Este domingo, visitamos una exposición

Debió producirse hace algún tiempo, allá por el mes de junio de 1958, pero ello no es obstáculo para que hoy mismo nos plantemos acompañando a Lolita y Enrique (que se van a casar, lo muy inconscientes), en la galería donde los dibujantes de Tio Vivo expusieron sus obras en aquel lejano tiempo. Podremos hacernos la ilusión de conocerlos en persona y hasta de comprarles un cuadro.

Aquí nos gusta mostrar a los creadores de nuestras amadas viñetas tan a menudo como podemos y, en esta ocasión, con la peculiaridad de que podemos verles haciendo algo diferente de lo habitual. Lo más frecuente es que se dibujen a sí mismos en su mesa de trabajo dialogando con sus personajes, por eso esta historieta tiene ese interés añadido de mostrar a Cifré y a Escobar haciendo las funciones de presentadores de su obra ante el público asistente y de interaccionar con personajes ajenos. Al bueno de Enrique, su intento de ahorrar unos dineros le sale caro, mientras que nosotros podemos disfrutar de estas viñetas, extraídas del Tio Vivo número 52, completamente gratis.

Eugenio Giner, que empezó trabajando allá por 1939, siendo poco más que un crío, en diversas tareas para la editorial Bruguera antes de dibujar para ella, contribuyó con "Lolita y Enrique se van a casar" a la libérrima aventura extra-Bruguera del Tio Vivo. Una serie que se ubicaba gráficamente en la linea más realista que la de sus compañeros de fuga (propia del dibujante, recordemos "El inspector Dan") y temáticamente cercana a otras series de jóvenes parejas, tales como "Matildita y Anacleto, un matrimonio completo" (DDT, previa) o "Maripili y Gustavito, todavía sin pisito" (Can Can, inmediatamente posterior) ambas de Nadal, o "Mari Pili y Leopoldino, un matrimonio muy fino" (Din Dan, posterior), de Iñigo. Eran series que se aproximaban más al mundo real de lo que solían hacer la mayoría de las historietas, aunque sin duda, aliñadas con un buen chorro de idealización altamente concentrada (la pareja media de españolitos, forzoso es decirlo, no solía tener tan buena planta, ni vestía tan bien, las cosas como son). Por cierto, que de todas estas parejitas, tendremos aquí alguna tarjeta de visita.

PD: A este burgomaestre no le cabe duda de que la historieta es fiel testimonio de un hecho real. Sería interesante poder rastrear esas críticas a las que se refiere el personaje de Giner en las hemerotecas. A ver si eran tan buenas (que seguro que sí).
PD2: El tebeo en cuestión es el número 52 de Tio Vivo, publicado el 25 de junio de 1958.