José María Escuer. El encanto de la competente discreción.
Ese rostro dramáticamente iluminado y bellamente fotografiado que nos mira desde la portada del número 293 de la revista Tele Radio correspondiente a la semana del 5 al 11 de agosto de 1963 (y al que una caprichosa errata ha cambiado el apellido Escuer por "Escuez") fue uno de los más familiares de todos los que los espectadores españoles solían encontrar en su salón cotidianamente, en la pantalla de su televisor. El rostro de un actor extraordinario especializado, precisamente, en asumir papeles no principales, pero sí imprescindibles, de hombres en nada extraordinarios.
Don José María Escuer, sin darse la menor importancia, tuvo a bien nacer en el seno de una familia de artistas. Sus padres, especializados en el género lírico, concretamente en la Zarzuela, se encontraban en Málaga cierto día de 1921 cuando su hijo, nuestro protagonista de hoy, asomó al mundo y al escenario. Inmerso en el ambiente teatral como en su propia casa, creciendo entre los bastidores de todos los teatros de España, no es de extrañar que debutara a la temprana edad de dieciséis años. Así podemos afirmar que su formación como individuo adulto se hizo de manera inseparable e indisoluble a su formación como actor. A pesar de lo cual y merced a esa incongruencia de la que hacen gala tantos progenitores, los padres de José María Escuer le instan a preparar oposiciones para el Cuerpo de Telégrafos. Es el propio joven el que decide desechar tamaña ocurrencia y se zambulle profesionalmente en la farándula. La genética se impone por encima de la voluntad paterna. Ser actor, para José María Escuer, no es algo distinto de “ser”.Esa circunstancia debe explicar la pasmosa naturalidad con la que fue capaz, a lo largo de su extensa y fecunda carrera, de cultivar con acierto todos los géneros interpretativos, siempre con la mayor eficacia y sencillez.
Dotado de una voz espléndidamente educada, de sonoridad musical y de una dicción impecable, José María Escuer fue un actor de incomparable polivalencia, de cualidades idóneas para alimentar las acuciantes exigencias de la producción dramática de Televisión Española en su “Década Dorada”, aquella que podemos situar entre 1963 y 1973. Su físico robusto y de corta estatura, coronado por una faz mofletuda y una mirada que se abría paso luminosa entre las bolsas de los párpados era el ideal para dar vida al personaje que sirviera de ancla material a las más exaltadas personalidades de los protagonistas. Habría sido un idóneo doctor Watson, y ese tipo de personaje: sólido, cotidiano, valiente, responsable, sereno, ordenado, fiable, es el que mejor “le iba” a sus cualidades y es el que , bajo infinitas formas, desempeñó en centenares de producciones en Televisión Española. Pero antes de irrumpir en este nuevo medio, José María Escuer se había curtido en el cultivo de su oficio sobre las tablas del escenario y con un “padrino” excepcional: Enrique Jardiel Poncela.
Gratitud y pateo
Recordaba José María Escuer sus comienzos en el reportaje del ejemplar de Tele Radio cuya portada ocupaba su retrato y tenía un especial reconocimiento para su primer mentor y valedor, el genial dramaturgo Enrique Jardiel Poncela, uno de los más creativos e innovadores escritores en español del siglo XX y uno de los mejores humoristas del mundo. Aseguraba a Rafael Martín González (el autor del reportaje) que Jardiel “era un hombre fuera de serie. Sobre todo, era un director de escena extraordinario. Marcaba las obras segundo a segundo. Recuerdo que él solía decir que era capaz de hacer un actor de una escoba. La verdad es que yo aprendía mucho junto a él”. A continuación recordaba haber vivido el histórico pateo que sufrió el estreno de la humorada en un prólogo y dos actos “Como mejor están las rubias es con patatas”, que se produjo en el Teatro Cómico un 6 de diciembre de 1947 y que, según se explica en el prólogo del libro editado por Aguilar "Tres comedias escogidas", a cargo de Evangelina Jardiel Poncela, tuvo dimensiones épicas, con centenares golpes de bastón y hasta de martillo, en algún palco. En la obra, Escuer incorporaba el personaje de Movellán, un reportero radiofónico que retransmitía en directo la acción de la escena a sus oyentes, la cual cosa incluía el despertar del apetito del profesor Ulises, un antropólogo que había regresado de un largo periodo de ausencia, convertido en antropófago.
Tras la bien aprovechada experiencia junto a Jardiel, José María Escuer pasa a la compañía de Manuel Dicenta (del que, naturalmente, también nos ocuparemos en su día) , en la que continúa su afianzamiento como actor de carácter. Estrena, por ejemplo, la primera obra de Alfonso Paso (yerno, casualmente, de Jardiel), “No se dice adiós, sino hasta luego”,en el Teatro Beatriz. Más adelante, representando en el Teatro María Guerrero la obra “Camino real”, es convocado por Televisión Española para intervenir en el programa “Gran Teatro” haciendo un papel relevante en “Arsénico y encaje antiguo” (la obra popularizada en España a través del título en castellano de la película de Frank Capra “Arsénico por compasión”) y ante la satisfacción de los responsables, se le vuelve a llamar para que haga el protagonista de “Los intereses creados”, de Jacinto Benavente, en televisión.
Idilio con la tele y desencuentro con el cine
En el reportaje citado de Tele Radio, nuestro protagonista no oculta, sino que, al contrario, pregona su acomodación al medio televisivo. En el momento en que José María Escuer pone el pie en TVE se hace habitual en ella. Trabaja constantemente en todos los programas dramáticos de la parrilla: “Novela”, “Estudio Uno”, “Teatro de siempre”, “Primera fila”, “Risa española”, “Hermenegildo Pérez, para servirle”, “Tengo un libro en las manos”, etc, etc... Considera Escuer que “la televisión ofrece al actor un trabajo igual al que realiza en teatro, ni más fácil ni más difícil y, sin embargo, le brinda mayores compensaciones, como estrenar continuamente y, con ello, el estar siempre realizando un trabajo activo y distinto por completo al monótono del teatro, cuando se hace la misma obra tarde y noche durante meses”.
Su constante presencia en la pantalla (que se puede constatar y contabilizar consultando el enlace a IMDB puesto más arriba) no conlleva, sin embargo, una popularidad pareja, pues sus elevadas prestaciones actorales se emplean en papeles tremendamente varios y diversos, y que rara vez alcanzan el status de protagonista. Tan sólo su papel fijo de juez en la serie “Visto para sentencia” (emitida en 1971) permitirá al espectador establecer un vínculo algo más destacable. A lo largo de los lustros, su rostro y su voz se hacen familiares, pero no en la misma medida, su nombre.
Si el trabajo para Escuer abunda en la pequeña pantalla, escasea, por el contrario, en el cine. Sus interpretaciones para este medio son esporádicas y en películas de poca entidad. Así, por ejemplo, lo encontramos en el elenco de dos títulos muy populares, en el primero de ellos, casualmente junto a (a pesar de no compartir ningún plano con él) nuestro último sujeto de comentario, el también grande y televisivo Tomás Blanco: “Don erre que erre”(1970) y en la desafortunada “Sólo ante el streaking”(1975), ambas de José Luis Sáenz de Heredia . De la primera, en la que incorpora el papel del médico que se ocupa de la fertilidad de la pareja formada por Paco Martínez Soria y Mari Carmen Prendes, hemos incluido un fotograma sobre estas líneas. Otros títulos, como la adaptación del novelón de Alarcón, “El escándalo”(Javier Setó, 1964),el melodrama triangular “Los gallos de la madrugada”(José Luis Sáenz de Heredia, otra vez, 1971) o el intento de sacar partido dramático a un Joselito “crecido”,“Loca juventud”(Manuel Mur Oti, 1965), no suponen aportación significativa alguna a su carrera.
Ese hombre, que se confesaba tímido y “forofo” del Real Madrid, dio vida con su oficio, durante años, a innumerables textos inmortales ante una audiencia que, sin exagerar, se cifraba en millones de espectadores. Si en el teatro había representado “Hamlet”, “Fuenteovejuna”, “El sillón vacío”, “Un hombre duerme”, “Crimen perfecto”, o “La venganza de Don Mendo”, en la pequeña pantalla prestó su bien timbrada voz y su sólida presencia a las adaptaciones de obras tales como (por citar sólo algunas): “Don Álvaro o la fuerza del sino”(en la que, como puede verse por la imagen en la que aparece junto al regio perfil de la gran trágica Ana María Vidal, encarnaba a un fraile), “Cyrano de Bergerac”, “El burlador de Sevilla”(producción en color de 1976 que realizó Gustavo Pérez Puig de la que hemos colgado la imagen adjunta) o “La señorita de Trévelez”, que es, justamente, la que estaba grabando cuando el fotógrafo Bariego le tomó las instantáneas con las que se ha ilustrado la primera parte de esta entrada homenaje al gran José María Escuer, un excelente intérprete para todos los géneros.
Activo hasta muy avanzada edad ( sus últimas intervenciones se producen en la reciente “nueva ola” de teleseries nacionales, hasta el aún cercano año 2002), la muerte alcanzó a José María Escuer el 4 de abril del 2003 en Altea, Alicante. Gustavo Pérez Puig, quien le había dirigido en tantas ocasiones para las cámaras de TVE habló entonces del actor fallecido como “referente” del teatro cómico y dramático y destacó, especialmente, su gran calidad humana, esa que este burgomaestre durante años estuvo convencido de ver en el fondo de aquel actor que tan cotidianamente le entretenía desde el televisor.
Etiquetas: Monografía
33 Comments:
Magnífico y merecidísimo homenaje, señor burgomaestre, que comparto totalmente.
José Maria Escuer,sin duda pertenece a ese de grupo de actores que han calado hondo en toda una generación de espectadores, gracias a los cuales conocimos a través de la pantalla del televisor, las grandes obras del teatro universal casi siempre realizadas con una grandísima dignidad.
Escuer era sin duda un actor secundario de primera categoria, y lo que más me impresionaba de él era su voz, tan característica y clara, así como su dicción perfecta, algo, por cierto, un poco olvidado en las nuevas generaciones de actores.
Felicidades por este homenaje, señores.
J. Rovira
Conocíle: un caballero.
JCuadrado
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Me llevo una gran alegría, amigo Juame, de verle nuevamente por estos lares. Y la alegría se redobla al ver que aprecia también la labor de estos actores de los que me propongo ocuparme a mi chapucera manera durante un tiempo, mientras me dure el entusiasmo y las ganas. Sí, sin duda José María Escuer pertenece a esa grupo de actores que a toda una generación , a través d ela pequeña pantalla, nos hizo valorar y apreciar el trabajo de la interpretación. Este weblog no se cerrará unicamente a ellos (los Bódalo, Prendes, Blanco,Escuer Lemos, etc...)sino que se abrirá a otros que los precedieron o que se dedicaron sólo al cine. Trataremos de entender porqué eran tan buenos (basicamente, el truco siempre era el mismo: su experiencia previa en el teatro) y , como mínimo, uniremos un nombre a una cara, que no es poco, dado lo populares que son sus rostros, presentes en la memoria colectiva. Gracias por acompañarnos, amigo Jaume.
Maestro don Jesús, cómo me gusta que me confirme la impresión que tengo del señor Escuer. Pero ¿es que se puede ser otra cosa que un caballero, hablando como Escuer hablaba? Supongo que sí, pero cuesta creerlo.
Al verlos a menudo por la tele, a estos actores de calado humano, uno iba tomándolos como modelos, sin darse demasiado cuenta, pero uno se iba chapando a la antigua... La verdad es que esta impresión tan insustancial, disculpa amigo JuanCarlos, creo que tiene su origen en que acabo de llegar del cine de ver No es país para viejos, y llevo un rato que lo veo todo con este prisma...
>>su experiencia previa en el teatro>>
Y en la Radio.
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>>>acabo de llegar del cine de ver No es país para viejos>>>
Hará unos días que le comenté a otro compa que era la primera vez que entendía todo lo que mascullaba el Javier Bardem…
Jordi Boixaderas hizo un buen trabajo; creo.
JCuadrado
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Ay, amigo Javier! No sé si te he entendido correctamente, pero, desde luego, a mí la visión de "No es país para viejos" me ha confirmado plenamente que "no estoy para estos trotes". Esa brillantez técnica al servicio de unos personajes tan fríos como inhumanos me pone enfermo de nostalgia. Y no quisiera, la verdad. ¡¡Y pensar que hay quien ha comparado esto con Peckinpah!! En fin... No sé.
Maestro Cuadrado: además de asentir "¡Y en la radio, y en la radio...!", decir que pone usted el dedo en la llaga (o así). Con lo que está dando que hablar la película en todos los medios y charlas particulares...¡¡y este dato, fundamental, se nos suele pasar por alto!! Así, doblándote un excelente profesional, como el señor Boixaderas, resulta más fácil pasar por buen actor. Por otro lado, en USA, el acento tosco de Mr. Bardem les debe resultar muy adecuado al papel. Y que hable lo justo, también. Y que se mantenga inexpresivo, mejor que mejor. En fin, en fin...
Me refería a la idea de la película, es decir, al título, más que a la película en sí. Decía que leyendo el magnífico post que has dedicado a Escuer he sentido que éste tampoco es país para viejos. Y ahora creo que no soy capaz de explicar lo que quiero decor con "tampoco".
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La interpretación de Bardem me ha dejado pasmado. Yo tampoco estoy para esos trotes, JuanCarlos. Era como si fuese un títere, pero fuera de una obra de títeres.
¡¡Así se ganan los óscares de interpretación, las ligas de fútbol y las elecciones generales!! Siendo títeres cuyos hilos mueven otros...(¡¡Ahí va!!)
Ya somos tres.
En lo del no trotar, digo.
JCuadrado
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He estado en un tris de poner: "Nosotros, los tres no-trotones". Pero la trepidación me hizo trizas. Estoy intratable...¡Que me trepanen! Atrás, trampa traidora que atraviesas y traumatizas mi tranquilo transitar...!!! (Perdón, perdón...He tenido un día muy duro...)
Y ya que estamos, no nos dejemos a las troteras, ni a las danzaderas...
Ah, don Jesús, este Saló del Cómic, ¿se engrandecerá con su presencia?
No creo.
Me encantaba Gigliola Cinquetti.
JCuadrado
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¿Y Christophe, Don Jesús?
http://es.youtube.com/watch?v=blHVpkASwvw
*Siempre queda la sorpresa...
¡¡¡ Cantiduvi !!!
JC
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Encantador el video y magnífica la canción, amigo Javier. A todo esto, lo de la Cinquetti..., maestro don Jesús, supongo que...es una manera de decir que... no tiene edad... ¿¿para venir al Saló del Cómic??? Si es así, no voy a negarle el derecho a contestar lo que quiera, pero acépteme una sugerencia: diga que no le apetece, que es casi lo mismo, sólo que más positivo. En fin, no sé... disculpe el atrevimiento.
A todo esto...¿Será verdad que ha vuelto mi Barça, o estos escoceses...eran poca cosa?
Allá ha tiempo que no hacen falta los teóricos... con cierta verborrea.
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Los escoceses eran flojos (con un hermoso himno, eso sí), pero también se cumple lo segundo (o segundón, je je): que ustedes se recuperan (... a pesar de las muñequeras patrióticas del Eto'o).
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Hubo, ay, otro tiempo, allá, en los sesenta, en el que jugar la pelota aposta... fue un arte menor, pero arte a la postre.
Como lo del intervenir en mesas-debate y contribuir a la difusión cultural... ya con inteligencia ya con impronta escénica).
JCuadrado
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¿Que es genialidad en/para nuestro mundo?
Obsérvese:
http://soloparamoscas.wordpress.com/2008/02/21/hip-hop-trueno/
JC
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¡Ratera y deliciosa!
¡Yo aún diría mas!_ "Ambrosía pura"
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Me gustan sus reseñas, querido burgomaestre, pero hay que ser más técnicos y menos románticos: José María Escuer, ¿sólo tenía un apellido? ¿Fue soltero, casado, viudo...? Sus padres fueron actores, ¿famosos, desconocidos? Repito, hay que hacer las reseñas más técnicas y proporcionar más datos vitales, además de los cariños que les tengamos. Gracias
Amigo Anónimo, soy el primero en lamentar no disponer de toda la información acerca del actor escogido para dedicarle una entrada. No dude ni por un momento que si hubiera tenido los datos que usted echa de menos, los habría proporcionado gustosísimo. Sucede, además, que este blog (como todos, por otra parte) ha ido haciéndose sobre la marcha y que, en el momento en que hice esta "romántica" entrada todavía no era uno tan exhaustivo como trata de serlo en la actualidad. Tengo que decir, con gran dolor de corazón, que otros actores, como el gran Goyo Lebrero, fueron tratados aún con más ligereza que José María Escuer. En fin, amigo Anónimo, por ser breve: que uno hace lo que puede. Y así y todo (añado), tengo la sospecha de ser, en el vasto mundo de internet, el más esforzado glosista de nuestros cómicos (para lo cual, es cierto, no hace falta matarse en el intento...)
"Solo ante el streaking" no es desafortunada. Es una película muy divertida y con un fondo moral. Y "El escándalo" (1964), "los gallos de la madrugada" y "Loca juventud" también son muy buenas.
Para mayor información:
Si no me equivoco, José María Escuer estaba casado con la también actriz Encarna Abad, otra excelente intérprete habitual de los "Estudios 1" de TVE. (Ignoro si ella vive o ha muerto.) Saludos.
Magnífico secretario judicial (hoy laj) de la serie de tve "Visto para sentencia", 1971; siempre bien vestido y con corbata (no como el "perroflauta" de la actualidad en la limia, con camiseta rota y sin peinar), haciendo combinación con el fiscal luque y con el teniente de la benemérita martínez carrión de la docuserie Stop.
Prototipo de secretarios judiciales de épocas bien mejores al nefasto sanchismo actual......
jose maria escuer: loca juventud, solo ante el streaking, visto para sentencia, don erre que erre
¿es difícil colar una denuncia falsa por abuso sexual infantil a la juez novel de xinzo de limia paula gonzález?
frank mushie asesinó al fiscal proctor
javier escrivá (fiscal luque)
don esteban buenadicha avezuela, competente secretario judicial de piedrahita
google imagenes "dignidad de varon"
jose maria garcia puente y llamas juez y fiscal de distrito
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