Tres años de vida...
Hoy
hace tres años que vi en persona a quien es el amor de mi vida, María Ángeles.
Ya estaba entonces enamorado de su alma y, desde aquel momento, también lo
estuve de su cuerpo. La consecuencia de aquel deseado y (en algún modo) temido
encuentro, fue empezar a vivir completamente, es decir, a alcanzar el
privilegio de aspirar a la felicidad, que no es otra cosa que vivir como un ser
humano. Entiéndanme, admito que es posible vivir sin amor, o con un sucedáneo
de él, pero eso lo deja a uno a un millón de kilómetros de la felicidad. Y la felicidad
puede estar tan cerca de uno como la persona amada, si uno está dispuesto a
hacerlo real.
Sea
como fuere, este burgomaestre que les habla (si es que hay alguien ahí con
deseos de escuchar todavía al “viejo chiflado en situación de retiro voluntario”)
empleó este medio que contiene este “mensaje en la botella” para hablar de
temas que eran importantes para él en ese momento, como mis queridos tebeos Bruguera
o mis entrañables actores españoles. Luego se permitió el lujo de obsequiar a
su menguada audiencia con relatos de su cosecha, cuya cualificación, en cuanto
a calidad literaria, dejo al compasivo criterio del amigo lector. Y desde la
publicación del último, este blog ha vivido un largo periodo de silencio en el
que nada más que amar, trabajar y, en suma, vivir ha ocupado el tiempo de quien
debía alimentarlo. Paradójicamente, ese silencio ha estado lleno de ruido,
porque este burgomaestre ha estado pergeñando canciones todo el tiempo, canciones
(hablamos de unas cincuenta), en su mayoría de amor, y en su casi totalidad
dedicadas a su adorada esposa, María Ángeles. Y como, recientemente, ha
empezado a ponerles videos caseros para ilustrarlas, aquí les puedo dejar, amigos
de Lady Filstrup, alguna muestra de ellas, abusando de su conocida e inveterada
paciencia.
·
https://youtu.be/WrWlw4ko668Wasting
time, making planes es una sencillísima balada sin estribillo, puente ni
adornos, algo autocompasiva y etérea, una mirada melancólica hacia una
trayectoria vital de medio siglo que termina felizmente a partir, de
precisamente, el encuentro que se produjo, tal día como hoy, hace tres años.
Todas las guitarras que suenan (regular o fatalmente) y todas las voces (peor
aún que regular y fatalmente) se deben a mi propio e ímprobo esfuerzo. Y esta
es una advertencia que sirve para todas las demás canciones.
· Call me
back to tell me es otra balada quizá
un poco menos etérea y con una pizca más de nervio, menos melancólica y algo
más enérgica. Es una canción de amor que se refiere a los “trabajos” que supone
mantener debidamente viva la consabida llama del amor y que incluye en su breve
y quizá extemporáneo puente una reflexión sobre las relaciones humanas.
·
I left my
home in Memphis es un tema
en clave country & western, compuesta (con el debido y reverencial respeto)
con Johnny Cash en mente. De formato standard, aporta un relato fabulado de la
vida del propio autor, trasplantado a las imágenes y localizaciones de los USA.
El video, tan casero y primitivo como los otros, contiene, además el lamentable
espectáculo de mi propia cara iluminada al estilo “coronel Kurtz”. Y déjenme
decirles que Brando lo hizo así para intentar disimular su gordura, lo que no
es mi caso…
Espero que les haya gustado algo de esta modesta galería
sonora y visual. Uno nunca ha sido, en esta vida, nada más que un “amateur”… en
todos los sentidos de la palabra. Y, francamente, no me veo, en los cincuenta
años de vida que me quedan, siendo ninguna otra cosa distinta.