Lady Filstrup (3ª época)

Dedicado a la música ligera, actores españoles y tebeos de Bruguera (porque sí, porque rima).

Mi foto
Nombre:
Lugar: El Escorial, Madrid, Spain

jueves, marzo 19, 2009

¡Felicidades, don José!


¡Felicidades, don José!

...porque hoy es su santo. Y ¡lo que son las cosas! El regalo nos lo hace usted a nosotros y no al revés. Porque de regalo, y de los suntuosos, cabe calificar la edición de su libro de memorias, “Pepe Isbert. Mi vida artística” (Ediciones Nausícaä y Filmoteca de Albacete, 2009. Colección Las letras de la filmoteca, núm. 1).

De la edición original, publicada por Bruguera en mayo de 1969, muchos de los que amamos a don José, sólo teníamos referencias y unas ganas enormes de dar con ellas como quien encuentra un tesoro de valor incalculable. Por eso, porque felizmente se nos brinda la oportunidad de conocer mejor, a través de sus propias palabras, a alguien que, más que un actor más, incluso más que un actor de los más grandes, es un ser querido, hoy nos sentimos dichosos y agradecidos.

En el prólogo añadido a esta reedición actual, Javier Cámara, uno de los actores más populares del momento, recoge el sentir general al afirmar de don José que “Es el más nuestro de todos los actores españoles”. Y lo es, dice este burgo, porque nos ha emocionado con la risa y nos ha hecho reír con la desgracia. Nos ha hecho vivir tanto, que no podemos evitar quererle. Y queremos conocerle, leer el relato de su vida y descubrir su punto de vista sobre su singular arte y sobre todo lo que en su fecunda existencia halló digno de reseñar.

Desde 1885 hasta 1966 transcurre el largo y abigarrado periplo descrito en el libro de don José, ahora felizmente reeditado. Resulta difícil destacar un pasaje sobre otro, de tanto interés que atesoran todos ellos. Valga decir que en el libro sale lo más semejante al “TODO” del teatro y el cine españoles de esas ocho décadas. No obstante, y para desmentir la arraigada creencia de que José Isbert participó en todas las películas de la Historia del Cine Español, vaya a continuación la reproducción de una anécdota que consta en el libro, abriendo el capítulo titulado “Un año que llega...en coche”:

“-¡Cuánto le admiro, don José! ¡Permítame estrechar su mano! Me ha entusiasmado en “Los ojos dejan huella”

-En esa película no trabajo.

- ¡Ah, sí! Quería decir en “La mies es mucha”

- Pues tampoco trabajo.

- En... , en... “Locura de amor”

- Mala suerte. En esa no salgo.

- Entonces usted no es usted.

- Será eso.”

¡¡Las memorias de Pepe Isbert están disponibles! ¡Háganse con ellas, amigos, sumérjanse en su lectura y disfruten con la compañía de quien las recordó y de su hija María, que las redactó!

Etiquetas:

31 Comments:

Blogger Sr. Feliú said...

Estimado Burgomaestre:
Acertada reedición y oportuna reseña, de estas memorias de un don José que también fue Pepe.
Sé que a finales de los cuarenta del pasado siglo los Antonios del cine español se montaban una comida en La Bombilla con motivo de su onomástica. Tono Lara y Tony Román eran fijos.
No tengo constancia de que los Pepes hicieran lo mismo. Se habrían reunido tal día como hoy Pepe López Rubio, Orjas, Peliche Ozores, López Vázquez, José Nieto, José Prada y Sáenz de Heredia. En la prsidencia, por volumen, José Franco y Josefina Serratosa.
Además de las memorias de don José, estupendas por otro lado, a pesar de sus excesos antirrepublicanos y beatones, mi recomendación para hoy es:
Rafael Castellano
Pepe (Novela con interferencias)
Madrid, Taurus, 1955.
Sean buenos, Josefito Feliú

jueves, marzo 19, 2009  
Anonymous Anónimo said...

Tiene muy buena pinta ese libro, que si no es por este blog desconocería su existencia.
Gracias por la recomendación, a ver si me hago con él.

jueves, marzo 19, 2009  
Blogger Cronopio said...

Querido Burgomaestre:
Afortunada mi visita, me he reido un rato con la anécdota del final del artículo.
Buena noticia, la del libro del gran Pepe. Iremos a por él. Gracias

jueves, marzo 19, 2009  
Anonymous Anónimo said...

"Pepe" es novela, también, creo, de Tomás Salvador (Los atracadores, Cuerda de Presos)

jueves, marzo 19, 2009  
Blogger Los Burgomaestres said...

Pues sí, amigos, me llevé una gran alegría (por cierto, la noticia me la dio otro amigo de este weblog, un amable visitante anónimo)con la reedición de las memorias del inmenso José (Pepe) Isbert. Y bueno, a la reunión esa, admirado señor Felíu, de Pepes, no podrían faltar: José Sepúlveda (como esposo de la señora presidenta), José Sazatornil "Saza", Pepe Sancho, José María Caffarel, José María Escuer, Pepe Sacristán,José Truchado, María José Cantudo,José Manuel Martín, José Carabias, José Luis Coll, José Campos, José María Lado, José Bódalo, José María Rodero, y si se aceptan más directors, José María Elorrieta, José Luis Garci, José Luis Borau, José María Zabalza, José María Forqué, José Antonio Nieves Conde, y hasta Pepe Blanco, que me figuro que se encargaría de poner el cocidito para todos. Y bueno, todos lo que ustedes quieran añadir, que debe haber todavía una infinitud. ¡País de Pepes!

jueves, marzo 19, 2009  
Blogger Sr. Feliú said...

Un día, doña Elvira, señora de Isbert y madre de tres niñas y un niño que perpetúan el apellido del cómico, encuentra una foto de una provocativa exhibicionista.
Hay que especificar que, aunque no lo cuente en sus recuerdos Isbert fue un mujeriego notorio y, a decir de algunos, erotómano sibarítico, que en el momento del clímax amoroso derramaba unos pétalos de rosa en la espalda de su amante. Fin del paréntesis.
Doña Elvira descubre un día en el bolsillo del gabán de su marido una fotografía de esta odalisca con la dedicatoria: “A Pepe, de su Lulú”. Doña Elvira exige explicaciones. Pepe asegura no tener nada que ver con la señorita. Doña Elvira esgrime la prueba, se la planta bajo la nariz de porra. Isbert repara entonces en la letra. Revuelve cajones hasta dar con su coartada: una carta de su amigo Jacinto Benavente en la que doña Elvira comprueba que la letra es idéntica.
Lulú no era más que una broma de don Jacinto.
Suyo siempre, don Cotillo Feliú

sábado, marzo 21, 2009  
Blogger Los Burgomaestres said...

Sí, admirado Sr. Felíu, la estupenda anécdota figura recogida en el libro de memorias de don José. Pero sabiendo de sus aficiones, a las que usted alude en la primera parte de su comentario, uno no sabe si poner en duda su veracidad. aunque lo mismo, don Jacinto, quiso poner en un aprieto al casquivano cómico, quien, por otra parte, debía poner muy buen cuidado en que sus escarceos amorosos no dejaran huellas visibles en su indumentaria ni en su fisonomía. Es lo propio de los que casados promiscuos. O eso me figuro, claro... Al menos, eso he visto en las películas.

sábado, marzo 21, 2009  
Anonymous Anónimo said...

Más que un mujeriego o casquivano, que sí, claro, es que era un insistente pellizcante.

(O así las cronistas orales descríbenlo).

JC
--

domingo, marzo 22, 2009  
Blogger Los Burgomaestres said...

Para pellizcarse uno mismo, lo de mi Barça, maestro... (Y perdón por la cucharada culé).

domingo, marzo 22, 2009  
Anonymous Anónimo said...

Usted y sus monotemas... rencorosos.

JC

PS
Pero nosaltres insistimos: ya estamos a seis. Según nuestro amado Boludo..., a tres.
--

lunes, marzo 23, 2009  
Blogger Los Burgomaestres said...

Está bien, está bien. No volveré a mencionar al Barça hasta, por lo menos, dentro de quince días.
Y cambiando de tema: la última de Eastwood. A mi buen amigo y compañero burgo, el literato, no le ha gustado. A mí sí me gustó. Él adujo que el discurso pro-americano le molestaba y yo, en cambio, confieso que ni me enteré del tal discurso. Es que yo me dejo liar por los narradores. Me meto en el cuento, si está bien contado, y no reparo en que me están vendiendo alguna enciclopedia en tomos lujosamente encuadernados. No sé si es que soy un desprejuiciado o, directamente, un tonto (pongamos cándido, para no zaherirme en exceso).

lunes, marzo 23, 2009  
Blogger Joaquín Aldeguer said...

Muchas gracias por la recomendación, que en cuanto pueda me haré con ella... y casualmente en mi blog acabo de subir una caricatura de don José.
Amén.

martes, marzo 24, 2009  
Anonymous Anónimo said...

No sé...

Me sorprende, Burgo.

Lo que dice que dice el otro -gran- Burgo sobre Clint.

Lo digo por la obviedad más obvia: el personaje es un tema; el actor, otro.

Por lo demás... es la rimera vez que en el Cine de Hollywood se "defiende" (por denuncia paralela o como sea) el tema de los laosianos de la inmigración.

Amí me gustó; más que mucho (no "apoyo", eso sí, el rodaje de la muerte del héroe; me pareció confuso. Lo he repasado una y otra vez... -ventajas del dividí- y no lo "entiendo". Creo que algo pasó ahí aquel día).

---

No, compa, no le acepto que no hable de su Barça hasta dentro de dos semanas: o semos forofos -o fósforos, según- o no lo semos.

Es nuestro juego.

--

Ya que estoy aquí: una semanita de requiem llevamos: Pepe González, Casanovas, Puigmiquel, Vázquez de Parga...

Los de las viñetas, digo.

(De una u otra forma, todos ellos brugueriles).

JC
-----

martes, marzo 24, 2009  
Anonymous Anónimo said...

Sí, querido Don Jesús, que semana más bestia.

martes, marzo 24, 2009  
Blogger Los Burgomaestres said...

¡Vaya que sí! Y uno, en la inopia. Sólo me había enterado del fallecimiento del primero, del hacedor de Vampirellas. El viernes pasado ¿eh, Javier? mencionamos a Vázquez de Parga, a propósito de lo mal que estaba el pobre... En fin, amigos, nos dejan más, nos dejan menos...

martes, marzo 24, 2009  
Blogger Los Burgomaestres said...

Ah, y gracias por su comentario, amigo Joaquín. Nos alegra haberle sido de alguna utilidad.

martes, marzo 24, 2009  
Anonymous Anónimo said...

Sí, Juan Carlos, fue con Curtis Garland y con el editor de sus memorias que están ya a punto de salir de la imprenta. La verdad es que los periódicos prefieren las necros más chics, o más bizarras, y hasta las más snobs.

miércoles, marzo 25, 2009  
Anonymous Anónimo said...

Y ahora... los otros nuestros:

Ricard Salvat.

miércoles, marzo 25, 2009  
Blogger Los Burgomaestres said...

Uno: Y aquí reseñaremos el acontecimiento, Javier, que no en vano, Juan Gallardo fue actor antes que escritor. Y más que nada, persona bien querida por los burgomaestres...
Y dos: Sí, maestro, nos hemos enterado hoy del fallecimiento del director, dramaturgo, ensayista, historiador y profesor universitario de teatro, Ricard Salvat al cual no considero demasiado aventurado suponer que tuvo usted ocasión de tratar... Uno, en su ignorancia, reconoce no tener de su labor más que referencias, pero no cabe duda de que se trata de la pérdida de una figura relevante en la escena catalana.

jueves, marzo 26, 2009  
Anonymous Anónimo said...

Yo viví todo aquello de que si el Brecht de don Ricard no era el Brecht de Brecht... lo viví desde mi incipiente arranque en la profe.

No sé dónde, pero los tengo, todos sus libros los tengo.

Y estoy triste.

JC
--

jueves, marzo 26, 2009  
Blogger rafa said...

Uf, ya tengo el libro. Pero me da miedo empezarlo. Más que nada porque, cuanto antes lo haga, antes se acabará.

Suyos, raflan.

jueves, marzo 26, 2009  
Blogger Los Burgomaestres said...

Y nosotros entendemos su tristeza, maestro.
Amigo Raflan, a este burgo le pasa lo mismo. Después de hojearlo el día que lo compré, ahí se quedó el libro. El día que lo coja, empezará a acabarse y, claro, es una pena.

jueves, marzo 26, 2009  
Anonymous Anónimo said...

Creo que al Boyero... no le gustó.

http://www.elpais.com/articulo/cine/prescindibles/memorias/actor/imprescindible/elpepuculcin/20090327elpepicin_3/Tes

JC
--

viernes, marzo 27, 2009  
Blogger Los Burgomaestres said...

Pues peor para él, maestro. Uno ¿qué quiere que le diga? no pide, ni espera, nada más, ni nada menos, que, mientras lee sus recuerdos, estar en compañía de Pepe Isbert. Algo que considero todo un honor. Difícilmente tendría la misma sensación si tuviera que leer las memorias del señor Boyero.

viernes, marzo 27, 2009  
Blogger Sr. Feliú said...

Leído el artículo en cuestión.
Lo que a uno le chirría, a Boyero le revienta. Es muy dueño.
Por torpes que fueran las memorias -que no es el caso- el testimonio en primera persona de alguien que ha pasado más de cincuenta años de cara al público y que ha tratado a toda la profesión jamás, jamás, es prescindible.
Nuestras opiniones sí lo son, don Superfluo Feliú

sábado, marzo 28, 2009  
Blogger Los Burgomaestres said...

Coincido plenamente con usted, admirado señor Felíu. En mi opinión, los críticos incurren con demasiada frecuencia en el error de la descalificación gratuita o, como mínimo, injustificada. A menudo condenan la totalidad de una obra por el disgusto que les supone una mera parte de ella. En el presente caso, Boyero ignora a conciencia el valor testimonial, incomparable, del libro, por atender a escrúpulos de damisela. ¿Es que es incapaz de observar hechos y comportamientos del pasado con la debida perspectiva? Es imposible juzgar careciendo de la debida capacidad de comprensión. Y Boyero demuestra que no entiende nada. Insito: allá él.

domingo, marzo 29, 2009  
Anonymous Anónimo said...

Boyero es un cretino que no sé a santo de qué fichó El País. Sus comentarios (enmarcados en el sumario, para más inri) son una descomunal falta de respeto a Pepe Isbert y a su hija. Como si estuviéramos hablando de memorias de calidad literaria.¿Cómo se puede ser tan simple y mezquino?

martes, marzo 31, 2009  
Blogger Los Burgomaestres said...

¡Hombre, amigo anónimo, le ruego que no se exalte! El señor Boyero tiene derecho a expresarse y a ejercer su oficio de crítico como mejor sepa o pueda. Y nosotros a despreciar su crítica (o a apreciarla en lo que vale, que es lo mismo). Sonría, por favor. Piense que por muchas críticas que el señor Boyero acumule y por muchos palos que reparta, nunca se elevará por encima del nivel del crítico. O sea, no mucho.
En el presente caso digamos, simplemente, que se ha equivocado.

miércoles, abril 01, 2009  
Blogger Joaquín Aldeguer said...

Terrible me parece el artículo del tal Boyero.... si ni siquiera se sabe la letra de la canción, no se me ocurre más que añadir pero quería hacer patente mi indignación que no es poca.

En cuando pueda haré lo posible por conseguir el libro.

viernes, abril 03, 2009  
Blogger Los Burgomaestres said...

¡Bueno, ya está, ya han conseguido ustedes que al fin me lea el artículo-reseña de Carlos Boyero! Pues nada, muy bien. Me resulta hasta cómica la posición del crítico que prefiere ignorar o desconocer, en lugar de ampliar sus conocimientos. Uno, que no es crítico, ni tiene ganas de serlo, siempre ha pensado que lo mejor es aprender, alcanzar el conocimiento de las cosas. De ahí que el libro de Pepe Isbert es para quien esto escribe una fuente de conocimiento valiosísima, precisamente porque me permite saber más (y de primera mano) acerca del actor al que admiro. No tengo porqué estar de acuerdo con él en nada, porque como no soy crítico (ni ganas tengo de serlo)puedo admitir que los demás tengan sus propias ideas y que éstas sean hasta opuestas a las mías. Puedo entender que todos podemos estar equivocados hasta en nuestras más firmes convicciones (a veces, es en lo que más errados andamos)y eso me permite leer los libros de memorias de la gente que me interesa sin que se me caigan de las manos. Basta con tener el pulso firme y la mente abierta, y no como los críticos.

sábado, abril 04, 2009  
Anonymous Anónimo said...

Boyero, como buen crítico, es un imbécil. Nos dice que José Isbert "interpretó mucho cine cochambroso, tan subdesarrollado como la época y el ambiente que lo engendraba[n], folklore impresentable y ternurismo barato", lo cual demuestra que este individuo, que por lo que leo es mucho más joven que yo (y que Isbert, por supuesto) no conoce ese cine ni esa época ni por el forro.

Y luego se muestra "generosísimo" cuando dice que "Isbert tiene todo su derecho a considerar como la encarnación del mal a las hordas republicanas [Nota: los que vivimos aquella época sabemos que esas hordas no eran "republicanas", sino rojas, y que, en efecto, eran la propia encarnación de Satanás] o proclamar su infinita emoción cuando estrechó la mano de su Caudillo [el muy cretino lo escribe con "c" minúscula, como buen antifranquista "de toda la vida"]." Pero se queda ahí; no nos dice nada más de por qué no le han gustado esas memorias, lo que demuestra que lo que le pica es precisamente eso: el aspecto político. Si Isbert se hubiera mostrado favorable a la nefasta Segunda República y al bando rojo (a los que él SÍ conoció, no como el señor Boyero), ahora el crítico diría que esta autobiografía es una obra maestra.

¡Qué vergüenza de críticos nos toca padecer, Dios mío! Menos mal que un día u otro se perderán en el olvido.

lunes, agosto 08, 2011  

Publicar un comentario

<< Home