El enigmático Violeto García, de Iranzo
Iranzo era aragonés, surrealista y genial. Características que, por ejemplo, compartía con Luis Buñuel y de las que este burgomaestre participa tan sólo en un tercio. Les dejo a ustedes que adivinen en cual. El caso es que Juan García Iranzo contribuyó a la grandeza de la historia tebeística de Bruguera con la creación de la Familia Pepe, que se publicó en las páginas de Pulgarcito desde su primer número de la etapa en que se constituyó revista de historietas, en 1947, sin interrupción hasta finales de 1951 y con posterioridad, tiene diversas reapariciones, siendo la última los diez números que van del 1375 al 1384. Este sólo hecho le permitiría ya ingresar en lugar preeminente entre los Grandes del Tebeo español, pero el caso es que aún fue capaz de aportar muchas otras obras, tanto dentro como fuera de Bruguera, tales como “El cachorro”, o “Antonio Barbas Heredia”.
De la Familia Pepe habrá que hablar en este weblog (o lo que sea) con la debida dedicación (por lo que tentado estoy de cederle el tema a mi compañero, que es mucho más capaz que un servidor), pero, de momento, en esta ocasión me he detenido a observar una aportación mucho más modesta (a primera vista, al menos). Voy a ello.
La revista “Ven y ven” no duró mucho tiempo. Apareció en 1959 y por algún misterio (primer misterio del rosario que me dispongo a pasar) en pocos números pasó a llamarse “Suplemento de historietas de El DDT” (que, como nombre, la verdad, no vale gran cosa). En sus páginas hallamos algunos personajes nuevos mezclados alegremente con muestras de material añejo que habían quedado inéditas. Este material es interesantísimo y contiene verdaderas perlas para el aficionado (a las perlas y a los tebeos). Así nos topamos, por ejemplo, con el curioso fenómeno de que Escobar publicaba simultáneamente historietas nuevas de un personaje flamante: “Don Verdades” junto con ediciones de un personaje antiguo (del año 1951) reconvertido en otra cosa (Doña Tula transformada en Tía Tula, tema que trataremos de forma inminente). Pues bien, entre el material rescatado de algún lóbrego despacho o almacén, surgieron algunos trabajos de Iranzo que fueron a ocupar ciertos huecos en esta revista. Según el estudio que sobre el artista aragonés publicó Quirón Ediciones, las historietas de Iranzo se encuentran en 4 números de “Suplemento de historietas”: en el 22, 24, 25 y 26. A este listado yo tengo que añadir el número 28, pues es en éste donde me he topado con Violeto García. Un personaje completamente calvo, con gafas, con bombín y que luce un cuello de camisa alto y duro, atado al cual luce una corbata de pajarita. Una descripción que serviría también para el archifamoso y primigenio Mortadelo cambiando la pajarita por un lazo.
La viñetas que ilustran esta entrada nos muestran al olvidado Violeto García quien compartía página con un Pedrusco Brutote de Peñarroya que , por el estilo, dataría en los años finales de la década de los cuarenta y un Don Telescopio de Escobar que podría ser de principios de los cincuenta. En la misma revista hay también una página de Vázquez, de su Heliodoro Hipotenuso, que parece de las primeras que dibujó, siendo apenas un muchacho el creador de Feliciano. Cito estos compañeros de páginas porque me inclino a pensar que este Violeto durmió un prolongado letargo de varios años en algún cajón. Que Ibáñez accediera a ese cajón es otro misterio que no tengo medio de desvelar. Yo lo que veo es un innegable parecido entre este Violeto y el Mortadelo que vió la luz en aquel número 1394 de Pulgarcito de 1958, sólo diez números después de que Iranzo dejara de colaborar en la revista.
Examinemos someramente la historieta que nos ha llamado la atención. La compararemos con la historieta de Mortadelo y Filemón publicada en el Pulgarcito número 1396 (el que tenemos más a mano). Algunos detalles anecdóticos, más allá de la primera impresión dada por su similitud a grandes rasgos , refuerzan la sensación de que tienen algo que ver Mortadelo y Violeto. La vestimenta es casi plenamente coincidente. La suma de elementos comunes hace difícil sostener la existencia de una mera casualidad. Expresado mediante una fórmula matemática de caracterización de personajes, Bombín + calva total + gafas + cuello duro + traje negro multiplicado por dos no nos da un resultado dudoso. Aunque tampoco definitivo, evidentemente. La forma en que el sombrerito salta de la cabeza de ambos personajes es una convención habitual, aunque visualmente produce el efecto de amplificar la sensación de que ha existido algún tipo de “contagio”. Por último, la viñeta final, en la que Violeto está disfrazado de pastor, pero conservando puestos su cuello duro y su pajarita negra produce el efecto de estar viendo un Mortadelo dibujado por un dibujante distinto de su creador, pero un Mortadelo en toda regla, al fin y al cabo.
Seguramente sólo se tratará de una caprichosa casualidad, como la que hacía que Don Adelfo, otro personaje de Ibáñez de aquella época, se pareciera tanto a Don Eulalio, de Conti (creado en 1951). La evolución de Ibáñez le llevó a ir afianzándose en su propio estilo y a ir dejando a un lado posibles comparaciones con la obra de otros dibujantes...Franquin aparte, naturalmente.
NOTA: el Pulgarcito 1396 se publicó el 3 de febrero de 1958. El número 28 de "Suplemento de historietas de El DDT" se publicó en 1960, pero estaba compuesta, en gran medida, por material inédito que llevaba, en muchos casos, hasta una década "en conserva".