Lady Filstrup (3ª época)

Dedicado a la música ligera, actores españoles y tebeos de Bruguera (porque sí, porque rima).

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miércoles, julio 05, 2006

Genios y geniecillos

Este burgomaestre, que ya empieza a estar en una edad en la que el problema no radica en que no se le cumplen los deseos, sino en que ya ni siquiera tiene deseos, quiere hoy detenerse en diferentes visiones que del tema del genio (en su acepción maravillosa) ha encontrado en sus atropellados repasos de los tebeos bruguera.

Los personajes viven sus vidas, de viñeta en viñeta, movidos por sus anhelos, cotidianamente frustrados. No tiene nada de extraño que a los dibujantes se les ocurra poner en su camino algún medio mágico que les proporcione ocasión de ver hechos realidad sus deseos. En este sentido, Vázquez, creador de Feliciano, un personaje cuya buena suerte permanente le convertía en una especie de Hada madrina de sí mismo, es quien con más frecuencia ha empleado este recurso. Como muestra de un genio canónico donde los haya, Vázquez ha propuesto éste de la portada del DDT número 357, en el que se celebra la festividad de los Pepes (es de fecha 17 de marzo de 1958) que derrama su raudal de riquezas materiales en forma de dinero en metálico. La figura de un mísero indigente (en el margen inferior, fuera de cuadro) comenta el hecho contrastando la fantasía con la cruda realidad, en la misma línea en que en otras portadas, un hombrecillo insignificante comentaba la inalcanzable bella de la guapa de turno que adornaba la portada de la revista. Era esta la fórmula habitual de las portadas del DDT de aquellos años, en los que se reservaba un espacio marginal para el punto de vista más apegado al mundo real.

Lo más habitual en Bruguera es que los argumentos de las historietas discurran por cauces inscritos en la realidad cotidiana, la cual cosa confiere mayor interés y relevancia a las concesiones a lo fantástico que sus creadores se permiten de vez en cuando. Sean llegados de lejanas galaxias, o extraídos de los cuentos clásicos, o de los relatos de las mil y una noches, la visita de los seres extraordinarios siempre es bien recibida en las páginas de los tebeos. Los hijos de la imaginación casera y cotidiana se cruzan alegremente con los mitos universales de la imaginación secular. En el caso que nos ocupa, es ese paradójico esclavo todopoderoso, ese preso liberado, servil lacayo omnipotente venido del oriente al que conocemos como genio de la lámpara o de la botella.

Pepe KO (el genio de Schmidt)

Martz Schmidt tenía preferencia por dibujar hombrecitos. La alternativa, la supone la figura elefantesca de Pepe KO. En la línea de Patricio (o Petronio, que también así se le ha llamado), el portero del profesor Tragacanto, o Deliranta Rococó, Pepe KO opone su descomunal silueta y poder físico a las menguadas fisonomías del mencionado profesor, el doctor Cataplasma, el sheriff Chiquito, Sófocles, Prudencio, Trogolodito, Rasputín o el último Don Usurio, todos ellos personajes usuarios de talla infantil. Sus características fundamentales son la fortaleza y la tosquedad y su encuentro con el genio, en el DDT de la 3ª época número 137, tiene visualmente el impacto del choque de dos paquidermos excitados. Martz Schmidt dibuja en este momento (la fecha de la historieta es 2 de marzo de 1970) con un estilo nervioso, alterado, alejado de los suaves contornos característicos de los primeros Cataplasmas, casi veinte años atrás. Todavía no ha llegado al barroquismo exacerbado y excesivo de las desquiciadas historietas de Doña Urraca que dibujará en los próximos años, pero se detectan síntomas de que está en camino. Además, en la década anterior ha estado dibujando historietas de personajes de Vázquez (Cebolletas, Ángel Síseñor y Gildas) y la asunción del expresivo trazo vazquiano ha dejado huella en sus propios trabajos. Las formas de los cuerpos y miembros de los personajes se tornan caprichosas y se transforman al antojo del devenir de la acción. La historieta se lee a empellones, de tal manera que casi podría decirse que es la historieta la que lo lee a uno y no al revés.

Argumentalmente, resulta conmovedor que Pepe KO, tras satisfacer sus impulsos más groseros, y en aras del amor que siente por Pocholina, aspire a que se obre el milagro de que el genio lo convierta en una persona refinada. Tal solicitud, como no podía ser de otro modo, resulta inalcanzable para los limitados poderes del genio. De cumplirse este último deseo, Pepe KO perdería su esencia.

El genio del corsario (el genio de Ambrós)

Para la que había de ser la apuesta más firme de Bruguera, la revista que había de constituirse en “el tebeo definitivo”, el semanario “Mortadelo”, Víctor Mora y Ambrós reeditaron su cocoperación, la misma que había producido la fecundación y nacimiento de “El Capitán Trueno”, para crear una serie de un nuevo héroe de aventuras: “El corsario de hierro” Desde el año 1956 al año 1971 (año de publicación del álbum de la colección "Grandes aventuras juveniles" titulado "La vieja dama del mar", del que se han extraído estas viñetas) , median tres lustros de historietas en los que, entre otros hechos trascendentales, había recalado en España el fenómeno Marvel, versión Vértice, circunstancia a la que no es ajena la maduración del estilo del tebeo de éxito de aventuras. El hecho es que el Corsario de Hierro resultó una especie de versión mejorada del Capitán Trueno, tanto gráfica, como argumentalmente. Temáticamente entroncadas en las historias de piratas de Rafael Sabatini (1875-1950), que habían dado lugar a películas señeras del género como “El Capitán Blood” (1935, Michael Curtiz) para la Warner Brothers y “El Cisne Negro”, (Henry King, 1942) para la Fox, las historietas del Corsario de Hierro contaban con la depuración de las galerías de personajes prototípicos de Víctor Mora y con la también depurada técnica de un dibujante de talento sobrehumano, Miguel Ambrosio Zaragoza,Ambrós (1913-1992).

El constante flujo de peripecias aventureras , trepidantes hasta la exasperación, servidas con un desbordante dibujo (cuya categoría excepcional supera con neta claridad el no desdeñable guión) se ve con frecuencia salpicado por incursiones en el terreo de lo fantástico. Tal como pudimos ver en una excelente entrada anterior (no en vano es obra de mi compañero) , en esta serie pueden encontrarse citas bastante explícitas a obras paradigmáticas de la fantasía. En esta ocasión, la figura mítica del genio actúa al servicio del infame mago Sinaú (uno de los componentes de una sensacional galería de villanos, dueño de la facultad de hacer ver visiones de increíble verismo a su antojo, tal como hacía, por ejemplo El Genio, uno de los secuaces de Magneto, el archienemigo de la Patrulla X) quien lo utiliza para impresionar a Lord Benburry, el malvado que ocupa la cúspide de la pirámide de facinerosos que amenazan al Corsario y a su grupo.

Ambrós nos regala la vista con una versión del genio enteramente mágica y poderosa. Le confiere la apariencia clásica del gigante (con coleta incluída) que el personaje mostraba en el film de Michael Powell, Ludwig Berger y Tim Whelam de 1940 (tal como podemos comprobar observando el fotograma incluído ahí encima), pero ejecuta tal suerte en forma totalmente personal y plenamente acertada. Consigue Ambrós una serie de viñetas que constituyen una secuencia de las que impresionan la retina y arraigan en el cerebro del lector para siempre. Tanto la figura del colosal genio manejando los veleros cual Gulliver en Lilliput, como la imagen fugaz del absoluto caos que se vive en el interior del bajel de Lord Benburry, representan logros al alcance de muy pocos dibujantes. Para Ambrós son tan sólo dos muestras de su escalofriante capacidad.

El geniecillo de Don Pedrito (el genio de Ibáñez)

En toda desmitificación hay una vulgarización. Ibáñez basa su humor, con frecuencia, en convertir en ordinario (en el peor sentido del término) lo que es, por definición, extraordinario. Así sucede con su genio, que se aparece en la portada del Tio Vivo número 351 (de fecha 27 de noviembre de 1967), y que para cumplir el deseo de Don Pedrito, se pone manos a la obra sin poner en juego la menor dosis de magia. En consonancia, tampoco la apariencia del genio tiene gran cosa de espectacular o sobrehumano. Flota, efectivamente, sobre el suelo y es de color verde y tiene puntiagudas orejas (como es preceptivo), pero ni sus rasgos faciales, ni su complexión física difieren mucho del habitual figurante insignificante ibañezco. El objetivo de provocar la sonrisa se logra, sin duda, cargando la tinta en los detalles más prosaicos. Esa morterada que reclama el genio, para continuar su labor , es una palada sobre la tumba de la fantasía, es edificar, a base de tochos, un monumento a la vulgaridad. Y lo que cuenta, al fin y al cabo , es que funciona. Anotemos que (rasgo bastante habitual en los personajes de Ibáñez) a Don Pedrito le mola empinar el codo y delata su incipiente alcoholismo la ilusión con que destapa la botella (ánfora) esperando encontrar whisky “del que cosechaba Nerón”. Y como nos gusta anotar las citas de personajes populares, ahí está la mención a Kubala y por extensión al Barça en esa denominación de palacio de maharajá, ese "Cankubala" que unifica bruguerescamente Hungría, Cataluña y la India. Tanto para el señor Ibáñez.

Facundo da la vuelta al mundo (agitando los brazos)

Podríamos afirmar, refiriéndonos a todos los individuos, que la situación de hallarse ante un genio que puede concederle a uno lo que desea, debería hacer aflorar su esencia como personaje. Como ya hemos dicho, en muchos casos, la esencia de los personajes bruguera consiste en una frustración, en un deseo insatisfecho. Por tanto, la intervención de un ente maravilloso que posee la facultad de hacer realidad sus deseos debería hacer patente, digamos, el “quid” de la cuestión que habita el interior de cada uno de ellos. Así pasa con Facundo, que es esencialmente un espíritu viajero y por tanto, su afán más íntimo consiste en ser capaz de volar. En coincidencia con Pepe Ko, el deseo de Facundo también persigue una mejora de sus cualidades personales, en este caso, de carácter mágico. La coincidencia con Don Pedrito radica en que su historieta “con genio” se produjo en el mismo ejemplar de Tio Vivo, el ya reseñado número 351. Facundo, que anhela conocer el mundo, y sobre quien mi compañero realizó una sensacional entrada, quiere experimentar la forma que él intuye más directa y vitalista de recorrer el globo: volando como un pájaro. Cuando unos cazadores le disparan en la Albufera de Valencia, pide su segundo deseo (el genio, aplicando una política restrictiva, sólo le ha concedido dos) , cambiando la facultad de volar por la de desplazarse, bajo la superficie del mar, como un pez. Finalmente, Gosset desinfla el lirismo alcanzado con la rigurosa exposición de que lo visto y leído era producto de un simple sueño. Con un epílogo aleccionador, propio de estos casos (semejante al de “El mago de Oz”), en el que se proclama la preferencia por la vida sin sobresaltos de “pies en la tierra”, al lector se le terminan de “cortar las alas” y, sin embargo, se queda, preferentemente, con la creencia de que, si quiera sea en los tebeos, Facundo (y el lector con él) puede volar.

La abuelita Paz (Vázquez, el genio)

El línea directa con la anciana protagonista de la película de Alexander MacKendrick (de la que se realizó un estupendo remake hace un par de años a cargo de los hermanos Coen) “El quinteto de la muerte” (1955), la abuelita Paz (junto con don Polillo, el otro miembro de la pareja de ancianos que Vázquez creó para Gran Pulgarcito en 1969 – a Feliciano ya lo habímos visto efímeramente en Pulgarcito-) se enfrentó sucesivamente con lobos feroces, cacos, hombres lobos, secuestradores, extraterrestres invasores y demás peligros aniquilándolos completamente por el sencillo procedimiento de ignorar por entero la amenaza que suponían. En el caso del genio del bosque (un geniecillo diminuto que se encuentra atrapado no en un botella o en una lámpara mágicas, sino en la forma de un sapo, como si fuera un príncipe encantado), que hemos traído aquí y que se publicó en el Gran Pulgarcito número 20, de fecha 9 de junio de 1969, la abuelita-apisonadora no tiene que vérselas con un representante del gremio del mal, sino con un benefactor (la otra variante de sus antagonistas) pero el resultado es, igualmente, el mismo: su anulación total. Las armas de la ancianita, uno de los personajes más temibles de todo el universo bruguera son la ingenuidad, la inocencia y el candor, elementos los cuales posee en grado superlativo y que llevan a cualquiera, amigo o enemigo, a la desesperación y el crujir de dientes. Una de las cumbres humorísticas de todas la escuela Bruguera.

Nota 1: Para honrar su memoria y porque creó uno de los genios más conocidos internacionalmente, traemos aquí una imagen bajada de internet del trabajo de Alex Toth, un artista de excelsa calidad fallecido a finales del pasado mes de mayo y cuyo trabajo adquirió dimensiones universales aunque nunca gozara de la popularidad que por su pasmosa categoría como dibujante mereciera. Del cómic al dibujo animado, Alex Toth sentó cátedra con la pureza sobrenatural de su lápiz y dejó , para el disfrute del mundo, dibujos tan sensacionales como esta hoja de pruebas del personaje relacionado con el tema de esta entrada, el genio Shazzan, que creó para la justamente famosa productora de cartoons de su país, Hanna Barbera y que ningún telespectador que lo viera aparecer habrá podido olvidar.
Nota 2: en la vida real, este burgomaestre, lo más parecido a un genio de la lámpara de que haya tenido noticia es el estrafalario y bastante patético “Conseguidor” que José María Iñigo incluyó en su programa ómnibus de las tardes de los domingos, “Fantástico”, allá por 1978. En la fotografía (bajada de internet), el actor Julio Riscal, que se enfundaba el penoso disfraz del desafortunado personaje. A juzgar por la muestra (El Conseguidor obsequia a una criaturita con una bolsa de patatas fritas) el nivel de las maravillas obradas por tan fantástico (en coincidencia con el título del programa que lo acogía) personaje era de rango ínfimo.

18 Comments:

Blogger Los Burgomaestres said...

¡Genial!

jueves, julio 06, 2006  
Blogger Yordi (Y.) said...

¡Excelente el análisis!
Ni idea de que Scmidt hubiera sido otro de los negros de Vazquez.
Por cierto, que los últimos genios del gran By Vazquez ¿No son más duendecillos del bosque que genios orientales? Los que salían en Anacleto creo recordar que parecían más vendedores de alfómbras (made in Bruguera) que genios propiamente dichos...
Sim sala bín! Plaf! (desaparece)

jueves, julio 06, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Desde luego, el duendecillo o geniecillo de la Abuelita Paz no se corresponde con el modelo de genio oriental (de la lámpara o de la botella) que sí se corresponde con el resto de los incluidos en la entrada. Si lo incluí fue por cumplir mi deseo de incluirlo (jejeje). Lo de Schmidt fue un soplo de Migsoto (si no recuerdo mal). Cuando nos puso sobre la pista en relación a una historieta de las hermanas Gilda, le empezamos a encontrar por todas partes.
Compañero, gracias por el halago. Si hice esta entrada fue para que alguien me dijera justamente eso. Confieso.

jueves, julio 06, 2006  
Blogger Chespiro said...

Como siempre, originales en sus temas, rigurosos en sus comentarios y sin perdonarle una a mi admirado don Francisco.
A destacar que, a partir de los años ochenta, no son raras las historietas de Escobar en las que los gemelos Zapatilla invocan a un hado, mago, extraterrestre...o genio de lámpara.

jueves, julio 06, 2006  
Anonymous Anónimo said...

> ... un desbordante dibujo (cuya categoría
> excepcional supera con neta claridad el no
> desdeñable guión)...

Preciso y justo. Enhorabuena.

jueves, julio 06, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias, amigo Chespiro, por el comentario. Lo de la originalidad que nos atribuye es debida exclusivamente a que nos dejamos gobernar por la casualidad y en cuanto a lo del rigor... se hace lo que se puede. Mäs tiempo que tuviéramos, más rigurosos seríamos. En lo que respecta a los genios que nos apunta de Zipi y Zape en los ochenta, este burgomaestre no disimula que es ésta una década que ya queda fuera de los limitados márgenes por él explorados y que, por otra parte, no duda que son legión los genios que han salido en los tebeos bruguera y que han quedado fuera de la entrada. Se les verá, quizá, en una segunda entrega.
Gracias redobladas, amigo minukab, por los adjetivos y la enhorabuena. Como responsable de este textillo, le aseguro que la frasecita que ha extraído de él fue escrita, precisamente, con sumo esmero y con la intención de ser preciso y justo.

viernes, julio 07, 2006  
Blogger Gordito Relleno said...

Jo, qué bueno lo de El Conseguidor. Ese personaje habitaba en un recóndito rincón de mis recuerdos y ahora acaban de removérmelo en el cerebelo. La de cosas que le hubiese pedido de niño confiando en que era, en eso sí que lo han clavado, lo más parecido al genio de la lámpara que prácticamente todos los dibujantes de Bruguera han dibujado en alguna ocasión. Como dijo su compa, esto sí que es una entrada genial con incrustaciones de lapislázuli.

viernes, julio 07, 2006  
Anonymous Anónimo said...

...que en cierta ocasión, ese Conseguidor televisivo logró cumplir un deseo bastante peculiar que tuvo un peque: ver a Ibáñez in person. Y así fue; el nene tuvo ante sus narices, en el estudio, al mismísimo Ibáñez, con quien pudo conversar. En la pantalla también pudieron verse, con una cómica música de fondo, unas láminas realizadas por el dibujante para la ocasión, en las que el crío y el Conseguidor se veían envueltos en complicadas situaciones.

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Y bueno, lo del la vulgarización de los genios lampareros (o litroneros) Bruguera quizá fuera reflejo de un sano escepticismo por parte de los autores, entendido éste como incredulidad a la chalanería que, con métodos alejados de lo razonable, puede conseguírtelo todo (o sea, todo tu dinero).

viernes, julio 07, 2006  
Blogger Chespiro said...

Precisamente ese descreimiento, tan bien ejemplificado en el desmitificador Ibáñez es lo que más me gusta de este autor, cuyas viñetas de Don Pedrito son las que más me han divertido de la entrada.
Envidio al último amigo que ha hablado, pues yo solamente he podido comunicarme con Ibáñez por otras vías, pero todavía no en persona... Tiempo al tiempo.
Con respecto a los burgos, tampoco se pierden mucho si no conocen al Escobar de los 80, aunque sigue siendo loable su inventiba (a pesar de algunos remakes) y su entusiasmo y mimo por su serie estrella.

viernes, julio 07, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Gracias, amigo Gordito, por el comentario. Removerle el cerebelo ha sido todo un placer inesperado. Gracias también, lady chup chup (¿Algo que ver con Avecrem? ¡Cuidado con la gripe aviar!), por compartir sus recuerdos a propósito del Conseguidor e Ibáñez . Convendrá conmigo que al niño en cuestión le haría una ilusión bárbara tener ante sí al creador de Mortadelo, pero que como proeza, la cosa no alcanza una gran altura, francamente.
Amigo Chespiro, hablar con Ibáñez no es demasiado difícil, si se vive en Barcelona. De hecho, si se vive en Barcelona, lo difícil es no haber hablado con Ibáñez alguna vez. Gracias por quitarnos el peso de encima de no estar al tanto de lo del Escobar de los 80. No nos duelen prendas de confesar nuestros desconocimientos, que son muchos e irán saliendo, irremediablemente, en este espacio.

sábado, julio 08, 2006  
Blogger Chespiro said...

Tras varios intentos frustrados, espero que pronto pueda ir a Barcelona (y no sólo por mi mitificación de Ibáñez, que conste), ojalá mi próximo plan de viaje a la ciudad condal no se frustre como los anteriores.

sábado, julio 08, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Pues que no se frustre el plan, amigo Chespiro.

lunes, julio 10, 2006  
Blogger Gordito Relleno said...

Al leer la contribución de lady chup chup el removimiento cerebélico ha alcanzado sus más altas cotas: es cierto, Ibáñez acudió al programa y dibujó al niño y al Conseguidor. Creo que fue la primera vez que pude ver al maestro Ibáñez y envidié y de qué forma al chico. También gracias por este recuerdo, voy a tomarme una horchata fresquita que el ejercicio recordatorio consume muchas calorías.

lunes, julio 10, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Felicidades, sres Burgos, se superan a cada nueva entrada.

Les escribo para una puntualización sobre la historieta de Schmidt publicada en DDT en 1970. En ésta época aún no se ha reincorporado a Bruguera (aunque estaría a punto de hacerlo). Schmidt estuvo ausente unos años, desde mediados de la década anterior, me imagino porque su Agencia de publicidad le absorvía todo el tiempo. Es en 1970, y tras recibir varios premios por su labor publicitaria, cuando se retira a Mar Azul (Alicante) y desde allí reanuadará con más fuerza que nunca su colaboración con la editorial que publicó el grueso de su producción, realizando cataplasmas, tragacantos y doña Urracas (reemplazando curiosamente a Torá, que había sido su sucesor en Cataplasma y que también dibujó a la Doña de Jorge) con un estilo nervioso y barroco que contrasta con el clasicismo que aún respiran esas páginas de Pepe K.O., que son reediciones de material dibujado un lustro antes. La nueva década traerá un nuevo periodo de esplendor del dibujante que, en estado de gracia, dibujará su espectacular serial Doña Urraca en el Castillo Nosferatu...

domingo, julio 23, 2006  
Blogger Los Burgomaestres said...

Pues muchas gracias, amigo migsoto por la documentada y oportuna puntualización. Ciertamente, viene a matizar bastante lo dicho por este incompetente burgo, aunque, en esencia, lo que se refiere a la evolución del dibujo de Schmidt se mantiene en pie. Es esta una muestra del estilo intermedio del dibujante, entre el de los suaves y redondeados dibujitos del primer Cataplasma y las descoyuntadas figuras de la frenética Doña Urraca de sus últimos trabajos para Bruguera. Por otra parte, y ya que sale el tema, este burgomaestre se pronuncia incondicicionalmente a favor del primer Schmidt. Clasiquero que es uno.

martes, julio 25, 2006  
Anonymous Anónimo said...

Totalmente de acuerdo en cuanto a lo del "estilo intermedio" que representa Pepe K.O. respecto al estilo clásico y redondeado de siempre del maestro Schmidt. No en vano fue la última creación en este estilo (data de 1966 si no recuerdo mal). Dejando a un lado el estilo barroco de los años 70, que marcan un punto y aparte, yo también me declaro un ferviente seguidor de su estilo clásico, no en vano mis primeros contactos con sus personajes fueron a principio de los 70 en las contraportadas de Trueno y jabato color, donde se repescaron bastantes páginas de Dr. Cataplasma, Tragacanto, Troglodito, el Sherif chiquito o el personaje que nos ocupa. Y degustarlos en un formato mayor y con más calidad de impresión que el standard bruguera, aparte del delicioso humor absurdo y la simpatía que destilaban sus páginas, es algo que no se olvida fácilmente. Yo no he podido, ni quiero hacerlo nunca.

martes, julio 25, 2006  
Blogger Regiones Devastadas said...

Buenas. Mi más efusiva enhorabuena por su morrocotudo blog. Llevo ya tiempo disfrutándolo en silencio y les he “linkado” un par de veces, y nada, que como veo que a ustedes también les aparece el link, pues me parecía descortés hacerlo sin saludar, por lo menos.

lunes, julio 31, 2006  
Anonymous Anónimo said...

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viernes, febrero 16, 2007  

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