Girls, girls, girls

Van los de Pulgarcito y le encargan el curso de dibujo para chavales a su mejor dibujante, que entonces era Cifré, y lo primero que Cifré les enseña es a ¡¡dibujar señoritas!! En Pulgarcito, cuando se dibujaban señoritas, el lector se quedaba embelesado delante de una chica Peña, y de una chica Cifré, y de una chica Nadal, y de una chica Vázquez, entre otras. Pulgarcito era una revista de humor que cuando les enseñaba a los niños a dibujar señoritas, les explicaba que a las señoritas no se las caricaturiza, sino que se las estiliza. Claro que hay algo de donjuanismo y de mundo galante en todo esto, e incluso de supervivencia de la especie, o de la raza; pero lo que más palpita aquí, me parece, es una clara y elegante toma de partido por el humor. Viendo estos Pulgarcitos, lo primero que aprende uno es que cuando toca caricaturizar a la Bella y a la Bestia, quien acaba caricturizada es, por supuesto, la Bestia. La Bestia no lo es por fea, sino porque lleva todas las de perder. Y lo segundo que se aprende, o se intuye, repasando el elenco de las chicas Bruguera, es que Ibáñez va a estar siempre del lado de la Bestia, quizá porque no ha sabido entender a la Bella. Ibáñez nunca va a dibujar chicas estilizadas, ni intentándolo, sino, tías buenorras y esto ya hacia lo más reciente de su carrera. A Ibáñez, incluso en lo de las mujeres, le interesa más la anécdota que la lírica. Por decirlo en su idioma, prefiere el bocata de mortadela al puntito acharolado y un poco cursi del caviar. A Ibáñez, cuando se pone en plan fino, lo que le sale es un poco de pegamento y otro poco de Pepsicola, pero, esto, ya se ha dicho por ahí, resulta que es importado. (Ah, esta primera entrega de la sección "Atrévete a dibujar" que hizo Cifré procede del Pulgarcito núm. 1.130, año XXXII, con planchas en las que se lee el año de 1952. Y requeteah, que no viene al caso, pero... ¡¡¡cómo le gustan Los Suaves a este burgomaestre!!!)