Gabi

Melancólicos por la marcha de abril, el más cruel de los meses, en dura competencia con los otro once, nos hemos abandonado a la contemplación de las nubecillas primaverales, y al rebuscar en un cajón de nuestra mesa de la oficina hemos encontrado un ejemplar del núm. 43 de Cuadernos Humorísticos Pulgarcito. La oficina es nueva y aún huelen los muebles a su primer abrillantador. A ver si tenemos suerte esta vez con nuestra notaría, que acabamos de abrir en una zona noble de Barcelona. Si nos buscan por aquí, nos encontrarán junto a la placa en oro que dice: Los Burgomaestres Asociados. Notarios. Registros Mercantiles. Registros de la Propiedad. Servicios Legales y Archivo. Tambié

El caso es que, al principio como a hurtadillas, y luego ya de manera frenética, hemos empezado a leer dicho Pulgarcito, y así es cómo nos ha sobrevenido la irrefrenable necesidad de dedicarle una entrada al dibujante y guionista Gabriel Arnao Crespo, que firmaba "Gabi". Lo que hemos escaneado, viñeta a viñeta, para ilustrar éste nuestro weblog, o lo que sea, es una aventura de su personaje Teobaldo Teodolito, tomada del citado Pulgarcito, y que probablemente se trate, además, de una de las últimas historietas que Gabi dibujó en España antes de emigrar a Francia. A Gabi lo explica muy bien el maestro Jesús Cuadrado en su Atlas Español de la Cultura Popular. De la Historieta y S




A Gabi, en el Pulgarcito le hemos encontrado un heredero, que es el Heliodoro Hipotenuso de Vázquez. La viñeta en color con que ponemos un ejemplo procede del Álbum Infantil Pulgarcito, núm. 44, que es el que sigue al tebeo de donde hemos tomado el presente episodio de Teobaldo Teodolito. Aquí, lo que se aprende de Vázquez es que, como genio que era, se hizo deudor de todos los maestros, y por eso siempre encontramos en Vázquez todas las influencias.
A Gabi, por su parte, la principal influencia que se le ve es la del maestro barcelonés José Cabrero Arnal, el creador de Placid et Muzo para Vaillant, que era un tebeo que sacaba la resistance durante la ocupación nazi en la más imperiosa clandestinidad, y qu

Arnal había empezado a publicar Placid et Muzo ya acabada la guerra mundial, en 1946; hasta entonces poco podía dibujar, más que su lucha por llegar con vida al fin de cada jornada, pues en 1940, y tras tener que emigrar a Francia después de defender la República española, se vio deportado al campo de exterminio de Mauthausen. En una de las listas de supervivientes de este campo que se encuentran por internet se da la fecha de nacimiento del dibujante: el 6 de septiembre de 1909. Placid et Muzo son un oso y un zorro respectivamente, y por cierto el zorrito de la Nonna Abelarda le da un aire a Muzo; pero sobre todo son un canto al compañerismo. Estos dos personajes conocieron en Francia un éxito tremendo y se han reimpreso durante décadas. Aún por encima de éstos, Arnal crearía un personaje, que más que ningún otro ha sido querido por generaciones de ni


Arnal pertenece a la generación de Escobar (n. 1908) y de Peña (n. 1910), y estos tres tienen en común su tomar partido por la defensa de la República española. Gabi, que murió en Madrid el 2 de abril de 1985, es más de la generación de Cifré y de Figueras (al fin y al cabo, nacieron los tres en 1922) y, también pertenecen éstos un poco a la generación de Iranzo (n. 1918). Tales son los maestros, pero eso ya se ha visto aquí en tantas ocasiones, que más estiman estos dos burgomaestres, y a los tiempos donde lo verdadero estaba a la vuelta de la esquina pertenecen.
Hoy, en homenaje a Gabi, hemos acudido al diccionario para buscar la palabra "teodolito", que es el instrumento que utilizan los topógrafos para calcular distancias y desniveles. A nuestros cuarenta años, los burgomaestres leemos los tebeos como los leíamos a los cuat
