1970, de donde hemos entresacado un par de fotografías que ilustran estos párrafos. A este "cerebro del crimen" que planea sus golpes en un típico "terrat" barcelonés en compañía de su joven colega David. Quizá esta forma de entender la vida como algo que se vive “a salto de mata” y un tanto a la deriva, explica su método de trabajo, consistente en poner a sus personajes en medio del curso de los acontecimientos, sin tener una idea previa de cual será el desenlace de la situación propuesta (a menudo, una leve pirueta o un simple juego de palabras), tal como él mismo explica en la entrevista que concedió a Jaume Perich en el DDT 39 (3ª época) de fecha 15 de abril de 1968, dentro de la sección “El mundo de la historieta.Quién es quién”, de la que hemos tomado la autocaricatura que encabeza esta entrada. En la misma entrevista, Manuel Vázquez, expresa por su preferencia por un personaje de entre los suyos, “un tipo al que todo le sale bien”, quizá, según dice, “porque apenas había publicado dos historietas sobre él”. Y es que Vázquez asegura que acaba cansándose de todos sus personajes. Ése del que no había tenido ocasión todavía de hacerlo y de cuyo nombre o no quería o no podía acordarse no era otro que Feliciano.

La prolongada génesis del favorito

El primero atisbo de Feliciano lo encontramos en los primeros momentos del Vázquez en Bruguera, cuando dibuja a Mr. Lucky para El Pulgarcito. El nombre, inequívocamente, hace referencia a la idea de un tipo especialmente afortunado y coincide con exactitud con el título (y apodo del protagonista) de una película de 1943 dirigida por H. C. Potter, con Cary Grant en la cabecera de cartel. La atractiva personalidad del elegante tahúr encarnado por Mr. Grant, así como su estilo de vida, debió impresionar al joven Vázquez. El personaje que crea apropiándose de su nombre, tal como podemos verle en el Pulgarcito 85 (1949), contiene los elementos fundamentales del Feliciano definitivo, es decir, la pajarita y el sombrero canotier. En cuanto a su característica buena suerte, todavía no se vislumbra, pero al menos, la lleva en el nombre. Como este burgomaestre no ha tenido acceso a historietas anteriores de este personaje y no lo ha encontrado en números posteriores de Pulgarcito, no le queda más remedio que conjeturar, y en ese terreno se atreve a afirmar que la historieta en cuestión debe ser de realización anterior, aunque publicada en el año 1949, por el estilo de dibujo, todavía rudimentario. Algunos detalles, como las desmesuradas proporciones de cabeza y pies, algo disneynianas, nos hace inclinarnos por afirmar que se trata de una obra muy primeriza. El primer paso de Feliciano lo da en la piel de este Mr. Lucky con grandes zapatones y con un bigotito partido resultón.

La importancia de un sombrero de paja

No es Mr. Lucky el único personaje de Pulgarcito que se cubre la testa con un alegre sombrero de paja de ancha base y baja copa. Otro hijo de Vázquez, Heliodoro, comparte con él ese tocado en sus primeros tiempos y Carpanta, de Escobar y Casildo Calasparra , de Nadal, optan también por el canotier para abrigarse el cráneo, lo que representa una nueva constatación del concepto, ya repetido en este weblog, de la homogeneidad que caracterizaba este primer periodo de los tebeos Bruguera (a lo que podríamos añadir, de pasada, que tanto Heliodoro, como Casildo, como Calixto, son tres versiones del mismo personaje visto por Vázquez, Nadal y Peñarroya, respectivamente). Como ilustración de la coincidencia sombreril, dispongo aquí al lado tres imágenes de los mencionados personajes, extraídos de los Pulgarcitos número 88 (para la viñeta de Heliodoro, de la historieta “Heliodoro enhebra una aguja” que por cierto, el libro de Antonio Guiral coloca en el número 70) y 90 (para las imágenes de Casildo de la historieta “Víctima del destino” en la que aparece con su encantadora esposa, y la de Carpanta: “Carpanta y el biberón”, en la que le encontramos a punto de sustraerle la botella de leche a un infante de su propio cochecito)

La sombra de Monsieur Chevalier
Si antes vislumbrábamos trazas de la personalidad de Cary Grant prendidas en la inventiva de Vázquez, a través del nombre adjudicado al personaje de Mr. Lucky, no podemos obviar que la figura de Maurice-Edouard Saint-Léon (verdadero nombre de Maurice Chevalier, archipopular cantante y actor francés nacido en 1888, en Ménilmontant y fallecido en París, en 1972) habita en todo aquel que se enfrente al mundo pertrechado con un sombrero canotier y una pajarita. Su personalidad frívola, exultante, socarrona, alegre, pícara, vitalista, dionisíaca, efervescente, exuberante debió conectar necesariamente con la de Vázquez, quien tuvo que conocerle a través del cine. Su imagen, un verdadero icono de la primera mitad del siglo XX se universalizó por medio de películas tales como la que nos sirve para ilustrar estas torpes parrafadas, la titulada “The way to love” (Norman Taurog, 1933), que si bien no se estrenó en España, sí que se conoció a través de las revistas como “Lecturas”, de cuyo número 163 hemos escaneado las fotos. Ese icono, pues, patrimonio universal, proporcionó el vestuario idóneo para alguien a quien la suerte le favorecerá caprichosa y constantemente, ese personaje que Vázquez va formando en su interior desde sus comienzos en 1948 hasta darle forma definitiva en 1969. Y que Chevalier ocupaba algún lugar preeminente en el inconsciente creativo del dibujante da constancia la utilización expresa del nombre del cantante para una de sus creaciones: el burro de la familia Gambérrez, quien, como es lógico, se cubre su testuz con un apropiado sombrero canotier. Véase la muestra, extraída de la historieta publicada en el DDT número 125 (3ª época) de 8 de diciembre de 1969 (reedición de la historieta original, de 1959, probablemente).

Primera intentona

De las “apenas dos historietas” que Vázquez recordaba en su entrevista con Jaume Perich (y que se obvian en el libro de Antoni Guiral), este burgomaestre sólo tiene constancia de una, la que se publicó en el Pulgarcito 1810, de fecha 10 de enero de 1966. Vázquez había creado a Anacleto el año anterior para la misma revista, cuando el precio de ésta había aumentado hasta las cinco pesetas y su nueva propuesta, la del personaje bendecido por una irracional e invariable buena suerte no obtuvo el respaldo suficiente para alcanzar continuidad. Para diferenciarlo gráficamente de su agente secreto, Vázquez le pone un bigotito algo hitleriano (lo que nos trae el recuerdo del figurante que bailaba rock ‘n’ roll en la historieta sobre Elvis Presley que trajimos a este weblog) y , en cambio, una expresión de candoroso despiste. Vestido con sencillez, este Feliciano carece de la suficiencia que caracterizará al Feliciano definitivo, al del Gran Pulgarcito y recibe los dones de la Fortuna con ingenuidad alelada. Cuando, tres años más tarde, Vázquez retoma el personaje, tiene claro que la debilidad de que adolece la primitiva versión debe radicar en su imagen y le dota del atuendo definitivo, mucho más caracterizador.

¿Pero quién es, a fin de cuentas, Feliciano?


Vázquez era un profesional consciente de su oficio. Pero mucho más allá de eso, Vázquez era un creador. Si su admirado Cifré era un gran dibujante, Vázquez unía a esta habilidad un don especial para inventar personalidades que dieran lugar a situaciones cómicas. Sus personajes nacían con frecuencia de un planteamiento que tenía que ver con la naturaleza misma de la profesión de historietista. Así, creaba personajes sobre la base de una premisa dada, sabedor de que la anécdota, la peripecia narrada era lo menos importante. Por otra parte, su ideal de desvergonzado “vivant” le impelía hacia el objetivo utópico de llegar a hacer historietas en las que no tuviera que dibujar absolutamente nada. De ahí que mandara tan frecuentemente a sus personajes al campo y, finalmente, al desierto o a los Polos. Alcanzar el objetivo sin esfuerzo, he aquí una premisa que forma parte de la génesis del personaje. Feliciano es el resultado de un planteamiento apriorístico como lo fue la creación de Ángel Síseñor o del Inspector O’Jal. En el caso de Feliciano, el planteamiento podría formularse mediante una pregunta: Si las historietas en su mayor parte cuentan las historias de personajes a los que el infortunio echa por tierra todos sus esfuerzos, ¿Por qué no hacer una historieta que sea el reverso de la fórmula habitual? Es decir, historietas de un personajes que, SIN HACER NADA, lo consiga todo. Al contrario de lo ya establecido como norma, el Destino actuará en las aventuras de Feliciano a favor del protagonista. Vázquez, como demiurgo omnipotente, dispone los acontecimientos casuales para que beneficien siempre a su héroe. Inicialmente, el humor de la situación radica en que Feliciano no hace NADA para buscar la fortuna. Ésta acude a él con la misma caprichosa constancia con la que, normalmente, suele castigar a la mayoría de los protagonistas de las demás historietas. Ese hado esquivo que frustra implacablemente los anhelos de Carpanta, de Ribogerto Picaporte, de Doña Urraca, se obstina en conceder recompensas y en salvaguardar de toda amenaza al inconsciente Feliciano.
El mecanismo humorístico previamente descrito, dejado así, estaría condenado al fracaso. De manera análoga a como un periódico que sólo diera buenas noticias pronto tendría que cerrar por falta de lectores, al público le carga la inexistencia de víctimas. Es imposible identificarse con alguien al quien TODO le sale bien, sin hacer nada para merecerlo. Vázquez, dominador virtuoso de su arte y talentoso como nadie, desde el principio dota a la serie de antagonistas que padecen las consecuencias de la buena suerte de Feliciano. Así, una sucesión de cacos, mendigos, maleantes y aprovechados en general, sufren los chascos de intentar beneficiarse de la fortuna que sonríe siempre a Feliciano. Esta galería de personajes, prácticamente los mismos que sirven de oponentes de los otros personajes inventados para la flamante “Gran Pulgarcito” (la abuelita Paz y Don Polillo), son los que tienen que cargar con los reveses del Destino y con la tarea de hacer reír al público lector con su desdicha.
Si del planteamiento general de la serie puede afirmarse que supone el reverso de lo habitual, otro tanto se puede aplicar a los distintos resortes argumentales concretos empleados. Así, el aparente éxito que suele acontecer a los tres cuartos de la historieta de un personaje de desarrollo convencional, se ocrresponde en Feliciano con un aparente fracaso que se revela, finalmente, una muestra más de su buena suerte, tal como sucede, sin ir más lejos, en la historieta ya reseñada, del Pulgarcito número 1810.
Difícilmente puede hallarse un dibujante con una facultad equiparable a la de Vázquez para forzar los límites de la verosimilitud hasta tan lejanas cotas, como él lo consigue en su obra en general y en esta serie en particular. Y es que Feliciano es la encarnación de un ideal. Su existencia pretende demostrar que la buena suerte permanente no es una quimera. Si se cree en la existencia de la Suerte (y no me cabe duda de que Vázquez creía en ella), entonces, ¿por qué es tan fácil admitir que sea siempre mala? ¿Por qué no puede ser SIEMPRE buena? A esta pregunta intenta responder Feliciano con su deambular por las viñetas de Gran Pulgarcito y, desde ellas, por nuestros sueños.

Una trayectoria discreta y una restauración


Feliciano no fue ningún éxito. Como no lo fue, tampoco, la revista que lo acogió en su forma definitiva. “Gran Pulgarcito”, como ya hemos dicho antes en este weblog era una propuesta ambiciosa que no alcanzó el objetivo deseado. Bruguera rebajó las pretensiones de un semanario y apostó por las bazas más populares. “Mortadelo” funcionó mucho mejor. Ofreció al público lo que quería y a un precio más asequible. Como ya dijimos a propósito de las criaturas de Raf para esta revista, Vázquez aportó personajes con resabios añejos (dos ancianos y un tipo vestido a la moda de los años veinte) quizá para dar satisfacción a su burlón espíritu de contradicción. Si Bruguera quería modernizarse ofreciendo personajes rejuvenecidos, él optaría por lo opuesto. De los tres, la Abuelita Paz, con diferencia, fue el más logrado y mejor (consiguiendo prolongar su existencia hasta la revista heredera, “Mortadelo”). Ni Feliciano, ni Don Polillo fueron más allá de Gran Pulgarcito. Mientras se mantuvo en activo, el Hombre de la Buena Suerte de Bruguera disfrutó de una existencia plagada de milagros. La Naturaleza, solícita, se desvivió por atender todas sus necesidades, empleando sus fuerzas telúricas en cocinarle instantáneamente un pavo que él no se atrevía a matar, o convirtiendo una ternera viva en un suculento bistec al punto, o en tallarle un cómodo asiento en el interior del tronco de un árbol. Los premios parecen llover a su paso, las fuerza de la gravedad es siempre su aliada y actúa contra cualquiera que se atreva a ponerle en riesgo. Si Feliciano empieza a creer que puede llegar a apetecer algo, ello se apresura a ponerse a su alcance, ya sea un placer del espíritu (como por ejemplo, una edición del Quijote tallada en los bosques) o del cuerpo (las viandas apuntadas antes o puros habanos volanderos que se empeñan en alojarse en sus labios).
El aspecto definitivo que Vázquez decidió que Feliciano presentara es prácticamente coincidente con el de Anacleto, su apuesta más existosa. En la historieta del número 33, que Feliciano la pasa en pijama y, por tanto, no dispone de su indumentaria habitual (su “uniforme de trabajo”), la identificación con Anacleto es total. Podríamos apostar que hasta fuman la misma marca de tabaco.
La galería de “víctimas” de Feliciano, compuesta habitualmente por vagos y maleantes se enriquece con la presencia en varias ocasiones del propio Vázquez, quien parece identificarse empáticamente con ellos (de forma bastante comprensible, por otro lado). Podemos verle, por ejemplo, en las historietas de los número 6 y 32, intentando timar a su criatura, sin ningún éxito, naturalmente.
El caso es que las historietas de Feliciano fueron desapareciendo de la revista. Significativamente, Vázquez hace una historieta en el número 38 en la que deja de dibujar a Feliciano (que no pronuncia ni una palabra en toda la historieta) desde, prácticamente, la mitad de su primera página, centrándose en dibujar los desvelos del caco de turno que pretende atracarle, al que le hace decir “Le estoy cogiendo una rabia loca a ese tipo...”. A partir de los siguientes números, el personaje pasa a las manos de Torá, un profesional capacitado que asumió con bastante dignidad las tareas de Vázquez, haciéndose cargo en numerosas ocasiones tanto de esta serie como de las otras dos suyas que también se podían encontrar en Gran Pulgarcito. Tal como vimos en una entrada anterior, Torá no se abstuvo de comentar sobre el terreno las ausencias del creador de la serie e, incluso, casi se ocupó de clausurarla en el número 46, cuando a Feliciano le suceden una serie de desgracias impropias de su condición y, como explicación, al final se revela que la revista se ha vendido a una multinacional con sede en Ohio que ha decidido que para que su serie tenga éxito, debe virar argumentalmente en dirección opuesta e inscribirse en la corriente habitual del infortunio. Sólo reaparece Feliciano en el número 57, nuevamente según el lápiz de Torá, quien, insistimos, no hace un mal papel, sólo que, naturalmente, no consigue dotar a los personajes de la viveza de la que sólo Vázquez es capaz, ni de esa naturalidad, ni del desparpajo, la confortabilidad con la que los muñecos de Vázquez habitan las viñetas, respiran, se ríen, se enfadan, sueñan, se aburren, se ponen cómodos, se impacientan, se envidian... Torá no lo hizo mal, es sólo que no podía insuflarles aliento vital a los personajes del modo en que Vázquez podía hacerlo. Torá sólo los dibujaba.

En el número 60 de Gran Pulgarcito, de fecha 16 de marzo de 1970 asistimos a la restauración de la historieta del Pulgarcito número 1810. Hábilmente retocado, el Feliciano de 1966 reaparece con el bigote rasurado y con la testa cubierta por el obligado canotier. Bruguera lo aprovecha todo y no tiene ningún escrúpulo en insertar esta historieta en su revista más ambiciosa haciéndola pasar por nueva. La curiosidad es innegable y dice mucho de las prácticas de la empresa editorial, que tanto dinero le hicieron ganar y que, quien sabe si no le hicieron sucumbir, finalmente. Alguna mano anónima sustituyó el rótulo antiguo por el nuevo y, después, pacientemente y provisto de tipex, fue eliminando todo rastro de bigote de la carita de Feliciano y añadiendo el sombrero que había venido luciendo en su nueva andadura. Un final algo desafortunado para tan brillante personaje, el original e inimitado mimado de la suerte, Feliciano.
Nota: las viñetas en color (y la de la inocentada) son de la historieta de Feliciano del almanaque para 1970 de Gran Pulgarcito. También se han utilizado viñetas de los números regulares de esa revista: de los 32 y 33 (bitonos verde) y de los 2, 18 y 20 (bitonos naranja), además de los números mencionados en el texto. Todos ellos publicados en 1969.

37 Comments:

Anonymous Anónimo said...

No olvidemos, entre los muchos méritos de Maurice Chevalier, el haber sido pareja de la Mistinguett.

miércoles, octubre 18, 2006  
Blogger Mortadelón said...

Excelente trabajo,sobre un gran personaje y un admirado maestro.
¿Para cuándo un post sobre otra figura, Don Ángel Siseñor?

miércoles, octubre 18, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Brillante.

Yo aun diría más: brillante.
--

miércoles, octubre 18, 2006  
Blogger Gordito Relleno said...

Excepcional el recorrido por la vida del agraciado Feliciano y magnífica su opípara selección de viñetas. Me ha encantado la versión vazquiana del Quijote escrita en el árbol y el mensaje de la sopa de letras...¡Qué tipo más afortunado, recórcholis!

Y ya me faltan adjetivos para poder calificar su obra y sus entradas en el blog. Hoy sólo les diré que han estado ebúrneos, prosopopéicos y tremendamente fastuosos.

Pd.-Por cierto, el personaje Heliodoro se apedillaba Hipotenuso, ¿verdad?

miércoles, octubre 18, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Pues sí, amigo Gordito, Hipotenuso era Heliodoro como hiperbólico es usted con sus calificativos. Gracias por ellos y por su grata compañía. Lo que pasa, ahora que lo pienso, con Heliodoro es que no siempre llevó el apellido en el título, lo cual me recuerda una entrada pendiente sobre un apellido perdido...Pero esa es otra historia.
Gracias, don Jesús, por su deslumbrante adjetivo, que este burgomaestre considera un reflejo de brillo vazquiano. Hablando de genios se participa un poco de su genialidad ¿no? En fin, muchas gracias por pasar por este weblog y por darnos tantos ánimos con su aprecio.
Amigo Mortadelón, le emplazo a que ponga en Goople "Síseñor forever", que será conducido a una entrada anterior en este mismo espacio sobre el Ángel Síseñor de Vázquez, que este mismo burgomaestre tuvo la osadía de colgar en su día (y perdón por el ripio).
Amigo C. Rancio, de la vida y obras de Monsieur Chevalier valdría la pena ocuparse también, qué duda cabe. Es de esos mitos que se van quedando algo arrinconados en el desván del olvido, ¿no? Gracias por su "misttinguida" participación.

miércoles, octubre 18, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Menudos artistas del copiar, cortar y pegar estaban hechos en Bruguera, y eso que el Fotoxop o bien estaba en pañales o todavía no había nacido. Aunque cierto es que este aprovechamiento de historietas con retoques tanto en el dibujo como en el cuerpo de las letras no es exclusivo de esta editorial, pues, perdonen mi falta de memoria, existía otra editorial de por aquí que publicaba pequeños cuadernos con comics del oeste que a pesar de cambiar los títulos y los diálogos, los dibujos eran los mismos.

A ver si algún día los encuentro e inserto más datos para su referencia...

Y bueno, a mi también se me acaban los elogios hacia las entradas de este blog... Simplemente brillante.

miércoles, octubre 18, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Maravilloso.

El post y el blog.

Enhorabuena.

miércoles, octubre 18, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Ah, sí,sí, amigo rosaspage, por supuesto que esto de "remontar" historietas no es privativo de Bruguera, ni mucho menos. Aquí la curiosidad radica en que se trata de un "aggiornamento" (como se escriba) de un mismo personaje, lo que no es tan habitual. Y en cuanto a los elogios que nos regala usted y los demás amigos de este weblog, sepa que la Vanidad de este burgomaestre (el otro es mucho más sano, y no tiene) es voraz y siempre quiere más, así que no puedo dejar de agradecerles que me ayuden a alimentarla.
Amigo/a enigmático/a: muchas gracias. "Maravilloso" es un calificativo... ¿cómo diría? ¡Maravilloso! Gracias por dedicárnoslo.

miércoles, octubre 18, 2006  
Blogger Mortadelón said...

Lo de retocar personajes me recuerda a lo que hizo Ibáñez años más tarde en "Valor y al toro".
Recién leído su post sobre Angel Siseñor, y sólo puedo decir.. Si señor!, eso es un post.
Luego, alguna vez se ha comentado por aqui, un sueño hecho realidad, el ver esta web enterita (o fraccionada) traspasada al papel. Un tomazo recopilando todos sus escritos... ¡O un tomito!. ¿No se les ha pasado por la cabeza?
Saludos.

jueves, octubre 19, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Amigo Mortadelón, la idea sí que ha pasado por nuestras cabezotas (especialmente por la mía, que para eso soy el burgo más inconsciente). Pero como dice el otro burgo, que sabe más de estas zarandajas, no es una cuestión que dependa de nosotros, sino del editor que esté dispuesto a ejercer su oficio. En fin, le agradecemos la sugerencia y también que nos haya hecho caso y se haya ido de cabeza al post del señor Síseñor. Nos alegra que le haya gustado.

jueves, octubre 19, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Como siempre, deslubrante, y esperemos que, también, seminal, su amigo y compañero, el burgo que le sigue.
abrazos

jueves, octubre 19, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias, amigo y compañero burgo. ¿Quien sabe? Quizá sí germine algo de esta "cosa nostra"... De momento, ahí andamos.

jueves, octubre 19, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Señor Burgomaestre, Vazquez es un gran genio. Sabe usted si se puede encontrar el numero 2 de "cartas sobre la mesa" en ALGUNA PARTE.

jueves, octubre 19, 2006  
Blogger Yordi (Y.) said...

Si ustedes publican sus articulos yo pago y me los compro, sin lugar a duda, vamos.
Pues eso, yo tampoco tengo adjetivos (¿Quién me los ha quitado?)Un gran articulo para uno de los personajes de Bruguera más originales y para su autor que era un tremendo...
Un saludo
Choko

jueves, octubre 19, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias, amigos Choko e ichbi.Ustedes se quedan sin adjetivos y yo ya no puedo estar más agradecido. En fin, tendremos que ir trampeando.
Amigo ichbi. Me pilla usted en fuera de juego, "in albis", en la inopia... Vamos, que no sé de qué me habla. ¿Me puede aclarar qué es eso de "Las cartas sobre la mesa"? 'Así de ignorante es uno, qué le vamos a hacer...!

jueves, octubre 19, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Ay, amigo jaumejoan!! Cómo agradezco tu colaboración, en la que confiaba por ser tú testigo directo y parte implicada en esta historia. Porque si alguien captó esa magia de la que hablo en la entrada que consistía en dar vida a los personajes, al modo Vázquez, ese fuiste tú, sin duda ninguna. Sin hacer personajes de Vázquez, eres el dibujante que, con diferencia, mejor los hacía. En fin, no te digo nada que no sepas perfectamente. Y decía que confiaba en tu colaboración, entre otras razones, porque esperaba que aclararas la identidad del David de la fotonovela. Este burgomaestre deducía que era el mismo que dibujaba para Disney, pero no tenía forma de confirmarlo por sus propios medios. Gracias a tu valiosísima intervención, la duda queda despejada. Y me satisface mucho que me confirmes con tu testimonio algunas cosas que uno intuye como lector, como ese principio vital que apunto en la entrada de Vázquez: "Hay que tender hacia la perfección que consiste en no currar en absoluto". O algo así. Muchas gracias otra vez, jaumejoan. Un lujo tenerte con nosotros,amigo.

viernes, octubre 20, 2006  
Blogger Gordito Relleno said...

Al hilo de la costumbre del maestro Vázquez para insertar imágenes en sus historietas, decirles que recuerdo en la revista Jauja (una publicación de Ediciones Druida hacia 1982) que en una aventura de "Los casos de Ana y Cleto" es capaz de resolver una página con fotos suyas y de paisajes, hasta que la voz en off del editor le espeta: ¡Señor Vázquez, le pagamos para que dibuje, no para que pegue fotografías!. El dibujante parece arrepentido y sumiso pero en la siguiente viñeta continúa metiendo su imagen real y hace un guiño al lector: No lo crean, volveré a hacerlo.

Esa genialidad para sacar partido humorístico de su propia actitud es lo que le hace único.

Ah, y hablando del dibujante David, yo le recuerdo una página de Pasatiempos delirantes publicada creo en un Tio Vivo Especial, muy en la línea del humor de Vázquez. Gracias al testimonio de Jaumejoan ahora lo entiendo al ser colaborador suyo. Sería tal vez de las pocas páginas que firmara para Bruguera.

viernes, octubre 20, 2006  
Blogger Yordi (Y.) said...

La caricatura que han puesto de Vazquez salía también en uno de los fascisculos del curso de historietas por correspondencia de CEAC, junto a una entrevista del maestro, en ella decía que nunca trabajaba con un guión seguro, que partía de una situación para ir metiéndole los gags sobre la marcha. Creo (hablo de memoria, y seguro que en eso nos puede decir algo el amigo jaumejoan) que decía también que apenas usaba el lápiz que sólo lo hacía para hacer la línea del suelo y así saber dónde colocar los personajes...
Sigo en otro comentario porque si no se hace muy largo...

viernes, octubre 20, 2006  
Blogger Yordi (Y.) said...

¿No creen que el canotier de Feliciano podría ser también el canotier de Harold Lloyd? La aptitud optimista del cómico con su eterna sonrisa,a mí siempre me recordó al personaje de Vazquez...
¿No sería genial que Mortadelón nos recordara en su blog el cameo que hizo Feliciano en "Contra el Gang del Chicharrón" de Ibañez?
Bueno, ahora sí, ya lo he dicho todo y me he quedado a gusto ;O)

viernes, octubre 20, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Amigos, vuestros comentarios enriquecen de tal modo este weblog (o lo que sea) que, verdaderamente, le dan sentido a su existencia. Veamos: amigo Choko, lo de Harold Lloyd estaba, efectivamente, en la mente de este burgomaestre (responsable de la entradilla) y si no lo puse fue por dos razones: una, porque visualmente, el canotier era importante, en efecto, pero aún más las gafitas. Puestos a poner una referencia, me incliné por el cantante francés. Especialmente, a causa de la existencia del burro de la familia Gambérrez, que me hizo una indicación, con una de sus largas orejas, señalándose el peludo pecho. En cuanto al fascículo que recuerda de los cursillos CEAC, su contenido que usted recuerda muy bien, es casi idéntico a la entrevista con Jaume Périch del DDT, de donde saqué la caricatura. El detalle de la línea para situarse coincide y también la manera de idear los argumentos. Apostaría a que es la misma entrevista o un "fusilamiento" de ella.
Amigo Gordito, que Vázquez era el dibujante de Bruguera que más reflejaba en su trabajo la consciencia de los recursos del oficio y de la autoreferencia, no cabe la menor duda. Tu aportación es muy valiosa y oportuna y abundaremos en el tema con múltiples ejemplos, en el futuro. En cuanto a lo que dices de David, si mis informaciones son correctas, publicó en Bruguera la serie "Rufo" (en Mortadelo) y "Pillo y Bollo" (en Sacarino y Super Sacarino), si es, como creo el David que recopila don Jesús Cuadrado en su Atlas. Por cierto, que cruzando la información con la proporcionada por Jaume Joan, resulta que el nombre de David debe ser Jorge David Redo, pues es el David que Lambiek recoge en su base de datos como dibujante para las ediciones de Disney.
Y, por último (last but not least), amigo jaumejoan, agradecerle su testimonio, otra vez, en este caso sobre la dualidad campestre/urbanita, un poco Jeckyll/Hyde, un poco Ying/Yang, un poco Idealidad/Realidad que el maestro poseía y que reflejaba abundantemente en su obra.

viernes, octubre 20, 2006  
Blogger Frank Partisan said...

I met Hercules Cortez when I was a teen. Very friendly, nice guy.

sábado, octubre 21, 2006  
Blogger Mortadelón said...

Haciendo caso al comentario del amigo Choko, he creado una entrada con el cameo de Feliciano en la historieta de los agentes de la TIA.
Aquí lo pueden ver:
http://mortadelon.blogspot.com/2006/10/cameos.html

sábado, octubre 21, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Thanks, comrade Renegade, for your comment. How do you arrive here from so far? Do you understand spanish? Do you like spanish comics-books? Well, Hercules Cortés is a far remain from my memory and is funny to find someone in the US who know him. Have a nice time, friend(and sorry for my english).
Y muchas gracias, amigo Mortadelón, por habernos mencionado en su post de su sensacional weblog sobre Mortadelo y Filemón, Ibáñez y Bruguera. Esto está adquiriendo unas dimensiones colosales...Bueno, grandecitas.

sábado, octubre 21, 2006  
Anonymous Anónimo said...

"Cartas Sobre la mesa" es un comic del que ha sacado tres albumes y es que yo tengo el primer album y el tercero pero no el segundo

domingo, octubre 22, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Los albumes los sacó Glénat pero ya estan descatalogados. Vazquez lo publicaba en EL MORTADELO DE EDICIONES B

domingo, octubre 22, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Pues muchas gracias, amigo ichbi. Ya ves que, a partir de cierto año, uno está bastante "pez". Aunque sí tengo alguna cosa de Vázquez editado por Glénat, concretamente, 6 números de la revista "By Vázquez", que debió ser de lo último que publicó el maestro.

domingo, octubre 22, 2006  
Blogger Yordi (Y.) said...

Admiro su perspicacia en las comparaciones, a mí no se me habría ocurrido Chevalier,y, sin embargo es completamente cierto lo de las gafitas de Lloyd...
Lo de la entrevista yo diría que fue fusilada aunque imagino que con permiso, pero en ningún momento poniendo el nombre del que la hacía...
Vuelvo a dar las gracias por la prontitud de mortadelón a mi capricho, yo creo que estos guiños eran impagables por lo que tenían de pellizco a la inteligencia de los lectores.
Un saludo garrapiñado

lunes, octubre 23, 2006  
Blogger Gordito Relleno said...

Lo que publicó Glenat de Vázquez fue ciertamente lo último del maestro. En concreto creo que fue la historieta larga "Agente del Fisco". El album que cita Ichbi Chuchuju lo ví este año en la Feria del Cómic de Granada en el stand de Glenat. Había puñados de éstos y otros álbumes de Vázquez a un euro, digamos que de liquidación. Quizá si lo solicitas a la editorial puedas aún hacerte con él.

Y sobre David y Pillo y Bollo, gracias por la info. A mí este David me recuerda mucho al Rovira de sus inicios, sería por la misma época. De hecho al pensar en Pillo y Bollo me acordé rápidamente del Pepe roviriano que ustedes nos rescataron aquí. Son de una línea similar, ¿no creen?

lunes, octubre 23, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Sí, Jorge David Redo es ése.

En el mercado escandinavo hay mogollón de páginas suyas.
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lunes, octubre 23, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Yo diría que lo último de Vázquez fue esa joya:

1994 Mónica (en El Pequeño País)

... Y unos chistes que hizo para "Hustler").
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lunes, octubre 23, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Sí, creo que fueron tres:

1997 Admirado maestro... Las cartas sobre la mesa, I (Glénat España: Genios del Humor, núm.3)

1997 Querido Sr. Vázquez... Las cartas sobre la mesa, II (Glénat España: Genios del Humor, núm.4)

1997 Distinguido gran hombre... Las cartas so-bre la mesa, III (Glénat España: Genios del Humor, núm.5)
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lunes, octubre 23, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias al maestro Cuadrado por aportar los datos definitivos, aunque uno insiste un poquitín en que los seis números del "By Vázquez" parece que fue lo último que publicó el genial Vázquez, pues tal cosa sucedió en 1995, año de su fallecimiento. Como mínimo, las portadas eran inéditas...
Gracias a choko y a Gordito por sus amables comentarios... Y efectivamente, amigo Gordito, David y Rovira (como el mismo jaumejoan puede corroborar) estaban en una "onda" semejante.
Y gracias especiales a todos por no recordarme el 2 a 0 de ayer en el Bernabéu...¡Aún sacará algo en limpio Capello de todo ese lío que tiene por plantilla!!

lunes, octubre 23, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Aquí pongo todo lo editado por Glénat de Vázquez:
-Gente Peligrosa (dos volúmenes recopilando la serie del mismo nombre publicada en Mortadelo).
-By Vázquez (revista-batiburrillo que recopilaba mucho material de Vázquez).
-Sábado Sabadete (primer álbum de la colección Genios del Humor).
-Agente del Fisco (serie de revista Viñetas, segundo álbum Genios del Humor).
-Las Cartas sobre la Mesa (tres álbumes recopilando la serie de Mortadelo, tercer, cuarto y quinto álbum de la colección).
-Historias Verdes (álbum partido en dos, sexto y séptimo álbum de la colección).

lunes, octubre 23, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Pues muchas gracias, amigo fran, por la información. Anotado queda.

lunes, octubre 23, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Yo hablaba con fechas de reación, no de publicación...
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miércoles, octubre 25, 2006  
Anonymous Anónimo said...

¿Que quién es realmente feliciano? Uhmmm... ¿Tal vez el tipo que Vázquez hubiera querido ser?
De nuevo he de quitarme la gorra de látex ante ustedes, señores burgomaestres. Otra magnífica entrada, sí, señor, como diría el señor Siseñor.
Búsquense los tomos "Gente Peligrosa" de Vázquez. Impagables, sobre todo el primero. Creo que aún es fácil encontrar copias en el mercado del saldo, incluso nuevas.

jueves, octubre 26, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias, amiga Gominola, por sus amables palabras. Algo de eso que dice hay, sobre que Feliciano era el ideal que Vázquez debía tener en algún lugar de su cacumen. Como ya ha quedado dicho en la entrada, Vázquez creía en la suerte.
Y sí, sí, sí, maestro don Jesús. Hemos entendido.

jueves, octubre 26, 2006  

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