De utilidad pública
A Vázquez se le pueden achacar muchos defectos. Todo el mundo los tiene y los genios no son una excepción a esa regla. Tal vez fuera informal, y hasta un poco sinvergüenza, pero lo que no se puede reprochar a Vázquez es que no sintiera preocupación por el bienestar de sus semejantes. No, al menos después de leer la historieta que presento aquí, un verdadero tratado práctico para vivir en la sociedad occidental, una guía para la supervivencia entre prójimos ávidos de echar mano a nuestros escasos ingresos.
Corre el año 1963, Vázquez domina a su antojo hasta el último resorte de la comicidad gráfica y exprime sin dificultad hasta la última gota del néctar del humor que destila su tintero. Toma como protagonista a un Rosendo Cebolleta que le hace horas extras y llena con él la doble página central del número 1 del renovado Can Can, una revista humorística que Bruguera lanzó en 1958 para hacerle la puñeta al Tio Vivo de los díscolos Conti, Cifré, Peñarroya y Escobar. En esta sucesión de refrescantes viñetas, trazadas con el desparpajo del que es capaz de hacer historietas hasta dormido o soñando despierto, podemos deleitarnos con un fantástico despliege de expresividad gráfica. En este sentido, la primera viñeta, alegoría de la sufriente existencia del pacífico pagano, resignado a su negra suerte, o las tres siguientes, en las que el protagonista semeja un muñeco desmembrado, sufre la deserción de un corazón que toma las de Villadiego y aloja en su estómago un gato furioso, son ejemplos antológicos.
La sucesión de aciertos estilísticos es tal que casi hace olvidar la gracia que mana del fondo de la historieta. Vázquez, con su mejor voluntad, se erige en mentor del lector y nos ofrece su particular visión del mundo. Una visión que no se limitaba, como sabemos, al terreno de la mera teoría, sino que experimentó en primera persona con absoluta convicción y hasta sus últimas consecuencias.
Nota: Compañero burgomaestre, no vayas a pensar que he colgado esto aquí hoy como un intento de darme algún tipo de cobertura para no pagar las cervezas del próximo sábado. Esto son coincidencias que pasan...¿No has oído hablar de las coincidencias?
Nota 2: En el mismo Can Can número uno (segunda época), publicado el 21 de octubre de 1963, aparecían varios textos de Armando Matías Guiu. Reproduzco aquí uno de ellos porque me ha llamado la atención que una tercera parte, al menos, de su contenido está copiada de Enrique Jardiel Poncela y porque si admiro mucho a uno, admiro aún más al otro y porque las cosas son así, como son. Lo de Jardiel aparece en "El libro del convaleciente", concretamente está tomado de "Reglas para adivinar el carácter de las personas de una sola mirada" y de "Frases célebres que no se han escrito nunca de la garganta de las mujeres", escritos que fueron publicados por primera vez en el semanario "Buen Humor" en 1927 y 1928.
6 Comments:
Ah, la conexión Bruguera-Jardiel, también pasa por Vázquez. En su infancia, el dibujante trató al escritor; pero no sé precisar más. ¿Algún amigo puede, porfa?
Una curiosidad: el "sistema cerebral" del personaje de Vazquez me recuerda muchísimo al último sketch de "Todo lo que usted quiso saber sobre el sexo..." de Woody Allen, que es de 1972. Sí, Vazquez fue todo un genio.
Mi buen amigo epifanio, sería suficiente tarea y suficientemente interesante estar aquí demostrando con uno y otro ejemplo que Vázquez era todo un genio. Y algo de eso nos proponemos hacer los burgos.
Compañero burgomaestre ¿cómo no me habías contado eso de Vázquez y Jardiel? ¡Casi me da un soponcio al leerlo!!!
Eso de la conexión entre los mundos jardeliano y brugueresco abre un campo de suculentas posibilidades...
Me ha traído a la memoria una versión de "Usted tiene ojos de mujer fatal" que vi hace tres o cuatro años (por cierto que con escenografía del excelso Mingote) en la que el mayordomo, uno de los personajes protagonistas de la obra, al cuadrarse ante el señor adoptaba la postura arquetípica del mayordomo brugueriano: pecho exageradamente sacado curvando la espalda, brazos y cabeza echados hacia atrás... ¡quizá el director de la función es "uno de los nuestros"!
Oigan, y a mí que viendo ésto me parece que Vázquez es el precursor hasta de los dibujos animados de "Érase una vez la vida".
¡Qué genio, Señor, qué genio!
Bueno, bueno. Rastrear el origen de cada gag puede ser una tarea apasionante, sin duda, pero que desborda totalmente la capacidad de un burgomaestre pequeñito como yo. No duden que entre mi compañero y un servidor iremos subiendo cosas, y a fuerza de subir cosas, algo caerá. Vamos, digo yo. Gracias por los comentarios (y no es una fórmula de cortesía, que conste).
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