Lady Filstrup (3ª época)

Dedicado a la música ligera, actores españoles y tebeos de Bruguera (porque sí, porque rima).

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viernes, octubre 27, 2006

Viviendo con su tía


Lazos familiares

Probablemente, uno de los motivos fundamentales que hace los tebeos Bruguera imperecederos sea que tratan, en muchos casos, de la convivencia, de los diversos modelos que de ella encontramos en nuestra sociedad, una cuestión universal con la que es ineludible involucrarse. Observando las diferentes propuestas planteadas en estos tebeos, encontramos que los constantes y sucesivos cambios de los usos sociales a que asistimos hacen que alguno de los modelos mostrados resulte hoy de algún modo chocante o se nos antoje insólito o poco homologable con los vigentes en la actualidad. Nos referimos hoy a la situación en la que sobrinos y tíos forman el núcleo familiar, concretamente, a la combinación de tía y sobrino adultos. Dejaremos de lado, por tanto (por hoy) a esos “hijos postizos” o “hijos aparentes” que suponen el sobrinito de los Pío, o los de la familia Trapisonda, incomprensibles frutos de matrimonios estériles.

Una figura pasada de moda

En el cambiante y hasta espasmódico devenir de la institución familiar en este siglo XXI, hay figuras que tienden a desdibujarse o, como mínimo, a perder protagonismo. Tal es el caso de los tíos y las tías, entendidos como los hermanos o primos de los padres de uno (y no como sinónimos de “hombre” y “mujer”, acepción esta en la que, como vocablos, mantienen una completa vigencia). Su existencia es tan innegable como siempre, pero su relevancia social ha alcanzado la categoría de lo ínfimo. Hoy en día parece incluso descabellado imaginar una historieta protagonizada por “Mi tío Magdaleno”, tal como lo concibió Conti en 1951, cuando se inauguró el DDT, en mayo de 1951 (cinco años antes de que Ladislao Vajda dirigiera esa pieza modélica de melancólica belleza y similar título: “Mi tío Jacinto” (1956)). Que en la historieta del número 38 (de febrero de 1952), el titular de la serie recibiera la visita de una tía suya supone una redundancia aún más desconcertante en nuestros días, cuando el círculo familiar prácticamente se agota en el escueto diámetro de padres e hijos. Otro tío destacado en el universo brugueriano sería el de la familia Pí, del Tio Vivo independiente, el que inició su andadura en junio de 1957. “La familia Pí” fue la propuesta de Peñarroya de ampliación del ámbito de su anterior y exitosa serie “Don Pío”, transformándolo en el propio de un grupo familiar más numeroso (y acortándole el nombre al titular y dotándole de cabellera al cabeza de familia, de paso). En este escenario, el adusto Tío Victorino, de aspecto severo, por ser el único miembro del clan que presenta alguna disponibilidad económica, cumple con el papel del pagano (sirva como muestra de ello la viñeta contigua, tomada del Tio Vivo número 43, de fecha 23 de abril de 1958).
Esta presencia de familiares que según la óptica actual se antojan no estrictamente necesarios tenía su reflejo en los tebeos de la España de la posguerra. En un país diezmado por la cruel contienda Civil y por la escasez de todo (menos de miseria y de crueldad) en los años siguientes a ella, muchos huérfanos se criaron en casa de sus familiares, tíos o abuelos, y establecieron con ellos los vínculos afectivos y de dependencia que por naturaleza tenían reservados para sus progenitores.

La figura de la tía contiene en su ser elementos propios de la esposa y de la madre, sin serlo en ningún caso, evidentemente. Aunque, como veremos en algún capítulo de esta entrada, en ocasiones esta afirmación no pueda hacerse con tanta certeza y veremos tías con un porcentaje muy alto de instinto maternal (en el caso de la tía de Amapolo Nevera) y otras que son, en esencia, cónyuges (la tía de Don Tele).

Más fresco que una lechuga...

Amapolo Nevera, producto gráfico del mágico lápiz de Cifré y de la fértil inventiva de Carlos Bech (tal como nos revela Jesús Cuadrado en su Atlas "De la Historieta y su uso") fue el pícaro por antonomasia de los tebeos Bruguera. Debutante en el DDT en la primavera de 1952 (en torno al número 42 de la revista, del que hemos extraído la viñeta de muestra en la que encontramos un personaje algo cabezón y muy locuaz ), Amapolo es un personaje hijo de la precariedad de su tiempo, embebido de necesidad, fortalecido por la acuciante realidad circundante y alérgico al trabajo, que discurrió con presteza y pimpante dinamismo por su página improvisando mil y un engaños, argucias, pillerías y sagaces artimañas para conseguir apañárselas para vivir sin contraer arduas obligaciones laborales. Maestro del sable, no dudaba en aprovecharse de su tía Nieves tanto como le era posible, sin más ni menos escrúpulos que los que mantenía para con el resto de los mortales. Es decir, sin escrúpulos en absoluto.
La andadura de Amapolo Nevera por el DDT se prolongó a lo largo de cerca de 300 números, interrumpiéndose sus apariciones en la revista a partir del número 328 o 329, en agosto de 1957 (sustituido por otro personaje "familiar", "Mi primo Gundemaro", de Jorge) más de cinco años después de que se hubieran iniciado, cuando la aventura independiente del Tio Vivo se estaba empezando a consolidar. De forma análoga a como Golondrino Pérez (Tio Vivo, 1957) era una especie de revisión de Cucufato Pi (Pulgarcito, 1949), también Amapolo Nevera conoció una especie de segunda edición en la forma de “Filiberto Monreal (que nunca tiene un real)”, personaje con el que Cifré regresó al DDT en el número 449, de fecha 21/12/1959, cuando el Tio Vivo había sucumbido al poderoso influjo de Bruguera.

Amapolo y su tía Nieves viven enfrentados, exactamente igual que gran parte de los matrimonios indisolubles (e irresolubles) de la España católica, apostólica y romana del franquismo. Su convivencia comienza a partir del número 90 (enero del 53), cuando ya ha pasado un año desde que las desventuras de Amapolo dieron comienzo y ya le hemos visto dar toda clase de tumbos y probado suerte, de manera anecdótica en diversos oficios, como en la historieta del número 45 (de abril del 52) en que compone un improbable barrendero con la única finalidad de ganar una apuesta. Así, durante un año, Amapolo Nevera es un solitario que experimenta nuevos timos, practica la charlatanería y se doctora en toda tentativa de estafa. Al incorporarse a la serie su tía Nieves, el solitario ventajista pasa a ser algo distinto. Se convierte en el sobrino. El sobrino es un buscavidas aprovechado que, con los más variados embustes, pretende esquilmar a su tía , que para mayor infamia del joven, es quien le proporciona alimento y hospedaje. Ante la desvergüenza y los desmanes del pícaro sobrino, que llega incluso a intentar el hipnotismo en el DDT 320 (de 3 de julio de 1957) para sacarle los cuartos a su tía, ésta opone una destreza y una contundencia en el manejo del garrote que nada tiene que envidiar a las del mismísimo Don Berrinche. Por otro lado, la ternura está presente en mucho mayor grado que la ternera y los momentos buenos son presentes (aunque suelen preceder al desengaño y al descalabro de la resolución al final de la página). Así, por ejemplo, destaca por su especial calidez humana y por su calidad de ilustración de una época, la historieta en la que Amapolo y su tía se desafían al parchís, en la historieta del DDT número 283, de octubre de 1956. El parchís, apasionante juego donde los haya, algo arrinconado por barbaridades envilecedoras como las consolas de video juegos, no sólo constituía un entretenimiento a la par científico y romántico en el que se calculaba, se mataba y se comía, también constituía una fuente de ingresos para alguien que, como Amapolo, mantenía una concepción hedonista de la vida. En la historieta del número 289 de DDT, asistimos a una de las contadas revanchas de la tía Nieves, cuando consigue, por medio de una trama bien urdida, que su sobrino se desprenda de quinientas leandras que ha ganado sobre el tablero del parchís.

La vida es bella

Sólo a Escobar podía ocurrírsele dar vida a un personaje como Don Óptimo. Convertir a la idealización del optimismo en un ser autónomo de apariencia humana. ¡¡¿Y qué apariencia?!! Orondo, vital, relajado, satisfecho, armonioso... Don Óptimo ingresó en las páginas del Tio Vivo cuando la publicación se transformó, allá por el verano de 1964, pasando de ser un semanario de humor a ser una revista de historietas, cuando estaba inmersa en su segunda época (y numeración) desde marzo de 1961, totalmente integrada ya en la Editorial Bruguera. Además de cambiar la portada-chiste por una portada-historieta, el carrusel al que aludía su nombre se hacía al fin visible en su ángulo superior izquierdo. Sin aumento de precio, en la revista surgieron nuevas series. Una de las que alcanzó mayor continuidad fue la de Don Óptimo, que llegó a adentrarse en la década de los setenta.
En la primera etapa de su andadura, Don Óptimo vive con su tía (cuyo nombre no ha llegado este burgomaestre a conocer), una mujer afable, que presenta una activa chifladura por la música que la lleva a tocar a toda hora todo tipo de instrumentos. Es la suya una relación muy diferente a la mantenida por Amapolo Nevera con su tía Nieves. De la constante pugna en que vivían las criaturas de Cifré (garrotazos incluidos) pasamos a la armoniosa relación retratada por Escobar, en la que tía y sobrino se prodigan tiernos afectos, cariño mutuo y sonrientes atenciones. Juntos hacen vida social y disfrutan de su mutua compañía. Donde Amapolo actúa con engaños, buscando medrar a costa de su benefactora tía, Don Óptimo obra con devota dedicación. Quiere a su tía con cariño infantil y cuando ésta le provoca la risa un día en que se siente menos optimista de lo habitual, lo celebra con regocijo enternecedor (tal como vemos en la viñeta extraída del Tio Vivo 189 (19/10/1964). Ambos, tía y sobrino, celebran juntos la Navidad en el Almanaque para 1965, publicado en noviembre del año anterior, como una pareja muy bien avenida. En esta época, Don Pésimo es tan sólo un conocido que interviene ocasionalmente en la serie, al que Don Óptimo procura evitar porque además de ser portador de “malas vibraciones” (dado su carácter lúgubre y su negra visión de la realidad) resulta que es un sablista de aúpa. Sin embargo, como es sabido, la importancia de esta antítesis de Don Óptimo aumentará hasta el punto de sustituir muy pronto a la tía de éste en la convivencia. Su aportación argumental es mayor, de hecho, proporcionando un contrapunto ideal al personaje titular, por lo que el protagonismo llega a repartirse equitativamente entre los dos opuestos inseparables. Mientras que la tía de Don Óptimo aparecía tan solo en algunas historietas, Don Pésimo se convierte en una presencia constante. El sustancial cambio en la serie podemos hacerlo patente en el año transcurrido entre noviembre de 1964 y noviembre de 1965. En el Almanaque para 1966, las Navidades las celebra Don Óptimo con su compañero Don Pésimo, con quien parece compartir vivienda. Y de su querida tía, como diría Pepe Iglesias el Zorro, nunca más se supo.

De esposa a tía

Don Tele, ese hombrecillo fanático de las electrizantes bondades del revolucionario electrodoméstico que había de transformar los tristes saloncitos de los hogares españoles de los cincuenta en el “Paraíso del Zoom lazaroviano” de los setenta, que nos visitó hace unos meses en al entrada “Hacer la felicidad de los demás”, ese personaje en el que reconocemos la pasión del propio Cifré por el nuevo medio y cuyas máximas cuitas y trabajos se derivan de las dificultades para disfrutar del receptor en solitario, sin tener que compartir su disfrute con el vecindario, vivió la sorprendente experiencia de haber estado casado con su tía o de haberse separado de su esposa para seguir conviviendo con ella en calidad de tía. Mediante la intervención de algún censor oficial o aficionado (el mismo que se resistía a que en los tebeos se mostraran familias “normales”, en las que los padres engendran a sus hijos), la cónyuge de Don Tele se convirtió en su tía. Esta mágica transformación (que, probablemente, dicho sea de paso, se produce “de facto”en muchos matrimonios) se produjo entre los números 4 y 10 del Tio Vivo de su segunda época (es decir, entre el 2 de abril de 1961 y el 15 de mayo del mismo año). Como podemos comprobar y mediando tan solo un mes y medio entre una viñeta y otra, Agripina, la mujer de Don Tele, se convierte en su “tía querida”. Advirtamos que el personaje femenino no se había mantenido ausente en este intervalo, es decir, que aparece en las historietas de los números 6 y 8, pero sin aludir al parentesco que mantiene con el protagonista, por lo que se supone que sigue siendo su mujer, hasta que bruscamente, pasa a ser su tía. Este mágico cambalache revela lo frágil y difusa que es la línea que separa aquello que supone la convivencia de dos cónyuges de tebeo de lo que supone la de una pareja más o menos bien avenida que comparte techo. A los ojos del inocente lector, en estas historietas asexuadas, es imposible distinguir entre una esposa y una tía. Las dos sirven la sopa con la misma eficacia (dicho sea en términos anecdóticos) y dan la réplica al personaje protagonista con la misma efectividad (en términos de funcionalidad). ¿A santo de qué, pues, el trueque? Seguramente, a que alguien, no tan sano como el lector, debía imaginar lo que Tele y Agripina hacían cuando apagaban la pantallita y se iban a la cama. Para evitar que algún tierno infante incurriera en semejante desvarío moral, esta mente calenturienta propuso una reforma sutil en la relación existente entre los personajes. El resultado, ya lo ven, una anécdota más de las que forman la agridulce historia del Tebeo Español.

Mientras que en al contienda más o menos abierta entablada cotidianamente entre Amapolo y Nieves o en el edílico convivir de don Óptimo y su tía no interfiere ningún elemento externo, entre Don Tele y su tía Agripina se interpone un tercero, el televisor, culpable del imperfecto funcionamiento de su convivencia.
A propósito de Don Tele, anotemos que debutó en el Tio Vivo en junio de 1960 en el momento en que la revista comenzó a imprimirse en los talleres Bruguera y se daban cita en ella los dibujantes que la habían fundado (el propio Cifré, Peñarroya, Conti, etc) con los que la habían heredado (Nabau, Gin, Koke, Joso, etc) , a los que había que sumar los que se habían incorporado a Bruguera para suplir a los primeros (Segura, Ibáñez, Raf –aunque éste de rebote y por poco tiempo) y los que nunca se movieron de allí (Vázquez y Jorge, especialmente). Es un momento puntual en el que la revista se parecía a una de esas plantillas de un equipo de fútbol que cada temporada trata de renovarse y que termina convirtiéndose en un auténtico batiburrillo.
La aportación de Don Tele a la sociología de lo cotidiano es de un valor innegable porque refleja admirablemente el inicio del despegue de un fenómeno que estaba aún lejos de ser de masas, pero que apuntaba un potencial descomunal que Cifré supo intuir o ante el que , como mínimo, cabe decir que quedó cautivado. El entusiasmo de dibujante y personaje por el invento que trabajosamente se abría paso en los depauperados hogares españoles se transmitía constantemente al lector mediante encendidos elogios y loas a su programación, con menciones expresas a programas reales, como la serie Perry Mason o "Escala en Hi Fi" (el invento de TVE que se preludió al videoclip en veinte años), o a artistas en boga en aquel momento, como José Guardiola. Una actitud entusiasta bien distinta a la que hoy, casi medio siglo después, sustenta una audiencia sobre-alimentada y a un paso del hartazgo. Y eso que, en aquellos tiempos, tan alejados de la sobreabundancia de canales vía satélite, por cable o TDT, el paciente Tele no dejaba que se le enfriara el entusiasmo por haber de emplear media hora en sintonizar el aparato (como vemos en esta viñeta del Tio Vivo 174 (primera época), de fecha 7 de noviembre de 1960, sólo para encontrarse, momentos más tarde, con una masiva invasión de vecinos en su sala de estar que quedará atestada. Ésta, como ya hemos dicho era la principal causa de conflicto en las historietas de Don Tele, la dificultad que hallaba para disfrutar de su televisor con la suficiente intimidad. La otra excusa argumental más frecuente consistía en las quejas de la esposa/tía contra el abandono que, por causa del aparato emisor de rayos catódicos, sufría por parte de su marido/sobrino.
Como anécdota señalemos que la historieta del Tio Vivo 62 (segunda época, de fecha 25 de junio de 1962) no era sino el desarrollo de un chiste que Cifré había publicado en la portada del DDT 462 (de fecha 21 de marzo de 1960). Una reiteración que prueba una vez más (como ya habíamos dicho antes en otras entradas) que una buena idea para un chiste conviene aprovecharla más de una vez. Por una vez, el personaje femenino encontraba ventajas a la abducción de que era objeto su marido/sobrino por parte del televisor, pues lo convertía en un sujeto al que resultaba muy sencillo alimentar dado su nulo nivel de exigencia. Y valga decir, además, que la denuncia del deterioro de la vida hogareña por causa del agresivo magnetismo de la pequeña pantalla bien merecía la revisión.
Sin ningún género de dudas, Don Tele sobrevivió algún tiempo a su creador. La última historieta publicada de que este burgomaestre tiene constancia apareció en el Tio Vivo 98, de la segunda época, publicado el 21 de enero de 1963.

El modelo trasplantado a TVE

De todos los personajes que conforman el Mundo Burguera, Don Tele es aquel al que debemos recurrir para rendir homenaje a la andadura de Televisión Española, que cumple, uno de estos días, precisamente, medio siglo de existencia. En este weblog, iniciado en este mismo año del cincuentenario de TVE, nos hemos ocupado en diversas ocasiones de la efemérides y en esta entrada también podemos ofrecer una pincelada, muy a propósito del tema tratado, de lo que ha significado la labor desarrollada por los profesionales de la televisión en España.
Este burgomaestre sostiene que si de algo debe sentirse justamente orgullosa TVE, por lo que a producción propia se refiere, es de su mítico departamento de espacios dramáticos que durante la década transcurrida entre 1965 y 1975 ofreció al espectador tal cantidad de programas y de tal calidad que se hace imposible, en el modesto marco de este weblog (o lo que sea), ponderarlo en su justo valor. Pero sí que, en la medida que la oportunidad lo permita y hasta lo brinde, como es el caso, salpicar con alguna muestra de su acervo. Nos referiremos hoy a la serie “La tía de Ambrosio”,emitida en la primavera-verano de 1971 por la segunda cadena de TVE (el canal entonces conocido popularmente como UHF), en la que hallábamos el retrato de la situación de convivencia que hemos estado revisando en los tebeos Bruguera. El magnífico Luis Morris (1929 - 1988) encarnaba al sobrino solterón (heredando el trabajo que Juanjo Menéndez, tras grabar dos episodios que hubo que destruir, rechazó por falta de acuerdo artístico o económico) y el papel de la súper-protectora tía Patro era incorporado, con la cercanía y la efectividad acostumbradas, por la más entrañable de las actrices que el espectador español medio de la segunda mitad del Siglo XX haya conocido: Rafaela Aparicio (1906 - 1996). Los guiones corrían a cargo de José Miguel Hernán y la realización, de Luis Enciso. La serie no obtuvo un éxito memorable (como, por otra parte, era imposible dada la todavía incompleta implantación de la segunda cadena) y sólo se emitieron diez episodios.

La imagen que les muestro de tía y sobrino, sentados a la mesa, a la hora de la cena, expresa y condensa esa convivencia cálida, redonda y espesa, como un plato de sopa. El que se disponen a tomar, por ejemplo.

NOTA: el aludido "Filiberto Monreal, que nunca tiene un real" perdió a las pocas semanas su apellido (quien sabe si para no ofender a algún honorable Monreal auténtico), desapareciendo del rótulo de la cabecera dejando, en consecuencia, un visible hueco. El título de la serie quedó así en "Filiberto... ... que nunca tiene un real". Poco después, viéndose la inutilidad de la coletilla (desrimada), quedó suprimida y el segundo pícaro creado por Cifré quedó desnudo de apellido y de leyenda, sin más presentación que su escueto nombre: "Filiberto" hasta su despedida, en el número 585 (de fecha 30 de julio de 1962). La secuencia de la mengua de la cabecera pudo seguirse en los números del DDT que van del 456 (todavía con el nombre entero) al 464, es decir, de febrero a abril de 1960. La viñeta de muestra corresponde al paso intermedio, vista en el DDT 460, de 7 de marzo.
NOTA2: Los tebeos no referenciados empleados para ilustrar esta entrada son: para Amapolo Nevera: los DDT números 262 (26/5/56), 278 (13/9/56), 279 (20/9/56), 311 (2/5/57), 314 (23/5/57) y la viñeta de aquí al lado, relativa al honor de los Nevera, del 323 (25/7/57); para Don Óptimo: el Tio Vivo 195 (primera época, 30/11/64), y para Don Tele: El Tio Vivo 179 de la primera época (12/12/1960) y los de la segunda números 17 (3/7/61), 56 (2/4/62), 67 (18/6/62).

35 Comments:

Blogger Los Burgomaestres said...

Magnífico y admirable post, amigo y compañero burgomaestre. Claro que el costumbrismo y la castidad llevan directamente a esto de los tíos. Pero la figura del tío también tiene una tradición literaria, que se lo pregunten a Andrés Hurtado, o al tío Vania, o a la tía Tula. ¿Cómo negarle a los tebeos su parte de la literatura? ¿Cómo ser tan descastado para negarles su descendencia sanguínea de su tía la novela? Ah ¡este sábado ya va tocando, no? Además, estará la cosa de un intrigante y de un partidario...

domingo, octubre 29, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Hombre!! Este sábado, por supuesto. Ya he pasado mi calvario en el Salón del Manga. Tres horas de cola ayer para no poder entrar. Hoy ha habido más suerte. Entre subir la "entradita" y conseguir "entrar" en el Salón de los Otakus, este finde me ha dejado fatal. Pero bueno, compañero y amigo, muchas gracias por el comentario, que le da un fuste que no merece...¡Exagerado!
De lo de las intrigas partidistas... Hum... No creo que nos ofrezcan ninguna conselleria, ¿no? Aunque igual... a pacto revuelto...ganancia de burgomaestres.

domingo, octubre 29, 2006  
Blogger Mortadelón said...

Uno de los más famosos "tios" de todos los tiempos fue el creado por el gran mimo Jacques Tati para la película del mismo nombre. En los primeros Mortadelos es constante la referencia a "mi tio del pueblo". ¡En cuanto a los tios reales, he de confesar que los que tengo son de tebeo!.

domingo, octubre 29, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Efectivamente, amigo Mortadelón, la referencia del "Tío del pueblo" es muy oportuna, aunque el tema de la entrada se centrara en las situación de convivencia entre tía y sobrino. De todos modos, yo me pregunto: ¿Sus tíos, amigo Mortadelón, como los de este burgomaestre podrían protagonizar películas como la de Jacques Tatí o más bien como las de Pepe Isbert?

domingo, octubre 29, 2006  
Anonymous Anónimo said...

LA UNIVERSALIDAD DEL MITO TÍO

Y me acuerdo del desafortunado "Sam", del tío de Argentina, de un tío con lo que hay que tener ... de otras acepciones de tío, en fin, como cambian los tiempos. Pongo "tíos famosos" en el google para hacer una entrada como "Dios manda" y los 100 primeros son: "tíos con los que me gustaría hacer el amor, tíos famosos modelos, tíos buenos, tíos gays ..." Qué mayor se hace uno. Viendo a Rafaela sentada en esa estupenda mesa-camilla y la tele al fondo, recordando el UHF se me ha venido a la mente una frase, pérdida ya en nuestro subconsciente. Os acordáis cuando se estropeaba la T.V. ? "Es de ellos" ... afirmábamos con un tono de esperanza ... al segundo salía aquel bonito cartel: "Rogamos disculpen estas molestias. Permanezcan atentos a la pantalla". Ahora, nada "es de ellos", es siempre nuestro, o de los okupas, los sociatas, los separatistas, los rojos ... Que lo voy a dejar ya, eh ? Que se hace tarde. Felicidades por el weblog (o lo que sea) Cada entrada supera a la anterior. Sigan así. Mi más sincera enhorabuena.

domingo, octubre 29, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias sinceras, amigo anónimo, por la felicitación, que nos anima mucho. Sí, ciertamente, era más fácil cuando las cosas dependían tan sólo "de ellos". Uno sabía a qué atenerse y contra qué rebelarse. Al menos, al haber unos "ellos", nos convertíamos los demás en "nosotros". Ahora nosotros somos tan diversos, difusos y dispersos que ni se sabe quienes somos. UF! Tiene razón, amigo, sí que se ha hecho tarde!!

lunes, octubre 30, 2006  
Blogger Gordito Relleno said...

Qué curioso que este fin de semana pleno de recuerdos e imágenes antiguas de la historia de TVE me vino a la mente el personaje de Don Tele y ,zas, ahí que me lo retratan con su maestría característica mis amigos burgomaestres. Qué digo mis amigos, ¡son ustedes mis tíos!. Enhorabuena por enésima vez.

lunes, octubre 30, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias, amigo Gordito, pues sí, Don Tele ha acudido a este weblog por la parte de su peculiar tía, pero la verdad es que, dada la celebración del quincuagésimo aniversario de TVE, su presencia no podía ser más oportuna. Nos alegra haberle leído el pensamiento, sobrino. Y nos hace ilusión tener un sobrino tan rollizo, la verdad.

lunes, octubre 30, 2006  
Blogger Mr.Flix said...

Tíos y sobrinos conviviendo... es verdad que hoy suena algo añejo, de película o tebeo antiguos.

Sobre los posibles orígenes de ese modelo familiar o de convicencia, corroboro el que se apunta en el texto: que sea fruto de la falta de progenitores, debida a fallecimientos o al exilio, consecuencias todas de esa guerra, ya que en mi misma familia se dio el caso: mi abuelo fue fusilado al final de la guerra y mi padré paso parte de su niñez con sus tíos.

El segundo probable origen, el reparo, hoy un tanto inexplicable, a mostrar la convivencia conyugal, parece ser algo que va más allá de las costumbres patrias de la posguerra, extendiéndose por ejemplo a los personajes Disney, más propensos a tener sobrinos (Donald, Daisy, Mickey) que hijos (Goofy).

Sin embargo me gustaría apuntar una tercera explicación, puramente funcional, a este fenómeno: Permite tener un protagonista disponible o proclive a argumentos de tipo romántico, sin renunciar a mostrar conflictos pseudo-conyugales. O viceversa.

Hoy en día el mismo Quesada objeta a la condición de casado de Peter Parker, con el argumento de que impide crear intrigas de tipo romántico. Peter David apunta incluso que es, de hecho, algo irreversible, ya que la posible solucíón, divorcio o fallecimiento del cónyuge, convierte al protagonista en separado o viudo, estigmatizado de alguna forma.

Bien pensado, quizá los personajes Disney se encuentren en este tercer supuesto (la no conveniencia de casarlos, para mantener el status-quo) más que en el segundo. (Por cierto, alguien debería avisar a Daisy y Minnie de sus escasas perspectivas)

P.D.: Perdón por la torpeza en la redacción. Intenté el tono sentencioso que tan grato nos resulta, pero no me sale. Demasiado tiempo sin relecturas brugueriles, supongo.

lunes, octubre 30, 2006  
Anonymous Anónimo said...

¿Oye, el usuario "los burgomaestres" son dos o más personas?

lunes, octubre 30, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Amigo ichbi, el usuario los burgomaestres son dos personas, las dos que iniciaron este weblog, amigos y residentes en Barcelona. Si bien es cierto que, casi siempre es una sola persona, que es quien viene subiendo últimamente todas las entradas y está aquí, atendiendo vuestros comentarios.
Amigo Félix: en primer lugar, nada de torpeza, tu comentario está muy bien y aporta nuevas perspectivas al tema tratado. De hecho, amplía considerablemente el tema tratado, que era de extensión muy modesta. En opinión de este burgomaestre, en los tebeos Bruguera no había necesidad de dejar a los personajescon libertad de acción para tener aventuras de corte amoroso, porque no las tenían. Había, eso sí, los "enamoradizos oficiales" de Cifré, Cucufato Pí y Golondrino Pérez, que no se comían una rosca. Hermenegilda buscaba novio en sus primeros años, antes de que la línea editorial se infantilizara, pero tampoco obtenía ningún éxito. Por otra parte, y como prueba el caso de Don Tele, el comportamiento de los personajes era idéntico, sin que afectara para nada al argumento de las historietas, la condición del personaje femenino: tía o esposa, su función era la misma. Y Don Tele no buscaba más compañía que su amadísimo televisor. Muchas gracias por su comentario, amigo Félix. Nos ha llenado el weblog de invitados de postín.Nos ha traído aquí a Disney, a Stan Lee y a sus criaturas, nada menos!!

lunes, octubre 30, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Una entrada... ¿cómo decir?...

¡ restallante ! (con perdón).

"Eclatante" (con perdón... de los gabachos).
--

martes, octubre 31, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias, maestro. Se hace lo que se puede... A todo esto y por pura curiosidad: ¿Conoció usted al mencionado Luis Morris? A Rafaela Aparicio todo el mundo la recuerda, justamente, dados sus muchos éxitos populares, pero a este actor, sin duda menos famoso, uno lo tiene en buena estima. En fin, los actores, son para uno un poco como los dibujantes de tebeos, otros dioses de su panteón. Igual el año que viene abro otro blog sobre actores españoles...¿Se vendría a echarle un vistazo?

martes, octubre 31, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Que pena, no he leido esta entrada porque no tengo tiempo pero sigo admirando este blog

martes, octubre 31, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Por suerte te traigo esta pagina web donde viene toda la informacion de vazquez y sus albumes publicados por si acaso:
http://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_V%C3%A1zquez

martes, octubre 31, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Bueno, amigo ichbi, a lo mejor, saca usted tiempo un día de estos... No hay prisa. Gracias por lo del gran Vázquez.

martes, octubre 31, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Ya he leido la entrada. Cuanto sabes de comics... Deberias registrate en wikipedia y poner articulos sobre comics. Yo ya estoy registrado en wikipedia pero no se como poner un articulo... Y como se que te gusta Adam Green una cancion llamada "Jessica":
http://youtube.com/watch?v=1nL7tJEn_Cg

Espero que te guste.
Ah, y en la pagina web: adamgreen.net vienen todos los videoclips

miércoles, noviembre 01, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Enhorabuena, amigo burgo; como siempre excelente entrada en la que se ve el buen hacer y los conocimientos tanto sobre Bruguera como sobre TVE. Aún me acuerdo de cuando se estropeaba el repetidor (o eso creía yo que era) y una vez me dejaron sin ver el final de la película "El mayor epectáculo del mundo".
Al hablar de tios, me viene a la mente aunque quizá no tenga mucho que ver, Rigoberto Picaporte, al que su sobrino le mete en tantas "historias"; porque ya se sabe que: "al que Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos..."
Por cierto,amigo burgo, aún no he logrado encontrar donde tengo la historieta de "El penúltimoltimo Navajo" porque si vierais mi trastero, huiríais aterrados, pero creo que está en una recopilación, seguiré intentándolo y te informaré.

miércoles, noviembre 01, 2006  
Anonymous Anónimo said...

>>>¿Conoció usted al mencionado Luis Morris?>>>

Of course.

Era asiduo al Oliver (cuando el Oliver era el Oliver...).

(Bueno, ahora es de franceses... y hay una mesera que es Françoise D'Orleac rediviva...).

Luis miraba hacia afuera; con nobleza.

(Era muy compa de la más que inteligente Mónica Randall. En confianza... igual yo miraba más hacia Mónica...).

Rafaela era otra cosa; en TVE huíala yo: siempre me preguntaba si me dlía la patachula...
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miércoles, noviembre 01, 2006  
Anonymous Anónimo said...

"dolía"
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miércoles, noviembre 01, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias, amigo petisocarmabanal. Sí, Rigoberto es de los que, como don Bollete (con sus mellizas), tiene pseudohijos sin necesidad, no ya de casarse, ni procrear, sino incluso, ni de tener pareja. Como el Pato Donald, al que recordaba el amigo Félix. Por cierto, que esto de Rigoberto me recuerda que este weblog está en deuda con Segura y habrá que dedicarle una entrada con alguna urgencia... Aquí prácticamente sólo se ha hablado de sus osos, y no está bien. Gracias por el comentario, petiso.
Muchísimas gracias,maestro Cuadrado por satisfacer la curiosidad de este burgomaestre fisgón. Así que Mónica Randall, ¿eh? Hummm. No le discuto que entre ella y el bueno de Morris, usted se decidiera por la guapísima catalana. Una actriz que en una cinematografía más "desarrollada" que la nuestra, seguramente habría hecho una carrera más estelar (como Teresa Gimpera, por poner un ejemplo cercano geográficamente).
Amigo ichbi, muchas gracias por leer la entrada y por recomendarme música y vídeos. Siempre viene bien. Lo de wikipedia... Pues no sé. A fin de cuentas, este weblog también está en la misma red, ¿no? Es lo que tiene este infernal invento de internet...
PD: Ah, amigo petiso, al final, el payaso resulta ser James Stewart.

miércoles, noviembre 01, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Recuerdo a Teresa en el rodaje de "El hombre que supo amar".

Estaba muy pendiente de cómo se defendería el hijo. Toda una madre.

El hijo... no era actor; todo sea dicho. Ahora bien: guapo sí que era, ¡josp!

Ya digo: toda una madre... comestible.

(Hacía un frío coponal; llevaba pieles... y aún así).
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jueves, noviembre 02, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

¡¡Reporras, don Jesús!! ¡¡Las ha conocido a todas!! ¡¡Me da miedo nombrarle más!! Me asusta usted, maestro. Y perdone mi ignorancia, se lo ruego, pero dígame (si no le importa seguir dando de comer a mi curiosidad):¿cuál era su cometido en el rodaje? ¿Ayudante de dirección, quizás?

viernes, noviembre 03, 2006  
Anonymous Anónimo said...

En parte... sí.

La cosa era que estábamos en un hospital con perdedores, abandonados, locos...

Había dos grupos de locos: los verdaderos (que, custodiados y conducidos por frailes verdaderos llegaron de un sanatorio cercano...) se movían el final del decorado con sus pústulas falsas y andrajos verdaderos; y el grupo de locos falsos dirigidos por otro falso loco (el menda), ocupaban el inicio del escenario con pústulas y andrajos… falsos.

Me chupé los días -y el frío, y la lluvia de oesteada- montando la “expresión corporal” de la cosa; ya saben, algo complejo: éste de acá hace una monería, la de allá una carantoña, aquel suelta un gritito, el de al lado agrieta el muro con la su testa, la una enseñaba el culete, el otro miccionaba por acá, la del fondo gira en plan sufí… Ya saben: las artes de Jean Doat o así…, pero con la precisión tribulética. En primer término, yo marcaba y ejecutaba todo y lo de todos (en el entonces… el menda, sí, ay, era muy bueno en las artes de mover el cuerpecillo…) y, con ensayados gritos de ensayante fiera recordaba las órdenes de lo ensayado a mis actores ensayantes (un grupo excelente de postulantes…: ellos, atléticos y viriles; ellas, a pesar de las cicatrices, bellas cual novicias… rebeldes).

Y entonces llegó el momento del incendio: los de efectos especiales prepararon la cosa; sin ensayar el total de la acción, y acaso en la confianza de que San Juan nos protegería…

Picazo le dio la orden al Josechu, el Josechu gritó lo de “¡¡¡¡ Fuego !!!” al Molina, el Molina y sus muchachos soltaron los gases verdaderos con sus llamaradas verdaderas sobre los falsos alféizares… y fuése el desastre… verdadero: los locos falsos sí sabíamos que el incendio era falso y empezamos la bulla; pero los locos verdaderos creían que el incendio era verdadero...

No les cuento más: nuestras queridas páginas brugueriles les darán una idea de la que se organizó (es un escribir…).

A mí me salvó James Bond (que allí estaba y con quien me tomaba chupitos en los descansos entre un castellano de circo y un inglés de taberna): no por amistad y sí por flema británica el buenazo de Tim dedujo que un cojo verdadero correría menos en tal y verdadera barahúnda… Me cargó en plan Heston, salió de estampida y me soltó en el lodazal. Fuera del decorado, con angustia artodiana, allá esperé: impotente ante la carnicería orgánica y con el terror pendiente de si saldrían a tiempo los míos: cuando conté trece, siluetas suspiré…

Cine español de gran producción: olvídense.

Yo ya lo hice.

(Casi todo lo del incendio se eliminó del montaje final. Una pena… carpetovetónica: baratos baratos lo que se dice baratos pues como que no éramos, no).
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viernes, noviembre 03, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias emocionadas, maestro Cuadrado, por la narración. Verdaderamente impagable.

viernes, noviembre 03, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Oigan, Burgos (and anothers):

que un día nos pusimos a hablar de Peluche... y, a la hora de citar monografías de apoyo.., que se nos olvidó una.

Y que acá la dejo porque, con mi habitual torpeza técnica... no encuentro el posteo aquel para completar la info...

O sea, con perdón y con permiso:

"José Luis Ozores: la sonrisa robada"
César Combarros Peláez
XLVIII Semana Internacional de Cine de Valladolid
Valladolid), 2003
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sábado, noviembre 04, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Cuantas entradas tiene este webblog? Me gustaria saberlo

domingo, noviembre 05, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Uno tampoco ha encontrado el post concreto, don Jesús, en el que aparecían los textos de referencia sobre José Luis Ozores. Y es que (y aquí tome nota el amigo ichbi) ya llevamos 227 entradas, en lo que va de año. Son muchas entradas y cuesta encontrar una en concreto. Claro que últimamente, la fuente se ha secado un tanto y ya no mana como solía. Volviendo al más querido de los Ozores, he encontrado un delicioso intercambio de comentarios en la entrada "Oda a Venus" (de mi amigo y compañero burgo) en los que, por ejemplo, se repasaba una serie de títulos de lo mejorcito del cine español y a amistad que unió al actor con ese otro genio que fue Luis Sánchez Polack.

lunes, noviembre 06, 2006  
Anonymous Anónimo said...

No, que me sonaba a mí que habíamos hablado de cuántos libros había de/sobre los Ozores...

Que igual no era acá...

Que igual es el mi alcéimer..

Repetiré por siaca:

>>>
3 Ozores 3. Firma grupal de los hermanos Ozores Puchol –los actores Antonio (Burjassot, 1928) y José Luis (Madrid, 1923 1968), y el cineasta Manuel (Madrid, 1926)–, con la que, en los años cincuenta, firmaron sus colaboraciones (ya Humor Gráfico ya Historieta) en el semanario, satírico y madrileño, La Codorniz, y en el suplemento Don José (1955), del diario tangeri-no España. Decepcionados tras algunos problemas con la censura, desertaron de la expresión gráfica.

DOSSIERS (biografías, estudios, memorias):
1998 Anticiclón de los Ozores (Antonio Ozores; sello B. Barcelona)

2002 Respetable Público. Cómo hice casi cien películas (Mariano Ozores; Planeta. Barcelona)

2003 José Luis Ozores: la sonrisa robada (César Combarros Peláez; XLVIII Semana Internacional de Cine de Valladolid. Valladolid)
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lunes, noviembre 06, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Ougan, Burgos ("¡¡¡¡qué pesado el tipo, es que no le aguanto" D.M):

que he echado a faltar en la, ya dine, eclatante entrada de los tíos... una consideración sociológica (con perdón) de lo que siginifica todo el universo de la "tieta" en las relaciones familiares de los catalenes.

(Cosa que siempre me interesó, ya ven: por las sinnumero concomitancias).
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lunes, noviembre 06, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias, en primer lugar por la información de los libros de los Ozores, que, ciertamente, no sabría decir si ya había aparecido. En cuanto a la ausencia de "la tieta", debo decirle que no es el primer amigo del weblog que nos la hace notar. Y tienen toda la razón (o casi toda). Cierto que la figura de "la tieta" es toda una institución en Catalunya, con su himno oficial y todo, en forma de canción de Serrat, lo que pasa es que, el burgo que ha quedado al cargo del weblog /o sea, el que pergeña las entradas/ no pretendía hacer una entrada sobre tíos y tías en general (aunque sí que mencionó a algunos al principio del artículo) sino más concretamente, a estas convivencias entre tías y sobrinos adultos. Por otra parte, este burgo, por muy a gusto que se encuentre en Catalunya, no es catalán, sino aragonés y las tías de su tierra carecen de este aura (buen actor, por cierto, ¿no? El Aramis de Los Mosqueteros de TVE) lleno de encanto de la "tieta" catalana. Por otra parte, no acabo de ver tampoco reflejado en los tebeos bruguera (al menos no en un personaje concreto) este arquetipo. Escobar, probablemente, sea quien haya hecho más tietas en sus paginas... de visita y tal, en casa de los Zapatilla, o yendo a ver a don Anito, o siendo rescatadas por Plim el Magno. Es un tema bonito. Se estudiará... ¡¡Si tan sólo dispusiera de más tiempo!! Últimamente me está costando una barbaridad juntar ratos para hacer una entrada. En fin, en fin...

lunes, noviembre 06, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Claro, no, sí, entiendo...

Me refería, sólo, a una mención... ¿sociológica?

Claro que... si usted es maño...

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¡ Jospa, el Ernesto Aura !

Memoria que tiene usted...

Veamos: el Abuelo Cebolleta, II:

Coincidí con él en una historia de Bret Harte; con Andrés Mejuto (que hacía de Lee Marvin...).

Yo hacía de un mexicano puerco y conductor de diligencias (es lo que me pidió Pilarín...); o sea. eructaba y eso; y rezongaba. Y él Ernesto Eastwood, al parecer, se desconcentraba...

(O sea: un profesional... de tafanario).

Y hubo que elegir: o el prota famoso o el melenudo gocho: me firmaron el vale, me despedí de Emma... y fuíme a El Retiro a tomar el solecillo, je.
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martes, noviembre 07, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

¡¡Vaya, vaya, con el Aura!! Pues sí. En confidencia, le cuento que si me acuerdo de él es porque se parece a mi tío Macario. Oiga, don Jesús, me está pareciendo que si hago el blog ese sobre actores españoles que me gustaría abrir (en base, principalmente, a la osadía que da la ignorancia), a usted tendré que ponerle en nómina. Me encantan sus batallitas, admirado abuelo Cebolleta-2.
PD: por completar el apasionante relato, maestro, he investigado un poquillo en internet y he encontrado la referencia del dramático del que tuvo que salir en dirección al Retiro. Era un episodio del espacio "La hora once", que se emitió el 1 de febrero de 1971. El capítulo se llamaba "Un cuento californiano" y al Ernesto Aura lo acompañaban Andrés Mejuto y Emma Cohen. En IMB pone que lo dirigían Josefina Molina y Luis Enciso. Y digo "pone" porque me ha parecido entender, por lo que usted cuenta, que la directora debió ser Pilar Miró. Seguro que debí verlo, a mis siete años y medio de edad. ¡Lo veía todo!

miércoles, noviembre 08, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Entre las cosas de Pilarín, "Un cuento californiano" va tras "La pequeña Dorrit". Lo sé porque ahí el menda hacía un zapatero remendón... y a raíz de ello -y de mis pelambres... I supose) me pasé a las oesteadas.

Mientras husmeaba cables y rincones de decorado... me topé a Pilar llorando en silencio en una esquinita. En el entonces... los cámaras y regidors eran todos hombres; y se creían muy machos.

Si en la web ésa pone éso... que lo pongan.

(A la sra. Molina la tengo mucho respeto no sólo porque fuera, tras Ana Mariscal, de las primeras mujeres que pasaron a la dirección con dos ovarios..., sino porque se atrevió a contar, junto a la inmensa Lola Herrera, que los amantes españoles lo eran sólo de boquilla... en aquel pionero decorado granhermánico. También la admiro por haber vivido con el mismo ser que vivió la Milá...).

No recuerdo si el ayudante era Enciso; puede que lo fuera de la sra. Molina.

Acaso el ayudante era el más que brillante Hugo Stuvens...

Y no lo recuerdo no por desidia... que algún roncito sí hemos trasegado juntos, sino porque en aquellos días yo vivía al borde de la apnea: estaba en la escuela de teatro, dirigía un grupo (como ya dije), trabajaba en cosas de por ahí para comprar libros, escribía en "Cine en 7 Días"... y me enamoraba mucho. También de Pilar.
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miércoles, noviembre 08, 2006  
Blogger yanmaneee said...

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sábado, septiembre 28, 2019  

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