Una vida confortable
Jorge merecería pasar a la Historia simplemente por ser el creador de Doña Urraca. Pero la hondura de su legado no se limita a ello. En las páginas del DDT encontró cobijo para "Doña Filo y sus hermanas, señoras bastante llanas" serie en la que retrataba con acierto a una trinidad de hermanas solteronas (en cierto modo, tres "urracas") que se desenvolvían en la España desoladora de los años cincuenta.
Como muestra he escogido esta historieta del número 404 (publicada el 9 de febrero de 1959) en la que la visión de una sociedad casi mísera se ejemplifica en una anécdota que hoy, que vivimos inmersos en el reino del consumo obligatorio y del confort como necesidad, puede resultar increíble.
Filomena y sus hermanas no poseen casi nada, aparte de sus oscuros ropajes y sus horquillas para cogerse los moños. El hecho de disfrutar de una bolsa de agua caliente (prestada por una vecina) es para ellas un tentador objeto de deseo. No dudan en emplear la violencia física para imponerse, perdido todo decoro. Cuando una de ellas consigue apoderarse del humilde calefactor, asegura con expresión algo ida que "dormirá como una princesa etrusca". Finalmente, la vecina, apenas un poco menos pobre que ellas, interviene para recuperar su valiosa posesión, ante la enfermedad del esposo. Las tres hermanas tendrán que acostarse en sus gélidos lechos y olvidarse del calorcito anhelado... Toda una parábola peripatética de la miseria más acendrada, siempre oportuna en estos tiempos de excesos en que vivimos.
En un escenario prácticamente desprovisto de elementos, estas tres mujeres, a veces parecen ancianas vencidas por la vida y el tiempo, y otras, niñas que disponen de una vida de juegos por delante. Juntas, atrapadas en su rancia existencia de seriales lacrimógenos y privaciones, conviven soportándose unas veces, detestándose otras pero queriéndose, no obstante, siempre. El suyo es un cariño obligatorio, marcado por la necesidades, pero, en última instancia ¿cuál no lo es?
La relación existente entre estas tres hermanas está cuidadosamente mostrada por Jorge a través de sus expresiones (y muy descuidadamente en otros aspectos que luego detallaré). Sus constantes reyertas siempre se producen por nimiedades, como si no tuvieran más remedio que ser ahorrativas hasta en los pleitos caseros. La hermana dominante, Cleo, ejerce su precaria autoridad no sin dificultades, intentando imponer su criterio (basado en la tacañería) afirmándose a sí misma, como medio de supervivencia. Las hermanas sometidas, Filo y Pitusa, se rebelan cotidianamente contra el temor que las sojuzga.
Basta contemplar cualquiera de estas viñetas para alcanzar a comprender la extraordinaria maestría que Jorge había alcanzado en el dominio de su arte. Los "monos" de Jorge viven dominados por intensísimas emociones que en ocasiones les superan, llegando al colapso nervioso. La expresividad lograda es tal y de tal fuerza que los personajes "jorgianos" pueden sentir con una calidad que no está al alcance de los personajes de otros dibujantes, porque son hipersensibles.
Tratándose de Miguel Bernet Toledano, Jorge, toda su producción tiene un enorme interés. En general, me pregunto: ¿Cabe hablar de personajes menores cuando nos referimos a la obra de grandes creadores? La pregunta resulta retórica si hablamos en términos relativos, pero, en términos absolutos, puede afirmarse que de un gran autor no cabe esperar que produzca personajes desdeñables. Si Doña Filo no es Doña Urraca, si Campeonio no es Sir Tim, si el Sheriff Chiquito no es el Doctor Cataplasma, no se debe a una inferioridad de casta o clase, sino, fundamentalmente, a una menor repercusión popular, al capricho del favor del público. Estos burgomaestres no distinguen entre personajes sin éxito o con él, y si acaso lo hacen, es para preferir a los primeros.
Nota: El descuido al que me refería antes no deja de ser una anécdota curiosísima. Sea por inexplicable despiste del autor, sea por insistente impericia de las personas encargadas de rotular las páginas ( y me inclino a apostar por la primera opción) las tres hermanas intercambiaron sus nombres de forma harto incomprensible desde su primera aparición en el DDT número 400 y siguientes. Aquí he subido muestras de algunas viñetas de los números 400 y de los 417 y 418. Pero la cosa requiere mayor explicación: En el primer número, el 400, Filo era la hermana bajita, para luego, en el número 402, cambiar el nombre por Pitusa. Aquí nos enteramos de que la hermana de pelo claro se llama Cleo. Mientras tanto, Filo ha pasado a ser la otra hermana con gafas, en el número 401. En el 403 sospechamos que nadie se llama Filo. En el 404 nadie se llama de ninguna manera. El 405, no lo tengo. En el 406, la que creemos Cleo llama Filo a la que creemos Filo, pero unas viñetas después, la que creíamos Filo le habla a Pituca (o Pitusa, que de las dos maneras se la llama) de Filo, con lo que suponemos que ni Filo es Filo, ni Cleo es Cleo. En el 409, la única que tiene un nombre es la que creíamos Cleo, con lo que va afianzándose la del pelo claro en el uso de ese apelativo...Y así, hasta el número 417 , en el que ya me di por vencido cuando leí que la hermana a la que habíamos adjudicado el nombre de Filo llama Cleo a la que había sido sucesivamente Filo y Pitusa (o sea, a la bajita), con lo que Filo pasaba a ser Pitusa, a su vez. En el 418, Cleo volvía a llamar Filo a Filo y se volvía, aparentemente de forma definitiva, turuta.
9 Comments:
Total, que queda claro al final que Filo es Filo, Cleo es Cleo y Pituca es Pitusa...
Por cierto, se me ocurre pensar hasta donde hubiesen podido llegar Jorge o Cifré si no hubiesen fallecido de forma tan prematura. Nos hubiésemos perdido a la Urraca de Schmidt, sí, pero nunca se sabe lo que hubiesen creado estos genios en los setenta.
Hola, amigo Gordito Relleno soy el otro burgomaestre, pero al ver que pasaba por aquí me he dicho, vamos a saludarle... Yo andao todavía gesticulando como u n sonámbulo y pronunciando Cleo, Filo, Pituca.., pero no me aclaro, no. En fin. ¡Ah!, ¿para cuando otra portada en su blog? ¡¡¡Estamos esperandooo!!!
Ogual lo hacía adrede.
Lo de cambiar los bombres, digo.
Como en el fondo eran reflejos de sus propias tías a las que odiaba...
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Uno de los burgomaestres dijo: "¿para cuando otra portada en su blog? ¡¡¡Estamos esperandooo!!!"
Gordito Relleno contesta:
Es que mi blog lo hace un tal Pepón, cuñado de Alcorcón...¿Lo conocen?
He intentado subir algunas imágenes pero me da error. Seguiré peleando.
Pues mire usted, don Jesús, que yo ya barruntaba que a estas señoras, Jorge las debía conocer, porque imaginarse estos "tipos", así, sin una referencia, me parecía casi imposible. Gracias por la información, maestro.
En cuanto a lo que comentas, amigo Gordito, pues ¿qué decirte? sino que, efectivamente, es una lástima que no pudieran continuar ofreciéndonos su trabajo tanto Jorge como Cifré. Seguro que todavía tenían mucho que regalarnos. Sus pérdidas son de las que cabe calificar así con toda justicia: pérdidas. Sigue perseverando con el blog, que el que persevera, asevera.
Lo dice ahí, en la entrada atlántica "Jorge":
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Jorge (Miguel Bernet Toledano). Barcelona (Catalunya), 1921-1960. Dibujante / Guionista.
De la dinastía de los Bernet (hermano de Juan Bernet Toledano y padre de Jordi Bernet), se inició en el llamado dibujo serio (hacia 1942, y en los seriales de los sellos barceloneses Ameller y Grafidea), pero se desvíó, por suerte, hacia el humor.
Autor soberbio –de genialidad camuflada incluso en su mejor época– que fue diluyendo su hastío entre censuras oficiales y cortapisas industriales.
Lúcido y agresivo, ácido y sarcástico –premeditadamente cruel en la serie "Doña Filo y sus hermanas", contra sus propias tías carnales–; aburrido de todo y de todos, pasó a la historia por la creación de "Doña Urraca" (1948), el personaje más sincero de toda la Historieta española, y su éxito eclipsó a "Melindro Gutiérrez", a "Leovigildo Viruta", a "Sinforino" y a otro puñado de idiotas y mamelucos que Jorge fue desmenuzando con paciencia y a conciencia.
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Muchas gracias, don Jesús, por incluir este documento preclaro y certerísimo. Aquí vamos a ver mucho a Jorge. Palabra.
Lo apoyo, palabra.
"Lúcido y agresivo, ácido y sarcástico –premeditadamente cruel"
Le va que ni pintado a Jorge... Además de lascivo por dibujar aquella mexicana con libidinosas trenzas que le censuraron en una ocasión.
Siempre me ha impresionado la historia de su hijo Bernet, que cuando murió Jorge hubo de seguir dibujando a Doña Urraca con sólo 16 añitos para mantener algún ingreso en casa.
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