Nuestra patrona

A este burgomaestre, Raf le gusta con delirio. Es una debilidad que no le duelen prendas en reconocer. Así que puestos a subir "cosas" de Raf, este burgomaestre es partidario de subir hasta la última colada tendida, el último garbanzo, el último moño de las historietas de Doña Lío Portapartes, para empezar, y luego ir siguiendo con todo el resto.

De momento, ahí van un par de portadas de sendos Olés (números 65 y 56 de la colección -izquierda y derecha-) dedicados a nuestra querida patrona. En un futuro, habrá que ir dedicándole alguna que otra entrada más a esta señora que empezó siendo de malas artes y terminó siendo un Blops sin bigote y con peluca rubia. Esa señora que, como Campeonio o Don Pelmazo, es uno de los personajes de Raf "de ida y vuelta", ya que surgió en la primera etapa del dibujante en Bruguera (1958) y fue recuperado en la segunda (1966).

Doña Lío, como Olegario o como Flash el fotógrafo no es un personaje de personalidad con características excesivamente acusadas. Raf, como historietista, es un genio del medio tempo. No busca la carcajada, ni una desbocada y constante acción trepidante .¿Por qué me gustarán tanto las historietas de Raf?. Pues se me ocurre que por la soltura de su dibujo que dota de una vitalidad mágica a sus personajes. Es esa magia que se traduce en que uno no se cansa nunca de mirar las historietas de Raf.
Como añadido (sin aumento de precio) cuelgo dos imágenes del inefable Don Bollete ( de la Bollera Rechoncha, por más señas) en dos momentos inusuales: uno, cuando es atacado por un rebelde garbanzo gigante (de la historieta titulada: "Ojo por ojo"), y dos: cuando, cumpliendo la condena impuesta por su patrona, presenta el depauperado aspecto que ustedes pueden observar (final de la historieta titulada "El jarrón etrusco").