Lady Filstrup (3ª época)

Dedicado a la música ligera, actores españoles y tebeos de Bruguera (porque sí, porque rima).

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miércoles, agosto 09, 2006

Lecturas de verano (1). Un artículo de Alfons Figueras

No nos cansamos de homenajear y de leer gráfica y textualmente a nuestro amado Alfons Figueras, qué diantres. Para eso está por fin de moda. Y como nosotros estos días sólo andamos medio vestidos con un abominable bañador modelo Menéndez, y como a la que podemos nos adentramos en el oleaje suave (por lo mediterráneo), recalentado (por lo del clima) y gelatinoso (por las medusas) de nuestra muy querida costa del mar Menor (ya conocen ustedes de sobras nuestras predilección por todo lo menor), y como cuando nos sentimos muy arrugados salimos del agua para secarnos debajo de la sombrilla de flores y acomodarnos, un poco enarenados, eso sí, en nuestras sillas plegables, y como entonces nos ponemos a leer ejemplares atrasados de la revista Nueva Dimensión (ya vamos por el núm. 12. ¡pronto estaremos al día!)…; pues, eso, que resulta que en un ejemplar (el citado núm. 12, nov-dic., de 1969) hemos encontrado este soberbio texto de Alfons Figueras sobre la serie de ciencia-ficción Guerra en la estratosfera, del dibujante, y maestro, y también maestre, Salvador Mestres, que a continuación transcribimos en su íntegra integridad. Así que amigos, cerrad los ojos, o más bien, abridlos de par en par, imprimíos este estupendo ensayo y agarraos con fuerza al sinuoso, volandero hilo de sus jugosísimos argumentos (¡no tienen desperdicio!), escrito allá en el año en que el hombre pisó la Luna.

Guerra en la estratosfera
Alfonso Figueras sigue desempolvando para nosotros viejas glorias de la literatura y del cómic fantásticos en lengua castellana. De sus inagotables archivos sale hoy esta recensión de una de las primeras historietas de SF publicadas en España y, lo que es más valioso aún, algunos de los originales que nos permiten ilustrar el artículo, ya que es prácticamente imposible hallar las publicaciones en que esta historieta apareció.
«Guerra en la estratosfera» es una de las historietas que podríamos llamar de «pseudo ciencia ficción» realizada en 1937 por el polifacético Salvador Mestres, dibujante injustamente algo olvidado en estos tiempos en que tanto se escribe sobre las historietas o «cómics» (1).
Salvador Mestres es un dibujante, de los pocos, fiel a sí mismo, actualmente en lo posible. Señalemos y aclaremos aquí en un aparte lo que parece un contrasentido. Con lo antedicho me refiero a estos últimos tiempos, en los que exigencias poderosas de los magnates de la edición han obligado a una excesiva comercialización en los que las fidelidades tienen que dejarse –ya que hay que vivir– en la sala de espera de los editores, mientras el artista escucha las instrucciones del empleado técnico (?) de turno, instrucciones que darán al traste y harán naufragar personalidad, espontaneidad, inspiración, etc., y sumirán de paso la actual historieta en ese extravagante maremágnum en el cual un sincero «Who's who?» es ya completamente imposible.
Así es que debo ceñirme a una fidelidad pretérita y a una época que comprende, en parte, claro, lo que podríamos llamar los felices treinta –dejemos reposar ya a los veinte en paz–, y que considero como auténtica, aunque esto sea sólo mi opinión personal, Edad de oro de la historieta española. Lo que vino después, en la postguerra, es para mí una avalancha, una inundación incontrolada, una especie de batalla campal, un desconcierto en el que el mal gusto campaba a sus anchas y en donde los editores bisoños y otros de pacotilla hicieron su agosto. Otros se animaron: el negocio de «hacer» tebeos como empresa fácil se puso de moda y salían al mercado, igual que churros, engendros y más engendros mezclados con algunos verdaderos valores, los cuales, de haber subsistido las clásicas y «viejas revistas», hubieran sido bien encauzados y hubieran brillado con luz propia, con esa fidelidad hacia uno mismo y su obra que, no me cansaré de repetir, es la verdadera piedra de toque para el que posee un espíritu creador.
Indudablemente, las «viejas revistas» también habrían evolucionado, eso es lógico: los tiempos no se detienen; pero, en lugar de caos, podríamos hablar seguramente de otra Época de Oro (o de Platino, para variar) mucho más inteligible de lo que fue aquel terrible galimatías de tinta china.
Para terminar esta digresión, añadiré que los dos o tres monopolios, y no señalaré con el dedo porque a lo mejor se me dispara, dueños de las revistas que habían acaparado buenas firmas, también fueron, a la larga, absorbidos por el mal gusto y desconcierto reinante, contribuyendo a su definitiva desaparición: monopolios engullidos por el monstruo que había crecido a su alrededor, al calor de la «cuarentena» sufrida por las viejas revistas de postguerra.
Actualmente, la historieta ha evolucionado por otros cauces y se ha creado, o se creará, otro caos, otro maremágnum (que habrá de verse a distancia), pero de signo contrario. Han entrado en juego otros factores rodeados de intelectualidad por todas partes menos por una, creo yo, que es la del espíritu y esencia de la historieta en sí. Y aunque tengo mis opiniones sobre la irrupción del intelectualismo, la sofisticación, el erotismo y un largo etcétera incluyendo al pop art, me guardaré muy bien de hacerlas públicas; los nuevos «monstruos sagrados» (con perdón) tienen un poder de destrucción tan tremendo que, pudiendo interpretarme mal, seguramente darían al traste con las puerilidades que escribo exhumando viejas historietas y bellos recuerdos. Además, no es mi intención el polemizar o el comparar.
¿Ha sido necesaria toda esta parrafada anterior para hablar de «Guerra en la Estratosfera»? Yo creo que sí, porque ahora estamos situados en el centro, entre dos frentes, y así, al menos lo espero, nos comprenderemos mejor. Todo este tapón de letra impresa es solo para evitar que se evapore la esencia, la buena fe, en su construcción, de la historieta de tema fantástico elaborada por Mestres y dirigida a un público del año 1937, eminentemente infantil. Y, dicho esto último, no nos extenderemos demasiado sobre ella en plan crítico, ya que al fin y al cabo la labor del cronista es dar testimonio en esta revista especializada, y especialmente en estas páginas verdes, de toda labor y esfuerzo realizado en el campo de la ciencia ficción.
Nadie podrá decir, también lo espero, que «Guerra en la estratosfera» era una obra genial, ni mucho menos, como tampoco el que era una obra sin la más mínima importancia. «Guerra en la estratosfera» tiene la virtud de la fidelidad del dibujante con toda la carga de su estilo personalísimo y su peculiar manera de hacer (virtud muy difícil para muchos dibujantes españoles, influenciados una viñeta sí y otra también por raros perfeccionamientos técnicos miméticos que, por su causa, malogran una potencia o verdadera personalidad). No silenciaré, para evitar que después eruditos competentes en la materia me echen la caballería encima, que Mestres, gran admirador de Harold Foster, se dejó influenciar (en mi opinión) por un episodio de «Tarzán» anterior al primero aparecido en «Aventurero», pero nunca llegó a enmascarar su inconfundible estilo que puede o podía gustar. Artista nato, las influencias no llegaron nunca, ni remotamente, a los servilismo en que tantos cayeron (y caen aún) (2). Para mí, esta fidelidad es la gran virtud, el gran secreto a voces de los dibujantes norteamericanos que impusieron sus peculiares maneras, seamos sinceros, con unas imágenes que ahora, queremos o no, voluntaria o subsconscientemente, anteponemos a toda obra actual, aunque nos desgañitemos luego discutiendo luego en lo caduco de unas formas, maneras, etc. Es cosa inútil: los fantasmas continúan flotando a nuestro alrededor y algo de lo nuevo, envuelto en oropel y rodeado de excelente literatura, nos huele a chamusquina, a artificio, a arenas movedizas y a flor de un día… (3)
Como dijimos anteriormente, «Guerra en la Estratosfera» era una historieta dirigida para un público infantil, pero al mismo tiempo es testimonio de una época en la aventura de la historieta. ¡Terrible época de los «monstruos sagrados» de entonces! (léase Raymond, Clarence Gray, Foster, Caniff, etc.). Pero lo que más influencia a Salvador Mestres es la visión de la película «La Vida Futura», basada en la obra de H. G. Wells, estrenada en la España republicana en 1937. Se entusiasma con los fantásticos «sets» de aquel film, premonitor de la gran catástrofe que se avecinaba, en la originalidad de las vestimentas utilizadas, en la estilización de formas, en el maravilloso universo blanco, despojado del barroquismo de «Metrópolis»… «La Vida Futura» ya no es el Moloch monstruoso devorador de hombres; es la prometedora y brillante visión de un mundo mejor, es el engranaje puro del ideal de Wells, el sueño transformado en realidad. Mestres, niño grande, apasionado del cine, entra sin saberlo en el maravilloso mundo de la ciencia ficción y, deslumbrado, dibuja una historieta para niños, con imanes electromagnéticos, hombres voladores disparados por un cañón… ensueños de Barbarella sin Barbarella. Y hete aquí que al cabo de los años aparece «Nueva Dimensión» y en sus cálidas y acogedoras páginas asoman las viejas viñetas de «Guerra en la Estratosfera», formando ya para siempre una pieza más en la historia de los pioneros en el «comic» de ciencia ficción española…
ALFONSO FIGUERAS

(1) Uno de los esforzados pioneros del dibujo animado español y vivificador, en un soberbio «tour de force» de la antañona y popular editorial «El Gato Negro».
(2) Aunque, sin servilismo, también cae este cronista, no se crean.
(3) Esto está escrito con la mejor buena fe. Téngase en cuenta que no señalo a nadie en particular: es una impresión de conjunto. Bienvenidos sean los nuevos valores, experimentadores, renovadores, historiadores y críticos, si es para el bien de la historieta.
NOTA FINAL PARA COLECCIONISTAS: «Guerra en la Estratosfera» apareció en la revista «Camaradas», publicada por «Editorial El Gato Negro», en 1937, y posteriormente completa, en 1940, y en forma de cuaderno, no apaisado sino conservando el mismo formato original. Suerte.

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(NOTA DE LOS BURGOMAESTRES ESTIVALES: Ojalá un editor se anime y recoja en volumen estos textos ensayísticos y divulgativos de nuestros creadores de cómic. O por lo menos los de Alfons Figueras. Ah, la viñeta del dinosaurio que pertenece a Guerra en la estratosfera y los recortables de la columna Durruti, obra atribuida a Mestres, han sido tomados de http://lambiek.net/artists/m/mestres_salvador.htm; la portada de la serie procede de http://elcoleccionista.iespana.es/t_guerraestratosfera.jpg; la fotografía de Figueras (en aquel momento tenía Figueras 47 años, y mírenlo, en compañía de los jovencitos literatos de la ciencia ficción, hablándoles de su pulp…) así como las tres recortadas planchas de de Mestres de Guerra en la estratosfera proceden del número 12 de la revista Nueva Dimensión; la caricatura de Mestres procede del TBO 2000 núm. 2.076, mayo de 1974; las viñetas a lo Lubtisch de Mestres proceden de las siguientes referencias: las tituladas "Una sombra terrorífica", del TBO núm. 207, año XLIV, año 1960; las dos del encontronazo don el novio, de la historieta "Casamiento frustrado". TBO núm. 186, año XLIII, 1959; las del comensal agasajado, de la historieta "Nicolás, el zapatero", ídem.; las del crecepelo (aquí en honor al anterior post de mi compañero y amigo burgomaestre), de la historieta "Un fijapelo poderoso". TBO núm. 195, año XLIII, 1959; y sus finas, blancas, elegantes viñetas del señor que se acuesta en el campo, de la historieta "Ladrón chasqueado", TBO Almanaque para 1960. Por último, aprovechamos la NOTA núm. 1 para subrayar que Mestres fue inventor del proyector infantil Micro, que se puede ver en el museo del juguete de Figueres, en Gerona; y junto con Alfons Figueras realizó varias películas de dibujos animados para este sistema; asimismo colaboró con Escobar en otro sistema de proyeccióninfantil. Y en esta cronología, de la animación en el mundo encontraréis toda la obra relativa de Mestres y un buen puñado de datos de aúpa).

15 Comments:

Blogger Los Burgomaestres said...

¡Bravo,amigo y compañero! Una apasionantísima entrada, de las que instruyen deleitando (siendo esta última la parte más importante, claro). Mientras llegan esos editores valientes y decididos de los que hablas, bien está que tú, desde tu mesa de la Notaría, vayas poniendo en este modesto espacio tan brillantes aportaciones. El artículo de Figueras, fenomenal, la historieta de Mestres, piramidal, y los enlaces de la nota final, interesantísimos. "¿Pero es que se pué pedir más?" (dicho con acento de Madríz. Es que he estado viendo un ratito "La verbena de la Paloma", cosas...)

jueves, agosto 10, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Qué bueno era Perojo, compañero y amigo burgomaestre. Y la Verbena... Me acuerdo de unos planos de una farmacia a lo Ciudadano Kane, antes de Kane... por supuesto. ¡Hasta el sábado!

jueves, agosto 10, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Si pudiésemos hacernos con la serie y, dada su fecha de 1937, ver cuánto había de guerra civil en La Guerra de la estratosfera...

jueves, agosto 10, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Sí, qué buena idea lo de compilar...

En aquellos tiempo de "Los Mamotretos de Grafito" lo intentamos..., pero el destino nos retornó el culo, perdón, la espalda.
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jueves, agosto 10, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Don Jesús ¿los Mamotretos se pueden encargar en Continuará...? El DVD de Escobar estamos esperando a septiembre, que es cuando abre la librería de la Diputación de Barcelona, en este caso empresa coeditora o así. Otra cosa... a ver si el destino y su dorso van a ser como el muro de Berlín o parecido, y si a uno le toca a un lado lo va a tener difícil para ver el otro. En fin. Abrazos calurosos, y abajo los muros y los destinos, y arriba los tebeos.

jueves, agosto 10, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Tengo mis dudas que existan ejemplares... en no sé dónde.

A mí mismo me falta uno... que me sustrajo (que se lo llevó bajo el traje o así...) el cabroncete encantador de mi hijito.
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jueves, agosto 10, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Si va con traje, seguro que es encantador. Los burgomaestres, con la elegancia ajena siempre.

jueves, agosto 10, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Amigos Burgomaestres, tal y como decía aquel: “Son malos tiempos para la lírica”, es decir, los editores se interesan más por el “tomate” y lo que ha hecho el famosete de turno en las últimas 24 horas que por alguien que escribió verdades hace un porrón de años. Nada, que nos toca bailar a todos con la más fea... o feo, depende del caso...

jueves, agosto 10, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Pues ¡que se mueran los feos!, pero sin genocidios... Ah, hemos estado merodeando por vuestras páginas dedicadas a la editorial Bruguera en http://www.rosaspage.com/bruguera/ebruguer.html, y la verdad es que tienen una pinta estupenda. Las vamos a leer con muchas ganas y mucho gusto.

jueves, agosto 10, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Hola, hola: soy el otro burgo, que se acaba de leer lo de rosaspage.com y ya espera impaciente nuevas entregas. Ah y que, sí, sí, compañero. Hasta el sábado.

jueves, agosto 10, 2006  
Blogger Gregorio Luri said...

Vengo de visita desde Ocata. ¡Vaya blog que se ha montado usted! Tras leerlo en el reclinatorio, he decidido -si no tiene usted inconveniente- conresponder a su linkamiento con el mío.

lunes, agosto 14, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gregorio, qué de alegría leerle. Bueno, este weblog o lo que sea lo hemos montado entre dos. El mérito, en cualquier caso, es del otro compañero burgomaestre. Uno se limita a zascandilear. Y muchas gracias por incluirnos en su honroso listado de sitios relacionados.

lunes, agosto 14, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Interesantísimo artículo, a mí también me encantaría poder viajar por la estratosfera de la mano de Salvador Mestres. Yo conocí la obra de este autor en sus años finales del TBO, con un estilo muy alejado de aquella lejana obra de ciencia-ficción. Recuerdo que de diciembre de 1972 a mayo de 1973 se hizo cargo de los dibujos de la Familia Ulises, aunque ni él ni Blanco (que la continuó hasta diciembre de 1979) llegaron a firmar su trabajo en esta serie.

Como curiosidad, Salvador Mestres fue el primer autor que dibujó para Bruguera una serie de historietas protagonizadas por Pulgarcito, bastantes años antes de que el gran Jan creara esa magnífica serie infantil que esperamos ver algún día reeditada. Pueden ver aquí algunas portadas del Pulgarcito de Salvador Mestres:
http://www.elforo.de/superlopez/viewtopic.php?p=10887

jueves, agosto 24, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

¡Muchas gracias por sus observaciones y por la información que nos facilita, amigo señor Ogro!

domingo, agosto 27, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Hello, as you can see this is my first post here.
Hope to receive some help from you if I will have some quesitons.
Thanks in advance and good luck! :)

sábado, febrero 27, 2010  

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