El hombre de la multitud
El trazo urgente y periodístico de Conti ha empezado a gustarnos tarde, ahora. Antes nos daba miedo, o por lo menos nos asustaba. Al trazo de Conti, que es de líneas esenciales, y que de tan esencial se hace rectilíneo, y que le va saliendo y resultando cada vez más antibrugueriano, mi compañero burgomaestre lo ha comparado con el trazo de Mingote. Conti es un explorador tan enfrascado en el trazo que no se acuerda de las viñetas, y por eso respeta tanto la cuadrícula. Conti llega un momento en que deja de dibujar para la chavalería y se va a lo suyo, que es el expresionismo minimalista, por inventarle un patrón. El esquematismo o la parquedad Conti los ha tomado de las novelas de ciencia-ficción, género que a través de este dibujante llena las páginas de los tebeos de Bruguera, pero ése será otro tema. Conti dibuja ciencia-ficción, marcianos, computadoras, robots, laboratorios, doctores No y ayudantes Sí; pero también traza en ciencia-ficción, y esas son dos características de Conti que han de explicarse por separado. Palpita algo de cientificismo o de laboratorio de física nuclear en el trazo de Conti. Resulta que Conti quiere ser tan actual, quiere estar tan al día, que es incapaz de resignarse a dibujar para revistas semanales (en siete días, hay qué ver cómo puede cambiar el mundo, y hasta desaparecer), y entonces se pone a dibujar con urgencia inmediata, y por eso parece que dibuje más bien para periódicos. Al final esta exigencia, esta premura, le va conducir al formato que más se adapta a lo conciso, al tiro hecho, que es el del chiste. Conti, en su brevedad, en su sólo bastarle una viñeta para explicarlo todo, lo que está mostrando es al hombre contemporáneo, o en cualquier caso a su contemporáneo, que quizá fue el más moderno de las últimas eras de la humanidad. Conti murió en 1975, y uno cree que el hombre y la mujer de los años setenta fueron los más actuales y los que más se implicaron con su tiempo. Esto se ve ahora, además de en los dibujos de Conti, en las teleseries de aquellos años, por ejemplo. Acaso, el hombre de los años setenta fue el último que basó su biografía en la autenticidad, luego han seguido el hombre referencial, y el arte referencial, y las películas, y los tebeos, y las novelas, rebosantes de guiños a otras películas, tebeos y tal…, pero que van a la deriva porque les falta anclaje en la calle, y encima se convierten en arte ensimismado en su propio género; aunque, bueno, esto, quien lo explica de maravilla es mi compañero burgo. De Conti, al margen de "La vida adormilada de Morfeo Pérez", cuya monumental importancia reivindica Jesús Cuadrado en su Atlas…, de Conti, digo, lo que nos fascina es que dibujó al hombre contemporáneo, que no es otro que el hombre de la multitud (ya lo dijo Poe), el viandante, el paseante, el hombre de la calle. Y Conti lo coló en sus viñetas como quien no quiere la cosa, pero dándole ese primer plano, que es un plano ético y que, salvo en Raf, no iba a ser un recurso muy frecuente en los tebeos de Bruguera. Esta tarde, al repasarlo, hemos aprendido que Conti no dibujaba para los niños sino para su época.
(Ah, procedencia de las viñetas: la cabecera de Carioco, del DDT núm. 181, III época, 4 de enero de 1971; la señora de la estafeta, de la aventura de Carioco del DDT núm. 193, III época, 29 de marzo de 1971; el señor que mira de reojo al melenudo que anda con circulares, de la aventura de Apolino Tarúguez y su secretario del DDT núm. 164, III época, 7 de septiembre de 1970; el señor que mira de frente, mientras Celedonio piensa en comprarse un perro, de la aventura de Apolino Tarúguez y su secretario del DDT núm. 168, III época, 5 de octubre de 1970; el señor absorto en el vuelo de una mosca, de la aventura de Carioco del DDT núm. 150, III época, 1 de junio de 1970; el señor de negro junto al Carioco leyendo el diario, de la aventura de Carioco del DDT núm. 149, III época, 25 de mayo de 1970; la señora de collar y gafas, de la aventura de Carioco del DDT núm. 194, III época, 5 de abril de 1971; y el señor de sombrero negro y americana azul, que pasa mientras Celedonio nos hace partícipes de su impaciencia, de la aventura de Apolino Tarúguez y su secretario del DDT núm. 155, III época, 6 de julio de 1970.)
36 Comments:
Es tremendo tener de primera mano el comentario de alguien que vivió esa época del cómic, todos los aficionados le estamos agradecidos señor Ribera por compartir los recuerdos de las "bambalinas" de Bruguera con nosotros...
Dicho esto, aclarar que uno de pequeño era un gran fan de Apolino Taruguez y su secretario, supongo que me hacía gracia la pinta de desamparado de Celedonio. Sí de pequeño ya era algo raro yo...
Pues no había caído en la figura de Gosset como heredero de Conti, pero sí, cuadra.
Lo que más me llama la atención atendiendo al grafismo de nuestro autor, es cómo se pudo mantener en su estilo anguloso y geométrico frente a la tendencia a la curva y al redondeo que imponía la editorial.
Hola, hola
Amigo y admirardo Rovira, mil gracias por enmarcarnos a Conti en su trabajo de redacción, al margen de su tarea de dibujante.
Nosotros opinamos que a través de las pequeñas anécdotas uno se impregna más de la esencia de las cosas, y así, gracias este comentario tuyo, nos hemos impregnado un poco más de Conti, y también un poco más de ti. Coincidimos con la sorpresa y alegría de nuestro amigo Chespiro al hacernos ver que Gosset fue continuador de Conti, ¡no habíamos caído en la cuenta! A nuestro humilde modo, ya le hemos homenaejado a Gosset unas cuantas veces en este weblog o lo que sea; pues somos auténticos admiradores de su obra, en historieta y en chiste. En una ocasión, tuvimos la osadía de telefonerale para entresacarle algún comentario, alguna reflexión sobre su trabajo en Bruguera; pero el hombre, muy educadamente, no quiso tratar el tema, y nosotros, por admiración a su persona y por respetar sus decisiones, nunca le hemos vuelto a insistir. En cualquier caso, nos da la sensación de que entre muchos antiguos dibujantes de Burguera ha quedado un mal sabor de boca, que les lleva a querer correr una cortina sobre toda esa deliciosa época; pero han de saber que, por encima de lo terrible de todas aquellas circunstancias, fuistéis artífices de una época gloriosa del tebeo y que de esta manera influisteis en la educación sentimental, y en buena medida intelectual, de un buen puñado de generaciones. Pues, eso.
Ah, con quien no estamos de acuerdo esta vez es con nuestro amigo Choko, que desde que estrena blog anda un poco mirando las musarañas, y sin darse cuenta se va de una orilla a la otra, como el que pasa de una ribera a otra. Pero, bueno, un despiste lo tiene cualquiera, y son tan accesibles y económicos que le garantizamos a todos nuestros amigos que nosotros hemos acopiado un enorme remanente de todos los despistes posibles.
Anda! Cuál ha sido mi despiste? He dicho algo improcedente? Pues sí, desde que estreno blog y hago practicas de coche es que estoy que no entro en mí, y parezco más tonto de lo acostumbrado...
En serio, espero no haber cometido ninguna imprudencia delante del maestro Ribera, porque si uno era fan de Apolineo Taruguez y su secretario de Conti también era un enamorado de Segis y Olivio y su panda que es de alivio...
Querido amigo Choko, se ha propuesto ud. ganarnos a despistados, pero le grantizamos que no lo va a conseguir. Nosotros somos dos, así que nuestro despiste siempre se eleva al cuadrado (ah, y esto no es ninguna alusión a nuestro maestro y amigo). El caso es que la triquiñuela que utiliza de confundir al maestro Jaume Rovira con el maestro Jaume Ribera (espléndido guionista, entre otros, de Martz Schmidt), no le va a ser suficiente para ganarnos en despiste, insistimos. Imagínese ud., que una vez, de niños, mi compañero burgomaestre se presentó en mi casa y yo fui a la suya, creyendo que cada cual iba a la propia y respectiva, y no nos dimos cuenta hasta que abrimos la caja de los tebeos, y descubrimos que uno tenía un ejemplar más que el otro. Adivine ud. quién era.
Ooooooooooooooh disculpe usted señor Rovira!!! madre de Dios, esto por lo menos son veinte azotes!!! Qué vergüenza...
Y yo una vez llegué hasta casi la puerta de mi colegio para tener que volver porque me había dejado la cartera en casa ¡En fin!
Quite, quite los azotes, amigo Choko. Aquí estamos en contra de los malos tratos, y en favor de la consideración. Ah, y ojo con las prácticas al volante. ;-)
Vaya, amigo Rovira ¡Andreu Martín, tocando la flauta! Muchas gracias por todos estos comentarios sobre el ambiente de Bruguera. Ya te decimos, nos ayuda comprender más los tebeos que tanto amamos. Y así, que cuando tú dibujabas a Olivio con una guitarra eléctrica ¡habías soltado la guitarra para tomar el lápiz!Una pregunta, que eres muy libre de contestar, desde luego: cuando llevaste tus primeros dibujos a Bruguera ¿te considerabas seguidor de la factoría o sencillamente buscabas profesionalizarte? ¿Hubieras entrado con la misma o más ilusión en TBO, por ejemplo?
En fin, gracias de nuevo por tus visitas y comentarios, querida amigo Rib.. ¡huy! ¡Rovira!
Ya me olía yo, señor Rovira, que había buena sintonía entre Ribera y usted. Todavía recuerdo la caricatura que hizo ud. de su compañero intentando imitar a Eric Clapton, jejeje.
Qué grato oír hablar de nombres como Andreu Martín, Jesús de Cos (cuyos guiones para los personajes de Ibáñez no me parecían nada buenos, como el mismo ha reconocido varias veces...aunque fue mejorando, todo hay que decirlo). Yo pude hablar con su hermano, Manuel de Cos, hace unos años. Pero supongo que este señor entró después.
Quede el reconocimiento para estos guionistas semi-apócrifos, y digo "semi" ya que al menos los acreditaban, y que, aunque ganaron un sueldo muy digno, tal vez se vieron coartados a la hora de desarrollar su creatividad sin tener que imitar el estilo de nadie.
Muchas gracias por atender a estas preguntas, amigo Rovira. ¡Pobre Urda! A nostros nos encantaba su trazo; era tan reconocible, y deliciosamente antiguo, otros dibujantes nos parecían pasados de moda, pero Urda, no. Urda tenía algo del empaque de los viejos Disney, y del viejo Ub Iwerks (bueno, tampoco hubiéramos sabido decirlo así entonces), había conservado el encanto de toda una época del dibujo, y también, repasándolo ahora, su hombrecillos con sombrero y bigote eran un poco hombrecillos con sombrero y bigote de Gosset. Ambos dibujantes daban la sensación de estar pintando tipos solitarios... En fin... Respecto a los ogros, ¿qué se puede esperar de un ogro que ha dado su vida por Pulgarcito?
Hola, hola: soy el otro burgomaestre, que llevo unos días algo "achuchao", lo que me tiene un tanto apartado del weblog (o lo que sea) (bueno, son dos días, pero me parecen muchos). El caso es que me ha encantado la entrada y los fenomenales comentarios. Agradecimiento especial a Jaume Rovira por todo lo que aquí ha explicado, que nos ha interesado una barbaridad (Si es que, admirado Jaume, nos has hecho 3 entradas fabulosas:"Conti receptor", "Los jóvenes rockeros de Bruguera" y "Los chistes del viejo maestro Urdá")y debo añadir que (particularmente) me ha confirmado algunas sospechas: que Gosset fue heredero de Conti (especialmente en sus chistes); que Rovira es un fanático practicante de la música, y que González no podía ser un ogro, sino un gran tímido (cosas que, a veces, siendo bien distintas, pueden presentar el mismo aspecto).
Contribuyo:
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Urda (Manuel Urda Marín). Barcelona (Catalunya), 1888-1974. Dibujante / Guionista. Creador de la publicación En Belluguet (1915), se inició, muy joven, en L’Escolanet y en el semanario Monos (1904-1908); argumentista en los cortometrajes animados de los dibujantes Tono y Herreros e integrante del equipo de animantes Garabatos (1943-1945). Humorista amable, de gran retentiva callejera y exquisito distribuidor de la planificación, fue, además, el autor más especial de su generación como arquitecto de un diseño de personajes que no tuvo ni conti-nuidad ni, para su suerte, plagiarios; en 1995, el historietista Micharmut le dedicó su espectacular monografía Veinticuatro Horas.
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¡Atiza! ¡Hay que buscar ya esa monografía! Mil gracias por su(s) contribución(es), querido amigo don Jesús.
(No había reparado en el año de nacimiento de Urda... Miraré los libros de Antonio Martín, seguro que cuenta algo al respecto).
Tengo alguna duda...
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,,, mejor mírese:
"Diario de Barcelona", 17-IX-1972
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Pues ¡un magnífico pretexto para entretenerme en la hemeroteca municipal! ¿La conoce, la de Barcelona? Es un patio delicioso...
Gracias, maestro y amigo.
Por allá estuve, sí.
En otra reencarnación.
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Reencarnación... Es ud. un alma vagabunda, don Jesús.
A mí Conti no me gustaba en mi más tien-na infancia. Me parecía que dibujaba de una forma simplona, demasiado angulosa, y esos colores habitualmente grises, negros y anaranjados todavía me lo hacían más tristón. Luego, después de leer su biografía, le tomé cariño y me fui acostumbrando a su estilo, y al final me enganché a Apolino y los demás.
Es lo que decíamos, Conti no dibujaba demasiado para niños y niñas. Pero ahora disfrutamos una barbaridad con lo que hizo.
Porque lo de Conti es bastante difícil de entender... desde un país muy dado a la fotoplagia.
Contribuyo:
Conti (Carlos Conti Alcántara). Barcelona (Ca-talunya), 1916-1975. Dibujante / Guionista. Agente asegurador, publicista, historietista y humorista gráfico; en su diversificación, mantuvo el chiste diario en el vespertino barcelonés La Prensa, y, con su bonhomía inalterable, dirigió la penúltima época (1972) del semanario, satírico y barcelonés, Mata Ratos; en su etapa de Bruguera dejó cientos de ingeniosas colaboraciones camufladas, ya como guionista para otros autores ya como autor de textos de humor. Para el gran público, sus personajes más conocidos fueron Carioco o Apolino Tarúguez, pero su obra brillante –genial y olvidada– se evidenció en La vida adormilada de Morfeo Pé-rez, exquisitez surrealista de una modernidad aún por descubrir.
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¡Morfeo Pérez! ¡Oído, cocina!
Sí, ya recordaron ustedes que existía en la mirada atlántica.
Por si hubiera lugar (y otras miradas), contribuyo:
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Vida adormilada de Morfeo Pérez, La. Barcelona (Catalunya), 1952. Personaje (en la revista satírica El DDT; sello Bruguera). Crea-ción del historietista Conti (más popular por su serie El Loco Carioco), marginada por más de un teórico y por coleccionistas reeditores (es presumible que, incluso, por la propia editora, pues la serie apenas se mantuvo cuatro meses). Argumentalmente, una historia acaso próxima al filme La vida secreta de Walter Mitty (dirigido por Norman Z. McLeod, en 1947, y basado en un relato de James Thurber). Morfeo Pérez, urbanita bajito e insignificante, dispara su imaginación en cada acontecer, y sueña despierto para conseguir que, idealmente, ocurra lo que nunca será. La primera y última viñeta fijan la prosaica realidad, y la secuenciación central cobija la ensoñación deseada –gráficamente diferenciada por la convención gráfica asumida de un con-torno nuboso para las viñetas–.
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Acaso la más bonita de Danny Kaye..., perceisamente cuando estábamos con lo del trasbordo Brooklyn-Chamberí.
La del lechero no estaba mal...
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Desde luego, pero como Walter Mitty era dibujante de una editorial de novelas de quiosco, pues, eso, que se le tiene cariño...
Entiendo, sí, claro.
¡Qué torpeza!
(La mía, ófcus, como dice la mamá de Bienvenida Pérez).
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Bah, maestro, usted no es torpe ni por pienso, y se lo dicen dos miembros del club de fans de Richard Thorpe; ya sabe, entre Tarzán en NY, y el rock de la cárcel.
Al Thorpe y a De Toth...
¡¡¡ ni me los toque !!!
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Don Jesús ¿es ud. más de Los vikingos o de Los mongoles? Se pregunta por saber y apurar a los amigos...
En estas cuestiones de cuernos... entro poco, la verdad… (es broma).
Ahora bien, si se refiere usted a cosas de cine... no sabría definirme: en los setenta, en las reuniones de críticos, me pasaba el día hablando del filme de Fleischer. Lo establecía como gramática.
(También es cierto que acaso mi subconsciente no podía alejarse de la belleza de Morgana-Leigh; acaso).
Aunque admito que con “Taras Bulba” lo pasé casi igual de bien…, aunque no aguanto al Lee Thompsom, eso sí (o a ése, no, quise decir, sorry).
También acá… es difícil olvidarse de los ojos más que verdes de la Kauffman y… sobre todo, el su deslizarse: no sé si alguien caminó mejor en aquellos tiempos…. Por cierto, con las dos señoras maravillosas vivió Tony Curtis: misterios de la erótica sorpresiva, ¿cierto? (más que nada… lo digo porque la Obregón, después, habló de un romance con él y así…).
Y termino (que más de uno pensará en otro Abuelo Cebolleta): cuando ya era más que mozalbete (sí, también fuílo).., y estaba a punto de empezar en la RESAD, me pasaba el día recomendando la colección de cromos Vida y costumbres de los Vikingos (imágenes, Matías Alonso; textos, Pedro Quesada; Maga, 216 motivos. València, 1965).
No sé; quiero decir: ¿no es todo lo mismo? ¿Igual de divino; igual de hechizante; igual de exquisito; igual de auténtico…?
Por lo demás… igual soy más troyano o aqueo: quiero decir: una de mis gramáticas estéticas en “Helena de Troya”, la de Wise (silabario sin fin del que tengo que hablar este verano en no recuerdo, ahora, cuál universidad…). Y ahí ella era la gran Rossanna Podesta; y, en la historia, cuernos había por un tubo. (Que se lo pregunten a Menelao).
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Ja, ja, Habrá que ir a esa universidad a oírle contar todo esto de viva voz, don Jesús.
Pero pretendo ser serio...
Tenga en cuenta que son las llamadas "lecciones magistrales"...
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Pues entonces iremos con la libreta de apuntes y el boli hasta arriba de tinta.
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