Despedida para un galán duro: Daniel Martín
En aquella Barcelona a la que sorprendió una inesperada y copiosa nevada en 1962, José Martínez Martínez, con su nombre artístico de Daniel Martín, fue Rafael, el enamorado de la Juana (Sara Lezana) en “Los Tarantos”, el clásico del cine español que, trasladando magistralmente por el cineasta Rovira-Beleta los amores trágicos de los shakespeareanos Romeo y Julieta y de sus trasuntos danzantes del moderno West Side neoyorquino a la realidad de la comunidad gitana de Barcelona, alcanzó la distinción de una nominación al Óscar a la mejor rodada en lengua extranjera de 1962. De este modo, compartiendo pantalla y andanzas con los brillantes bailarines Antonio Gades y Carmen Amaya, el joven intérprete, que ya habia debutado en el cine un año antes interpretando un pequeño papel en otro film dirigido por otro barcelonés, “Las hijas del Cid”, de Miguel Iglesias (donde coincidió, por cierto, con nuestro recordado Fernando Cebrián), entró desde un buen principio de su carrera, en la historia del cine. Ayer mismo, supimos de su fallecimiento, el pasado lunes, 28 de septiembre de 2009, en su residencia habitual, el hotel “Las Truchas”, en la localidad zaragozana de Nuévalos, a los 74 años de edad, víctima de una enfermedad fulminante que segó su vida.
José Martínez Martínez había nacido en Cartagena, Murcia, el 12 de mayo de 1935. Formado académica y artísticamente en la Ciudad Condal, tanto su talento como su buena planta le abrieron las puertas de acceso al cine a comienzos de los años sesenta, medio en el que desarrolló primordialmente su labor de actor, con incursiones puntuales en el televisivo, las cuales se prolongaron en el tiempo hasta las postrimerías de la década de los años noventa.
El físico poderoso y su masculina apostura permitieron a Daniel Martín actuar con solvencia en un gran número de westerns (o en su versión hispánica, las películas de bandoleros) rodados en la década de los años sesenta (y primeros años de la década siguiente) en España, siendo una presencia habitual en ellos, ocupando por lo general un lugar destacado en el reparto, en condiciones, muchas veces, de co-protagonista. Sus prestaciones como intérprete del género western le permitieron lucirse en títulos como “Gringo” (Ricardo Blasco, 1963), que, en presencia de la folklórica Mikaela –una habitual en las películas firmadas por Blasco- volvía a reunirle con Sara Lezana; en la fundacional “Por un puñado de dólares”(Sergio Leone, 1964), adaptación al western del films de samurais de Akira Kurosawa “Yojimbo”, germen, como es sabido, de una corriente que reinventaría el género más genuino del cine; también en “La ley del forastero” (Roy Rowland, 1965), oscura coproducción con Alemania muy mal estrenada; en “El último mohicano” (Harald Reinl, 1965), coproducción multilateral de Balcázar con empresas alemanas e italianas en la que Daniel Martín corría a cargo del papel protagónico del indígena norteamericano Uncas creado por Fenimore Cooper; que conocería una continuación en “Uncas, el fin de una raza” (Mateo Cano, 1965); lo mismo que en “El sol bajo la tierra” (Aldo Florio, 1971), nueva coproducción con el país transalpino que contaba, en su parte española del elenco, con la estimulante belleza de Charo López y con las sólidas actuaciones de los ilustres Eduardo Fajardo, José Nieto y José Calvo. Ya en la década de los setenta, Daniel Martín continúa participando en el género western obteniendo un papel en “Demasiados muertos para Tex” (George Martin, 1971), una de las esforzadas empresas del otrora gimnasta Francisco Martínez Celeiro (subcampeón de España de gimnasia olímpica, por más señas, que se libró, por cierto, del fatal accidente que acabó con la vida de Joaquín Blume por un escaso margen del azar), que no sólo dirigió y produjo el film, sino que también lo escribió, lo protagonizó y lo distribuyó. También se le encuentra en la ambiciosa e internacional “El hombre de Río Malo” (Eugenio Martín, 1971), que contaba en su reparto con estrellas del calibre de James Mason o Lee Van Cleef, y en “Judas…¡toma tus monedas!” (Pedro L. Ramírez, 1972), “La caza del oro” (Juan Bosch, 1972), “El retorno de Clint el solitario” (Alfonso Balcázar, 1972), o “Los locos del oro negro” (Enzo Girolami, 1973).
Encuadrables en un terreno muy cercano a estas muestras del western europeo, a Daniel Martín se le ofrecieron roles en diversas películas igualmente de intenciones escapistas, como la solvente y resultona “Las Vegas 500 millones” (1968), de Antonio Isasi Isasmendi; la dinámica “Golpe de mano”, de José Antonio de la Loma; la chapucera cinta sobre gangterismo (con versión “ligera de ropa” para el extranjero) “La banda de los tres crisantemos” (1969), del experimentado Ignacio F. Iquino; la basada en un argumento del novelista de pulp Miguel Oliveros Tovar (Keith Luger), “Los fríos senderos del crimen” (1972), de Carlos Aured; el film policíaco italiano en su variante de denuncia “La policía detiene, la ley juzga” (1973), que dirigió Enzo G. Castellari; las terroríficas “La tumba de la isla maldita”, de Julio Salvador, y “La endemoniada”, de Amando d’Ossorio (ambas producidas en 1973, uno de los últimos años del auge del género en España); o las dos películas de aventuras jacklondonianas en las que le dirigió el luego tan popular por su especialización en el “gore”, Lucio Fulci: “Colmillo blanco”(1973) y “La carrera del oro”(1974). La decadencia de la producción del cine de consumo (ese mismo al que por desgracia hubimos de referirnos hace sólo una semana con motivo del fallecimiento de Víctor Israel) hace que con simultaneidad al transcurso del periodo de la Transición Política, escaseen las ofertas de trabajo en la pantalla grande para Daniel Martín. Los últimos títulos de su filmografía certifican el final de un modo de entender la producción cinematográfica y algunos de ellos suponen una especie de revisión nostálgica del “cine de programa doble”, como “Misterio en la isla de los monstruos”, de Juan Piquer Simón, mientras que otros son concesiones a la “comedia con picardía”, como “Los casados y la menor”, de Julio Coll (1975), a la “ola de erotismo que nos invade”, como “Esposa y amante”, de Angelino Fons (1976), o a la coyuntura social, como la interesante “Cambio de sexo”, de Vicente Aranda (1976). Asociando su figura a la de artistas tan populares como la mismísima Pepa Flores en “Las cuatro bodas de Marisol” (Luis Lucia, 1967), o los Hermanos Calatrava, en “Makarras conexión” (dirigida por la misma pareja de hermanos en1976), Daniel Martín tuvo pocas ocasiones para refrendar las posibilidades que, como protagonista de un film con ambición artística, había mostrado en “Los Tarantos”, pero paralelamente a su participación en rodajes destinados a servir al público películas sin otra intención que la de procurarles un rato de distracción, fue un actor requerido por directores con pretensiones artísticas. Así, en 1964 ya tuvo oportunidad de actuar en “Los felices 60”, muestra de los interesantes comienzos de la andadura profesional de Jaime Camino. Igualmente, en el meritorio largometraje de debut de Angelino Fons, la memorable “La busca” (1967), adaptación de la obra de Pío Baroja, Daniel Martín incorporaba uno de los roles principales, el de “Vidal”, en una nueva ocasión que volvía a reunirle con Sara Lezana. Rovira Beleta, que le había dado su primera y mejor oportunidad, volvía a confiar en él para darle el papel de “Martín”, protagonista masculino de la atmosférica y “bergmaniana” adaptación de Alejandro Casona “La dama del alba” (1965), junto a la joven francesa Juliette Vellard y a la mítica dama mexicana Dolores del Río.
Los últimos años de su vida profesional le brindaron a Daniel Martín pocas oportunidades de lucimiento. La mala copia de “Terciopelo azul” (David Lynch, 1986) que fue “Malaventura” (1988) de Manuel Gutiérrez Aragón, o la desafortunada continuación de “Los Tarantos” que fue “Montoyas y Tarantos”(1989), del ya muy anciano Vicente Escrivá, no invitan a renovar las ilusiones de un actor maduro, como tampoco nos parece que aportaran demasiado a su carrera sus participaciones en series televisivas como “Petra Delicado”, “Médico de familia” o “Este es mi barrio”, más allá de proporcionar la necesaria actividad a alguien que empezó su carrera con el fulgor de un éxito internacional y, al tiempo, un clásico de nuestro cine. Retirado en el negocio familiar en el que le encontró la muerte, Daniel Martín, en el sosiego de Nuévalos (Zaragoza), localidad cercana al conocido “Monasterio de Piedra”, tuvo tiempo para volver a ser José Martínez Martínez y, sin dar la espalda a su pasado (fue miembro activísimo de la AISGE – Artistas e Intérpretes, Sociedad de Gestión- desde 1996) para reflexionar con calma sobre el milagro que siempre ha supuesto hacer cine en España, o sobre lo efímero que es el paso de la gloria, o, repasando su trayectoria fílmica, sobre la importancia que reviste en el cine lo banal y lo ligero y lo intrascendente que resulta, al fin, lo profundo.
Etiquetas: actualidad
83 Comments:
This is too close on the heels of Victor Israel's death. This is very hard to take. RIP.
Thanks for your comment, friend Tom B. I'm really sorry for have so bad news for you. But, in fact, we must say goodbye to people who go away, isn't?.
Diga usted que sí, buen Burgomaestre. Estupenda glosa y un completísimo repaso a la carrera de don José (alias Daniel). Mucho más allá del obituario de circunstancias que le pudieran dedicar en cualquier medio y por lo que siempre merece la pena visitar esta su casa.
Su rendido admirador, don Serapio Feliú
Y yo siempre le agradezco sus visitas, que honran este modestísimo weblog, Máster Felíu.
PD: que conste que estas necrológicas las hago con cierta premura y que me dan su punto de coraje por lo que tienen de luctuosas (obviamente), pero también por que siempre me resultan insuficientes. Pero al ritmo que hago los monográficos... no hay tiempo para más. Y no son excusas, es la realidad.
Tablón de anuncios
Con permiso del amable Burgomaestre les dejo acá una noticia que acaso sea de su interés:
El Círculo de Bellas Artes dedica un ciclo durante el mes de noviembre a los “Actores Secundarios del Cine Español”.
El ciclo incluye clásicos de los repartos corales como Así es Madrid, Atraco a las tres, Bienvenido, mister Marshall o Los ladrones somos gente honrada; títulos imprescindibles con importante presencia de los más granado del secundariado español, como Carne de horca, Cómicos, Domingo de carnaval, El love feroz y Justino, un asesino de la tercera edad; películas que son como recitales de actores de reparto, como Valeriano León y Antonio Riquelme en La lupa, Antonio Vico en Mi tío Jacinto, Luis Ciges en El milagro de P. Tinto, y Gila en El hombre que viajaba despacito; varios Berlangas y Nevilles de la época dorada; y la posibilidad de recuperar en cine dos títulos semiclandestinos de la filmografía del maestro Fernán-Gómez: El mundo sigue y Bruja, más que bruja.
Pone la guinda un documental sobre el actor Carlos Lucas.
Aquí tienen el programa completo:
http://www.circulobellasartes.com/ag_cine.php?ele=241
¡Jospa, el Lucas!
Quien empezó en aquella casi joya imcomprendida, "El inquilino".
(A pesar del Pérez Lzoano, padre de familia numerosa y tal).
JC
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¡¡Todo un programazo, admirado señor Felíu, sí señor, el cual no puedo dejar de aplaudir a rabiar!!! Y cerrado con un broche digno de tal despliegue. Bien por el Círculo y bien por usted, por contárnoslo (y por alguna cosa más...). De las citadas, no he tenido oportunidad de ver ni "Bruja, más que bruja" ni "La lupa". Especialmente la segunda, intuyo que me haría feliz verla.
PD:Algo que quería decir del bueno de Daniel Martín, a modo de comentario, y como consumidor habitual de tebeos: ¿No les parece que habría sido un estupendo Capitán Trueno, allá por 1965?
Como tantos actores Carlos Lucas nació en un escenario pero para meter la cabeza en el cine se pegó quince años de figurante. De entonces son sus intervenciones en "El inquilino", "El tigre de Chamberí" y "Pescando millones".
Fue de esos actores todo físico; como don Daniel Martín... pero en tirillas.
Atte., Sr. Feliú, viudo de Lucas
Estábamos escribiendo al mismo tiempo, señor Burgomaestre. Pero, por supuesto, usted primero.
Y el ciclo está bien, sí, sobre todo por la oportunidad de ver -los que vivan en las proximidades de Madrid, claro- copias en 35 mm. de películas que sólo es posible ver de aquella manera y algunas ni eso.
Reitero mi saludo, Sr. F.
¡Para quedarse de inquilino en el Círculo!
De todas las maravillosas películas que componen el repertorio del ciclo del Círculo de Bellas Artes,anunciado por el señor Felíu, hay una de estreno y, sólo por eso, es menos conocida que el resto. En el siguiente enlace podréis haceros una idea de lo estupenda e interesantísima que es
http://www.dereparto.carloslucas.es/
Repito que vi al pobre Daniel Martín una vez paseando al perro (y era él quien movía al chucho, no al revés), y me dio ternura. Una preguntita capciosa, ¿en serio os gusta Carlos Lucas? Yo lo encuentro malísimo.
A título particular, doña Tere, a mí no es que me guste don Carlos Lucas, es que siento veneración por él.
Y no tanto por la calidad de su trabajo como porque su biografía es un mapa exacto del devenir de los subalternos del oficio.
Lo del arte de Talía es otra historia... En un mundo en el que todos quieren ser príncipes de la escena Carlos fue un dignísimo proletario de la interpretación.
Siempre suyo, el peón de brega Feliú
Estimada Tere, faltaría a la verdad si me uniera al admirado señor Felíu y asegurara aquí que soy otro venerador de Carlos Lucas. No conozco lo bastante su trabajo como para emitir un juicio. La mayor parte de su carrera profesional se desarrolla en un periodo del cine español que, sencillamente y por desgracia, no he visto. En todo caso, hay muchos motivos posibles para admirar a un hombre. Que Carlos Lucas no fue un Guillermo Marín, o un Fernando Fernán Gómez, ni un Daniel Dicenta, ni un Fernando Rey, es una evidencia que nadie discute. Su grandeza reside en que fue nada menos que un obrero de esto hacer cine. Si le parece poco, amiga Tere...
Me va convenciendo vuestra sabiduría, creo me pasé diciendo lo que dije. No porque no lo piense sino por lo que decís vosotros. Es que cuando pienso en Justino, una película que me da un asco especial, y donde tanto García como Lucas estaban para matarlos.
Estimada doña Tere:
Por suerte, en el ciclo que les recomendaba se proyectan veinticuatro títulos. Todavía le quedan veintidós por disfrutar.
Atte., Sr. F.
Vehemente Tere, está claro que no existe poder en la tierra capaz de hacerle variar de opinión en relación a "Justino, un asesino de la tercera edad". Sin embargo, supongo que no ignora la (casi) interminable lista de premios que cosechó el film (y especialmente, su actor protagonista, Saturnino García)tanto en España, como fuera de nuestras fronteras. Me resisto a pensar que todos fueran inmerecidos.
PD: no estoy invitándola a que dé su opinión sobre los premios, porque me temo que será igualmente incendiaria. Naturalmente, tampoco me atrevo a prohibirle que lo haga. Faltaba más.
D.E.P.
Por cierto, Sara Lezana, uno de mis amores platónicos......
Para matarle; con perdón.
Por los sus gustos, digo.
JC
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>>>Que Carlos Lucas no fue un Guillermo Marín>>>
De buena fuente (que no de Buenafuente, obvio es):
Que iba el el sr. Marín con toda su compañía escénica de gira y en bus.
Y detuviéronse a hacer un pipí en la cuneta.
Y se abalanzó un actor de reparto a la puerta y con la vejiga a tope y eso.
Y Don Guillermo, cargado con sus dos perritos, impuso el orden jerárquico, descendió el primer y, hasta que no acabó en lo de riachuelear -y sus perritos, claro-, no permitió el descenso a los demases (es que ni al chófer, oigan).
Sospecho que no, que Lucas no habría meado primero.
JC
(tomado de "Escenas tétricas y teátricas"; inédito)
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Pues, amigo Filomeno y demás contertulios, que resulta que desde que subí la necrológica a ahora me he enterado de algo que ignoraba y aquí lo cuento por si alguien más lo desconociere. Y es ello que el difunto José Martínez (Daniel Martín)tuvo amores (y hasta obsesión) con Sara Lezana, con la que estuvo emparejado, pero que ésta no le correspondió con la misma férrea fidelidad y que, por lo que a este burgomaestre le ha sido revelado, le engañó repetidamente hasta que dejolo. Y el abandonado galán nunca se recuperó del todo de tan grande pérdida sentimental y dióse a la bebida y labróse la marginación de la profesión, de resultas de esta desdicha y de la consecuente caída en el vicio. Este lado humano y algo patético de la historia lo dejo para el terreno del comentario y no lo añado a la entrada por parecerme más propio de este terreno (informal y de compadreo) que no para el que queda más expuesto a la pública consideración.
En cuanto a la anécdota sobre Guillermo Marín, maestro don Jesús, recuerdo perfectamente haber disfrutado ya con su relado. Y la tengo presente siempre que veo al insigne actor. Porque el tío, entre nosotros, sería un déspota y un caprichoso, pero hacía bastante bien lo suyo, ¿verdad? Hace poco, lo he visto en "Don erre que erre", precisamente, cargando con uno de sus caniches. Y claro, se me representó la escena del viaje de la compañía y del escalafón de la micción. Le renuevo las gracias, maestro, por el relato. Y no le importe repetirse, por favor, que eso nos pasa a todos (a mí, constantemente). Una buena anécdota, no por sabida es menos bien recibida.
Por el año 2002 o 2003, José Manuel Parada en "Cine de Barrio", entrevistó a Martín y a Sara, con motivo de la emisión de "Los Tarantos". Parecía que, aunque no eran ya pareja, se llevaban bien. Daniel Martín, con pelo blanco y bigote. Sara, con su belleza morena de siempre.
P.S.: las "notomías de huesos" que diría el gran Cervantes, se la dejo para aquellos de la Vieja Albión a los que le guste y asimilados hispanos.......
Si es que uno, en el año 2002, no existía para esto del cine español (ahora un poquito, no se vayan a pensar). Y, entre nosotros, está por llegar el día en que vea un programa completo de "Cine de barrio". Algún trocito, no más de diez minutos, sí que habré visto, sí, pero no más. Lo cuento porque viene a cuento, no por presumir, ni mucho menos (que conste).
Bueno, parece que tampoco ha caído bien mi humilde parecer sobre Justino y sus actores. Pero sigo aprendiendo de vuestra sabiduría. Lo de Martín con la Lezana es muy novelesco, me ha encantado, la de historias que sabréis de esas.
Mujer, que conste que en ningún momento aquí se censura la opinión de nadie. Pero igual que tú emites tus categóricos juicios con contagiosa alegría, podremos los demás matizarlos o incluso oponernos (si el caso se diere) frontalmente a ellos. Y tan amigos.
>>>recuerdo perfectamente haber disfrutado ya con su relado>>> (Jefe Burgo)
Me avergüenzo, sí.
Mi alcéimer progresa.
(Sí, es cierto; incluso prometí otra de otro Ismael, el Don Merlo; también de... orinales, por cierto).
Discúlpenme; todos.
JC
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No se disculpe usted, don Jesús, que lo pertinente nunca es redundante. Vamos, que a uno le ha parecido muy bien traído.
Atte., don Redundancio Feliú
Y de Sara Lezana, recordar -cómo no- su Angelines en "El extraño viaje (o El crimen de Mazarrón)".
Tremenda presencia la suya.
Sr. F.
"Una buena anécdota no por sabida es menos bien recibida", insisto. Así que nada de disculpas. Como perfectamente apostilla el Máster Felíu, era pertinente y oportuna.
Y sí, el calificativo de "tremenda" para el sustantivo "presencia" igual hasta se queda un poquito corto en relación a la Angelines de "El extraño viaje"...¡Buf!
PD: donde puse "relado" quise poner "relato". Yo soy así.
PD2: ha quedado demostrado que era una tontería porque nadie me ha hecho el menor caso, pero...¿Habría quedado bien, el Daniel Martín, de Capitán Trueno? (Segundo intento)
Daniel Martin (Capitán Trueno)
Orchidea De Santis (¿Sigrid de Thule?)
¿No existe parecido entre Daniel Martín y Patrick Swayze?
Bud Spencer (Goliath), pero eso ya estaba previsto.
Sólo hay un "Trueno" posible: el Mortensen.
Sólo hay una "Sigrid" posible: la Paltrow.
Sólo hay un "Goliat" posible: el Campos (el que está casado con la franca Bordiú).
Sólo hay un "Crispín" posible (adelgazada, claro): la Pajín.
La Pajín de Crispín: insuperable. Disiento en lo del Mortensen (que una cosa es Alatriste y otra el capi). Pero es que ahora mismo no veo a nadie de Capitán. La Paltrow, muy buena Sigrid, sí (también le habría ido bien a Hitchcock, de haberla tenido a mano, en sus tiempos). Al Campos al que alude no tengo el gusto de conocerle. O por lo menos, no caigo, que viene a ser lo mismo. Bud Spencer, sí, amigo Javier, ERA Goliat sin saberlo. En aquellos años aquí le habría tocado hacerlo a Ricardo Palacios, o a Cris Huerta o a Tito García, que eran nuestros "gordos" forzudos homologables.
Y, ah, sí, amigo Filomeno, es verdad que algo de Swayze había en Martín (o, mejor dicho, al revés).
>>>Disiento en lo del Mortensen (que una cosa es Alatriste y otra el capi).>>> (Jefe Burgo)
Verá...
...es que...
...como hablábamos de actores.
Al menos, al principio.
JC
Pues a quien veo de Capitán Trueno, época melena, es a Aznar, y lo digo en todos los aspectos, de Aznar y del Capitán.
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Juan Carlos, mañana comme d'habitude?
Sí, javier. Digo, "oui".
Y, ah, maestro don Jesús, que yo no pensaba en eso de la actuación... sólo en la pinta. Que bueno, por otra parte...pocas veces se ha mirado otra cosa, a la hora de llevar a la pantalla los tebeos. Últimamente, quizá, que nos hemos vuelto más "fisnos".
La verdad es que no era un actor que me hiciera una especial gracia, pero si que era una presencia siempre agradable en cintas de género. En cuanto a lo que comentan de su parecido con Patrick Swayze disiento; a mi siempre se me hizo un aire a Jack Palance, que para algo era coetáneo suyo.
Con su permiso, me hago hueco de tan luctuosa noticia en mi bitácora, enlazando, lógicamente, la fuente.
Pd.: Siento que mi primera intervención en la página sea por un asunto de estas características. Un abrazo.
Pues encantado de tenerle con nosotros, amigo Cerebrín. Que concurran circunstancias luctuosas es algo fuera del control de este burgomaestre, que, en principio, no pensaba atender a la actualidad pero ante la lentitud con la que elaboro las entradas monográficas, decidí hacerme eco de las noticias relacionadas con el tema del weblog (atendiendo, eso sí, a un cierto criterio personal e intransferible) para que el weblog no pareciera haber fenecido, a su vez. Por desgracia (cosas del paso del tiempo y de las generaciones) menudean los fallecimientos de los actores y actrices que admiro (o que, como mínimo, respeto) desde pequeño. Señal, entre otras cosas, de que uno mismo se hace mayooor.
En cuanto a lo de los parecidos, pues es algo muy personal. Cada uno de nosotros repara en unos rasgos distintos y compara unos rostros con otros en función de unas variables que son diferentes para cada uno. Entiendo a lo que se refiere cuando dice que Daniel Martín se daba un aire a Jack Palance, pero me resito a decir que se parecieran. Tenían los pómulos altos, los dos, y los ojos más bien pequeños... pero... No sé, Jack Palance era otra cosa. Era brutal. Mucho más duro que Daniel Martín. Más duro que cualquiera, de hecho (aunque en "El gran cuchillo" era vulnerable, sí).
Estimado Burgomaestre:
Debe llevar cosa de un mes en los estantes de las librerías:
José Aguilar
25 actores se confiesan
T&B Editores, 2009.
Entrevistas con: Mariano Alameda. Paco Algora. Manuel de Blas. Carlos Castel. Gabino Diego. Xavier Elorriaga. Arturo Fernández. Manuel Galiana. Juan Luis Galiardo. Emilio Gutiérrez Caba. Alfredo Landa. Ramiro Oliveros. Antonio Ozores. Andrés Pajares. José Luis Pellicena. Eusebio Poncela. Pepe Rubio. Jorge Sanz. José Sazatornil. Manuel Tejada. Paco Valladares. Máximo Valverde. Manuel Zarzo.
No se lo recomiendo porque el autor es colaborador habitual de La Razón y la COPE y los compañeros del Centro de Día me tienen tan harto con la dichosa murga que ya no le cambio la pila al sonotone.
Pero a lo mejor a usted o a alguno de sus lectores, más desprejuiciados que uno, les interesa.
Atte., don Liberto Feliú
¡Dioses, el Ramiro Oliveros!
Un gran -y grandote- tipo que pasó desde aquel nuestro Grotowsky hacia el lado oscuro... de la absurdez.
(Absurdez, para mí, claro; que igual está en su derecha, digo, derecho).
JC
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Ah, admirado señor Felíu!! Esto que aquí anuncia tiene su interés, claro que sí. Uno no le hace ascos a nada, por mucho tufillo que lleve puesto, si, a fin de cuentas, sirve para explicarle cosas por las que siente curiosidad. Ya me encargaré de poner en cuarentena aquello que me suene a consigna. Muchas gracias por la información, amigo Felíu. (Y el caso es que igual hasta lo he hojeado... Lo mismo me pareció caro e hice aquello de la zorra y las uvas... En fin, lo buscaré y le daré otra oportunidad).
Maestro don Jesús, explíquese mejor, que esto del Oliveros parece interesante. Y uno quiere saber. Está en su deshecho. Digo, derecho.
Compas, ha muerto Luis Aguilé, y ya es una lata todo.
Verá, compa.
Ramiro (que estuvo en el sello Doncel... por estar, ¿eh?) siempre fue de izquierdas (¡¡¡hasta pagó el 50% de las copas en quella mi primera boda del 71, jospa!!!).
Si aún no ha tirado, usted, los "Primer Acto"... mírese el núm.99 o así (se ve al Living en la portada...): en aquel semimonográfico estábamos quienes trabajaban en/con lo de Grotowski (final de los sesenta).
Y Ramiro, integrado al grupo Bululú (dirigido por Malonda), estaba en lo de "El mito de Segismundo" (sobre "La vida es sueño", adaptada por Sastre y premiada en Zagreb).
Era un hombre bello, hercúleo, de ojos verdes, varonil, de maravillosa voz de Olimpo; ácrata y cultivado.
Luego se casó con la hija de la del baúl... y se me despistó de la mente.
De mi mente, ay, cansada; como toda revolución.
JC
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Le comprendo, Master Feliu. Que el tal Aguilar se mercó un par de libros sobre Marisol y Rocío Durcal que daban grima.
Lo que es normal porque tiene otro con Octavio Aceves sobre mujeres... y de ellas sabían pco; se lo aseguro.
JC
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Luis Aguilé...
Un gigante. Mala suerte; para todos.
JC
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Luis Aguilé, el Tío Calambres, el sol español!...Aquella versión del "Azzurro", tan fiel...! ¡Porras, pues sí que le echaremos de menos! Y fue actor, un poco. Al menos le recuerdo de "Historias de la televisión". Y lo que es más, tuve el gusto de hablar con él el verano del 2008, cuando me acerqué a saludarle tras un "bolo" callejero que hizo aquí, en mi barrio, para la gente de la "Festa Major"... Me firmó "Soy libre ya", el single de una canción que dedicó a Martin Luther King cuando se lo cargaron. Le emocionó que lo hubiera guardado y se apresuró a declarar: "Una gran canción" (como si la hubiera compuesto él mismo, cosa que, casualmente, así era). También le llevé un EP en el que tocaba "unplugged", varias décadas antes de que eso se pusiera de moda. Me di el gustazo de agradecerle personalmente haberse dedicado a darle alegría a la gente. A su manera, era un genio. Descanse en paz.
¡Y, ah, muchas gracias, maestro don Jesús, por la rápida satisfacción de mi petición oliveriana! En efecto, visto desde la perspectiva lejana del mero espectador que no se entera de nada (me refiero a la mía, por si no quedaba claro), sí que da la impresión que fue casarse con la Mantis-Piquer y evaporarse bastante, sí...
La participación de don Luis Aguilé en las "Historias de la televisión" saenzdeheredianas se reduce -al menos en mi memoria- a la interpretación de una canción durante los títulos de crédito. Sus otras dos intervenciones cinematográficas tuvieron lugar en su Argentina natal. No he visto ninguna de ellas pero les cuento lo que leo por ahí. La primera se tituló "La chacota", que protagonizó en 1962 junto a otra estrella de la televisión argentina, Mariquita Gallegos, con la que según los mentideros mantuvo un "sonoro y publicitado romance". No sabemos si su venida a España fue resultado de su ruptura sentimental con Mariquita o de las críticas que recibiera "La chacota".
En 2003 hace de Luis Aguilé en una comedia grotesca titulada "Soy tu aventura" en la que dos indocumentados -Luque y Capusotto- lo secuestran mientras anda de gira por ciudades pequeñas esperando recibir un estimable rescate. "Una película del carajo", subtitulaban.
Ya les decía: no he visto ninguna de las dos.
Suyo, el archivero Feliú
Y también está el Luis Aguilé novelista (que lo fue). Y la leyenda de que quedó finalista en un Premio Planeta.
(Al juzgar, muchas veces ser justo es lo más injusto.)
Algo más hacía, si no me engaña la memoria, admirado señor Felíu, el difunto señor Aguilé, en "Historias de la Televisión". No mucho más, pero algo hacía. Creo que hacía valer su categoría de estrella de la canción ante los directivos del Festival de la Canción en la que se disputaba un puesto con Conchita Velasco y sus muchachos (con un entusiasta Luis Varela a la batería). No sé, algo así...
Por otra parte, Javier, muy acertado en lo que dices... Casi tanto como el cronista de "El País" que ha dejado hoy en sus páginas un estupendo artículo a propósito de los recientes lanzamientos de las pelis de Abbott y Costello en DVD. ¡¡Ese Pérez Andújar, es un hacha!!
HOla,
Vengo a pedir un favor.
Me encanta el blog. Me encanta. No saben ustedes lo que he luchado entre mis amistades (y sigo haciéndolo) por el cine español. Pero dejo la cháchara y al grano.
La cuestión es que tengo agregado su blog a bloglines y cada vez que hay un post nuevo me avisa. El problema es que se ha convertido en norma que cada aviso signifique la muerte de un actor español. Y claro, pues duele. Así que propongo que Los Burgomaestres, también escriban alguna reseña sobre grandes pelis desconocidas de nuestro cine sin otro particular que su disfrute. Y así, cada vez, que reciba un aviso, al menos, exista la posibilidad de que no me informe de un deceso.
y ahora les dejo que voy a ver "Séptima página", con escuetas apariciones de José Isbert y manolo Morán.
Hola, hola: en primer lugar, quiero agradecerle de todo corazón sus amables palabras para con este su weblog. Me ilusiona que le guste y me da ánimos para continuar con él. Su sugerencia no puede ser más oportuna y pertinente. Este burgomaestre (que firma en plural pero, desengañémonos, trabaja en solitario)ha caído en un sistema de trabajo tan viciado que sólo desatiende la preparación de sus entradas monográficas por alguna noticia que, por desgracia, casi siempre es luctuosa. Quizá debería dejar definitivamente hacerse eco de la actualidad, pero es muy difícil abstraerse de fallecimientos tan relevantes como los de la gran Mary Carrillo, o la entrañable Lola Lemos, o el indispensable Víctor Israel, o el mítico Fernando Delgado, etc, etc... Sí, la racha es muy dura de aceptar. De todos modos, le prometo que intentaré dar otro aire al weblog. Mi problema es de tiempo (como el de casi todo el mundo). Probaré a subir entradas cortas, telegráficas incluso, con tal de que usted no reciba tantos avisos que suenan a campanadas de difuntos. De todos modos, ha habido ya entradas (que llevan la etiqueta de "Galería") sobre imágenes relacionadas con los actores y también una (tengo intención de hacer más) con la etiqueta de "Grandes repartos", sobre "El gran galeote". Esa peli que va usted a ver, "Séptima página", se ha citado aquí varias veces ya (con motivo de hablar sobre José Sepúlveda, entre otros que ahora no recuerdo)y es una de las favoritas de este burgomaestre. Disfrútela. Se merecería una entrada de esas de "Grandes repartos", sin duda. El sketch de Pepe Isbert (lo del bolso de cocodrilo legítimo) es antológico.
Hola,
Agradecido.
Sobre Daniel Martín, escribe mi admirado Diego Galán, esta semana, en la Cartelera Turia, unas breves pero reivindicativas palabras. Y las hace extensibles al actor norteamericano Dean Reed (con quién Martín coincidió en "La banda de los 3 crisantemos"), cuya vida merecería un libro muy muy jugoso.
Sobre "Séptima página", me reí mucho con la breve aparición del maestro Isbert. Tiene también la película 4 ó 5 golpes de humor muy buenos, que me hacen pensar en lo que podría haber llegado a ser nuestro cine si la censura no hubiera existido. También me ha gustado, ya que soy periodista (en paro, pero periodista) comprobar cómo trabajaban los periódicos en aquella época.
Pues muchas gracias, amigo Raflan, por contarnos tanto las novedades sobre Daniel Martín (y Dean Reed) como sus impresiones sobre "Séptima página". Al fin he recordado que fue en la entrada de Jesús Tordesillas donde comenté algo sobre esta película (además de la de José Sepúlveda). Desde luego es una película magnífica y, sobre todo, con un reparto apabullante. Yo no sé si la censura realmente era capaz de perjudicar a las mejores películas. Desde luego que no beneficiaba a ninguna, pero ni la censura más burda (y la franquista lo era) podía "cargarse" películas tan sólidas como esta de la que estamos hablando.
Aunque hay una cosa que no me cuadra en la película. Y es que en algunos instantes, se hace referencia a que el personaje que interpreta Alfredo Mayo es el futuro suegro del joven que se va a casar, cuándo eso no es así.
Pero vamos, la mezcla de tramas es impresionante. Un duro trabajo de guión.
Bueno, JuanCarlos, como burgomaestre ¿tú no podrías prohibir terminantemente que se nos mueral personal escénico?
Y gracias, y muchas felicidades.
Hummm Gracias,amigo Javier, por la felicitación y por la sugerencia, pero, claro, si voy yo y ordeno que no se muera nadie y la gente se apresura a desobedecerme y se mueren a mansalva ¡a ver cómo quedo yo!! ¿Y mi autoridad?? ¡Como unos zorros, quedaría, amigo mío!! Prefiero dejarles mi recomendación: "No dejen de respirar por ningún motivo" y luego, que cada cual haga lo que le parezca.
Amigo Raflan, me deja un poco inquieto. Si no recuerdo mal, el suegro del muchacho que iba a casarse (que luego, no, porque la chica, Rosa María Salgado no lo tiene claro)era Jesús Tordesillas, en un papel prácticamente repetido del que hacía en "Balarrasa". No recuerdo que le confundan con Alfredo Mayo. Lo que sí recuerdo (y lo puse en la entrada) es que en el titular del periódico que se ve al final de la película, donde se relata el suceso del tiroteo, le cambian el nombre al personaje del camarero que hacía Luis Prendes. Cosa bastante absurda, por otra parte. Aunque usted, que es periodista, supongo que habrá visto muchos casos similares.
No tengo la película demasiado reciente así que no puedo mediar en sus dimes y diretes.
Sepan, eso sí, que en tanto que el argumento y el guión vienen firmados por, el para mí ignoto, Ángel Gamón, la "adaptación" y los diálogos son obra del gran Santugini. Vajda maneja con brillantez los cambios de registro, pero Santugini demuestra que era uno de los primeros en lo suyo y que su vieja amistad con Jardiel fue un de tú a tú entre humoristas.
Atte., don Ergastio Feliú
Hola, estimados contertulios.
Sobre la confusión d personajes, hay dos momentos en la película en que ocurre. Durante el baile en el que se origina la pelea, cuando ya están en ello, hay alguien (no sé si el cronista de sociedad) que hace referencia a que Alfredo Mayo es el futuro suegro del muchacho). Y hay otro momento más adelante en que vuelve a ocurrir. De todas formas, si luego tengo tiempo, le vuelvo a echar una ojeada, no fuera que mis oídos anduviesen ayer cansados y esté yo equivocado.
Señor Feliu, con tanta sabiduría y buen gusto, ¿cómo e sque no tiene bitácora propia?
La tiene; y maravillosa.
Pero es que es como... "El Guerrero del Antifaz" (seudónimo, por cierto, de Pilarín Miró en "Mundo Joven").
JC
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>>>el para mí ignoto, Ángel Gamón>>> (Master Feliú)
Me parece que él estaba como productor en "Jai Alai" (1940).
Debía ser amigo -o compa, acaso- del grupo de Echegaray y Eduardo Marquina (el padre de Luis).
O así parece en una cita de "Correspondencia a Eduardo Marquina" (Andrés Amorós)
Pero tiene razón: es un misterio... en la práctica.
PS
Ya me dice si por acá se asoma:
http://books.google.es/books?id=O3FN27-gDxsC&pg=PA475&lpg=PA475&dq=%22angel+gamon%22&source=bl&ots=BxLSWcD7Dm&sig=9rHhHrTPalqRS1c1Ovjos5RPmb4&hl=es&ei=SFnUSrnMBJ6sjAeB2t34Aw&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=5&ved=0CBIQ6AEwBDgK#v=onepage&q=&f=false
JC
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Estimado JC. Estimado señor Feliu.
¿y esa bitácora es accesible al pueblo llano? ¿debe hacerse algún cursillo de joven castor para acceder a ella?
Por cierto, aprovecho el comentario para informar que en la web cine-clasico hay un buen montón de obras de teatro de tv (estudio 1 y demás) con unos repartos que quitan el hipo.
Pues sí, don Jesús. Ahí aparece mencionado quevel Sr. Gamón, en 1946, andaba por Hollywood. De todas formas, después de rebuscar un poco, me he encontrado con una minificha en:
Ángel Falquina: Círculo de Escritores Cinematográficos (1945-1975)- 30 años de cine. 1975.
Dice aquí que fue, ante todo, hombre "de negocios" volcado en la producción cinematográfica en la primera posguerra -su "Jai-Alai"- y dedicado luego al guión -"Séptima`página" y "Nubes de verano"-. Por el primero de estos obtuvo el premio del CEC en 1950. Una sombra, vamos.
Estimado don raflan:
Le agradezco los piropos, pero a mi edad ya...
No haga caso de don Jesús. No tengo más casa que esta y eso porque el amable Burgomaestre me hace un rinconcito junto a la chimenea, que me va muy bien para la artritis reumatoide, y me pone al día de tanta gente que no tuve ocasión de tratar en mi tiempo por estar dedicado a tareas indignas.
Aquí me encuentran, don Emboscado Feliú
Joder, ahora va y se muere Basilio.
¡Vaya por Dios! A ver cómo comento todo esto...!! En primer lugar: lamentar el fallecimiento de Basilio, por supuesto. Un señor elegante, de bonita voz, que nos hizo compañía con sus canciones a principios de los setenta... Descanse en paz.
En segundo lugar: estoy en condiciones de aclarar el lío de "Séptima página". A ver si lo puedo decir en pocas palabras, porque me tengo que ir a una reunión en el instituto de mi hija. Al principio de la peli, en la sala de fiestas, se ve al "jeta" Alfredo Mayo con la chica (Anita Dayna)y son vistos por una chica que está con el periodista de sociedad (Raúl Cancio). Ésta le explica a Cancio quien es la joven de la otra mesa: "Es Maruja Ramos. Le han puesto un piso en la Avenida de las Acacias. A él le debes conocer, es Arrosti, el banquero". Cuando dice "a él le debes conocer" se refiere al mirlo blanco y no al tipo que está con ella en ese momento. Entonces Raúl Cancio exclama "Calla, es el futuro suegro de Fernando". Fernando (Rafael Arcos) está en la misma mesa que ellos y, borracho y todo, podría oír que su suegro tiene una mantenida en la avenida de las Acacias, cosa harto inconveniente. El caso es que puede dar la impresión de que Cancio parece estar diciendo que Alfredo Mayo es Arrosti, pero no. Se refiere al tipo que mantiene a la chica. Por otra parte, Fernando no se iba a pelear con su suegro, acto seguido. No sin reconocerle, al menos.
En cuanto a mis admirados Señor Felíu (Máster) y al maestro Don Jesús, ellos ya saben que si subo alguna chapucilla de entrada de vez en cuando es, sobre todo, para que se pasen por aquí, a extender luces sobre las sombras de mi ignorancia. El blog está aquí para sus comentarios.. Y no al revés.
Hecho un Sostiene Burgomaestre, vuelves a pillarme en falta. Recuerdo perfectamente la nevada del 62, echando paladas de nieve desde el terrado de casa mientras la radio contaba lo que parecían leyendas urbanas y, por una vez, no lo eran: que ciudadanos “de la alta sociedad” –¿quién, sino, se podía permitir tal lujo?- descendían con sus esquíes por la calle Balmes. Y a Fernando Cebrián si lo recuerdo, pero no a Daniel Martín. ¡Y yo que creía que el único bandolero cinematográfico español era Curro Jiménez, interpretado por el gran Pepe Sancho!
Pero vete aquí que gracias al Burgomaestre descubro que en algunas de aquellas películas que mi memoria ha borrado –por su cuenta y riesgo- había un actor, apuesto donde los haya, un actor que muy bien podría haber protagonizado “Apache”, un “galán duro” como dices muy acertadamente, llamado nada más ni nada menos que José Martínez Martínez. Reflexionaremos, pues, “con calma sobre el milagro que siempre ha supuesto hacer cine en España, o sobre lo efímero que es el paso de la gloria, o, repasando su trayectoria fílmica, sobre la importancia que reviste en el cine lo banal y lo ligero y lo intrascendente que resulta, al fin, lo profundo.”. Bella rúbrica, por cierto.
Gracias, amigo Cronopio, por su comentario (testimonial y todo), tan amable. Lo de la "rúbrica"... pues aunque parezca mentira fue una reflexión que me vino a los dedos así como así, sin mucho ton ni son. Estaba pensando en que Daniel Martín había hecho bastantes películas intrascendentes y algunas con pretensiones. Y en que, seguramente, son los espectadores de las primeras los que le recordarán más y mejor. Pero bueno, no sé... Es sólo una impresión.
PD: lo qu eno le puedo pasar, amigo Cronopio, es que diga que a Curro Jiménez lo encarnara el gran Pepe Sancho, porque grande sí lo es, pero a Curro lo hizo, como es del dominio público, Sancho Gracia (a quien no le haría ninguna ídem enterarse de que hay gente que le confunde con su colega Sancho)
Burgomaestre, ahora sí me cuadra. Sí, resultaba raro que no reconociera a su suegro, pero yo lo achacaba a que iba borracho. Pero con su explicación, todo me cuadra.
Por cierto, cambiando de tema. Esta tarde he revisado esa joyita que es El sistema Pelegrín y cada vez que veía al grandioso Fernando Fernán Gómez creía estar delante de Groucho Marx. ¿Soy el único que ve similitudes? Incluso me atrevería a decir que algo también había de Jacques tati en su personajes, aunque por fechas, esto segundo se me hace más difici de creer.
Esto de los pareceres sobre parecidos nos llevaría por caminos que a lo mejor no conducen a ningún sitio. Hay idiosincrasias e idiosincrasias, don raflan.
¿A quién se parecía don Daniel Martín? Pues seguramente a cualquier galán. No en lo físico o en el oficio, sino porque hay un reducido número de papeles que precise de un "galán duro", como muy bien matizaba el Burgomaestre. La asimilación en este caso entre el cine norteamericano, el europeo en general y el español en particular es más fácil. También porque don Daniel, por edad, participó en producciones paneuropeas donde se codeó con sus pares.
¿Podría recordar don Fernando a don Groucho? Es posible. Aunque en "En el sistema Pelegrín" como en "El malvado Carabel" a quien más se parece don Fernando es a un personaje de don Wenceslao. El arquetipo, podríamos decir, fernandezfloreziano de posguerra es don Fernando. Igual que doña Guadalupe Muñoz Sampedro sería la esencia de lo jardielesco y sacarle un parecido con Margaret Dumont no nos coloca en mejor posición.
Tengan unos su Groucho, otros su Fernandel y aquellos su Totò. Únicos. Intransferibles. Como don Fernando.
Digo yo, eh.
Sr. F.
>>>después de rebuscar un poco>>> (Master Feliú).
Miré donde dijo y así es.
(Falquina me caía bien; aunque tenía mal genio... creo recordar).
JC
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>>>Digo yo, eh>>>
Bien dice, ¡voto a bríos!
Mi mamá (Manitu la habrá perdonado...) solía decir que no había diferencias entre la Mula Francis y Mary Santpere).
JC
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>>>tengo que ir a una reunión en el instituto de mi hija>>> (Jefe Burgo)
¡¡¡ Hola, Nurita !!!
JC
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Poco que añadir a lo dicho por el Máster Felíu sobre el tema de los "parecidos" (que no "aparecidos", aunque... tal como está el weblog...igual empiezan desfilar de estos últimos, en cualquier momento). Todo el mundo es libre de tener sus "conexiones mentales" y a cada cual las cosas (o los actores, o los personajes, o las situaciones) le recuerdan cosas diferentes, sobre todo en función de qué cosas es capaz de recordar. Personalmente, el caso presente es, en efecto, más una cuestión de personajes que de actores. El personaje de F F Gómez en "Pelegrín" se parece más al arquetipo de Wenceslao Fernández Florez que al del actor, que es tan variopinto como su genialidad le permitió. O sea, que se parecen más entre sí los personajes de Fernández Florez (sean Fernán Gómez o Antonio Casal quien los encarnen, por poner dos ejemplos)que los actores. Y por terminar de "mojarme" en la cuestión planteada, pues no, amigo raflan, yo no veo a Groucho en Pelegrín. Y sí un poco más, por lo atildado, por lo educado, a Hulot. Mera coincidencia, en todo caso.Digo yo.
PD:Núria le devuelve el saludo, maestro don Jesús.
Viejo zorro (y nunca un adjetivo estuvo tan bien empleado) lamento el retraso, pero MOLTS D'ANYS I BONS (felicidades eivissenques). Para cuándo ese reencuentro de un grupo con reminiscencias bukowskianas??? Un fuerte abrazo
¡Repámpanos, vigoroso batería, qué agradable sorpresa!! Pasaré por alto que tú eres cuatro meses mayor que yo y aceptaré humildemente tanto el calificativo de viejo como el sustantivo "zorro", que también califica lo suyo, por cierto. Será un placer poner en marcha el regreso del mítico grupo ese al que te refieres... de momento ahí va mi voto afirmativo. A ver cómo lo combinamos para juntar a los desperdigados miembros de la banda... Zaragoza, Barcelona, Ibiza, Vilnius...¡Bonita diáspora, la nuestra! A ver qué multinacional del entretenimiento nos lo financia... (Bromas aparte, te agradezco mucho la felicitación, viejo amigo). No dejes de visitar a este burgomaestre, si no por él, que sólo es un desmañado anfitrión, por la concurrencia que, te habrás dado cuenta, es muy distinguida.
Para aquellos de ustedes interesados en el doblaje, ha circulado el año pasado por varios festivales el documental de Alfonso Suárez Suárez "Voces en imágenes".
Está editado en DVD pero hay que pedirlo directamente a la productora.
Aquí tienen el tráiler:
http://www.youtube.com/watch?gl=ES&hl=es&v=7cZFMfXUj6E
A mandar, don V.O. Feliú
Con perdón (por el interruptus).
Jefe Burgo: tras lo de ayer... si yo fuera el Messi... me nacionalizaba español.
Y me libraba de tanto pendejo y boludo.
JC
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Gracias, admirado señor Felíu, por el aviso. Tiene pinta de ser muy interesante, en efecto, el Dividí este del doblaje. Por mi parte les cuento que hoy he leído en una revista que me he encontrado en el figón donde almuerzo que el gran Antonio Ozores ha presentado recientemente un libro de memorias, y que la presentación la hizo doña Concha Velasco. A ver cuándo lo veo en las librerias, porque de momento... me ha pasado por alto (lo que no es raro, porque soy un poco Coll. -O sea, por bajito, no por ingenioso, ojo!)
Maestro don Jesús, o mucho me equivoco o a estas horas a Messi ya se le ha hecho una oferta para nacionalizarse... ¡catalán!
Sí, bueno, perdón, es lo que quise escribir: que adopte una neodoble nacionalidad.
JC
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